two.
Jungwon acomodó su corbata frente al espejo de cuerpo completo que estaba pegado al armario, tenía el cabello corto, castaño oscuro cuidadosamente peinado, maquillaje ligero y los labios humectados, su traje completamente blanco lo hacía ver como un ángel para los ojos de Riki.
Se acercó desde atrás y rodeó su cintura, acto seguido le dio un beso en el cuello haciendo a Jungwon reír — Estás perfecto, siento celos de los que te ven.
— Tú eres un exagerado — le dijo golpeándole la costilla con su codo — vamos que se nos hace tarde y desde aquí puedo escuchar a los invitados empezar la fiesta de nuestro aniversario sin nosotros.
El mayor tomó su mano y lo hizo caminar con él, Jungwon tenía una actitud explosiva, siempre era el alma de la fiesta, alzó los brazos a sus amigos con una gran sonrisa para saludarlos.
— Diez, no puedo creer que ya hayan pasado diez años — le dijo Chaewon emocionada — pero ¿cuándo piensas darme sobrinos?
— Yo también quiero saber cuándo podremos ver pequeños Jungwons por aquí corriendo — Jake reía a su lado.
Jungwon se agachó de hombros — chicos saben que Riki aún no quiere hijos — les dijo mirando a la pequeña Eunchae, la hija de Chaewon correr de un lado a otro — necesita tiempo.
— Jungwon — Chaewon miró a Riki conviviendo al otro lado del jardín con sus amigos y compañeros de trabajo — ya no eres un jovencito, hay edades para esto y aunque sigues viéndote espectacular el cuerpo no espera otros años.
— Lo sé, pero cada que hablo sobre eso no terminamos bien — Jungwon también miró a Riki — ¿Crees que no quiero hijos? los quiero, pero no sin el consentimiento de Riki y él quiere esperar.
— Ya esperaron diez años — aseguró Jake.
— Chicos es mi aniversario de bodas mejor hablemos de otra cosa.
El ambiente era amigable, Jungwon conocía a todos los invitados, platicaba con ellos y recibía regalos con una sonrisa encantadora. Fue hasta Riki para llamarlo a bailar quien aceptó con mucho gusto, ambos se movieron a un ritmo lento y suave por la música, como si volaran o así lo creía Jungwon.
Una de las meseras se acercó a ellos y los interrumpió.
— Lo buscan mi señor — Riki soltó a su esposo y miró a la joven, ella sonrió — al señor Jungwon — le dijo a ambos.
— ¿A mí? debe ser de la revista, prometí que nos dejaríamos fotografiar por Vogue.
— Apresúrate, quiero seguir bailando contigo — le pidió Riki dejando un pequeño beso en sus labios.
Jungwon lo besó de regreso y asintió — Yo también.
Fue rápido hasta la sala de su residencia, dentro aún se escuchaba la música del jardín y algunos murmullos. Miró al hombre sentado en uno de los sillones, un hombre que desde lejos se veía de bajo recursos, con la ropa con manchas y desgarres.
Él no conocía a nadie así, ese tipo de personas no estaban en su círculo social, vio a un niño sentado en sus piernas que jugaba animadamente con un avión de papel
Se acercó lento hasta ellos — ¿Usted es?
El hombre se puso de pie con el niño en brazos.
— No es mi nombre el que importa — le dijo, Jungwon frunció el entrecejo — No he venido aquí con dolo para lastimarlo, pero él se ha negado a darle su apellidó por miedo de que usted se entere así que no me quedó de otra más que decírselo por mí mismo, entonces Riki no tendrá ningún pretexto para no darle su apellido a mi hijo.
— Tu hijo — Jungwon señaló al niño con su dedo, su mano estaba temblorosa a pesar de saber que estaba siendo grosero al hacer eso gesto — ¿y de?
— Sí, mi hijo y de Nishimura Riki.
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