8. Interrogatorio, P1.
👁️🗨️ (...) 🩸
El aliento helado me rozaba la nuca, una sensación que me helaba hasta los huesos. No era solo el frío nocturno; era el miedo, una presencia ominosa que se acercaba con cada zancada desesperada. Corría a ciegas por las calles nocturnas, un laberinto de sombras y luces parpadeantes que apenas iluminaban mi huida. Mis pulmones ardían, mis piernas se convertían en plomo, pero la adrenalina me impulsaba hacia adelante. Tenía que escapar. Tenía que alejarme de él.
El eco de mis pasos resonaba en el silencio de la noche, un ritmo frenético que marcaba mi desesperación. Las farolas, moribundas, proyectaban una luz tenue e incierta sobre el asfalto, un camino traicionero que amenazaba con hacerme tropezar. Mi corazón martilleaba contra mis costillas, una mezcla de pánico y adrenalina que me inundaba. Las lágrimas, saladas y amargas, nublaban mi visión, pero no podía detenerme. Su insistencia, su amenaza velada, me perseguían.
Cada esquina, cada sombra, me recordaba su presencia. Su propuesta, su insistencia en una "salida privada", resonaba en mi mente como un eco amenazante. Había sido claro, había rechazado su invitación, pero él no parecía entender el significado de "no".
Con un último esfuerzo sobrehumano, lancé mi cuerpo hacia adelante, pero mi pie se encontró con una grieta en la acera. Caí, rodando por el suelo áspero, sintiendo el dolor lacerante en cada articulación. El asfalto me arañaba la piel, dejando un rastro de dolor y desesperación.
Intenté incorporarme, pero la fuerza me abandonó. Me arrastré, buscando una salida, una grieta en la oscuridad que me permitiera escapar. Pero mis esperanzas se esfumaron cuando vi una silueta imponente ante mí. Dos pies enormes, como los de un gigante, bloqueaban mi camino. Era él, SeokHoon.
El terror me paralizó. Unas manos fuertes me sujetaron por el cabello, tirando con brutalidad. Un grito desgarrador escapó de mi garganta, un lamento desesperado que se perdió en la noche. El dolor punzante en mi cuero cabelludo me dejó sin aliento.
Una mano sucia y áspera tapó mi boca, sofocando mi grito de auxilio. Me lanzaron contra un tronco de árbol, sintiendo el impacto brutal en mi espalda.
—Cállate — ordenó una voz grave, amenazante, una voz que resonaba con la frialdad de la muerte.
Un gemido escapó de mis labios, un lamento silencioso por mi propia ingenuidad. ¿Por qué no había sido más firme en mi rechazo? ¿Por qué no había previsto su reacción? Ahora estaba atrapado, a merced de un hombre peligroso que no respetaba mis límites.
El hombre gruñó, retirando su mano de mi boca.
— Sabes que no puedes huir, Taehyung. No puedes escapar de mí — susurró SeokHoon.
—Déjame en paz — grité, con furia.
Sus ojos se entrecerraron, su expresión volviéndose aún más amenazante.
—No me importa lo que digas. Tendrás que pasar tiempo conmigo. De una forma u otra.
—¿A qué te refieres? — pregunté, mi voz temblorosa, el miedo carcomiéndome por dentro. Sabía que sus amenazas eran reales, que no eran simples palabras.
Me soltó, y caí al suelo, derrotado.
SeokHoon se esfumó en la oscuridad, dejando tras de sí un vacío helado que me heló hasta los huesos.
Desperté sobresaltado, el corazón martilleándome el pecho. La imagen de SeokHoon, vívida y perturbadora, se aferraba a mi mente. El cansancio me oprimía, pero el miedo, a pesar de todo, se desvaneció poco a poco. Mis ojos, pesados y ardientes, se fueron cerrando hasta que caí rendido sobre la suave almohada. Esta vez, soñé con Jimin. Estaba sentado en mi cama, y en ese momento, creí con absoluta certeza que era él, que realmente había venido a visitarme. Sentí su mano rozando mi mejilla, una caricia tan real que me estremeció, mientras su voz, calma y segura, me repetía una y otra vez que estaba a mi lado, que no estaba solo, hasta que la promesa de su compañía me sumió en un sueño profundo.
👁️🗨️ A c t u a l m e n t e 🔎
Dos días han pasado sin ninguna señal de Jimin. Me di cuenta que era una tontería creer que esto fuese un sueño.
¡Qué estúpido puedo ser! Yo creía que Jimin estaba todavía aquí, como un fantasma o algo asi, una ausencia que se había convertido en un vacío insoportable en mi vida. La ingenuidad inicial, la esperanza absurda de que todo fuera un mal sueño, se había evaporado, dejándome con una amarga sensación de realidad. Me reí, una risa seca y triste, de mi propia estupidez, de la manera en que había aferrado a una ilusión tan frágil. Mi mundo se había derrumbado, y la única compañía que tenía era la fría soledad de mi habitación.
El sonido agudo del teléfono me sacó de mi ensimismamiento. "Namjoon". ¿Por qué me llamaba? Agarré mi teléfono, aún con la imagen de Jimin grabada en mi mente, y respondí.
—Um, hola Namjoon — dije, mi voz apenas un susurro.
—Hola, Tae. Me preguntaba… ¿quieres que te lleve al departamento de policía hoy? Si no quieres, está bien…—
—Oh, sí, eso sería genial. Gracias, Hyung — respondí, aliviado de tener una distracción, aunque fuera temporal.
—Pasaré por ti a las… — Namjoon dudó, como siempre, perdido en sus pensamientos. Lo interrumpí para evitar que se perdiera en sus pensamientos.
—Cuatro — dije.
—Sí, está bien, a las cuatro. Nos vemos entonces — dijo, con un tono apagado, como si la energía le hubiera sido drenada.
—Adiós, Hyung — dije, y colgué.
Namjoon era un amigo siempre dispuesto a ayudar, pero ahora, su habitual tranquilidad se había transformado en una profunda tristeza. Se podía notar en su voz, en sus silencios. La pérdida de Jimin lo había golpeado con fuerza.
Me vestí con unos pantalones ajustados negros, una camiseta oscura de manga larga y unas zapatillas deportivas. El negro me parecía apropiado para el día que se avecinaba. Me despedí de mi madre y de Rose, mi pequeña hermana, que estaba absorta en su mundo de muñecas y juegos imaginarios. Con su pelo marrón rojizo y sus ojos brillantes, era la imagen misma de la inocencia, un contraste doloroso con la oscuridad que me rodeaba.
Lo esperé afuera. Cinco minutos después, su coche gris apareció. Él bajó la ventanilla y me sonrió, su rostro reflejando una mezcla de preocupación y tristeza. Me abrió la puerta y me acomodé en el asiento del pasajero.
—Hey — dijo, su voz apenas un susurro. —Te ves bien.
Sus ojos, normalmente brillantes, ahora estaban apagados. Recorrieron mi cuerpo, deteniéndose un instante en mi rostro. Sentí un punzón en el estómago, más culpa. Era la primera vez que hablaba con él desde ese día y podía ver que la estaba pasando mal.
—Gracias — murmuré, avergonzado por su mirada.
Él arrancó el coche, y el silencio que se instaló entre nosotros fue más pesado que cualquier conversación. La tensión era palpable, una mezcla de nerviosismo y miedo que me oprimía el pecho. No era la actitud habitual de Namjoon conmigo, y me di cuenta de que mi incomodidad no era solo por la visita a la policía. El miedo a decir algo mal, a que me malinterpretaran, a que me acusaran de algo que no había hecho, me carcomía por dentro. ¿Y si pensaban que yo había matado a Jimin? La idea era tan horrible, tan aterradora, que me hacía temblar.
Namjoon, sensible a mi estado, colocó su mano sobre mi rodilla, un gesto de apoyo que en lugar de calmarme, me hizo sentir aún más nervioso.
—Nam, ¿estás bien? — pregunté, con la voz apenas audible. La preocupación por él era palpable, a pesar de mi propio miedo.
Namjoon se encogió de hombros, sus ojos se fijaron en el camino, como si tuviera miedo de mirarme.
—Estoy... bien. — respondió, con un tono vacilante, como si no estuviera seguro de su propia respuesta.
Sentí un nudo en la garganta. Su voz, siempre tan calmada y segura, ahora era un susurro.
—No pareces bien — dije, sintiendo una punzada de dolor.
Namjoon apretó el volante, como si tratara de aferrarse a algo.
—Todo va a estar bien, te lo prometo — afirmó, apretando ligeramente mi rodilla. Su voz era firme, pero no me convencía del todo. — Vamos a estar bien.
El coche se detuvo frente al viejo edificio de la comisaría, un edificio imponente y sombrío que parecía absorber toda la luz del día. Suspiré, sintiendo un nudo en el estómago, el momento que tanto quería evitar estaba a pasos de mí. En las escaleras de la entrada, estaban sentados Jungkook, Seokjin y Hoseok, sus rostros reflejando la misma mezcla de preocupación y agotamiento que los nuestros. Nos acercamos a ellos, y los abracé, sintiendo el calor de sus cuerpos como un pequeño consuelo en medio de la tormenta. Namjoon solo los saludó tímidamente y se quedó parado atrás.
—Estamos todos... — habló Hoseok, parecía algo perdido. — Creo que lo mejor sería no hacerlos esperar. — agregó Jin. — Quiero que esto acabe de una vez.
—Pienso lo mismo, ¿Listos? — Agregó Jungkook, con una mueca de preocupación.
—Vamos, hay que terminar esto pronto — dije, forzando una sonrisa. Los seguí hacia el interior del edificio.
📍A partir de este punto, y hasta que terminen los interrogatorios, la historia se narrará en tercera persona desde la perspectiva de los detectives.
Declaración de Kim Namjoon
(Oficinas de la policía)
2025-03-02
La agente Seol entró en la sala de interrogatorios, con su típico semblante impasible. Namjoon, sentado frente a ella, parecía un espectro. Sus ojos estaban enrojecidos e hinchados, y sus manos temblaban ligeramente. La agente Seol le tendió un vaso de agua, un gesto que no logró romper la tensión en la habitación.
—Gracias — murmuró Namjoon, sin siquiera alzar la vista.
—Señor Kim, lo siento mucho por su pérdida. — La agente Seol se acomodó en su silla, con la carpeta azul de la investigación delante de ella. Namjoon la miró brevemente, con una expresión vacía. Los detectives habían pasado días revisando todo de Jimin: sus pertenencias, sus libros, su computadora, buscando algún indicio, alguna pista que los llevara a un posible sospechoso. Jimin había sido extremadamente cuidadoso, dejando pocos rastros de su vida.
—Gracias — dijo, su voz apenas un susurro.
La agente Seol asintió, abriéndo la carpeta. — Señor Kim, entiendo que usted era muy cercano a Jimin. ¿Podría contarme cómo se conocieron?
Namjoon mantuvo la mirada baja por un momento, sus dedos tamborileaban sobre el regazo. — Nos conocimos cuando íbamos a cuarto año de primaria.
—¿Cómo era su relación?
—Éramos amigos… — La voz de Namjoon era tan baja que la agente Seol tuvo que inclinarse para escucharlo.
— ¿Muy buenos amigos?
— Sí.
— ¿Se veían con frecuencia?
—Lo suficiente. — Namjoon pareció evitar la mirada de la agente Seol, como si tuviera miedo de revelar algo.
— ¿Tenían alguna actividad que compartían a menudo?
— A veces salíamos en bicicleta por los parques, pero la mayoría del tiempo nos quedábamos en casa, o salíamos a dar vueltas en auto por la zona. Nos gustaba alejarnos del pueblo.
— ¿Solían hablar de sus problemas, de lo que les preocupaba?
— A veces…
— ¿Jimin tenía algún problema con alguien? ¿Tenía algún enemigo?
— No que yo sepa.
— ¿Alguna persona con la que tuviera conflictos?
— No, no que yo recuerde.
— ¿Jimin usaba drogas? — La agente Seol sintió un escalofrío recorrer su espalda al formular la pregunta. Sabía que esa era una posibilidad, pero quería confirmarla.
— No... — Namjoon negó con la cabeza con un gesto casi imperceptible.
— ¿Y el alcohol? — La agente Seol añadió con una expresión seria.
— Sí, a veces… pero no era un bebedor empedernido. —
— ¿Cómo era Jimin con los demás? ¿Tenía una personalidad complicada?
— Era… amable con sus amigos. Siempre los incluía en su círculo social. Se llevaba bien con la mayoría de gente que conocía.
— ¿Jimin tenía un círculo de amigos muy amplio?
— Sí, era muy sociable.
— ¿Alguna vez le mencionó que tuviera deudas? — La agente Seol notaba que Namjoon se estaba volviendo cada vez más tenso.
— No… nunca habló de eso.
— Señor Kim, por favor, sea lo más honesto posible. Su cooperación es esencial para resolver este caso. — La agente Seol estudió la reacción de Namjoon. No estaba segura de si su desasosiego era por la muerte de Jimin o por el miedo de ser implicado en algo.
— ¿Hay algo que usted sepa sobre Jimin que no nos haya contado? —
Namjoon cerró los ojos con fuerza, como si luchara contra una marea de recuerdos. — Estaba… estaba enamorado de él. — La voz de Namjoon era un susurro casi inaudible.
— ¿Enamorado? — La agente Seol frunció el ceño, tratando de entender la relación. — ¿Había algo más en su relación?
— Estábamos… en una relación. — Namjoon sintió un nudo en la garganta, pero la verdad se estaba derramando. — Nos queríamos mucho.
— ¿Cuánto tiempo llevaban juntos?
— Un año y medio.
— ¿Por qué no lo hicieron público?
— Por las familias… y nuestro estilo de vida. No era algo que pudiéramos hacer público.
— ¿Ustedes tenían una relación cerrada? — La agente Seol preguntó con una mirada penetrante.
— No, no era una relación abierta. — Namjoon respondió con un tono tenso.
— ¿Jimin tenía relaciones con otras personas?
— Sí… — Namjoon asintió con la cabeza con un gesto casi imperceptible.
— ¿Eso le molestaba?
— No, no me molestaba. — Namjoon miró hacia abajo, con la mirada llena de culpa.
— ¿Cómo era su relación? — La agente Seol continuó con su línea de preguntas. — ¿Discutían mucho?
— No… casi nunca. — Namjoon respondió con un tono vacilante.
— ¿Tenía algún otro problema que le preocupaba? — La agente Seol estaba tratando de averiguar si Jimin tenía secretos que pudiera haber ocultado a Namjoon.
— No… era bastante reservado con su vida — Namjoon respondió con un tono inseguro.
— ¿Qué estaba haciendo Jimin el día de su muerte? — La agente Seol formuló una pregunta directa.
— Yo me encontraba en mi casa, había llegado alguna familia de visita y tuve que pasar el día con ellos.
— ¿Le dijo Jimin que iba a pasar el fin de semana en casa de Taehyung?
— Sí… me dijo que se iba a quedar con él todo el fin de semana.
— ¿Se contactó con el ese día? — La agente Seol le preguntó con una mirada inquisitiva.
— Me dijo que iba a ir a verlo, y me envió un mensaje avisándome que estaba saliendo para la casa de Tae. — Namjoon se encogió de hombros, sus ojos llenos de culpa.
— ¿Y después no volvió a saber nada de él?
— No, no volví a saber nada más. — Namjoon respondió con un tono desgarrador.
— Señor Kim, le agradecemos su cooperación. Lo citaremos de nuevo la próxima semana para continuar con la investigación. — La agente Seol se puso de pie. Su expresión era inexpresiva, pero sus ojos seguían estudiándolo.
Namjoon se quedó sentado en la silla, su mente llena de preguntas y sus sentimientos enredados en la confusión. La verdad era un laberinto, y cada paso le acercaba a la horrible realidad de la muerte de Jimin.
¡Hola, Traitors! Llegamos al final de la primará interrogación, esto solo es la primera parte, no se preocupen podrán ver la interrogación de todos ellos y sacar sus propias conclusiones.
¿Qué piensan hasta ahora? ¿Tienen algún sospechoso en mente? ¡Cuéntenme todo en los comentarios! Sus teorías, ideas y opiniones son importantespara mí. Cada comentario me ayuda a seguir escribiendo y mejorando esta historia.
¡No olviden votar por el capítulo!
Nos vemos, ¡No se pierdan el siguiente capítulo!
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