|Prólogo|
—Madre está enferma... el medico la ha atendido, pero dijo que no podría seguir así sin obtener su paga, a parte ha ordenado unos medicamentos para que los tome, pero tampoco hay el dinero suficiente para ello. A este paso, madre morirá —decía entre llantos JungKook.
—No llores, Kook, no dejaré que madre muera.
—¡No tenemos el dinero suficiente! Apenas tenemos para comer, si madre no muere enferma, seguramente morirá de hambre al igual que nosotros
—JungKook, cálmate, despertaras a nuestros hermanos —exigió YuGyeom.
—Tengo miedo —confesó—. Ella es lo único que nos queda.
—Lo sé, pero haré lo que sea para poder conseguir algo de dinero. Ahora he de dormir, mañana veré lo que haré. Buenas noches JungKookie. Te amo.
—Yo igual lo amo, hermano.
YuGyeom se despidió con un abrazo de JungKook y se fue a acostar con una gran preocupación. Al día siguiente cuando despertó por la mañana se sirvió algo de agua caliente con un pequeño trozo añejo de pan, para dejar el más nuevo a sus hermanos y madre.
Cuando salió de la casa trató de encontrar trabajo ya que hace poco lo habían despedido. No lo logró y sabía que si seguía buscando empleo no sería lo suficiente temprano para salvar a su madre y entre medio de toda la desesperación se le ocurrió una idea, no era la mejor de todas y odiaría hacerlo, pero si con eso podría salvar a su madre, lo haría.
Robaría... por primera vez en su vida lo haría y no estaba orgulloso de ello.
Buscó algo de valor para robar y luego vender, con eso podría comprarle los remedios a su madre, pagarle al médico para que la siguiera atendiendo y con algo de suerte poder comprar comida para alimentar bien a sus hermanos.
Entonces lo encontró: el colgante de oro que brillaba en la muñeca de un señor. Quizá tuvo que haber pensado que no se encontraba solo y que podría ser alguien de importancia, pero no lo hizo, así que simplemente fue a arrebatarle aquella joya.
Salió corriendo cuando logró su objetivo, corrió lo más rápido que pudo para tratar de perder al par de hombres que lo perseguían, cuando lo logró pensó que todo había acabado.
Llegó a su casa, con una mezcla de emociones: felicidad; pues podría salvar a su madre, tristeza; porque ya no era alguien honrado, vergüenza; por ser un ladrón.
—Yu ¿estás bien? —preguntó JungKook al ver a su hermano llorar.
—He hecho algo horrible, JungKookie —confesó.
—Hermano ¿qué ha hecho para afectarlo de ese modo?
—Me he convertido en un ladrón —mostró la joya que robó dejando a JungKook sorprendido—. Con esto podremos pagar el medicamento de madre, pero me siento horrible por haberme convertido en un ser tan despreciable.
—No diga eso hermano... usted lo ha hecho para tratar de salvar a madre. Ha sido la necesidad.
—¿Seguiré siendo su héroe después de todo esto? ¿Me odiaras ahora que sabes esto? —preguntó.
—Hyung, usted siempre será mi héroe, es mi hermano y la persona que se ha hecho cargo de cuidarnos como un padre... lo amo Hyung, nunca podría odiarlo.
Yu sonrió y abrazó a JungKook, después llegaron sus hermanos pequeños, JiHyo, YangYang y RenJun a decirles que madre se hallaba mejor que en la mañana y ahora estaba descansando.
Ambos se acercaron a abrazarlos, sin pensar que iba a ser la último abrazo estando todos juntos.
A los dos días de después llamaron a la puerta con fuertes golpes y cuando JungKook fue a abrirla no esperó a los guardias del emperador en ella.
—Se nos ha informado a través del pueblo que el joven Jeon YuGyeom vive en esta casa. Lo estamos buscando—aclaró el guardia.
—¿Se podría saber por qué lo buscan? —preguntó JungKook ante lo sospechoso que era esto.
—Tenemos una orden de arresto en contra de él por robarle a su majestad el emperador MinHyuk.
JungKook abrió sus ojos y con miedo respondió:
—Él no se encuentra aquí, será m-mejor que no lo vuelvan a buscar —mintió.
—Lamentamos decirle que no le creemos a un simple pobretón como usted —mofó—. ¡Entren!
JungKook trató de detenerlos, pero ellos eran más y no logró más que recibir golpes. Cuando capturaron a YuGyeom que se encontraba en su pequeño cuarto que compartía con sus hermanos varones, todo fue peor. Los pequeños lloraban de pánico por el acto de los guardias allanando violentamente su pequeña casa. La madre salió de habitación al darse cuenta de lo sucedido y lloró entre suplicas para que dejaran a su hijo, pero no fue escuchada.
Cuando los guardias sacaron a arrastras a Gyeom de la casa, JungKook salió corriendo detrás de ellos y llegó a la pequeña plaza en donde ocurrían los castigos y ejecuciones en público. Trató de llegar a donde tenían a su hermano, pero los guardias lo retuvieron y no dejaron que avanzara
—¡DEJENLO! ¡POR FAVOR SUÉLTENLO! ¡ÉL NO ES ASÍ, NECESITÁBAMOS ESO PARA SALVAR A MADRE! ¡POR FAVOR! ¡SE LOS SUPLICO, NO LE HAGAN DAÑO! —gritó lo más fuerte que pudo entre medio del llanto.
Lamentablemente sus suplicas no fueron escuchadas y pudo ver el macabro acto de su hermano siendo ejecutado entre la multitud como señal de advertencia para lo que pensaran hacer lo mismo.
JungKook se desplomó en el suelo y lloró como nunca antes... su amado hermano se había ido, ese era el final para su familia. Cuando la gente se empezó a marchar del lugar JungKook quien se encontraba aún tirado por el shock en el suelo, levantó su rostro y pudo ver como el emperador yacía en un trono de oro mirando desinteresado el inerte cuerpo de su hermano, a los segundos se levantó y ordenó que le trajeran un carruaje para irse del lugar.
Cuando el emperador se fue los guardias decidieron tomar el cuerpo para tirarlo en algún foso, JungKook reaccionó y trató de quitárselos.
—¡Vamos YuGyeom! ¡Reaccione! ¡No puede morir, no puede dejarme! ¡Por favor, hermano! ¡Sé que no se ha ido! ¡Habrá sus ojos, hermanito! —suplicaba tomando rostro de su hermano. Los guardias estaban forcejeando para tratar de quitarlo de encima, pero JungKook se aferraba al cuerpo de su hermano, se aferraba a la idea de que él seguía vivo—. ¡Vamos, Hermanito! ¡Soy yo JungKookie! ¡Yo no le haré daño, soy su JungKookie, el mocoso que lo admiraba desde pequeño, el mismo que siempre va detrás de usted siguiendo sus pasos!
—Ya deja el drama niño. Está muerto, no hay nada que puedas hacer.
—¡NO! Él no está muerto... vamos Yu, habré tus ojos, soy tu JungKookie... por favor no me dejes... no nos dejes... mamá y nuestros hermanos ¿qué les diré? No... no nos dejes, tú no puedes morir... te amo... por favor despierta —sollozaba.
El guardia a ver que JungKook no se apartaba les ordenó a sus compañeros que ejercieran fuerza bruta para de una vez llevarse el cuerpo. Los guardias entre golpes pudieron separar a Kook del cuerpo de su hermano y se lo llevaron.
JungKook quedó herido en el piso en plena calle, todo golpeado y maltratado mientras lloraba por la muerte de su hermano. En ese momento por fin entendió el significado de la palabra odio y juró por su vida que destruiría la del Emperador MinHyuk al igual que él lo hizo con la suya.
Hola c:
Primero que nada quiero decir que llevaba tiempo pensando en escrinir esta historia y hace unos días mi animé y aquí estamos ;u;
Si es que alguien llega a leer esto espero que le guste♡
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