Capítulo 15: algo extraño sucede
—¿Alfa? —llamó Harry mientras lavaba un par de zanahorias que utilizaría luego en un pastel.
—Dime, amor.
—¿No te parece que Lucas anda un poco raro?
—¿Raro en que sentido? —para ese punto Louis ya se había quitado las gafas de lectura y había apartado los documentos que revisaba a una de las esquinas de la mesa para fijar toda su atención en lo que su alfita quería decirle.
Harry suspiró antes de cerrar la llave del fregadero, secar sus manos y darse la vuelta. Su aroma se tornaba preocupado y sus facciones no indicaban nada más que desconcierto.
—No lo sé... más apagado, pensativo tal vez —se encogió de hombros— ya no interactúa tanto con nosotros como antes, está ausente y cuando quiero hablar con él simplemente evade el tema.
—Hazzy, creo que estás dándole demasiada importancia. Tiene tan solo nueve años, debe haber peleado con alguno de sus compañeros del colegio o mucha tarea —Louis rio apenas.
—No, alfa, te juro que mi lobo siente que algo anda mal.
—Si te deja más tranquilo, podemos hablar con él cuando vuelva de su práctica e intentar dar con una respuesta.
—Eso me gustaría, sí...
Louis le sonrió para luego regresar al caso que había estado preparando en el bufete por un tiempo.
Hace ya tres meses que Lucas había ido a vivir con ellos y las cosas venían desarrollándose relativamente bien. El cachorro se adaptó con rapidez, incluso lo habían inscripto a un taller de fútbol infantil que frecuentaba tres veces por semana luego de la escuela, pero hace un par de semanas que Harry había notado actitudes raras. Lucas ya no se acercaba como antes, estaba más temeroso a sonidos y movimientos abruptos, pedía todo el tiempo ser marcada con los aromas de ambos alfas y se perdía en sus pensamientos con mayor frecuencia de la que un niño de 9 años debería hacer.
El menor de los alfas enseguida se preocupó y no dudó en preguntar que era lo que estaba atormentando la pequeña mente, pero solo recibía encogimientos de hombros y no más que balbuceos sin mucho sentido.
Por otro lado, el trámite de la adopción permanente estaba casi resuelto, Louis se había encargado junto a su bufete de las cosas no demoraran y todo se llevara adelante dentro de la ley. Sin embargo, todavía debían esperar un par de días para que el juez se dignara a tomar los papeles y firmarlos.
Estaba terminando de preparar la mezcla del pastel de zanahoria cuando los pequeños pasitos del cachorrito resonaron en el piso de madera junto a su aroma avellanado llenando el espacio. Harry casi se desmaya cuando vio las huellas de tierra húmeda esparcidas en su salón, y es que Lucas aún no se acostumbraba a dejar los zapatos en la entrada y ponerse sus pantuflas, por más que insistieran en ello.
—¡Lobito! —alcanzó a llamar. Lucas asomó su cabecita rizada y sudada por el marco que conectaba la cocina con el salón— ¿No crees que olvidas algo?
—Oh, sí... lo siento —Lucas se acercó con su aroma haciéndose notar aún más y besó su mejilla de forma ruidosa. Harry sonrió sin siquiera poder contenerlo.
—Gracias por eso, pero creo que es otra cosa —fijó su mirada en los tenis embarrados y suspiró.
Lucas enseguida se percató de lo mismo, sentándose en el suelo y quitándolos de un tirón.
—¡Lo siento! lo olvidé...
—No pasa nada, intenta la próxima vez dejarlos en la entrada, ¿sí, amor? —besó entre sus rizos y el niño ronroneó— ahora ve a ducharte y podremos merendar juntos antes de que Lou tenga que volver al trabajo.
Lucas asintió y corrió escaleras arriba cruzándose a mitad de ellas con el alfa mayor, quien también besó su frente.
De repente, un grito y posterior llanto desató los nervios de los mayores. Ambos alfas corrieron escaleras arriba e ingresaron con la misma prisa a la habitación de su hijo. Tocaron la puerta del baño con la misma desesperación e ingresaron cuando la voz trémula les permitió el paso.
Vieron a Lucas arrodillado dentro de la bañera con lágrimas empañando sus ojitos y las botellas de los productos en el suelo. Apresaba sus manitos contra su pecho mientras repetía en vos baja pequeños murmullos que desde la altura de los adultos eran casi incomprensible.
—Lucas, cachorro, ¿Qué sucedió? —Harry se arrodilló a su lado y lo envolvió rápidamente en una mullida toalla para que el frío no lo molestara una vez el agua había dejado de correr.
—Yo... yo... ¡no me devuelvan, por favor! ¡fue un accidente! —chilló entre sollozos.
Para ese punto las feromonas de los tres estaban alborotadas y nerviosas, ninguno comprendía del todo pero en el fondo sus lobos les daban las pistas suficientes. Lucas no se sentía seguro.
—Cachorro, tranquilo —lo abrazó con fuerza contra su pecho mientras dejaba que su aroma lo marcara con fuerza— ¿por qué dices eso?
—¡No me dejen!
—Ya, mi lobito... estamos aquí —Louis acarició su espalda a la vez que imitaba la acción de su alfita y dejaba que su aroma rondara con libertad por el espacio.
Les llevó varios minutos y muchas palabras suaves calmarlo. Lucas terminó con su carita apoyada por completo en la fuente de aroma del rizado, sin despegarse ni un segundo de la bonita marca que también le permitía sentir la esencia de Louis. Ambos alfas lo secaron y vistieron con uno de sus pijamas favoritos; peinaron sus rizos y lo acomodaron dentro de mantas aromatizadas. Debería construirle un nido cuanto antes, pensó Louis entre tanto alboroto.
—¿Quieres hablar de lo que sucedió hace un rato, amor? —Harry deslizó sus dedos por el flequillo y le sonrió.
Lucas al principio negó rápidamente, pero pronto comprendió que necesitaba sacar de su pechito y cabeza todo lo que lo llevaba atormentando hace tiempo. Estaba seguro de que los hombres sentados en el filo de su cama eran sus padres y tenía que confiar en ellos.
—Yo no quiero que me devuelvan al orfanato —murmuró— quiero quedarme aquí.
Louis frunció el ceño ante lo dicho y tomó la palabra.
—¿Qué te hace pensar que volverás al orfanato, lobito? ¿es que acaso no te sientes cómodo con nosotros?
El lobo interior de Harry chilló ante la declaración de su alfa, temeroso de haber cometido algún error que desencadenó en todos esos sentimientos negativos.
—¡No! yo soy feliz aquí, ¡lo juro! pero Jackson dijo que ustedes se cansarían de mi como mis otros papis... y que terminaría en ese lugar de nuevo.
Y en ese momento el aire se espesó. Louis gruñó sin poder contenerlo aunque la mano de Harry en su brazo hizo que se detuviera. Lo que menos necesitaban en ese momento era continuar alterando al menor.
—¿Quién es Jackson? —inquirió Harry con tono paternal inherente.
—Un alfa de la escuela...
—¿Te molesta?
Lucas asintió antes de bajar la mirada.
Harry lo tomó en brazos, aún entre las mantas, y lo colocó en su regazo.
—Escucha, lobito. No tienes nada que temer, no está en nuestros planes que regreses al orfanato. Eres nuestro bebé, nuestro cachorro, y en pocos días podremos darte nuestros apellidos y nadie nunca jamás nos separará —limpió una lagrimita que rodó por la mejilla del infante y le sonrió— luchamos durante mucho tiempo para tener un hijo y no nos daremos por vencido cuando por fin encontramos al nuestro.
—¿Soy su hijo? —preguntó bajito.
—Sí, mi amor, lo eres —Louis besó su frente cuando Harry afirmó.
—¿Entonces puedo llamarlos papás y quedarme aquí?
—¡No habría nada que nos gustaría más que eso! —Harry rio.
—¡Papá Harry y pa Louis! —chilló alegre con su aroma a avellanas esparciéndose.
Harry jadeó conmocionado mientras besuqueaba las mejillas del niño y Louis los abrazó con fuerza. Sin siquiera planearlo estaban a un pequeño paso de convertirse en la familia que tanto habían anhelado y necesitado prácticamente toda su vida. Sin lugar a dudas el destino hacía maravillas.
Esa misma noche decidieron que apenas llegaran los papeles, cambiarían a Lucas de colegio. De igual manera, hablaron un rato con el niño y se prometieron entre los tres que sin importar los errores futuros, peleas o cualquier cosa negativa ellos eran una familia y tenía que confiar en el otro para apoyarlo y guiarlo. Mucho cuidado a quien intentara meterse con Lucas porque ese cachorro ya había sido reclamado por dos poderosos alfas que pondrían incluso su vida por proteger a los de su manada.
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buenas buenassss les traigo nueva actualización! espero que la historia no se les venga haciendo muy repetitiva y pesada... yo pongo todo mi esfuerzo pero a veces puede haber mucho relleno que al lector no le agrade tanto.
espero hayan tenido un bonito fin de semana y les deseo una semana aún más buena. Gracias por todo el apoyo que me dan a diario <3
nos leemos pronto ❤️
A.
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