Siete
Advertencia: Este capítulo tiene smut ligero.
A pesar de que ya eran novios y tenía al pequeño borrego entre sus garras Yoongi no era estúpido, tenía que cortejar al menor aunque fuese algo corto, debía tenerlo comiendo de la palma de su mano y claro cegado de amor por el.
Por ahora todos esos pensamientos rondaban por su mente, mientras el reloj marcaba que eran casi las tres de la madrugada y aún no pegaba el ojo.
Era muy molesto, ya que aunque ahora todo su plan iba muy bien el tenía claro que cualquier desliz provocaría que todo se fuera por el drenaje, además no quería apresurar tanto las cosas, el era un alfa arriesgado, no idiota y por sobre todo era desconfiado y eso era lo que en muchas ocasiones le había ayudado.
Todo se congeló en cuanto un fuerte aroma a excitación llegó a su nariz, uno peculiarmente dulce.
Fresas con crema.
Respiró profundo y luego dejó ir el aire contenido lentamente, largo y tendido, pues ese era el aroma de un omega entrando en celo.
Específicamente el aroma de Jimin, el cual parecía empezar a extenderse del cuarto donde este se estaba quedando hasta el suyo.
Maldita sea, maldita sea la Diosa Luna y ese exquisito aroma que aunque no quisiera lo estaba poniendo duro como roca allí abajo.
Gruñó bajo mientras abandonaba la calidez y comodidad de su cama y el cobertor para caminar hasta la habitación junto a la suya. Sus pasos eran delicados, pues si el menor seguía dormido lo que menos quería ahora era despertarlo y menos en ese estado.
Cuando abrió la puerta no pudo reprimir el bestial gruñido que se le escapó, porque más que el cómo parte pensante fue su alfa quién se dejó llevar por las palpitaciones en su entrepierna.
Jodida mierda, me lo quiero coger.
Yoongi bufó ante el hormonal comportamiento de su alfa, sin embargo no le quitó la razón de haber reaccionado así.
Jimin parecía no haberse dado cuenta de su presencia, pues brincaba y se frotaba insistentemente contra una almohada, tan solo con un camisón y su ropa interior cubriéndole, los pantalones de pijama yacían en el suelo tirados como si nada.
El omega gimoteaba y jadeaba con una mano en su boca para evitar hacer ruido y estaba de espaldas a la puerta, gracias a ello Yoongi podía ver su redondo trasero rebotar sin más y allí una gran duda lo embargó.
¿Desde cuándo estaba así y por qué no había sido capaz de escucharlo?
No dio tanta mente a eso y tan solo lo llamó.
Jimin.. —Esperó unos segundos, pero el omega parecía estar en su propia burbuja– Jimin. —Esta vez más claro y demandante. No hubo respuesta- Omega.
¡Mgh! —Y allí tuvo su respuesta, un fuerte gemido de parte del menor ahogado por su mano. Su cuerpo tembló y Yoongi supo que se había corrido gracias a su voz de mando– Y-yoongi-Hyung..
El muchacho parecía luchar entre su parte racional y sus instintos animales, pero al parecer estaba perdiendo y por mucho.
El más pequeño bajó de la almohada y gateó por la cama, coqueto pero sin perder ese deje de inocencia que lo caracterizaba. Por un momento tuvo esos ojitos brillantes haciendo contacto con los propios oscurecidos y a pesar de no haberlo tocado siquiera el chico gimió lastimero, como si quisiera algo y no pudiera pedirlo.
Yoongi caminó hasta tenerlo muy cerca, el aroma cítrico de la fresa con el dulce de la crema golpeando su nariz hasta hacerlo gruñir una vez más, esta vez haciendo lloriquear al menor que parecía chorrear tan solo por su presencia.
Sonrió ladino mientras posaba su mano en la mejilla ajena, acunando su rostro y recibiendo al instante la fuerte necesidad del contrario por frotarse contra su palma.
Su pulgar viajó a sus labios para dejar suaves caricias y en cuanto el menor empezó a chupar pudo ver sus ojos encendidos en un azul que casi brillaba.
Relamió sus propios labios, pues el omega se sonrojó al verse descubierto.
Mira nada más qué tenemos aquí.. —Enterró más su pulgar viendo cómo el menor chupaba con más ansias– Un pequeño, sucio y hambriento omega.
El gemido que recibió le hizo saber que su vulgar hablar era del gusto ajeno.
No esperaba ser despertado por tan rico aroma. —Sacó su dedo y la boquita de fresa pareció desesperada por volverlo a tener allí. Yoongi negó lentamente frente a su carita.
Dejó apenas un piquito en los labios rojizos y quitó su camisa con tranquilidad, pudo ver la pupilas de Jimin más dilatadas, sus ojos encendidos y su cuerpo temblando en anticipación.
Es de mala educación quedarte en una casa y despertar a los anfitriones, cariño, eres un chico muy malo, ¿mh? —Sus palabras no eran despectivas, más bien eran una provocación, misma que al parecer estaban funcionando a la perfección pues el sonrojo incrementó igual que el dulzor en el aroma– Los chicos malos no pueden ser premiados, ¿no crees?
Jimin negó, casi hechizado por esa ronca voz que lo tenía chorreando.
Yoongi sonrió– Los chicos malos deben ser castigados y tú, precioso muñeco, has sido uno muy travieso y malo.
¿Va a castigarme, alfa? —El uso de jerarquías y esa "inocencia" al hablar, Yoongi sintió sus colmillos picar por salir, sin embargo se contuvo, más su aroma no.
Lo haré, cariño. —Rió corto y seco, luego su mirada oscureció y su aroma se hizo más presente– Preséntate para tu Alfa, omega.
El omega tuvo que apretar las sábanas bajo su cuerpo para poder aguantar el temblor y el subidón de calor en todo su cuerpo.
No tardó en obedecer, quitando su ropa interior y en cuanto estuvo por quitar el camisón fue detenido por la voz del Alfa.
Déjate el camisón y entrégame tus bragas. —No tuvo que repetirlo pues el menor así lo hizo, pronto sus bragas estaban en manos del mayor.
No dudó ni un momento en olfatear la tela en sus manos, esta totalmente llena de lubricante y pequeñas gotas de semen.
El omega totalmente sonrojado no dudó ni un minuto en terminar de obedecer la orden, dándole la espalda al alfa antes de pegar su mejilla y pecho a la cama dejando solo en alto sus caderas y con las piernas abiertas para mostrar el agujero que se contraía en busca de atención, totalmente húmedo y necesitado.
El pelinegro relamió sus labios y no se contuvo de dejar un buen azote pintado en la piel, su palma completa impresa en un tono rosa sobre la pálida piel de la nalga izquierda, siendo seguida por la derecha que quedó igual.
Jimin casi sollozó, pidiendo entre torpes murmuros por más.
Yoongi posó dos de sus dedos sobre la entrada ajena, medio y anular presionaron un poco el agujero haciendo gemir por lo alto al omeguita que apretaba las sábanas. Su entrada parecía querer tragar sus dedos pues de inmediato se abrió para el.
Sin embargo el alfa se lo negó al alejar sus dedos ahora húmedos y dejar una nueva palmada en su piel, a lo que fue correspondido con un pequeño grito.
Era bastante receptivo, eso le gustaba.
Repitió el proceso hasta que vio palpitar su entrada, sus ojos llorosos y sus piernas temblando.
A-alfa... P-por favor.. —Dijo entre jadeos– N-necesito... Y-yo.. ¡AH!
No fue necesario que dijera algo más, tan solo decidió complacerlo metiendo dos de sus dedos en el omega, exactamente los mismos con que jugueteaba hace un rato, siendo estos bien recibidos y luego apretados como si no los quisiera dejar salir nunca más.
Mira que culito tan goloso tienes, omega. —Ahora los ojos del alfa también brillaban, totalmente fuera de sí al ser tomado por sus instintos dominantes.
El menor no respondió pues casi al instante el más grande empezó los movimientos con sus dedos, en tijeras para ampliarlo otro poco y las embestidas para hacerlo sentir bien, satisfaciéndose a si mismo al sacar fuertes gemidos y jadeos desesperados del menor.
Cuando el tercer dedo entró Jimin se sentía rozando el cielo, su cordura totalmente ida a la mierda pues estaba nublada por la excitación de estar siendo penetrado por los largos y huesudos dedos de su novio.
Por su lado Yoongi en un arrebato de lujuria se inclinó y tomó entre sus dientes la carne de una de las nalgas del Omega, mordiendo hasta dejar una marca, haciendo lagrimear al más pequeño.
Cuando menos lo esperó ya tenía la piel de ambas nalgas, los muslos traseros, las caderas y la espalda baja del menor llena de sus mordidas.
Y cuando Jimin creía que no podía sentirse mejor Yoongi lo sacó de sus pensamientos e incluso de su mente y cuerpo.
El mayor había empezado a machacar su próstata con sus dedos en un movimiento constante y para nada gentil, y para rematar había tomado su pene entre la zurda para bombearlo al ritmo de la embestidas.
Su cuerpo estaba al borde del colapso, rodando los ojos y mordiendo con fuerza la almohada mientras chillaba y arañaba las sábanas bajo su cuerpo.
Córrete para mí, Omega. —Ese bajo susurro tras su oreja le dio un último empujón.
Su entrada se contrajo contra esos dedos que lo atendieron y su miembro vibró entre pequeños saltitos al soltar largas y espesas tiras de semen caliente, junto a esto los fluidos en su entrada se acumularon y cuando los dígitos lo dejaron vacío su lubricante empezó a salir sin control, empapando la cama, sus muslos e incluso llegando hasta Yoongi.
Jimin volvió en sí pero el cansancio no lo dejó y finalmente cayó, totalmente rendido sobre el colchón.
Yoongi suspiró, también estaba cansado y la erección entre sus pantalones lo tenía desesperado, sin embargo fue rápido al llevar el cuerpo dormido a su habitación no sin antes quitar las sábanas y almohadas de la cama, mañana podrían arreglar el desastre.
Limpió al menor en la tina con agua tibia y luego lo secó, vistió y dejó sobre su cama. El también se duchó con agua tibia, dándose una buena y larga paja siendo el agua la que se llevara la evidencia por las rendijas del drenaje.
Al salir secaba su cabello con una toalla, siendo vestido únicamente por su ropa interior y unos pantalones de tela suelta y fresca, luego de estar suficientemente cómodo se recostó junto al omega que dormía plácidamente.
Acarició su mejilla y suspiró al ver mejor al pequeño a su lado.
¿Podría ser capaz de arrepentirse?
¿Acaso su corazón reaccionaría ante su sed de venganza?
Yoongi no hizo caso a sus pensamientos y tan solo cerró los ojos cayendo rendido segundos después.
¿Acaso su desinteresado Alfa empezaba a sentir algo por el Omega junto a él? Diosa Luna, eres sabia.
-Moon.
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