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ii. ciudad de tinieblas


LA CAÍDA,
capitulo dos: ciudad de tinieblas!



          CHARLOTTE HARMON REALMENTE NECESITABA TENER SUS PIES EN EL SUELO EN AQUELLOS MOMENTOS. Despertar, simplemente, de aquella pesadilla que empezó de manera tan inocente. Le costó entender cómo sucedió todo eso: la llegada a la gasolinera, el incidente con los policías, aquella cosa mordiéndole el cuello al policía antes de arrancarle un pedazo de carne como si fuese un animal y ella apretando el gatillo. Eran demasiadas cosas para poder procesar, pero agradeció no estar sola en las circunstancias actuales. Leon conducía de la forma más calmada posible, pero la pelirroja podía ver que él estaba bastante alterado con todo lo que había ocurrido hacía unos cinco minutos. La chica que se encontraron en la gasolinera también estaba con ellos, también confundida.

          Conclusión extremadamente penosa, todos estaban alterados.

          (Charlotte se preguntó si eso formaba parte del trabajo.)

          Los nudillos de Leon estaban a punto de volverse blancos por apretar tan fuerte el volante de la patrulla que usaron los policías para ir allí. Charlotte miró hacia atrás, percatándose de que, si alguien les seguía, pero al ver que ya se habían alejado lo suficiente de la gasolinera, ella se permitió suspirar de alivio. La lluvia no dejaba de caer, empapando el auto con gotas gordas y sin piedad. El cartel de bienvenida a Raccoon City brillaba con las luces que se encontraban en la ruta, donde el símbolo de la Corporación Umbrella resplandecía como una amenaza constante a quien se atreviese a entrar por sus puertas.

          Harmon volvió su mirada al frente, intentando de buscar tranquilidad.

          La muchacha de cabellos castaño rojizos miró a los dos con absoluta confusión. Ella vestía unos vaqueros azules, teniendo una funda donde portaba su arma en su pierna derecha y llevaba puesta una musculosa negra con una chaqueta de cuero color roja. Sus orbes eran de un color azul idéntico al que tenían ellos dos. Claramente, ella se sentía igual de confundida que ellos.

          —¿Qué está pasando?—preguntó ella.

          —No lo sabemos—respondió Leon mirándola—. Espero que nos lo expliquen en la comisaría.

          —Huh, ¿son policías?

          —Ajá—dijo Charlotte a la muchacha antes de tenderle su mano—. Sí, soy Charlotte Harmon y él es mi amigo Leon Kennedy. ¿Y tú eres...?

          —Claire. Claire Redfield—respondió ella de manera agitada—. Es un placer conocerlos.

          Leon miró a Claire de reojo—¿Vives aquí?

          —No, busco a mi hermano—dijo Claire alternando su mirada entre los dos amigos—. También es policía.

          —Bueno, me alegro de haberte encontrado—respondió el rubio de manera amistosa—. No sé que pensar de todo esto. ¿Alguna teoría, Lottie?

          —¿Me preguntas eso a mi?—declaró la pelirroja acomodándose su cabello pelirrojo—. Estoy tan confundida como ustedes.

          Leon volvió su mirada al frente, manteniendo el vehículo en línea recta, siguiendo las luces hacia la ciudad donde se encontraban varios colores, rojos y naranjas, que la decoraban como un infierno en el mundo de los vivos—Entonces la única opción que nos queda es la comisaría.

          Charlotte asintió sin más preámbulos, declarando con su tan solo simple silencio que todo podría tratarse de un simple caso aislado y que las fuerzas conjuntas del RPD podían controlarlo sin tener problemas. El trío condujo por la ruta en silencio, esperando con encontrarse con el beneficio de la duda sobre lo que acababan de ver en aquella gasolinera. Claire les explicó la razón por la cual ella estaba buscando a su hermano: él pertenecía a la unidad disuelta de los STARS, específicamente al equipo Alfa el cual, según los reportes que Lottie pudo ver, estaba bajo el capitán Wesker. La pelirroja recordó que ellos dos habían conocido a una de sus miembros, una muchacha de cabellos pelinegros llamada Joy Williams que aún seguía formado parte del escuadrón.

          ¿Capaz ella conocía al hermano de Claire?

          No encontrarían esa respuesta pronto, teniendo en cuenta de que la propia Joy Williams había desaparecido del radar.

          En realidad, el equipo Alfa de STARS ya se estaba desmoronando.

          (Ellos, en realidad, no podían hacer nada al respecto.)

          Leon movió la palanca de cambios para poder aumentar un poco la velocidad, entrando rápidamente a la ciudad de tinieblas que se abría paso hacia ellos como la premonición de una noche que prometía ser fría y húmeda. Había silencio por parte del publico y ellos decidieron no hablar, había sirenas que resonaban en las calles, sirenas que alertaban el posible peligro o una simple advertencia de una amenaza cerca; las luces rojas iluminaban poco, pero las pupilas de los orbes azules de Harmon intentaron acostumbrarse a la gama de color alto y llamativo que podía llamar la atención de cualquiera. Charlotte se quitó el cinturón de seguridad para poder apreciar como la ciudad de tinieblas los recibía a los tres con su incesante inquietud — con su imprudente silencio y con su promesa de no dejarlos salir.

          Charlotte no lo comprendía.

          Charlotte no lo creía.

           Edificios abandonados, autos solitarios.

          Fuego, mucho fuego.

          (También mucha, mucha desolación.)

          ¿Qué había pasado con Raccoon City?

          —No lo entiendo—murmuró la pelirroja mirando con decepción.

          —¿Qué...?—preguntó Claire admirando las calles por donde Leon conducía—. Esto...

           Repentinamente, Charlotte escuchó a alguien hablar a través de un megáfono. O, simplemente, se trataba de una grabación por parte de los medios locales hacia los ciudadanos. Harmon buscó alguna persona viva entre los autos abandonados, los autos chocados o los escombros de algunos de los accidentes — no había ningún alma andante en las primeras calles por donde pasaron, pero el ruido constante de las sirenas terminó por ponerla nerviosa hasta más no poder. El mensaje se repitió al menos unas tres veces, declarando instrucciones sencillas para poder controlar a los ciudadanos:

          "Atención a todos los ciudadanos: Debido a la extensión de la epidemia, les aconsejamos que vayan a buscar refugio en la comisaría de Raccoon City. Se les facilitará comida y medicinas a todo el que las necesite."

          ¿Epidemia?

          ¿De qué rayos estaban hablando?

          Charlotte recordó haber salido de la ciudad hace dos semanas, simplemente para poder recoger el resto de sus cosas para finalmente marcharse de Baltimore y así poder vivir una aventura. Pero esto...esto parecía una maldita pesadilla de una película mala de terror, como si este marcase el comienzo de una de las novelas de Stephen King. Cuando ella salió de la ciudad, todo seguía tan brillante como antes, todo seguía como si la ciudad fuese una simple aventura para los que viniesen a visitarla: una alegre y pintoresca pintura de calles rodeadas de vida. ¿Qué diablos había pasado en esas dos semanas que ellos estuvieron ausentes? Luego, Charlotte recordó que la comisaría les había llamado para posponer su primer día de trabajo a una semana después. ¿Era para evitar esto?

          Claire suspiró con poca esperanza—Oh, dios mío, qué desastre.

          —Esto no estaba así hace dos semanas—declaró la pelirroja—. Todas estas calles estaban limpias y la gente simplemente caminaba, parecía normal.

          —¿Estuvieron aquí hace dos semanas?—preguntó la muchacha de chaqueta roja—. ¿Por qué se fueron?

          Lottie chasqueó su lengua—Teníamos que ir a recoger unos bienes personales que quedaban en Baltimore. No pensamos que pasaría...lo que sea que esté pasando aquí.

          —La comisaría no está lejos—dijo Leon mirando de manera segura a su mejor amiga por el espejo retrovisor—. Sabrán qué pasa.

          —Sí, pero...—empezó Claire antes de bajar la mirada—. ¿Y si estamos solos?¿Y si no hay supervivientes?

          —Alguien estará allí con vida, ¿de acuerdo?—dijo Lottie tocando el hombro de Claire como un gesto de solidaridad y altruismo, intentando de calmar sus nervios (cosa que ella misma no había calmado), dirigiéndose a la mirada del rubio, quien le sostuvo la mirada—. Debe de haber sobrevivientes. Raccoon City es grande, tiene que haber.

          (O eso era lo que esperaba ella.)

          Ella le miró con poquísimas esperanzas, pero él le sonrió, demostrando optimismo hasta sus últimos momentos — tal vez, había algunas respuestas que les estaban esperando ni bien llegaban a la comisaría. Charlotte observó por la ventana mojada una vez más, observando que la cantidad de autos abandonados era más y más grande conforme avanzaban en las cuadras. Muchos de estos se veían destrozados y otros simplemente se mojaban por la lluvia incesante que azotaba a Raccoon City en aquella noche de otoño. Algunos semáforos se encontraban detenidos en el color rojo y otros simplemente estaban sin funcionar, cambiando constantemente de color todo el tiempo. Había basura por todos lados, había fuego y un sentimiento tan desolador que Charlotte dedujo que se ahogaría si llegase a salir corriendo por las calles que albergaban un peligro tan silencioso que ni ella lograría verlo venir.

          —Esto no me gusta—dijo Charlotte luego de un largo y pretencioso silencio.

          Kennedy bufó en voz baja—Decir eso es quedarse corto, Lottie.

          El muchacho de cabellos rubios continuó por la avenida hasta que se encontró con una barricada creada por señales de transito y vallas de contención, siendo bloqueada al mismo tiempo por muchos autos más que se encontraban vacíos, brillando por las gotas de agua que aún caían. Algunas luces encendidas tintineaban a sus costados, brindándoles poca iluminación a las calles oscurecidas por el cielo y la luna que presenciaban la atemorizante noche que se extendía en la ciudad. El trío dentro del auto se quedó en silencio, esperando a que cualquiera diga algo que sirva para llevarlos a la comisaría.

          —Tendremos que seguir caminando—dijo Leon apagando el motor.

          Claire se inclinó un poco hacia adelante, intentando de ver a través de todo el desorden, dónde había personas agachadas atacando a otra — produciendo un sonido gutural horrible. La pelirroja no podía creer que estaba viendo personas comiendo a otras personas, parecían los muertos de la película "La Noche de los Muertos Vivientes" que vieron con Leon en los años 90 a escondidas de Mare Harmon (quien, al enterarse, persiguió a la pobre pelirroja por alrededor de la mesa mientras que Leon estaba escondido debajo de la misma). Ver a esas personas mordiendo con tanto fervor a la pobre víctima que cayó en sus manos provocó que su estómago se revolviera con asco.

          Ella estaba al menos un 95% segura de que vomitaría.

          Era imposible salir caminando por allí.

          Una de esas personas se giró muy lentamente hacia ellos, mirándolos con su rostro ensangrentado. Lottie agradeció a la oscuridad por ello.

          —O corriendo—mención Claire intentando de mantener su compostura.

          —Apoyo la moción—señaló Lottie soltando una risita—. Definitivamente la apoyo.

          Como si fuese repentino, uno de estos se estrelló contra su puerta, gruñendo para intentar abrirla, esparciendo sangre por la ventana, queriendo atacar a la pelirroja dentro. Claire y Leon también tenían obstáculos que les impedían abrir sus propias puertas; Charlotte no dudó en emplear fuerza, queriendo abrir su puerta para poder echarse a correr.

          —¡Dios santo!—se quejó Claire.

          —¡Leon!—chilló Lottie—. ¡Da marcha atrás!

          El rubio no tardó en acatar la orden, moviendo la palanca de cambio hacia reverse, mirando por el vidrio trasero de la patrulla, el cual iluminó su rostro de forma instantánea. Lottie se giró lentamente observando que había dos luces blancas lejanas acercándose rápidamente hacia ellos. Un camión pasaba por las calles, sin control alguno en su conductor y Charlotte se preguntó si esos iban a ser sus últimos segundos en el planeta de los vivos.

          Ella jadeó—¿Qué...?

          El camión atropellaba a cada muerto viviente que se encontraba en su camino. Ese camión definitivamente no tenía las intenciones de detenerse.

          —Mierda—dijo Claire.

          —Lottie, Claire, salgan—espetó el rubio—. ¡SALGAN AHORA!

          Charlotte empujó con más fuerza su puerta para poder salir, pero no lograba dejar que esta se abriera por el peso del muerto que se encontraba abalanzándose contra la misma. Claire soltó un gruñido mientras empujaba la puerta, sin tener éxito alguno en poder abrirlas. Leon tampoco tuvo suerte con la suya.

          —¡No puedo!—exclamó Claire.

          Lottie gruñó—¡Estos idiotas continúan bloqueándonos!

          —¡Mierda!—gritó Leon.

          La pelirroja sintió que el rubio tironeaba de su chaqueta mojada para moverla a los asientos delanteros y Leon la hizo sentar en su regazo antes de rodearla con sus brazos, esperando el impacto que los movió por un par de metros hasta estrellarlos. Lottie no dudó en esconder su cabeza en el hombro de Kennedy, recibiendo una fuerte sacudida por parte del camión. Ella soltó un respingo, tanteando lentamente la puerta después de que reinase el silencio entre ellos. Leon soltó un gruñido antes de quitar los brazos de alrededor de su compañera. Los dos salieron del auto un poco aturdidos y se alejaron un poco, el auto explotando pocos minutos después.

          Lottie se giró, mirando la escena con los ojos abiertos.

          —No...

          El auto estaba en llamas.

          Claire.

           —¡Lottie!

           Leon la empujó cuando otra explosión los azotó contra otro auto, la pelirroja sintiendo que su espalda ya dolía con los golpes. Ambos se levantaron con pesadez, intentando de mantener sus respiraciones estabilizadas. El rostro de Harmon se vio iluminado de color rojo y naranja, ayudando a su mejor amigo a ponerse de pie. Los dos empapándose por la incontable lluvia que caía.

          —¿Qué diablos fue eso?—preguntó Lottie y buscó a Claire con la mirada—. ¡¿Claire?!

          —¡Claire!—llamó Leon—. ¡Claire!¡¿Estás bien?!

          —¡Chicos!—gritó Claire al otro lado y Charlotte se permitió suspirar con alivio—. ¡Sí, estoy bien!¡¿Y ustedes?!

          Los gritos de los muertos se cruzaron justo detrás de ellos, levantándose ante la atención. Harmon soltó un respingo, tomando su arma en mano. Ellos no estaban a salvo allí fuera, Leon tocó su brazo, pidiéndole que sacase su arma para poder escapar.

          —¡No podemos quedarnos!—exclamó Leon a Claire—. ¡Es peligroso!

          —¡Ustedes sigan!¡Los veré en la comisaría!

          Charlotte miró la patrulla—¡Allí estaremos!¡Ten cuidado!

          Los dos amigos se miraron, observando que la pesadilla recién había comenzado a contarse con su primer acto.




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          La lluvia no cesaba y Charlotte sentía que estaba bañándose por segunda vez, el fuego a su alrededor se expandía, provocando que el caos aumentase como una simple chispa. Su arma en mano, su apodada "Mathilda" se encontraba cargada y lista para usarse. Uno de los zombies que venía hacia ellos se movió más rápido hacia ellos, dándole no más opción a la pelirroja que disparar en la cabeza, tumbándolo con una bala; parte de su cerebro salida por el impacto. Más de ellos se acercaban hacia los dos novatos y los dos luchaban por encontrar una salida para poder empezar su pequeño trayecto hacia la comisaría.

          Costaba hacerse escuchar en un espacio tan perturbado.

          (Los dos aún permanecieron juntos.)

          —Esto se está descontrolando—dijo Leon mirando a su mejor amiga, empapado al igual que ella—. No podremos con todos. Debemos retirarnos, Lottie.

          Charlotte gruñó en voz baja.

          Después de todo, ellos no sabían que ocurría en ese momento y en la comisaría lograrían encontrar alguna respuesta. La pelirroja asintió antes de echarse a correr hacia un costado, siguiendo a Leon Kennedy por las calles conocidas de Raccoon. Se alejaron de la única fuente de calor que los mantenía medianamente calientes y corrieron por la avenida esquivando autos, escombros y alguno de los muertos vivientes que se encontraba deambulando por allí. Dios solamente sabía la única amenaza que había decidido azotar contra aquellas calles, Charlotte se preguntó si podría haber piedad con ellos — pero nada estaba escrito en el fuego que emanaba de la destrucción que se creaba a su alrededor.

          —Espero que podamos encontrar respuestas—suplicó Lottie siguiendo a su amigo.

          —¡Confía en las fuerzas locales!—señaló el rubio antes de quitarse un mechón de cabello mojado por la gran tormenta que se desataba.

          El dúo se movió por las calles otra vez, acercándose a las luces que funcionaban y mirando el nuevo camino que trazaban hasta la comisaría. Charlotte se corrió los cabellos que tenía en el rostro, acomodándose su abrigo para volver a tomar su arma con las dos manos. La pelirroja miró en dirección derecha, levantando su vista por unos segundos. Había algunos edificios con luces encendidas, donde podría haber sobrevivientes y eso le dio una pizca de optimismo a la noche, sabiendo que podrían estar seguros de todo el desastre que ocurría frente a sus narices.

          Charlotte miró a Leon—Falta poco para la comisaría, ¿verdad?

          —Sí, estamos a un par de calles—señaló el rubio—. Debemos verificar si hay sobrevivientes por aquí, podríamos llevarlos a la comisaría.

          Ella asintió antes de irse al lado contrario, Leon tomó su brazo, mirándola a través de las gotas de lluvia. Él no quería que ella fuese sola, pero la pelirroja le envió una mirada de advertencia, la cual Leon conocía muy bien: una cara de "no te atrevas".

          —Leon, ya hablamos de esto.

          —Es peligroso.

          —Solo será esta cuadra, nada más—le aseguró la muchacha con seguridad—. Nos volveremos a encontrar aquí otra vez en cinco minutos, lo prometo.

          Leon se encontró dudoso por un momento y, luego de lo que parecía una eternidad, le soltó la mano. Charlotte le sonrió antes de guiñarle un ojo para anunciar su retirada, él no tardó en rodar sus ojos ante la actitud impulsiva de su compañera al verla alejarse y simplemente continuó por su camino. Charlotte continuó por la avenida antes de subirse otra patrulla abandonada, intentando de encontrar alguna persona entre los autos, atrapada o simplemente atorada. Agarró su linterna antes de apuntarla junto a su pistola para examinar meticulosamente su entorno.

          Escuchó un grito.

          Una mujer.

          —Mierda, mierda—masculló la pelirroja antes de bajar del techo del auto.

          En aquellas circunstancias, ella debía moverse rápido y se movió ágilmente entre los autos, concentrada simplemente en seguir la voz y eliminar a cualquier amenaza que estuviese frente a ella para poder lastimarla. Charlotte corrió y se dio cuenta de que había pasado de su límite de área de búsqueda, el tiempo corría y le prometió a Leon que volvería en cinco minutos — al mismo tiempo rezó de que el rubio estuviese protegiéndose con su arma y a salvo mientras buscaba a más personas. Ella se acercó hasta un auto, donde se encontró con una chica que estaba en unas escaleras en los edificios donde se encontraban apartamentos.

          —¡Oye!—exclamó Charlotte preocupada—. ¿Estás bien?

          La chica parecía de su edad y al parecer la perseguía otro muerto viviente.

          Charlotte apuntó con el arma.

          No podía alcanzar aquella altura con ese rango que tenía con su arma. La chica corrió hasta el borde y se encontraba en un callejón sin salida ya que las escaleras estaban obstruidas. Charlotte disparó dos veces más, sin poder llegar a lastimar enemigo que acechaba a la pobre muchacha. Ella estaba decidida en correr por las escaleras para ayudarla, pero al dar el único paso que podía hacer, ella soltó un respingo antes de cerrar los ojos.

          La chica saltó y Charlotte escuchó como su cuerpo se estrellaba contra el suelo.

          Un escalofrío le recorrió la espalda.

          —No...

          Varios gritos de muertos vivientes se escucharon cerca de ella y la pelirroja se mordió el labio antes de abrir los ojos, encontrándose con el cuerpo sin vida de esa muchacha. Una gran mancha de sangre emanaba de su cabeza, dejando ver su cráneo abierto y sus ojos completamente desorbitados. Charlotte negó lentamente con la cabeza, sintiendo pena por el destino injusto que obtuvo aquella muchacha. Al escucharlos más cerca, ella dejó el cuerpo para poder correr en la misma dirección por la que vino, abandonando la misión para buscar más sobrevivientes.

          Leon ya se encontraba allí, mirando hacia todos lados, buscando a su compañera que aún no llegaba — pero Lottie llamó su atención con la linterna encendida.

          —Dijiste cinco minutos.

          Ella le alzó una ceja—Estoy aquí, ¿verdad?

          —¿Encontraste sobrevivientes?

          Lottie apretó sus labios, sintiendo impotencia—Una muchacha, de al menos nuestra edad, estaba escapando de un hostil y se encontró con una escalera bloqueada. Intenté correr hacia ella por que mis balas no llegaban a tal altura y la chica simplemente se lanzó por la borda.

          Leon negó lentamente.

          —¿Tú?

          —Nadie, es increíble.

          —Bueno, deben estar todos refugiados en la comisaría—añadió ella antes de golpear levemente su brazo—. Vamos.

          Los dos continuaron desde aquel punto rápidamente, evadiendo a más hostiles esparcidos y se notaba de que la epidemia se había extendido a una cantidad exacta y demasiado rápido para su parecer. Era inevitable escapar de una simple mordida, ya que ese era el posible punto final antes de transformarse en uno de ellos. La mayoría eran personas muertas que volvían a la vida, otras simplemente se ahogaban en aquella pena agonizante que les daban las mordidas de aquellos seres salvajes y violentos. La sangre que había en las calles era literalmente enfermiza y Lottie se preguntó si ella pasaría la prueba de no vomitar nada si volvía a ver más vísceras o caras rotas en el camino.

          Simplemente, todo era atroz y demasiado nefasto para su gusto.

          —Estamos cerca, lo presiento—dijo Leon con su respiración agitada.

          —¿Hacia donde?—preguntó Lottie.

          Leon señaló un callejón—¡Por allí!

          Los dos se movieron otra vez para dirigirse hacia un callejón donde podían protegerse un poco de la lluvia, esquivando a dos más.

          —Mierda...—masculló el rubio— Todos igual. Se han transformado.

          —Demasiado terrorífico para ser real—dijo la pelirroja a su lado, tomando las escaleras para bajar por el callejón, volviendo a ser iluminados por una luz blanca—. Espero que Claire esté bien.

          —Ella sabrá como llegar al RPD sin problemas—respondió Kennedy mirando a la muchacha de reojo—. Si es como tú, podrá llegar a salvo.

          Un trueno resonó y un relámpago iluminó el cielo, provocando que la pelirroja soltase un respingo. El dúo volvió a caminar por el callejón, encontrándose con otras escaleras. Se giraron súbitamente al escuchar un gruñido detrás de ellos, un muerto viviente caminando lentamente hacia ellos. Charlotte apuntó antes de dispararle en la cabeza, tumbándolo para poder seguir sin tener a nadie detrás molestándoles. Harmon siguió a Leon por las escaleras antes de llegar a otra calle, la cual se encontraba bastante deshabitada e igual de caótica por la que anduvieron antes.

          —Recuerdo esta calle—dijo Lottie antes de dirigirse a un auto.

          Leon no llegó a tomarle del brazo—¿Lottie?¿Qué mierdas haces?

          La pelirroja se volvió a subir al techo del auto, siendo empapada por la lluvia torrencial que era iluminado por la tormenta que se había desatado en Raccoon. Leon observaba que ella buscaba algo, sus facciones siendo iluminadas por luces rojas y blancas, encontrando el punto necesario para el nuevo refugio. Charlotte se concentró en recordar como era esa calle sin el caos que había allí en ese momento.

          —Vamos, Charlotte, piensa—murmuró la pelirroja.

          Distintivamente, reconoció una R a lo lejos, mientras que las otras letras estaban algo oxidadas o corroídas en su pintura blanca, haciendo parecer a la ciudad como un simple vestigio del olvido. Ella señaló en dirección recta, atrayendo la atención de Leon Kennedy.

          —¡Allí!—exclamó la pelirroja—. ¡Allí está la comisaría!

          —¿Estás segura?

          Leon se subió al auto con ella, ambos encontrándose con la entrada de la comisaría a unas tres cuadras. El rubio asintió antes de bajar, tendiéndole una mano a su compañera para ayudarla a bajar. Los dos emprendieron carrera hacia la comisaría, esquivando enemigos lo mejor posible y saltando autos para poder acortar camino. Leon lideró el camino mientras que su mejor amiga le seguía muy cerca, hasta llegar a las puertas del Departamento de Policía de Raccoon City.

          Lo habían conseguido.

          Leon se acercó a la puerta, abriéndola para los dos. Charlotte se quedó mirando hacia atrás, buscando a la muchacha de chaqueta de cuero roja entre los autos, intentando de encontrarla en su camino hacia ellos — pero lo único que consiguió ver fue a más y más infectados acercándose a ellos.

          —Lottie, tenemos que entrar.

          —¿Y qué ocurre con Claire?

          —Ella vendrá, Lottie—dijo el rubio sin más preámbulos—. Confía en Claire, ella vendrá a nosotros.

          Charlotte volvió a mirar en dirección contraria y asintió, entrando antes de que más de los muertos vivientes los acorralasen para ser la nueva cena. Leon trabó la puerta y le envió una mirada reconfortante a su compañera, los dos girándose para mirar la entrada del RPD.

          (Charlotte no sabía que rayos seguía en ese punto.)




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