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Días habían pasado desde la llegada de su prometido al palacio, y durante estos pudo conocerlo un poco más, descubriendo varias cosas de él, como que le gusta leer y aprender idiomas nuevos, tiene bastante conocimiento en lo que implica ser un emperador, sin embargo lo que más le sorprendió a SeokJin fue el hecho de que también poseía un amor por la música.
Y después de estar días pensando llegó a considerar que no sería tan mala idea desposarse con él. Su padre había escogido al mejor candidato que pudo, ya que aparte de ser digno como emperador, también congeniaba bastante con él. NamJoon era el mejor candidato para él, se dijo.
Pero no el que tú quieres.
Jin sacudió su cabeza tratando de eliminar el último pensamiento.
—¿Príncipe?
—Uh ¿si?
—Le estaba preguntando si esta tarde le gustaría salir a caminar por los jardines. He leído un nuevo libro y creí que sería interesante comentarlo con usted, claro si usted gusta.
—Me parece perfecto, NamJoon.
—Ustedes pueden salir a caminar por los jardines todo lo que deseen, sin embargo deben abrigarse porque el tiempo ha empezado a empeorar y no queremos que afecte en su salud —dijo la emperatriz sonriendo, para luego servirse un trozo de comida.
SeokJin miró a su alrededor observando los pequeños detalles de la habitación real, desde la llegada de NamJoon se había vuelto una tradición compartir las tres comidas del día en los aposentos de sus padres.
—Discúlpenme, pero deseo ir a mis aposentos.
—Has comido poco, hijo —señaló su padre.
—Hoy no he amanecido con el mejor apetito, padre. De hecho, me siento bastante fatigado, así que pido permiso para poder retirarme y descansar un poco.
—Está bien, te puedes retirar. Si te llegas a sentir muy mal, avísanos para llamar al medico real.
—Gracias padre, les avisaré si es necesario. Hasta luego —se despidió con una reverencia, a quienes también se las otorgó a su madre y prometido.
Una vez llegó a su aposento se echó en su cama y cerró sus ojos tratando de relajarse, lo cual logró por unos segundos antes de que la puerta fuera tocada.
—Pase.
—Su alteza, JiMin y Momo insisten en verlo —informó BaekHyun.
—Que vengan —dijo levantándose y estirando su cuerpo en el momento.
—Como ordene.
Sólo bastó unos segundos para que el par de amigos entraran haciendo un alboroto.
—No se imagina lo que le venimos a decir —dijo Momo.
—Entonces dejen el suspenso y cuéntenme de una vez.
La pelinegra abrió la boca para hablar, pero antes de que algún sonido pudiera emitir de ella, JiMin se apresuró a decir:
—JungKook llegó al palacio.
El corazón de SeokJin se agitó y una sonrisa la cual no pudo ser retenida, se asomó a su rostro. Su amiga abría jurado que vio los ojos de Jin brillar ante la mención.
—Yo no sonreiría de esa forma —dijo JiMin—. Sólo es cuestión de tiempo para que se sepa que su prometido ya llegó.
La sonrisa de Jin se esfumó.
—Por un momento olvidé a NamJoon.
—Uh, a usted se le olvida todo cuando se trata de JungKook —acusó Momo con una sonrisa divertida.
—¡Claro que no!
—¡Claro que sí! —dijeron al unisono.
—Como sea, yo he de ver a JungKook.
—No creo que sea buen momento, debe estar ocupado, pero podríamos avisarle que usted lo esperará en la tarde en el mismo lugar de siempre.
—Está bien, avísenle por favor. Me gustaría decirle personalmente sobre NamJoon. Sé que no somos nada, sin embargo de alguna forma siento que debo ser yo el que le dé la noticia.
—De igual manera él ya sabía que usted estaba comprometido —dijo Momo.
—Pero este tranquilo, nosotros le avisaremos para que le espere —JiMin tomó la mano de su amigo y la apretó en señal de confort—. Nosotros ahora debemos irnos.
—Hasta luego y gracias por avisarme.
—Adiós —se despidieron y con una reverencia salieron de ahí.
[...]
—Te extrañé, JungKook.
—Yo igual, ¿Cómo ha estado?
—Bastante bien, aunque algo aburrido y triste por su ausencia... hablando de ella, sucedieron un par de hechos cuando se fue.
—¿Si? ¿Cuáles?
—Hubo un par de cambios en el personales, bajaron un poco el salario debido al mal clima, ya no hay mucho que cultivar.
—Una lastima.
—Oh qué bobo soy, casi se me olvida mencionar que el prometido del príncipe llegó hace unos días al palacio —comentó con una voz inocente que claramente era fingida, mientras una sonrisa traviesa amenazaba con salir.
—¿Qué? —fue lo único que pudo preguntar JungKook, mientras una extraña y molestia sensación abundó su interior.
—Como escuchó: él príncipe ya conoce a su prometido. Y los rumores dicen que está muy contento con él, ya que es elegante, de una familia noble y bastante culto. Me han dicho que suelen caminar por los jardines juntos, riendo sin prudencia alguna.
—TaeHyung...
—Creo que ha olvidado por completo a Jeon JungKook.
—¡TaeHyung cierra la boca! —ordenó furioso.
—Pero JungKook, sólo he dicho la verdad.
—Sé lo que intentas lograr, y no me voy a rendir por nada del mundo.
—Está bien, pero suerte con ello —dijo enojado, y se fue del lugar dejando a un irritado JungKook.
Estaba enojado, furioso, molesto y entre muchas otras cosas más. Intentaba calmarse, pero el simple hecho de imaginar a SeokJin riendo con su prometido le hizo golpear con fuerza la pared, lastimando los nudillos de su mano.
Se preguntó si aquel hombre sería apuesto, si habría llamado la atención de SeokJin, si su príncipe estaría cautivado y feliz con la idea de casarse con él.
Y excusó todos esos pensamientos y sentimientos negativos con que sólo se sentía de esa manera porque ahora sus planes se verían más complicados de lograr. Sólo por eso.
[...]
—Hey, JungKook.
Al oír su nombre, se volteó topándose con un rubio el cual conocía como JiMin. Era su compañero y uno de los amigos más cercanos del Jin.
—Uh ¿hola?
—Hola, lamento interrumpirte, pero venía avisarle que el príncipe le estará esperando en la tarde en el mismo lugar de siempre.
JungKook sonrió para sus adentros, SeokJin no lo había olvidado.
—Estoy agradecido porque me haya avisado, en serio. Yo iré en cuanto me desocupe de mis labores —le dio una sonrisa.
JiMin asintió y le devolvió la sonrisa.
—Yo me tengo que ir, hasta luego, JungKook.
—Hasta luego.
JiMin se fue y JungKook se quedó mirando a su dirección, pensando en que muy pronto volvería a ver a SeokJin. Su corazón se agitó y una sonrisa de la cual fue inconsciente relumbró en su rostro.
Quizá no todo estaba por perdido.
[...]
—¡JungKook! —dijo emocionado SeokJin al verlo caminar a su dirección-. Por un momento creí que no llegaría.
—Lo siento mi príncipe, pero la señora Choi me mandó hacer un par de trabajos que demoraron mi llegada.
—Lo comprendo, lo importante ahora es que después de unos días por fin he de poderle verle —sonrió y lo abrazó sin importarle la imprudencia del acto, sintiéndose mejor cuando sintió los dos brazos fuertes de JungKook envolverle—. Le extrañé.
—Yo igual le extrañé, su majestad —dijo al separarse del abrazo.
—¿Cómo ha estado? ¿Disfrutó del tiempo en familia?
—Sí, extrañaba tanto a mis hermanitos, que estuve muy contento de volver a verlos, al igual que ellos.
—Algún día me gustaría conocerlos.
—Quizá algún día lo haga su majestad.
—¿Y? ¿Algo más que desee contar de su visita familiar?
—Nada de relevancia, ¿y usted?
—Bueno, sucedieron un par de hechos.
—¿Como la llegada de su prometido? —preguntó con un tono fuera de lo común, y logró observar como la sonrisa de SeokJin desaparecía ante lo dicho.
—Sí...
—Felicitaciones, supongo.
—Gracias... uh, me hubiera gustado contárselo personalmente.
—Lo siento, me lo ha contado el personal de servicio.
—Está bien...
—Mejor cambiemos de tema, ¿Ha estado tocando el violín? —preguntó sonriendo, cual acción rápidamente fue copiada por el príncipe reluciendo sus dientes de perlas.
—Sí, me gustaría poder tocarle —dijo, sonrojándose al darse cuenta del doble sentido que se podría entender con esas palabras—, me refiero a tocarle algo de música.
—Comprendo su majestad. Y bueno, espero que dentro de estos días traiga consigo su violín y toque algo, estaré ansioso por escucharlo.
—¿Si?
—Sí —afirmó—. Ahora si no es muy irrespetuoso pedir de mi parte ¿podría abrazarme?
—Con gusto —lo abrazó de nuevo, hundiendo su rostro en el pequeño hueco de piel expuesta del cuello y aspiró el rico aroma natural de JungKook. Jin cerró sus ojos sintiendo como los gruesos dedos de JungKook pasaban por su cabello, masajeándolo con delicadeza—. Realmente le extrañe.
[...]
JiMin caminaba por los pasillos cuando se topó con una silueta familiar, inhaló profundo y aguantó la respiración. Trató de pasar lo más rápido posible para que él no lo reconociera —si es que llagaba a reconocerlo— y siguió caminando derecho sin mirar atrás hasta que alguien le llamó, se volteó topándose con unos ojos amables que de una forma absurda hacían latir su corazón con fuerza.
—JiMin, ¿cómo ha estado?
—Uh, b-bien.
—Me alegro... ¿está ocupado?
—Mhm, no. Acabo de desocupare ¿por qué su pregunta señor?
—Estoy solo y aburrido, y me pareces una compañía bastante buena, ¿te molestaría pasar el rato conmigo?
—Uh yo n-no lo sé, podrían verlo y malinterpretarlo señor, es mejor que pase su tiempo con el príncipe.
—Hablando de él, ¿lo ha visto? Le había propuesto salir a caminar por los jardines y él había aceptado, pero parece que lo ha olvidado. Lo fui a buscar a sus aposentos y por casi todo el palacio y no encontré rastro alguno del príncipe.
JiMin recordó que Jin seguramente debía seguir con JungKook.
—Uh yo no lo he visto y no sé dónde podría encontrarlo, señor —mintió.
NamJoon hizo una mueca.
—Está bien, pero por favor no me diga señor, me hace sentir un poco incómodo, debo ser solo un par de años mayor que usted ¿O es acaso que me veo demasiado viejo?
—Para nada, es sólo por respeto.
—Prefiero que me diga NamJoon —dijo con una sonrisa, JiMin sintió su cuerpo temblar y se maldijo diciendo que no era justo que reaccionara de esa forma por un simple gesto—. Bueno creo que iré a buscar a el príncipe en los jardines, hay unas partes que no recorrí y no habían guardias así que quizá se encuentre ahí.
—¡Espere! —resonó su garganta al darse cuenta que subió más de lo debido el tono de su voz, pero cómo no, si NamJoon llegaba a buscar a SeokJin por esos sectores seguramente le pillaría abrazado de JungKook como muchas veces él los pilló—. Y-yo podría hacerle compañía ahora que lo pienso... deberíamos ir a otra parte del jardín, hay un lago por el otro sector y me gustaría verlo.
—Pero en ese en donde no hay guardias también hay uno, por lo que logré divisar.
—B-bueno sí, pero es más bonito el otro, y también es bastante extraño que los guardias frecuenten ese lugar.
—Oh, está bien, ¿vamos?
—Claro —dijo mirándolo y sonrojándose.
Definitivamente esto no iba a salir bien, no para él ni para su corazón.
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Hola, después de tiempo, aquí esta un nuevo capítulo y quería informarles que se me ha hecho y hará difícil actualizar debido a problemas personales. También no podré poner separadores ni portadas nuevas porque no tengo mi celular T n T y bueno, eso es lo que quería decirle.
Muchas gracias por leer y perdón por cualquier error o falta de ortografía.
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