
XXVI
-Me has mentido.
Baekhyun miró a su secretario con una ceja alzada ante la repentina acusación. Chanyeol lo veía con ojos ofendidos y una mueca rara en los labios. Estaban sentados sobre el cantero que rodeaba uno de los árboles más grandes del patio, había algunos pares más de estudiantes rondando por ahí en el receso. Inesperadamente, no habían estado haciendo más que observar hacia arriba, hacia las verdes ramas del árbol meciéndose levemente por el viento. Los rayos del sol se filtraban por entre las hojas. La mayoría del tiempo que compartían sólo hablaban de trabajo o, en su defecto, se encargaban de las labores con tal concentración que ni siquiera una palabra se dirigían. A Baekhyun le sorprendió que aquella inusual situación en la que se encontraban le agradara, esa silenciosa intimidad se sentía como cálida. Estaban en un lugar bastante relajado y tranquilo, en lugar de charlar sobre cosas importantes les sentaba bien por una vez simplemente... Eso.
Estar juntos, uno al lado del otro, sin más.
Ante su mirada, no hizo más que dar un largo y perezoso bostezo.
Chanyeol pareció muy malhumorado. -Oye...
-¿Qué es ahora?- Dijo, recomponiéndose del bostezo y haciendo un ademán despectivo con la mano.
-Antes me mentiste. Me dijiste que no tenías gustos extraños.
El otro frunció el ceño con disgusto. -¿Podrías dejar de llamar a eso "gustos extraños"? Me suena despreciativo y además,- Lo miró inquisitivo con una ceja alzada. -Ahora tú también tienes "gustos extraños".- Simuló las comillas con sus dedos.
Desvió la mirada, ligeramente apenado. -Bien,- Un momento de expectativa repleto de silencio en el que su jefe luchó por no reírse. -Tú eres gay, ¿verdad?- ¡Bingo!
Baekhyun puso los ojos en blanco. -Enhorabuena, Park Chanyeol.
-¿Por qué no me dijiste la verdad?
-¿Bromeas? Si te lo hubiera dicho habrías salido corriendo como nena asustada.
-¡Eso no es cierto!
-Pues, yo recuerdo que ese día hasta te temblaban las rodillas de lo especulativo que estabas por mi respuesta.- Chanyeol se volvió al frente, cruzándose de brazos y balbuceando cosas inentendibles por lo bajo. Baek se encogió de hombros. -De todas formas, en estos momentos no creo que algo como eso pueda llegar a molestarte.- Lo miró de arriba abajo lascivamente. -He comprobado de buena cuenta que no lo hace.
Chanyeol se volteó con brusquedad. -¿Podrías dejar de hacer eso?
Le sonrió lentamente. -¿Hacer qué?- Se hizo el tonto.
-Me pones nervioso, rayos...- Murmuró el otro, alejándose un poco.
Baekhyun largó una sentida carcajada al aire. En ese último tiempo, había descubierto que amaba poner incómodo a su secretario. Chanyeol era como un niño caprichoso que se enfadaba cada que las cosas no iban como quería, y con él, nada nunca había marchado de acuerdo a sus planes. Apostaba toda su fortuna junto a su empresa a que jamás se presentó a la entrevista considerando un posible amorío con su jefe varón, fue una casualidad que en el fondo resultara ser uno de clóset, aun si ni él tenía idea de ello.
Una casualidad bastante gustosa debía admitir.
-¿Nunca... te has sentido atraído por una chica?- Fue la repentina pregunta que recibió.
Alzó la mirada, debía pensar en ello con seriedad puesto que jamás lo consideró a decir verdad. -No.- Decidió simplemente con un encogimiento de hombros.
Chanyeol lo miró, curioso. -¿Nunca? ¿Ni siquiera de pequeño?
-Ni siquiera de pequeño.- Era la pura verdad, siempre había estado muy seguro al respecto. -Desde que tengo uso de razón me gustan los hombres.
-Ya veo...
Le sonrió, irónico. -¿Te sientes abrumado?
-Bueno, a diferencia de ti a mí sólo me han gustado chicas. Ahora es un poco...- Se pasó una mano por el cabello.
Baekhyun le dio una mirada aburrida. -No lo sé, si tan sólo lo sientes así, entonces, ¿qué más da?
Chanyeol asintió, sabiendo que tenía razón.
-Por mí parte, aun cuando habría filas y filas de hombres que matarían por mi trabajo para estar rodeados de mujeres todo el tiempo, tocarlas y hasta incluso ayudarlas a vestirse, a mí me da totalmente igual.- Pareció divertido. -Es una ventaja. Soy bastante profesional.
Chanyeol sólo se quedó callado y pensativo. Los últimos días junto a Baekhyun le habían hecho replantearse una vida de acciones, gustos y costumbres. Lo aceptaba, podían gustarle los hombres, Baekhyun le atraía, era guapo. Ya era un hecho. Aquella mañana llena de acercamientos demasiado íntimos entre los dos aún seguía fresca en su memoria.
Cuando había llegado al departamento de Baekhyun, había estado igual de nervioso que la tarde anterior. No pudo evitarlo, durante la noche había logrado conciliar el sueño sólo durante unas pocas horas y a duras penas, no había podido dejar de pensar y darle vuelta a muchos asuntos en su cabeza. Inesperadamente, Baekhyun había estado despierto, cosa que lo desencajó bastante teniendo en cuenta que este no abandonaba su cama por nada del mundo y, si lo hacía, era después de una serie de intentos infructíferos, pero perseverantes porque le hiciera caso y se levantara de una buena vez.
No supo qué hacer. Cada mañana se dedicaba a rondar por el lugar a solas, llenando su estómago de café, robando alguna que otra dona de chocolate y leyendo los libros que continuaba dejando a medias por el trabajo. Baekhyun sólo estaba con él al final, cuando lograba abrir los ojos y desayunaba después de la ducha rápida con los ojos aun adormilados y una expresión semejante a la del señor del infierno, luego se iban juntos a la escuela. Pero en esa ocasión, puesto que siempre solía llegar mucho más temprano de lo normal porque sabía que su jefe tardaría en alistarse, tuvo que volver a pasar un tiempo imprevisto a solas con él, sin más que hacer que aguardar a que llegara la hora de partir.
-Buenos días.- Le había dicho desde la puerta, cargando el portavasos descartable de café, la bolsa de la panadería favorita de Baek, y su mochila. Lo había visto sentado sobre el sillón y se había quedado congelado.
Baekhyun había parecido impasible aunque igual de adormilado que de costumbre. -¿Vas a pasar o...?
No le contestó, sólo se deshizo de su calzado e ingresó. Dudó si llevar las cosas a la cocina o dejarlas frente a él sobre la mesa ratona del salón; Baekhyun lo resolvió chistándole e indicándole con una seña que fuera hasta allí, al parecer no pensaba moverse. Se arrodilló, dejó todo sobre la mesa y le extendió uno de los vasos de café sin mirarlo a la cara, entonces se sentó en el suelo de espaldas a él y cogió su propia bebida. Oyó cómo sorbió su latte y el silencio que se produjo después de toda aquella extraña bienvenida resultó estúpida hasta para él. Ayer había comprendido que los besos que compartieron fueron correspondidos y nada del otro mundo.
Baekhyun también le había dejado claro que tampoco le importaba que siguieran haciéndolo si se daba la ocasión otra vez.
-¿Dormiste bien?- Había preguntado, viendo a la pantalla negra de la televisión de plasma en frente, apagada. -No sueles ser tan madrugador.- Había sonreído de medio lado aunque el otro no podía verlo.
El silencio era tan patente, que comenzó a creer que detrás suyo en realidad no había nadie. Entonces sintió el crujido de los cojines del sillón y el sonido del cuerpo de Baek deslizándose hasta llegar a su lado, sentado en el suelo. Lo vio de soslayo, simplemente se había quedado allí, no lo miró, tampoco le contestó. Pensó que quizás le habría sucedido algo malo. Una pesadilla, tal vez. Pensó que quizás se había pronosticado tormenta para aquella noche y se le había pasado por alto.
Pero ninguna de esas fue la respuesta acertada... Al menos, eso creía.
-Yo no pude dormir muy bien.- Le había dicho, ganándose su atención por fin, Baekhyun lo había mirado enseguida. Chanyeol también lo hizo y esa vez la sonrisa fue directa para él. -No pude... Estuve...- Humedeció sus labios resecos. -Estuve pensando en ti.- Había confesado sin pensárselo muy bien, pero de verdad sintió que quería decirlo.
¿Habría estado muy mal?
Luego de eso, recuerda a Baek dejando su café de lado, reacomodándose de cara a él y echando un tanto su cabeza hacia atrás, como si estuviera esperando algo. A Chanyeol, desde su perspectiva, le había parecido como si estuviera ofreciéndose de alguna manera, y su garganta también había estado seca de un momento a otro. Se volvió hacia él, posó delicadamente las manos en la base de su cuello y delineó con sus pulgares el hueso de su maxilar inferior. Después de eso, lo besó. Largo y tendido. Y Baekhyun lo correspondió, abriendo su boca y metiendo su lengua. Se percató de que debían asistir a clases justo a tiempo, e incluso así siguieron besándose de vez en cuando. Después de que Baek se ataviara con su uniforme, luego de que tomara sus cosas de la habitación, incluso dentro de la limusina que los llevaba todas las mañanas a Yoksei.
Fueron pequeños besos que ni siquiera dudaron en robarse, tampoco pidieron permiso.
Aunque ya no le importaba tener esa clase de emociones por un muchacho, aún se sentía un poco agobiado por todo.
Fue muy repentino.
De la nada apareció Kyungsoo y se sentó entre medio de ellos, haciéndolos separarse y expulsándolo por completo de su mente y sus cavilaciones. Con una sonrisa, su mejor amigo pasó los brazos alrededor del cuello de ambos en un improvisado abrazo.
-¡Kyung!- Le sonrió, verdaderamente feliz de verlo por primera vez en toda la jornada.
Baekhyun enseñó los dientes y se sacó su brazo de encima de mala manera. -¿Qué estás haciendo aquí?
-Disculpen, par de tórtolos, no quería interrumpir su sesión de amor, pero tengo que hablar con mi mejor amigo.- Se giró hacia Chanyeol, ignorando completamente el despliegue borde del otro bajito a su lado. -Por si no lo sabías, ya están las fechas para las presentaciones de Kang Ji Sook.
Los ojos de Chanyeol comenzaron a brillar. -Oh...
-Serán sólo tres y tienes pase para la primera, pero podrás ir a todas si quieres.
-¿Eso está bien?
Kyungsoo se encogió de hombros. -Claro. Una simple palabrita de mi parte y ya.
-No sabes cuán agradecido te estoy.- Dijo con sinceridad.
-Oh, para ya.- Sonrió Kyungsoo con modestia y un pequeño ademán. -Eso no es nada, siéntete realizado una vez que lo hayas visto y hablado con él.
-¿Hablado con él?- Chanyeol pareció exaltado de un momento a otro.
Le pintó una extensa sonrisa, una que hasta podía rivalizar con la suya. -Habrá una fiesta privada luego de la primera presentación, será algo así como una cena. Desde ya, he pedido que te invitaran y, obviamente, allí estará Kang Ji Sook en persona. Podrás decirle lo que desees.
-Kyungsoo...- Balbuceó con los ojos saliéndose de sus cuencas. -Tú... ¿Tú estás bromeando? Es decir...- Se quedó sin palabras.
-Por supuesto que no, tonto.- Rodó los ojos al ponerse de pie.
-Yo... Dios, realmente no sé qué decir, me siento tan emocionado que apenas y sé cómo reaccionar.- Cubrió su rostro surcado por una gigantesca sonrisa.
Kyungsoo le sonrió de igual manera. -Te diría que dejes de hacer cosas vergonzosas como esa, pero es tu encanto.- Se estiró para apretarle una mejilla con cariño.
Baekhyun estuvo a punto de separarlo, pero se frenó a último momento. Sí se replanteó moverse cuando vio que su secretario intentaba acariciarle el cabello con otra de sus sonrisas brillantes y compradoras.
-¡Oye!- Se adelantó, tomándolo del brazo repentinamente. Los dos lo miraron y él vio hacia Kyungsoo con el ceño fruncido. -¿Ya has terminado? Esfúmate.
-¡Baekhyun!
-No, no, Chan.- Habló Kyungsoo con diversión. -Baek tiene razón, me he inmiscuido en uno de sus momentos apasionados. Los dejaré para que puedan seguir besándose a escondidas.
Mientras Kyungsoo se iba pegando saltitos y tarareando una canción, Chanyeol escondió su rostro en una mano. ¿Por qué todos eran tan desconsiderados e inoportunos para hablar? Cuando se volteó, Baekhyun estaba observándolo con el ceño fruncido.
-¿Qué es ahora?
-No quiero.- Mencionó como un niño enfurruñado.
-¿Qué es lo que no quieres, Baek?
Puede que aquellos dos no se llevaran de mil maravillas y no fueran, ni siquiera, mínimamente parecidos, pero a veces había que tener una paciencia desmesurada tanto con Baekhyun como con Kyungsoo. Para hacer perder los estribos eran geniales.
El otro pareció algo reticente. -No quiero que le revuelvas el cabello a él también.- Balbuceó.
Eso lo tomó por sorpresa. -¿A Kyungsoo?- Cuestionó incrédulo.
-¡A nadie!
-¿Te molesta?
-Sólo quiero que lo hagas conmigo.
Dios santo... En ese preciso instante, Chanyeol odió al universo entero por estar en medio de la escuela rodeado de personas porque quería besar a Baekhyun hasta dejarlo sin aire. Con una risilla conmocionada, procedió a hacer aquello que siempre le hacía y que hasta ese momento no sabía que le gustaba tanto: revolverle los cabellos. El más bajo pintó una expresión increíblemente a gusto. Chanyeol lo tomó de las mejillas y fue tan adorable que no pudo resistirse, viendo a su alrededor primero para cerciorarse de que no eran observados, le dio un pequeño beso en los labios con rapidez.
Baekhyun parpadeó. -¿Qué fue eso?
Se encogió de hombros. -Me apetecía hacerlo. ¿No puedo?- El otro resopló y se cruzó de brazos con el ceño fruncido, aunque no le dio ninguna negativa. -¿No te alegras por mí, Baekhyunnie?- Intentó comprarlo con otra sonrisa.
-¿A qué te refieres?
-A Kang Ji Sook, todo lo que Kyung está haciendo. Sabes que es muy importante para mí, ¿verdad?
Entonces Baek giró su rostro con pintas de ofendido. -La verdad es que sólo me lo figuré, puesto que jamás me has hablado sobre querer ser arquitecto o cosas así...
Chanyeol pareció divertido. -¿Estás molesto por eso?
El otro lo miró con altanería. -Por supuesto que no.
-Amo cuando te haces el desentendido.
-No sé de qué hablas.
-Continúa así, Baekkie.
-Te odio. No te imaginas cuánto.
Chanyeol rio con ganas a la vez que se ponía de pie y le acariciaba el cabello con ternura. -A partir de ahora sólo haré esto contigo.- Ladeó su rostro de forma adorable.
Baekhyun se lo quedó viendo un momento, pareció ligeramente perdido antes de que sus labios temblaran en una mueca enfadada. -¿Sabes? Si hubiera sabido, yo también podría haberte llevado a ver a ese tipo.- Declaró de repente, dejando a Chanyeol en otro pequeño estado de estupefacción.
-¿Te refieres a Kang Ji Sook?- Cuestionó con las cejas arqueadas.
Chasqueó la lengua y se lo quitó de encima. -Lo que sea. Kyungsoo no hace gran cosa, sólo tiene ventaja porque te conoce mejor.
-¿Sabes que esto no es ninguna competencia, no?
-Nadie habló sobre una.- Le lanzó, rápido y perspicaz como de costumbre.
Chanyeol descendió lentamente hasta quedar de cuclillas frente a él, cuando descubrió sus ojos volvió a sonreírle, esta vez de forma más suave. -Ahora te miro desde abajo y tú desde arriba.- Rio como tonto, cosa que hizo sonreír a Baekhyun en consecuencia. Le pinchó el estómago con un dedo. -Anda, di que te alegras por mí.- Dijo entre morisquetas.
-Nunca dije que no lo hiciera...- Susurró Baekhyun, su tono era considerablemente más débil que antes.
-¿Entonces lo haces?- Insistió con emoción. -Dímelo directamente.
El otro se puso de pie con algo de brusquedad, empujándolo un poco hacia atrás. -No te pases de listo.- Apuntó con un dedo sobre su pecho antes de darse la vuelta y alejarse.
El más alto simplemente sonrió con diversión y corrió tras de él. Quién sabe... Quizás, con mucha suerte, lograra acorralarlo en alguna zona despejada.
******
-Aquí tienes todas las actas de las reuniones del consejo, asegúrate de que estén ordenadas por fecha, hora y ubicación. Chequea los registros, haz un informe general con lo más pertinente y envíamelo.- Baekhyun comenzó a caminar de vuelta hacia su oficina, pero se detuvo a mitad de camino. -Recuerda leer y clasificar la correspondencia.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-No.
-¿Qué haces aquí?- La cabeza de Chanyeol apareció por encima de todo el papelerío dejado en su escritorio. -No tienes permitido rondar por la empresa.
-¿Por qué preguntas si de todas formas harás lo que quieres?- Abrió la boca para contestarle, pero Baek lo interrumpió a tiempo. -Trabaja.- Con esa simple palabra, dio un portazo y se encerró en su oficina.
Chanyeol infló sus mejillas y suspiró, vislumbrando todo el trabajo que tenía para hacer. Estiró un poco los brazos, rotó sus hombros e hizo crujir los huesos de sus dedos, entonces se puso manos a la obra. Dudaba terminar alguna vez de otra manera. Pasó bastante tiempo acomodando y corrigiendo las actas de reunión cuando decidió que definitivamente necesitaba ir al baño. No podía ignorarlo más. Sin embargo, si Baekhyun salía y lo descubría fuera de su lugar le arrancaría los brazos; no era una opción preguntarle si podía retirarse por tan sólo un par de minutos, a sus brazos les depararía el mismo destino por interrumpirlo por algo tan tonto.
Entonces, desde la otra punta del pasillo, apareció su salvación.
-¡Cho Hee noona!
Ella caminaba apresurada, cargando varias muestras de tela entre sus brazos. -Oh, Chanyeollie.- Le habló de forma descuidada, sin siquiera mirarlo.
-Noona, ¿podrías ocupar mi asiento un momento?
-Oh, lo siento, cariño.- Pasó por delante de su escritorio. -Estoy muy atareada.- Lo sorteó con la misma premura.
-Está bien. ¡Que te sea leve!
Cho Hee alzó como pudo una mano en señal de escucha. Chanyeol se echó sobre el respaldo de su asiento y cruzó las piernas. No creía poder aguantarse. Mordisqueando su labio, se inclinó sobre el escritorio para observar la puerta de la oficina de su jefe... Salir unos segundos no le haría daño a nadie, ¿verdad? Además, posiblemente Baek no saliera en todo el rato y ni siquiera se daría cuenta de que había escapado. Sin un pensamiento más, corrió hasta los baños a la vuelta del corredor, para su mala fortuna estos estaban clausurados, así que bajó las escaleras para encontrar otros. Pensó en tomar el ascensor, pero tardaría demasiado en llegar y honestamente estaba desesperando.
Cuando acabó con sus necesidades, salió del cubículo sintiendo un gran alivio y una gran tranquilidad. Si Baekhyun intentara matarlo en esos momentos, no le importaría demasiado. De todas formas, prácticamente trotó hacia su escritorio con la intención de volver al trabajo, pero...
-Estará listo dentro de muy poco, te lo aseguro.
Simplemente le fue tan imposible no husmear como vivir sin respirar. La voz amortiguada provenía de la sala de reuniones y sabía que en esos momentos no se celebraba ninguna porque no figuraba en los registros ni en las agendas, cosa que le resultó extraña. Se acercó con cautela, ¿quién podría estar usando un salón entero para sí mismo?
-Aun así yo no me confiaría...
Frunció el ceño. ¿El vicepresidente Kim Il Wook? No escuchó a nadie más, así que supuso que estaba manteniendo una conversación por teléfono.
-Teniendo en cuenta todo el embrollo judicial que...- Dejó las palabras en el aire, pareciera escuchar lo que el otro estaba diciendo. -Será mejor proceder con delicadeza.
A pesar de que la puerta estaba cerrada, aún podía oír mínimamente sus palabras pegando la oreja sobre la madera. Ese hombre no debería ser tan descuidado. Una carcajada invadió sus tímpanos.
-Está todo más que asegurado.
No podía verlo, pero se lo imaginó sonriendo al pronunciar.
-No tendrá forma de salir de esta.
-Ugh...- Su estómago comenzó a doler repentinamente.
-Aguarda.
Escuchó pasos acercándose y, casi a la velocidad de la luz, salió pitando de allí para ocultarse detrás de la pared del pasillo alterno. La puerta de la sala se abrió y se cerró a los pocos segundos después de un terrorífico silencio que hizo que su corazón latiera con rapidez contra las costillas.
No sabía por qué, pero creía que si lo hubieran descubierto escuchando esa conversación, no le habría ido nada bien.
Para cuando por fin volvió a su escritorio, estaba tan meditabundo y ansioso que ni siquiera se dio cuenta de todo el tiempo que había tardado ni de cómo Baek abrió la puerta intempestivamente justo cuando él se sentaba sobre el sillón giratorio. Su jefe se acercó pisando fuerte y pateó una de las patas de la mesa.
-¿Dónde demonios estabas? ¿Te he dado permiso para dejar tu sitio?
Sin embargo, Chanyeol siguió con la mirada perdida. -Baek...- Habló con voz queda. -Yo... Yo no confío...
-La próxima vez que salga y no te vea en tu puesto, te corro.- Declaró para alejarse luego.
El más alto sólo miró en dirección de dónde había venido y mordió su labio. Dudaba que aquel nudo en el estómago desapareciese en esa ocasión.
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