Kenma POV

Primer año de bachillerato.
Me despierto y veo un uniforme distinto, que me recuerda que tendré que volver a pasar por presentaciones y, con mala suerte, elegir un club. Espero aue esto último no sea obligatorio.

Según me acerco a la escuela, veo a más gente con el mismo uniforme y la ansiedad se va haciendo presente.

Justo al entrar, en la misma puerta, había unos chicos hablando; dos para ser exactos, aunque uno llevaba un uniforme distinto.
Llamaron mi atención.

El ajeno a nuestro bachiller se fue gritando algo parecido a "llego tarde" y, el otro se dispuso a hablar con un tercero que acababa de llegar, más bajito que la mayoría.

Cuando me quise dar cuenta, ya estaba en la puerta, pasando cerca suya. Miré al más alto a los ojos y noté que eran de un color amarillento, bastante curiosos.

Él se dio cuenta de que le observaba y me devolvió la mirada, además de guiñar un ojo. Estoy seguro de que ese guiño no fue para mí, porque no lo fue, ¿verdad?

Las clases empezaron y, conseguí llegar vivo a mi aula.
Ahora llega uno de los momentos que menos me gusta; presentarse ante toda la clase, por suerte, estoy casi al final de la lista.

¿Por suerte?
Vaya mentira, los nervios son cada vez mayores por cada persona que sale a decir quien es y que hace aquí.
Desgraciada o afortunadamente, mi turno llega.

-Hola, soy Kozume Kenma, me gustan los videojuegos y las redes sociales. Ya está- miro a la profesora, pidiéndole con la mirada el poder volver a mi sitio, pero simplemente dice:
-¿Nada más?- ya está, me cae mal.
-Tengo una PSP, mi juego favorito es el Monster Hunter; la red social que más uso es instagram, me sigue poca gente-respondo mirando al suelo. Noto como ella impacienta.
-Mira niño, vaciles los justos, vuelve a tu sitio- realmente, me da asco y la acabo de conocer.

Va a ser un año muy duro... O unos años.

Tras una larga "charla apacible" con nuestra queridísima tutora -nótese el sarcasmo- y otra clase aburrida más en la que nos recordaban "lo adultos que somos todos" sonó el timbre. Por fin soy libre... Creo

Al salir al pasillo me encuentro con muchos alumnos con folletos bastante currados de los distintos clubes del bachiller.
Es en ese momento en el que me fijo que, en un rincón, están los chicos de la puerta con un cartel que dice "CLUB DE VOLEIBOL NEKOMA".

El voley es un deporte que siempre me llamó la atención pero nunca lo suficiente como para practicarlo. De repente, una voz interrumpe mis pensamientos.
-Hola, soy Yaku, estoy en segundo; Kuroo y yo te hemos visto observando el cartel, ¿te interesaría unirte al club de voley? Es un equipo fuerte, o eso dicen.

Solo una palabra resuena en mi cabeza y hablo inconscientemente.
-Kuro, ¿es él?- digo mirando al chico de pelo negro que seguía sosteniendo el cartel.
-Sí. Entonces, ¿te unes a nuestra causa?- respondió Yaku conteniendo una risilla, seguramente causada por mi pregunta.

Asiento, mientras miro al suelo y noto como mis mejillas se empiezan a sonrosar. "Perfecto, me he unido a un club sin querer, estupendo. Además, ya he llamado mucho la atención para ser mi primer día".

El resto del día transcurre demasiado lento para mi gusto, y tampoco puedo concentrarme en nada.
Esos ojos amarillos inundan todos los rincones de mi mente. ¿Qué me está pasando? ¿Qué es esta sensación?

Al llegar a casa solo una cosa ocupa mi mente.
Decido decírselo a mi madre.
-Mamá, quiero teñirme el pelo.
Un grito de sorpresa proviene de ella, al igual que su reacción tardía.
-Hijo, ¿tienes fiebre?