
XXIX
-¡Voy a morirme!
Minseok, que masticaba un sándwich con completa parsimonia, se giró a ver a Baekhyun sentado a su lado.
-¿Qué le sucede ahora?
Este miró a su secretario con malhumor a la vez que se encogía de hombros. Chanyeol estaba sentado delante de él con la frente pegada en el banco mientras balbuceaba cosas inentendibles. En un momento, se irguió repentinamente y los vio a todos con los ojos enormes y llenos de miedo.
-Ustedes también lo harán...- Susurró con voz trémula.
Todos lo vieron con desconfianza.
-¿Haremos qué, Yeol?- Preguntó Jongdae.
-Morirán.- Sentenció. –Noona lo descubrirá y estaremos acabados. Me encontrará y me matará y luego seguirá con ustedes, pero no se detendrá allí, prenderá fuego Seúl y seguirá con el resto del país...
-Dios...- Junmyeon se volteó a ver a sus amigos con el ceño fruncido. -Esto es grave.
-¿Quieres contarnos qué fue exactamente lo que sucedió?- Cuestionó Minseok, todavía masticando su comida.
Jongdae lo vio con molestia. -Si comes ahora, luego no comerás para el almuerzo.
El otro se encogió de hombros con indiferencia. -No lo haré y ya.
-Pero si no lo haces te dará hambre a la hora, ¿y entonces quién tendrá que aguantarte todo quejumbroso?
Minseok le sonrió enormemente. -Me aguantas desde la primaria, sólo lo harás una vez más.
-Siento que no será sólo una vez más...
-¿Chanyeol?- Se adelantó Luhan, incapaz de dejar pasar el desenfreno de su amigo. -¿Estás bien?- Intentó darle una sonrisa de ánimo.
El aludido cubrió la mitad de su rostro y negó con la cabeza.
-Oye, nos estás asustando. ¿Mataste a alguien o algo así?
-Peor.- Suspiró. Los miró mordiendo su labio inferior. –He arruinado el vestido de novia de mi hermana.
Todos abrieron sus ojos con enormidad.
-¿Bromeas?
-¿Qué has hecho, Chanyeol?
El más alto agachó su rostro con culpabilidad. –Antes de salir he tirado mi taza de café sobre la falda.
Luhan jadeó, llevándose una mano al pecho. Baekhyun se estiró para golpearlo en la cabeza con dureza.
-¡Idiota! ¡Debería despedirte!- Lo acusó.
-¡Perdón!- Lloriqueó con ambas manos sobre su cabeza.
-¿Cómo te atreves a arruinar una prenda con tu estupidez? ¡No tienes perdón!- Volvió a echarse sobre su silla con un suspiro hastiado.
-¿¡Que voy a hacer, Baekhyun!?
-A mí no me mires.
-¿Q-qué has hecho con el vestido?- Intervino Luhan, igual de injuriado que Baek.
-Lo he escondido en el armario del pasillo que lleva al baño.- Respondió, logrando que Baekhyun chasqueara la lengua con fastidio.
-Tu hermana te matará, Chanyeol.- Negó Jongdae.
-No saben lo mal que me siento.- Cubrió su rostro con ambas manos. -Cuánto han trabajado para comprar ese vestido... Ojalá Yoora lo vea y venga a aniquilarme. No merezco clemencia.
Minseok, que no había abierto la boca en todo el rato en lo que acababa su bocadillo, acabó de un trago largo su botella de jugo de naranja y la dejó con un suspiro. Miró a Chanyeol con el ceño fruncido. -¿Qué demonios hacías tomando café cerca del vestido?
Hubo unos segundos de silencio, Chanyeol gimió de forma lastimera y volvió a regodearse en su desgracia, ganándose una mirada de pena por parte de los demás, apiadándose de él y de su pobre destino. Al final, Baekhyun resopló, exasperado, y pateó su banco para llamar su atención.
-Haré el vestido para tu hermana.- Declaró sin más.
Los ojos de Chanyeol comenzaron a brillar. -Pe-pero no podremos pagártelo...
Baekhyun suspiró. –Olvida eso.
Entonces se reincorporó, más serio. -No puedo abusar de tu amabilidad de esa manera.
Su jefe restó importancia a sus palabras con un elegante ademán de su mano. -Tómalo como el regalo de bodas de mi parte.
-Yeol,- Se lo escuchó a Luhan. -Te aconsejo que aceptes el obsequio.- Se adelantó con entusiasmo. -No es cualquier cosa. Es un vestido de Nita K, tu hermana caminará sobre nubes cuando se entere.
Chanyeol reconsideró la propuesta.
-Así será.- Determinó Kwon Baek, cruzado de piernas y con su espalda recta.
-Oye, yo no dije nada tod...
-¿Para cuándo es?
Y ahí fue cuando Chanyeol volvió a pintar una expresión avergonzada. -¿Dentro de... cuatro días?- Sonrió enormemente.
Y como respuesta sólo sintió otro fuerte dolor en la cabeza.
******
Baekhyun sabía que era sábado y eso sólo significaba una sola cosa: dormir hasta que sus párpados pidieran basta.
No recordaba cuándo había sido la última vez que había utilizado un sábado para descansar, solía madrugar o pasar de largo por el trabajo y todas las cosas que tenía que hacer, pero en aquella ocasión había decidido darse un respiro y acaparar la cama hasta tarde. Cuando despertó debido a que su organismo le advirtió que ya era suficiente, aun así se dio media vuelta, enrollándose entre las cobijas como si de una bolsa de dormir se tratara, y se obligó a seguir durmiendo. Cosa que logró, al menos a medias. Dormitando oyó un ruido extraño, frunció levemente el entrecejo y se preguntó si sería el estúpido de Chanyeol, cosa que descartó al instante puesto que aquel día no tenía por qué molestarlo, se lo había dado libre.
Al no percibir más nada, se dijo que probablemente sería su imaginación y volvió al proceso de intentar dormirse. Mejor de esa manera, porque a quien se atreviera a molestarlo en esos momentos sería capaz de...
-¡Baekhyunnie!
-Voy a matarlo...- Gimió, cubriendo sus ojos con un brazo.
Chanyeol se adentró con una gigantesca sonrisa cubriendo su rostro y se subió a la cama para comenzar a saltar sobre él.
-¡A que no sabes! ¡A que no sabes!
-No, no sé, Chanyeol.- Contestó botando de arriba abajo, completamente resignado.
El otro dejó de saltar para elevarse sobre él, con las piernas a los lados de sus caderas y las manos a los costados de su rostro. Le sonrió desde arriba, igual de resplandeciente que el sol colgado sobre el telar celeste del cielo allí afuera.
-No me ha matado. Yoora noona me ha perdonado la vida.
-¿Es así? Qué conveniente.
-Cuando llegué a casa tuve que correr por toda la cuadra para que no me atrapara. Luego terminó echándome al suelo y estuvo a segundos de golpearme...- Desvió la mirada, avergonzado.
-Oh, Dios, cuéntame más.
-Pero le he dicho que Kwon Baek tenía planeado diseñarle un vestido exclusivamente para ella y se ha largado a llorar de la alegría.
-Me harás llorar a mí...
-¡Incluso me ha agradecido por arruinar su vestido a sólo cuatro días de la boda!
-¿Podrías mandarme el resto de la historia por e-mail?
Chanyeol frunció el ceño. -No me estás escuchando y estás siendo demasiado descortés.
-Como sea, Park, quítate para...
Baekhyun estuvo a punto de comenzar a removerse para salir de la cama, pero se detuvo al instante cuando miró con detenimiento al otro todavía encima de él... Entonces, una lenta y pícara sonrisa nació en su cara antes de sacar sus propias piernas atrapadas entre las de Chanyeol y, en un rápido movimiento, rodearle las caderas, provocando que se acercara más y sus cuerpos estuvieran deliciosamente pegados. Las manos de Chanyeol se deslizaron y cayó sobre él, aunque al instante se apoyó sobre sus codos para no terminar de aplastarlo.
-¿Q-q-qué...?- Tartamudeó como un tonto mientras lo veía con pasmo.
Baekhyun se relamió los labios a la vez que entrelazaba los brazos alrededor de su cuello. -¿Recuerdas lo que te he dicho antes, Chanyeol?- Canturreó, jugueteando con el cabello de su nuca.
Logró negar quedamente con su cabeza, estaba comenzando a gustarle demasiado toda la situación. Sus ojos se clavaron en los labios de su jefe, rosados y brillantes por la saliva.
El otro se removió sinuoso sobre el colchón. -Te dije que si volvías a despertarme de esta manera, te arrepentirías.
Chanyeol sonrió, ladino. -¿Ah, sí? Me encantaría ver lo que tienes planeado.- Le siguió el juego.
-Mmm...- Baek fingió sopesar la idea. -Dejaré que te embarres tu solito.- Lo retó, acercándose peligrosamente a su boca, pero sin llegar a rozarla.
-Lo haré con gusto.
Y aquellas fueron las últimas palabras farfulladas de Chanyeol antes de terminar con aquella maldita distancia que los separaba y caer en picada sobre su boca. Mientras se saboreaban con parsimonia, como si tuvieran todo el tiempo del mundo, ambos notaron pequeñas sonrisas en los labios del otro. Jugaron un buen rato antes de que Chanyeol se tomara el atrevimiento de bajar para comenzar a mordisquear la larga extensión del cuello de Baekhyun. Este último hizo la cabeza hacia atrás con un pequeño balbuceo entre dientes, permitiéndole todo el espacio para hacer lo que deseara. Chanyeol pellizcó con sus dientes y luego beso cada una de las marcas moradas que provocó, el deseo de hacer aquello se había instalado en su mente hacía un buen tiempo atrás. La piel de Baekhyun era blanca y lisa, perfecta, tanto así que sólo deseaba corromperla.
No supo de dónde provenían todos esos impulsos tan repentinos, pero supuso que si era con Baekhyun, entonces cualquier cosa estaría bien.
El más bajo volvió en busca de su boca para continuar con una sesión de besos que se encausó de forma mucho más apasionada, casi desesperada. Sus respiraciones eran agitadas, sus pechos se rozaban cada vez que tomaban aire. Baekhyun se apretó más contra él, causando que sus entrepiernas se rozaran y ambos jadearan entre dientes. Chanyeol se sentía extraño. Jamás se había imaginado jadeando deseoso por otro hombre, pero al fin de cuentas, le daba completamente igual. Sin pensárselo dos veces y guiado por aquel instinto divino a base de impulsos, coló ambas manos bajo la remera de Baekhyun, tocando toda la piel de su torso. Instantáneamente sintió sus palmas hirviendo, tenía mucho, muchísimo calor. Baekhyun gimió bajito y su corazón se alborotó.
Lo miró con inseguridad. -¿Puedo...?
-Quítamela.- Se adelantó el otro con voz entrecortada.
Y Chanyeol arrojó lejos la prenda de ropa con completo gusto. Más piel para marcar. Sus grandes manos acariciaron el pequeño y delgado cuerpo de su jefe.
-Sigo esperando la parte en la que me arrepiento, Baekhyunnie.- Le terció con media sonrisa.
Él le sonrió de medio lado. -No hables tanto.- Y se acercó para besarlo fervientemente.
Chanyeol le correspondió encantado. Baek parecía desesperado por él y eso sólo lograba animarlo más. Entre besos, el más alto logró escuchar algo proveniente del salón, cosa que lo descoló un poco.
-¿Oíste algo?
-No.- Lo calló su jefe con más besos.
-N-no...- Intentó hablar. -Aguarda.- Se separó un instante para mirar hacia la puerta de la habitación.
-No es nada, Chanyeol, vuelve conmigo.- Le habló en un susurro.
En ese momento, Baekhyun podría haberle pedido que recorriera el sol descalzo y él lo habría hecho con la sonrisa más estúpida en el rostro. Continuaron en lo de ellos unos buenos segundos más.
-¿Baekhyun?
Ahora sí, eso lo habían oído ambos. La voz grave y masculina que les llegó desde el salón los hizo separarse inmediatamente, se vieron con los ojos enormes.
-¿Estás aquí?
-¡Mierda!- Exclamó el más bajo, saliendo de la cama a la velocidad de la luz.
Chanyeol se quedó completamente desconcertado sobre la cama, fue como si lo hubieran expulsado de una dura patada en el trasero del paraíso de la tentación y el placer. Vio cómo Baekhyun se ataviaba apresurado e incluso más agitado que antes y entonces reaccionó, poniéndose de pie igual de rápido, aunque sólo pudo mirarlo sin saber qué hacer.
-¡Baekhyun!- El llamado en ese momento fue más autoritario.
-¡Y-ya voy, papá!
Sus ojos casi se salen de sus cuencas. -¿Papá?- Miró hacia la puerta, temiendo que esta se abriera en cualquier momento.
-Rápido.- Le ordenó, terminando de cambiarse y ordenando un poco su cabello completamente despeinado. –Ve al baño por el pasillo y...- Dirigió una mirada a su entrepierna. –Baja eso.
Chanyeol no tuvo tiempo de avergonzarse aunque si lo miró con una pizca de malhumor. -¿Y tú que harás con...?- Ahora él dirigió un vistazo a la entrepierna del otro. -¿Eso?
Baekhyun maldijo después de ver hacia abajo. -Yo... Me pondré pantalones holgados, no lo sé. ¡Ya, vete! ¡Y que no te vea!
Vio cómo su secretario salió con sigilo y, pegado a la pared, sorteó la puerta que llevaba al salón para ingresar al baño. Esperó alrededor de diez segundos en los que tomó varias respiraciones para tranquilizarse y mentalizarse, sólo entonces se dispuso a enfrentar a la persona parada delante del sillón. La fría mirada que recibió podría haberle helado los huesos, pero había aprendido a imitarla a la perfección; la coraza a su alrededor servía para no verse afectado.
Al menos, no demasiado...
-¿Qué quieres?- Fue al grano. Se posicionó frente a él de brazos cruzados y mirada altiva.
El mayor le regaló una mirada parecida. -¿No puedo pasar a ver a mi hijo de vez en cuando?
-Te he dicho un millón de veces que no entres sin tocar antes.
-Sin mí, no tendrías nada de esto.
Baekhyun sintió su estómago revolverse del disgusto. -No te atrevas a adjudicarte todo lo que me pertenece.- Habló en tono bajo y duro. -¿A qué has venido?
-A verte...- Mencionó el otro, echando una mirada disimulada por todo el lugar.
-Eso no es cierto. Tus controles son cada vez más frecuentes y eso me está molestando. Mucho.- Advirtió casi a punto de gruñir.
Vio cómo su padre estiraba levemente el cuello para observar en dirección a la puerta que llevaba a las habitaciones y el baño. Él se movió un poco con intención de taparle la vista.
-No estoy tirándome a nadie, si eso es lo que te trae preocupado.- Mintió. Aunque eso no tenía por qué saberlo.
Volvió a él sus ojos entrecerrados. -La última vez que chequeé los números de la empresa de tu madre no estaban del todo bien. ¿Tienes problemas?
Baekhyun no sabía por qué le molestaba tanto, pero realmente odiaba que se dirigiera a la que supuestamente fue su esposa como 'tu madre'.
-No tanto.- Encogió un hombro, sin dejar de mirarlo con fijeza. -De la gestión de la misma me encargo yo y mi equipo, no tienes por qué preocuparte.- Fue cortante.
-Soy el accionista mayoritario.- Aclaró.
-No vas a hacerme creer que viniste hasta mi casa sólo para hablarme sobre mi empresa, ¿o sí?
Su padre caminó con parsimonia por el lugar. -¿Cómo te está yendo en la escuela, Baek? ¿Has hecho muchos amigos?- Preguntó casualmente.
Maldito presuntuoso.
-Sí.- Se sorprendió contestando con pomposidad. -Muchísimos. No te imaginas cuántos. Reboso de amigos.
El otro se lo quedó viendo atentamente con una expresión indescifrable. -Ya veo...- Asintió.
Baekhyun sonrió de lado. -No te ha resultado el plan ¿eh?
-Sólo asegúrate de cumplir con todo.- Fueron sus últimas palabras antes de dirigirse hacia la puerta por fin.
Su hijo empuñó las manos con impotencia. -Descuida, haré todo porque estés orgulloso de mí... Padre.- Toda la frase fue largada con el suficiente veneno como para hacer ver que nada de lo dicho era, en realidad, sentido.
Y entonces, cuando estaba volviendo a respirar porque su padre se estaba yendo, un fuerte sonido de algo cayendo provino del pasillo detrás de la puerta trasera. El mayor frenó su ida y Baekhyun cerró sus ojos, prometiéndose en serio asesinar lenta y dolorosamente al espécimen culpable de eso.
La puerta se abrió paulatinamente, porque Chanyeol consideró que después de chocar y dejar caer la mesilla decorativa ya no había mucho más que ocultar y, con una expresión culposa, se hizo presente. Alzó la vista, porque no se atrevía a mirar a su jefe, muy probablemente viéndolo como si le deseara todo el mal del mundo, y se encontró con una imagen de Baekhyun a futuro dentro de muchos años. El señor Byun era casi tan alto como él, aunque no más, y era escalofriantemente parecido a su hijo. Ambos tenían esa fría y soberbia expresión que te indicaba de entrada que contra ellos no podías, ni tampoco con ellos. Si Baekhyun dejara su cabello al natural y lo tuviera negro, sería sin dudas igual a su padre.
Chanyeol se sintió terriblemente intimidado por ser observado de la misma manera por ambos. Era la vanidad de Baekhyun multiplicada por dos.
-Buenos días.- Saludó con una titubeante reverencia porque en serio, ¿qué se supone que debía hacer?
El padre de Baek lo observó con increíble recelo mientras se acercaba con pasos lentos, pero firmes. -Con que...- Su voz fue grave, peligrosa. -No te estabas 'tirando' a nadie.- Miró a Baekhyun.
Este hizo una mueca de disgusto. -No.- Insistió a duras penas. –Estábamos... trabajando.
El señor Byun asintió con aprecio. –Trabajando.
A Chanyeol no le estaba gustando para nada el rumbo de la conversación, sobre todo porque aquel tipo estaba mirando a Baekhyun con muy malos ojos, ni hablar de su tono despectivo.
-Él es mi secretario.- Murmuró con desgano, ya ni siquiera se esforzaba en inventarse algo.
-¿Así que ahora te los elijes exclusivos?
-Puedo asegurarle que no es nada de lo que usted se imagina, señor.- Chanyeol no pudo evitar inmiscuirse, ¿cómo podía hablarle de esa manera a su hijo?
El otro le dirigió una mirada mortal. -¿Disculpa? ¿Alguien habló contigo?
-¿No le parece que está siendo demasiado prejuicioso?
Sintió cómo Baekhyun apretaba su brazo con disimulo en un intento de que frenara su retahíla.
-Tú no lo conoces.- Largó el mayor con sorna.
-¡Oh! E imagino que usted sí.
-Chanyeol...- Le urgió Baekhyun entre dientes.
-Desde que ha llegado no ha dejado de insultarlo indirectamente, debería darle vergüenza desaparecer como lo hizo y luego creerse con derecho a decirle algo.- Quizás, había hablado de más, pero odiaba que ese hombre dijera con tanta confianza cosas que no sabía.
-¿Chanyeol es tu nombre? Bien, Chanyeol goon,- Alzó su rostro con elegancia. -Ya vendrás a contarme tú cómo se darán las cosas en el futuro.
-Créame que no será necesario.- Espetó con rapidez.
Lo ignoró para ver a su hijo. -Disfruta de tu empresa mientras puedas y trata de no arruinarla.
-¡Oiga!
-Ya basta.- El tono de Baekhyun fue lo suficientemente adusto como para que Chanyeol lo escuchara.
El sonido de la puerta cerrándose retumbó con un eco en sus oídos y se giró con ímpetu hacia su jefe.
-¿¡Por qué te quedaste callado!? ¿¡Por qué no has dicho nada!?
-¡Sabía que no debía dejarte atrás! ¡Que lo arruinarías como el imbécil que eres!
-¡Yo no soy quien se ha quedado como un tonto sin palabras cuando estaban insultándome de frente, Baekhyun!
-¿¡Qué querías que dijera!?- La voz del más bajo se quebró. -¡Siempre hace lo mismo! ¡Siempre llega como si nada y lo único que hace es largarme mierda innecesaria!
Se sentó sobre el sillón y cogió su cabeza con ambas manos. Parecía casi desesperado y Chanyeol había visto sus ojos algo acuosos, así que intentó calmarse para proceder con más tranquilidad. Si los dos estaban alterados, nada bueno saldría de ello. Se sentó a su lado con lentitud y lo miró sin saber muy bien cómo proceder... ¿Debería abrazarlo? Decía, para consolarlo, aunque ahora que lo notaba nunca habían hecho algo como eso con Baekhyun, ¿sería demasiado extraño?
-Baek,- Intentó hablándole suave. -¿Sabes que no debes acostumbrarte al maltrato, no?
El otro bajó sus manos lentamente y las detuvo a la altura de su boca. -Yo... No me acostumbro. Sólo...- Suspiró con frustración. -Qué va, ya es normal para mí que me trate de esa forma.
Chanyeol hizo una mueca. -Triste, teniendo en cuenta que es tu padre.
-Él no es mi padre.- Terció con desprecio. -Dejó de serlo hace tiempo.
-La verdad es que a pesar de todo lo que ha hecho, sigue siendo tu padre, Baekhyun. Así lo quieras o no.
-¿Qué es lo que pretende?- Se giró a verlo por fin, su rostro desencajado. -¿A qué viene, Chanyeol? ¿Qué más quiere hacerme? ¿Quitarme?
Fue entonces cuando al otro se le vino una idea extraña a la cabeza... Extraña más que nada porque hacía un instante había estado discutiendo con el padre de Baekhyun. Dudó un segundo en hablar, pero al final se dijo que debía ser honesto.
-¿Y si sólo está preocupado por ti?
Baekhyun lo miró como si hubiera dicho que el cielo era naranja y los cerdos volaban. Chanyeol se encogió de hombros.
-Quizás... sólo quiera asegurarse de que estás bien. Sólo eso.
Su jefe negó con la cabeza lentamente, dejando vagar su mirada perdida.
-No tiene razón para hablarme así, no cuando él es el único en falta... Se cree,- Su voz logró entrecortarse. -Se cree que vivo, no lo sé, acostándome con cualquiera que veo.
Baekhyun pareció increíblemente avergonzado y eso bastó para indicarle que las hirientes indirectas de su padre no eran sólo simples palabras infundadas para él. Estaba con Baekhyun la mayoría del tiempo y sabía por experiencia que su jefe no era ese tipo de persona. Sin dudarlo, se acercó y rodeó su espalda con un brazo, brindándole todo el apoyo que podía. Aunque al principio se sintió un poco tenso, cuando Baekhyun correspondió el gesto escondiendo su rostro en la curva de su cuello, se calmó.
"Ya vendrás a contarme tú cómo se darán las cosas en el futuro...".
Y Chanyeol sólo pudo abrazarlo con más fuerza.
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