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Ocho

Advertencia: Este capítulo contiene smut ligero.

Un nuevo día iniciaba en Daegu, el sol llenando de color la mansión de tonos monocromáticos que resguardaba al par de hombres que descansaban en la habitación principal.

Era un día frío, parecía que en cualquier momento el tibio sol quedaría bajo las nubes que amenazaban con mojar todo a su paso.

El suave cantar de los pájaros lo hacía todo más tranquilo.

El primero en despertar fue el alfa, poco a poco abrió sus ojos, gruñendo bajo y tratando de estirarse para hacer crujir sus huesos, sin embargo un cuerpo más pequeño no lo dejó.

Con un bostezo perezoso terminó de abrir sus ojos y fijó su mirada rápidamente en el omega.

Estaba profundamente dormido, se veía tan pequeño y frágil, tan hermoso y gentil.

Somos unos hijos de puta.

La voz de su lobo lo hizo suspirar, pero realmente no sabía por qué.

¿Tal vez era la culpa? ¿O tal vez tenía toda la razón?

De cualquier forma no pudo evitar que un nuevo suspiro acompañará al primero.

No podía retroceder, debía ser inteligente y avanzar, todo con una estrategia limpia era un éxito al final.

Escuchó su celular vibrar, por lo que lo tomó de la mesita de noche y revisó el contenido.

Mensajes de Namjoon, mensajes de Taehyung, mensajes de Jungkook.

El tercer suspiro brotó de lo más profundo de su pecho y supo que sería un día de lo más tranquilo.

Y es que no lo culpen, el ya estaba muy acostumbrado a que algo de acción o cualquier percance en su día lo hicieran moverse rápido, pensar, analizar.

Ese era el resultado de tomar una mafia a los diecisiete.

Dejó de lado su celular y posó su antebrazo sobre sus ojos dispuesto a dormir un poco más. Su respiración poco a poco se volvió más tranquila, acompasada y suave.

Estaba a punto de ceder ante Morfeo cuando sintió que algo cálido y suavecito se frotaba en su vientre. Aire tibio que le hacía cosquillas.

Poco a poco se recompuso y volvió a reaccionar, lo que vio cuando bajó la mirada le sacó un jadeo.

¿En qué maldito momento Jimin despertó y le bajó el pantalón junto a la ropa interior?

El menor estaba entre sus piernas olfateando el ligero rastrojo en la piel de su pubis, restregaba sus mejillas contra esa misma zona y dejaba suaves y gentiles besos en la base de su pene.

Por un carajo, podía ver cómo su polla se endurecía y se levantaba con orgullo para darle los buenos días al omega que osaba atenderlo sin siquiera pedirlo.

Gruñó bajo cuando la lengua salió de entre sus labios y dejó una tímida repasada por el glande.

Parecía un pequeño gatito.

Buenos días para ti también, omega —Yoongi pronunció con ligero sarcasmo, Jimin elevó su mirar y mostró esos azulejos característicos de su lobo.

Una nueva lamida le puso los vellos de punta a Min.

¿Por qué debería usar mi boca para dar los buenos días cuando puedo usarla para comer mi rico desayuno? —Ese tono meloso y bajo le dejó en claro la excitación ajena– Igualmente no pareces enojado, alfa.

El mayor relamió sus labios lentamente y asintió un poco.

No veo razón de enojo —Una de sus manos fue al rostro ajeno y allí dejó suaves caricias en su mejilla– ¿Tienes hambre? Puedes tomar tu desayuno cuando desees.

No lo veía capaz, después de todo el chico era un pequeño borrego indefenso que poco sabía de la vida.

Vaya sorpresa se llevó cuando la lengua se paseó desde sus testículos hasta la punta, dejando en su corto recorrido un camino de saliva espesa.

Jadeó desenfocado cuando la lengua dio pequeños círculos en la punta, repasando peligrosamente el orificio de la uretra.

Con las pupilas dilatadas su mirada cayó de nuevo en el rubio y en cuanto ambos pares de luceros conectaron entre sí, el omega suspiró agitado y tragó en una sola estocada todo el pene ajeno.

Yoongi gimió largo y tendido, lanzando la cabeza hacia atrás y posando por inercia su mano en lo cabellos ajenos.

Pensó ingenuamente que el chico necesitaba tiempo para adaptarse a su tamaño.

Por un carajo, si que sabe usar esa boca.

Le dio la razón a su lobo, apenas sintió el fondo de la garganta ajena el más bajito empezó a mover su cabeza de adelante hacia atrás.

Una idea surcó en la mente del alfa casi como un pequeño destello, pero quiso poner a prueba aquello y tan solo tomó los cabellos ajenos para separarlo poco a poco.

Un pequeño 'pop' se escuchó por la habitación, el omega le miró sonrojado y sobre todo confundido.

Antes de que hiciera alguna pregunta se levantó de la cama. —Recuéstate boca arriba en la cama, omega.

Incapaz de desobedecer Jimin hizo lo pedido y justo cuando abrió su boca para preguntar algo Yoongi volvió a hablar. — Deja caer tu cabeza hacia atrás.

El iris del Omega brilló intensamente, el aroma de su lubricante se hizo más espeso y sus mejillas se tornaron rojas.

Le gusta la idea.

Ver cómo el rubio ejecutaba la posición lo hizo morderse el labio y sin quererlo su miembro goteó algo de pre-semen.

Se acercó acariciando los labios y estos se abrieron. — Buen chico. Alfa tiene una buena carga para ti.

Jimin casi ronroneó y cuando tuvo cerca ese enorme trozo de carne no dudó en darle una lamida rápida.

Con un gruñido de advertencia Yoongi posó el glande en su boca y sin mucho más preámbulo embistió provocando una arcada en Jimin.

Los movimientos eran lentos pero profundos, obligando al omega a tener su garganta relajada para el intruso que la profanaba sin delicadeza alguna.

El mayor estaba en el puto paraíso, esa cálida boquita lo tenía delirando.

Los embistes fueron volviéndose poco a poco más agresivos, mientras por otro lado Jimin gemía y hacía vibrar todo de Yoongi en su boca.

Podía sentir las bolas rozar su nariz y llamenlo demente, pero el suave aroma a café lo tenía bien mojado.

Los dedos del alfa alcanzaron a tomar ambos pezones, empezando a estimularlos aprovechando así que era lo que tenía más cerca y que sabía que sería placentero para el chico bajo su mando.

Una, dos, tres embestidas y el semen llenó la boca de Jimin, obligándolo a tragar todo con rapidez para no dejar caer ni una sola gota.

Un último gemido brotó del pecho del pelinegro mientras sacaba su polla de entre los labios del menor.

Respiró agitado y le miró con atención.

Jimin no se había venido aún, pero estaba a punto.

Quiero comerle el culo, quiero comerle el culo, déjame hacerlo.

Rodó sus ojos y caminó hasta dar vuelta a la cama.

Tomó los tobillos de Jimin y lo jaló hasta dejar esta vez su culo en el borde del colchón, el omega chilló y luego tembló al ser abierto de piernas.

Bajó su atención al alfa entre sus piernas y esos ojos destellando en carmesí lo hicieron gemir agitado y necesitado.

El alfa de Yoongi era aún peor que él como humano, no pensaba, solo hacía lo que quería y ya, pero por alguna razón con Jimin no era así.

Quería comerlo hasta hacerlo sollozar de placer.

Yo también quiero desayunar —Sin más que esa oración se enterró entre las piernas ajenas y empezó a devorar el agujero chorreante del omega.

Bebía con desespero los dulces jugos que salían sin control, mientras la diestra apresaba el rosadito pene.

Le comía el culo con desesperación y lo masturbaba sin contemplación.

¡Alfa! ¡A-ah! ¡Ugh! —Los gemidos se volvieron gritos y palabras incoherentes. Jimin rodó los ojos y apretó los dedos de sus pies.

Las manitos empuñaron las sábanas y  en cuanto su espalda se arqueó las tiras de espeso y tibio semen lo mancharon hasta el pecho.

Yoongi no se detuvo, alargando el éxtasis en el menor y justo cuando estaba por realentizar sus movimientos otro gritó lo tomó desprevenido.

Jimin tuvo otro orgasmo.

El rostro, cabello, cuello y pecho de Yoongi quedaron empapados de los jugos anales del menor.

Con los ojos cerrados relamió sus labios y soltó una baja risa.

Buen provecho, alfa~ —Terminó por susurrar Jimin antes de volver a tomar posesión de su cordura.

Esto sería divertido.

-Moon .

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