
XXII
-¡No, no y no!- Baekhyun se detuvo para exclamar en mitad del pasillo.
En esos momentos, le dio muy igual que estuvieran en pleno camino a la cafetería con cientos de estudiantes al rededor; la mayoría de los que pasaban cerca se giraron a verlo con ojos enormes, algunos hasta se estremecieron. Ya podrían empezar a correr, porque estaba verdaderamente frenético. Tenía que salir de allí cuanto antes o se volvería loco.
Podía hacerlo con normalidad a decir verdad, sólo le quedaba un último obstáculo por sortear...
-Sabes que estás siendo exagerado, ¿verdad?
Miró a su secretario con los ojos centelleantes de furia; se volteó tan bruscamente que Chanyeol dio un paso hacia atrás para aligerar la distancia entre ambos, aunque su rostro no reflejó exaltación alguna. -¡Exagerado mi trasero!- Volvió a vociferar. -¡Tú estás demasiado relajado!
-¿Qué ocurre aquí?- Fue Junmyeon quien se inmiscuyó entonces, su rostro lucía curioso.
Chanyeol se giró hacia él, dejando a Baekhyun a solas con sus maldiciones. -Problemas con la empresa.- Suspiró.
-En serio, ¿qué rayos estoy haciendo aquí?- Murmuró su jefe más para sí mismo que otra cosa. -Debo irme, tengo que arreglar esto.- Comenzó a caminar hacia las puertas del instituto, determinado a salir de allí a toda costa, pero Chanyeol (oh, dicho obstáculo) lo frenó, tomándolo del brazo.
-Oye, oye, no seas precipitado. Ya podrás encargarte luego de ello.- Le frunció el ceño.
-¿Estás de broma? Escuchaste lo que quieren hacer, ¡y tú encima quieres estudiar después de la escuela! ¡Olvídalo!
-No lo he escuchado, me lo has dicho tú.- Quiso reprimir su sonrisa previniendo la reacción de su jefe, en su lugar sólo una comisura de sus labios se hizo hacia arriba.
Baekhyun se zafó de su agarre de forma brusca y lo miró con rabia. -No me vengas con tecnicismos, ahora mismo sabes que estoy como un demonio.
Chanyeol alzó ambas manos, intentando contener con todas sus fuerzas las ganas de sonreír. Quiso decirle que era un gran avance que al menos admitiera que era (o estaba, como si sólo estuvieran hablando de un período y no de todo un estado permanente) como un demonio, pero se calló, quería seguir con vida por lo menos hasta su graduación. Miró a sus tres amigos en cambio, observando la situación con algo de diversión chispeando en los ojos.
-Si quieren ir yendo a la cafetería pueden hacerlo, me temo que aquí tenemos para rato.
Minseok se encogió de hombros. -Como quieras.
-¿Quieres que consigamos algo para ti, Baek?- Preguntó Jongdae.
El aludido suspiró, refregando sus cabellos con cansancio. -No hace falta, me iré de aquí ahora mismo.
-Tú no te moverás de este edificio hasta que llegue la hora de hacerlo.- Dijo su secretario con total seguridad.
Baekhyun lo fulminó con la mirada. -Oblígame.
-No me busques, enano...- Chanyeol se giró hacia Jongdae. -Cómprale algo. Que no tenga huevo revuelto o pepino.
Jongdae pestañeó un par de veces, un tanto sorprendido por la seguridad de Chanyeol en lo que a los gustos de Baekhyun se refería. -Bueno...- Pronunció con lentitud y se alejó con los otros dos.
Se volteó entonces y su sonrisa agradable, aquella casual que dedicaba a sus seres queridos cuando no tenía nada especial por qué sonreír, pero que aun así le parecía acertada para pintar en sus labios, se esfumó cuando encaró a Baekhyun otra vez. Estaba viéndolo, fijamente, con las manos empuñadas a los lados y respirando como un toro. Entendía su posición, de verdad que lo hacía, él sólo quería lo mejor para su empresa y la de su madre, pero para ver con claridad primero debía calmarse. Si podía lograr que eso, entonces se haría responsable. Después de todo, trabajaba para él, tenía que ser funcional.
Fueron varios segundos en los que no apartaron la mirada de los ojos del otro, el ambiente era un tanto desafiante, pero sabía que aquello no era nada parecido a una pelea. Al menos, no es lo que pretendía.
-No dejaré que cancelen el desfile de septiembre.- Habló Baekhyun, determinante como nunca. -Ya han cancelado el de Japón, no podemos enfrentar más desprestigios de este estilo. Son perdidas a largo y corto plazo, y además...
-¿Te has puesto a pensar en lo positivo de la medida, Baek?- Lo interrumpió.
-¿Positivo? ¿Después de lo que pasó? No puedo concebir algo más aparte de la disminución de ganancias y la pérdida de compradores.- Comenzó a rondar por el pasillo de aquí para allá, histérico. -Nita K vive de los compradores, Chanyeol.- Lo enfrentó. -¿Tienes idea del monto total de los ingresos brutos para este año?
Titubeó. -Puede...
-¡Son bajos!- Alzó las manos al cielo con frustración. -¡Nunca antes enfrentamos semejantes pérdidas!
-Ponte a pensar en esto un momento.- Intentó calmarlo. -A diferencia del desfile de Japón, donde Nita K era invitado, el desfile de septiembre que cancelarán es organizado por ustedes mismos.
Baekhyun frunció el ceño. -¿Y?
-Déjame terminar. En ese caso, las miradas no tendrían por qué ser del todo negativas, puesto que el desfile no se cancela debido a que han sido expulsados o censurados, sino más bien por propia decisión.
Continuó viéndolo con recelo, pero tenía su atención. -Continúa.
-Dejando eso de lado, escatimar en gastos servirá para comenzar a promocionar el perfume con la marca de tu madre que han estado planeando. En ese aspecto, lograrán recaudar dinero. He visto los documentos del proyecto, es bueno, tendrá éxito.
-No...
-No lo compensa, lo sé.- Completó su frase. -Pero a la par podrías anunciar diseños nuevos en las tiendas de Nita K, eso generará ventas. Todos se vuelven locos cada vez que lanzas algo nuevo.- Le sonrió con más seguridad.
-Es exactamente lo mismo que había estado pensando hacer...- Balbuceó, pensativo.
-Luego de que logren recomponerse aunque sea un poco, podrán seguir adelante con el desfile de septiembre, aunque probablemente sea en otro mes.- Se encogió de hombros. -Como sea, sólo tienes que ser paciente y actuar con prudencia.
Baekhyun se cruzó de brazos y gruñó bajo en su garganta; a Chanyeol se le asemejó mucho a un pequeño cachorrito enfurruñado y con otra sonrisa, una muchísimo más sentida, estiró una mano y revolvió entre sus cabellos con ternura.
-Oye, si tú no mantienes la compostura en momentos así, ¿entonces quién lo hará?
Baek lo vio desde abajo de su flequillo y se dejó hacer. Le gustaba mucho que Chanyeol le acariciara el cabello, más en momentos como esos, se sentía reconfortante y no quería que lo dejara de mimar nunca.
-E iré a tu casa al final del día para seguir repasando.
Gimió, sacado de sopetón de aquel ensueño tan cálido. -¡No quiero!
Suspiró con pesadez, temiéndose otra sesión de argumentación para convencer a su jefe de ser mínimamente sensato. -Baekhyun...
-¡No hay tiempo para eso ahora! ¡Debo...!
-¡Chanyeol!- Exclamó una voz desconocida, desconocida y repleta de euforia.
Baekhyun fue testigo en primer plano de cómo los ojos de su secretario se abrían como platos, por completo sorprendido. Su espalda se puso recta, todo su cuerpo estaba en tensión, aunque no podía decir con seguridad que estuviera teniendo un ataque de pánico o se sintiera mal de alguna manera, más bien se veía como... ¿Pasmado? Frunció el ceño, intrigado no tanto por su reacción, sino por la persona que la había causado.
Cuando se apartó al girar su largo cuerpo hacia atrás, su dedos largos revolviendo suavemente entre sus cabellos se despegó y lo sintió extraño.
-¿Kyungsoo?- Balbuceó completamente incrédulo.
Su entrecejo se hizo más profundo. ¿Kyungsoo?
Chanyeol no cabía en sí mientras veía a una muy conocida figura parada en el otro extremo del pasillo. No podía ser, simplemente era inconcebible.
-¿Kyungsoo?- Volvió a preguntar, esta vez dando un paso quedo en su dirección.
Sólo cuando el otro le hubo regalado una inmensa sonrisa llena de emoción, se permitió salir un poco de su estupor para imitarlo, curvando sus labios hacia arriba. Cuando el bajito de cabello muy oscuro comenzó a correr en su dirección, se dio cuenta de que no era un sueño, de que su amigo allí parado no era una visión. Kyungsoo se lanzó sobre él con una risa repleta de regocijo. Lo abrazó con fuerza y Chanyeol le correspondió el gesto con la misma alegría.
-¡No puede ser!- Lo alzó un poco y lo hizo girar con emoción, lo dejó en el suelo y lo miró de arriba abajo, aún sosteniéndolo por los hombros con ojos brillantes y una sonrisa que poco más y no cabía en su rostro. -¡Kyungsoo!- Le gritó a la cara.
El aludido rio con ganas. -¡Oye! ¡Que estoy frente a ti, no grites!
-¡Demonios, lo siento!- Aunque estaba disculpándose por ello, no disminuyó el volumen de su voz. Se llevó ambas manos a la cabeza, sin poder asimilar todo aquello. -Es la costumbre de hablarle en cualquier tono a la pantalla de un ordenador.
Kyungsoo sonrió. -Te he estado buscando todo el santo día. ¿Dónde habías estado, Chan?
Fue entonces cuando Chanyeol notó que llevaba exactamente su mismo uniforme. -Aguarda...- Dio un paso hacia atrás para mirarlo con más detenimiento. -¿Qué haces con el uniforme de Yoksei?- Lo miró con ojos enormes. -¡Kyungsoo!- Volvió a gritar.
-¿No es obvio? ¡Soy un alumno de aquí!
-¿Desde cuándo? ¿No deberías estar en Japón?
Kyungsoo se encogió de hombros. -Desde hoy y sí, técnicamente, pero quise terminar mi último año aquí, junto a mi familia y mi mejor amigo.- Lo codeó sonriente. -Habría comenzado a principios de semestre, pero los trámites tardaron un poco.
Chanyeol sonrió y tras lanzar un gritito de alegría muy poco masculino, volvió a abrazarlo con fuerza.
-¿Hace cuánto no te veo? ¿Dos años?
-Dos años y medio.- Especificó, despegándose de él para volver a sonreírle con ganas. -Debemos ponernos al día, amigo, las charlas por Skype no me bastan.
Chanyeol rio nuevamente y palmeó su espalda con cariño, entonces un fuerte carraspeo lo distrajo y fue cuando recordó que hubo otra persona junto a ellos todo el tiempo. Se volteó para ver a su jefe largando un aura increíblemente amenazante mientras no despegaba la mirada de Kyungsoo.
-¿Quién es él?- Mencionó en tono de reproche.
Chanyeol comenzó a abrir la boca para hablar, pero lo sorprendió Kyungsoo, deshaciéndose de su agarre y caminando varios pasos hacia el otro.
-Tú debes ser Kwon Baek, ¿verdad?- Lo miró con detenimiento.
Este, a su vez, le devolvió el gesto con desafío. -El mismísimo.
-Yo soy el mejor amigo de Chanyeol.- Contestó sonriente, pasando un brazo alrededor del mencionado. Vio como el otro observó el gesto con la nariz arrugada y se dio cuenta de que no le agradó nada, entonces sus ojos chispearon con diversión y se aferró aún más a su alto amigo. -Espero que hayas cuidado bien de mi Channie.- Volvió a sonreír, poniendo énfasis en el "mi".
Baekhyun arqueó una ceja y rio con incredulidad. -¿Perdona?
-Lo último que quiero es que ande causando problemas.- Volteó hacia arriba para mirarlo a posta con exagerado cariño. -Seguramente habrás notado que es bastante torpe.
La cara de descontento de Baekhyun no tenía precio y Kyungsoo tuvo que contenerse de no largar una carcajada. Chanyeol se mantenía completamente ignorante del cruce que estaban teniendo y sólo miraba a su amigo con extrañeza.
-Sí, lo noté.- Habló disgustado, enfocándose en el lugar donde el cuerpo de Kyungsoo rozaba al de Chanyeol.
Kyungsoo simplemente volvió a sonreírle, cosa que lo irritó todavía más, y se giró hacia su amigo para tomarlo del brazo con cercanía. -¿Qué tal si me ayudas a encontrar la cafetería, Channie?
El más alto le sonrió con entusiasmo. -¡Claro! Lo que sea por mi enano favorito.
Baekhyun jadeó, sintiéndose estúpidamente injuriado. Vio al par caminar en dirección al comedor sin más, dejándolo atrás.
******
Baekhyun observaba fijamente al tal Do Kyungsoo. Sus globos oculares seguían todos sus movimientos como si de una presa se tratara. Apenas y había tocado su comida, simplemente no podía desviar su atención de las acciones del bajito frente a él cuando se apoyaba en Chanyeol, cuando posaba sus manos sobre su brazo o su hombro, o le tocaba el cabello o le sonreía demasiado cerca. Todos aquellos gestos le resultaban innecesarios y lo ponían de un humor horrible.
Primeramente, habían llegado a la mesa que los últimos días habían estado ocupando para almorzar; aquella mesa integrada en un principio por Jongdae, Minseok y Junmyeon y a la que luego se sumaron Chanyeol, él y Luhan. Y ahora el amiguito de Chanyeol. Este lo había presentado a sus otros compañeros increíblemente emocionado, cosa que sólo irritó aún más. Cuando había querido ocupar su usual lugar a la derecha de su secretario, la silla le había sido arrebatada de improviso por Kyungsoo, quien sólo había volteado a mirarlo con una sonrisa de fingida pena. Baekhyun se vio obligado a sentarse a la izquierda de Junmyeon, justo en frente de aquel que le había quitado su sitio.
En esos momentos, se sentía exasperado y muy, muy agriado y cualquiera en sus zapatos se daría media vuelta y se iría, pero su situación era otra. Él era una persona bastante transparente cuando se trataba de dejar ver cuando algo no le agradaba y Kyungsoo no había sido ignorante de la irracional molestia que lo invadía. Así pues, la gran mayoría de sus acercamientos a Chanyeol habían sido luego de darle miraditas con sorna y algo desafiantes, y Baekhyun jamás encararía un desafío huyendo. Así que ahí estaba, observando como el idiota de su secretario se dejaba toquetear como si nada.
-Entonces, Kyungsoo ssi,- Se había adelantado Junmyeon con curiosidad. -¿Estabas de intercambio en Japón?
El aludido asintió. -Así es. Y tutéame, por favor.- Sonrió.
-Entonces, debes ser un cerebrito al igual que Chanyeol.- Inquirió Minseok.
-Efectivamente.- Contestó Kyungsoo, bastante divertido a pesar del comentario algo peyorativo.
-Nos conocimos en un programa de intercambios del gobierno.- Explicó el más alto. -Todos éramos cerebritos allí.
-De hecho, Channie también tenía la posibilidad de irse del país hace dos años.- Agregó su mejor amigo.
-¿Por qué no te fuiste? ¡Tonto!- Lo acusó Minseok.
Chanyeol se encogió de hombros. -Había probado paralelamente con los exámenes de ingreso para Yoksei y tuve un puntaje perfecto en todos, así que decidí quedarme aquí.
-¡Podrías haber ido a Japón!
-Fue más que nada una decisión tomada en base a mi familia.- Se explicó. -No quería dejarlos, me preocuparía muchísimo en un lugar tan lejano.
-Aw.- Terció Kyungsoo con ternura mientras tironeaba de una de sus orejas suavemente.
Chanyeol rio mientras se deshacía de su mano. -Ya.
Se escuchó a Baekhyun gruñir bajo en su garganta, Chanyeol se giró hacia él por primera vez en todo aquel rato y le sonrió dulcemente, haciéndolo calmarse un poco.
-¿Cómo ha estado eomeoni?- Kyungsoo apoyó su mejilla sobre una mano y sonrió; sería toda una imagen encantadora si no fuera porque para Baekhyun, había algo que realmente no encajaba. -¿Noona? ¿Hyung? Hace tanto tiempo que no los veo...
-¿Conoces a la familia de Yeol?- Preguntó Jongdae, sorprendido.
-Parecen muy cercanos, casi como hermanos.- Comentó Luhan en la otra punta, sonriente.
Baekhyun resopló y Kyungsoo se estiró para pasar un brazo alrededor del cuello de su alto amigo.
-Nuestra relación no la tiene cualquiera, somos mejores amigos.- Miró a Baekhyun de reojo. -¿Por qué no voy hoy a visitarlos a todos?
El rostro de Chanyeol se iluminó. -Noona se emocionará, siempre fuiste su favorito. Seguramente mamá se ponga histérica por no avisarle antes para poder cocinar algo.
Ambos rieron en un entendimiento que sólo ellos poseían. Baekhyun carraspeó.
-Chanyeol hoy debe ir a mi casa.- Miró a Kyungsoo, quien a su vez se había volteado hacia él y le sonrió con aquella sonrisa de fingida pena que le había dedicado momentos antes a la hora de sentarse en su silla. -Lo siento.
-Dijiste que querías encargarte de la empresa luego... ¡Ay!
Chanyeol lo miró, frotándose la rodilla con el ceño fruncido, Baekhyun desvió la mirada y sorbió por la nariz distraídamente.
-Mis exámenes de recuperación están cerca, ¿no?
-Sí, bueno...- Dijo el otro con suspicacia, se giró hacia Kyungsoo. -Lo siento, hoy no podrá ser.
Kyungsoo vislumbró de soslayo la sonrisilla de autosuficiencia que pintó Baek antes de llevarse un vaso de agua a los labios. Le sonrió a su amigo.
-No importa, estoy seguro de que tu familia me recibirá cuando sea y cuando quiera.- Puso más énfasis en la última idea mientras se dirigía con disimulo al otro frente a él.
Chanyeol sonrió, completamente ajeno a la situación. -De eso seguro.
******
-¿Baekhyun? ¿Estás prestándome atención?
Sólo entonces fue cuando reaccionó, después de largos minutos de distracción. Habían estado estudiando no sabía qué sobre historia nacional y en un momento se había perdido completamente, no en cualquier cosa, sino en la persona a su lado sentado en el suelo. No supo exactamente cuánto tiempo quedó con la mirada fija en su secretario hablando, pero sabía que había sido el suficiente para que este notara su acción con extrañamiento. La única verdad es que se había quedado hipnotizado con aquel perfil y sin saber muy bien por qué razón. Ahora Chanyeol había girado su rostro para verlo con el ceño levemente fruncido y estaba tan cerca... Baekhyun se preguntó en qué momento estos gestos se habían vuelto tan naturales entre ellos y al mirar aquellos ojos gigantescos que lo observaban de vuelta, sólo sintió el deseo de acercarse, de acortar la distancia entre ellos por completo.
Y eso fue lo que hizo.
Se cuestionó qué demonios estaba haciendo, pero al sentir los labios del otro sobre los suyos cualquier pensamiento voló de su cabeza. Por lo menos cualquiera racional o poco conveniente. Y en ese momento, pegarse más y más a aquel cuerpo era bastante conveniente. De rodillas avanzó sobre Chanyeol y enredó sus menudos brazos alrededor de su cuello, lo besaba casi con desesperación, aunque estuvo tenso todo el tiempo a la espera de que, en cualquier momento, el más alto lo apartara de un empujón, pero esto no pasó. Al contrario, Chanyeol pareció un poco torpe al principio, pero no tardó en rodearlo con sus enormes brazos. A Baekhyun le encantaba que fuera tan grande y lograra cubrirlo de aquella manera. Consecutivamente, terminaron tirados en el suelo, su secretario de espaldas y él encima de este. Le faltaba el aire, pero era casi una necesidad besarlo, simplemente no podía dejar de hacerlo.
Por un momento, sintió que toda aquella situación era bastante surrealista. Él no había besado en bastante tiempo y, definitivamente, jamás se atrevería a romper la racha con nada más y nada menos que su secretario. Cuando Chanyeol comenzó a morder sus labios suavemente, por más gustoso que se sintiera aquello, en respuesta frunció el ceño y cuando abrió sus ojos no estaba tirado en el suelo.
Ni encima de Chanyeol.
Ni siquiera este estaba con él.
Con un jadeo se irguió repentinamente y miró la mesilla ratona donde había estado recostado, sobre un montón de hojas y lápices desparramados. Frunció el ceño mientras elevaba un brazo para limpiarse un poco de saliva de la comisura de su boca. ¿Se había quedado dormido? Volvió a jadear y su mente se quedó completamente en blanco antes de dejar pasar un sentimiento de puro horror.
¿Qué mierda había estado soñando?
-¿Baekhyun?
Se volteó a la velocidad de la luz y miró con espanto a Chanyeol parado detrás de la mesada de la cocina. ¿Se trataba de un sueño dentro de otro sueño? ¿Era real? El otro no tardó en notar que algo lo inquietaba y prácticamente corrió hacia él para arrodillarse a su lado. Baekhyun, mientras tanto, se alejó un poco, todavía receloso.
-¿Estás bien, enano? ¿Qué tienes?- Lo observó con un ceño fruncido de preocupación y Baekhyun logró relajarse un poco.
Por lo menos hasta que sintió algo incómodo entre sus piernas.
Miró hacia abajo y maldijo entre dientes.
-No puedo creerlo.- Cubrió su rostro con una mano.
Chanyeol se acercó. -¿Qué...?
-¡Ni un movimiento más!- Lo detuvo, intentando cubrirse disimuladamente con su camiseta. Todavía maldijo más su estúpida costumbre de llevar sólo un bóxer en casa. -Chanyeol... Hazme...- Rebuscó en su cabeza alguna buena excusa. -Sólo tráeme alguna pastilla para el dolor de cabeza, ¿quieres?- Lo dijo con el suficiente malhumor para que el más alto se retirara sin cuestionamientos.
Entonces, se puso de pie con rapidez y corrió al baño antes de que el otro pudiera notarlo. Necesitaba arreglar un asuntillo.
Cuando volvió a la sala, se encontró con el otro sentado sobre el sillón, esperándolo. Esta vez tuvo la grandiosa idea de ponerse un par de pantalones, como Dios manda. Se sentó a su lado con un suspiro, aunque la vergüenza e incomodidad que sentía eran tan grandes que no creía poder mirarlo nunca más a la cara.
-Maldito inconsciente del demonio.- Farfulló por lo bajo.
-¿Baek?
Pegó un respingo al oír su nombre en aquella voz nuevamente.
-¿Te encuentras bien? Aquí está tu medicina.
Baekhyun miró la pastilla junto al vaso de agua. -No es necesario, ya estoy bien.- Dijo. -Sólo he tenido...
-¿Una pesadilla?
Ladeó su rostro, pensativo. -Podría decirse, no lo sé...
Chanyeol lo miró con extrañeza. -Estaba en mitad de la explicación y te quedaste dormido.- Mencionó en tono de reproche. -Pero te veías tan plácido que no quise interrumpirte.- Se encogió de hombros. -Estaba a punto de llevarte a la cama.
Baek se recostó sobre el sofá y tiró sus sedosos cabellos claros hacia atrás. -No hace falta.- No volvería a dormir en presencia de Chanyeol nunca más en su vida.
-Bien, será mejor que nos apresuremos. Rindes pronto y debes estar preparado.
Chanyeol volvió a sentarse en el suelo frente a la mesilla y Baekhyun tragó saliva con dificultad. A pesar suyo, se deslizó del sillón hacia abajo, no quería estar cerca de él en esos momentos, así que se posicionó lo suficientemente alejado para como pasar desapercibido y no ser tan obvio. Chanyeol aclaró la garganta y abrió su boca para seguir hablando mientras ordenaba varios papeles, pero el sonido de su teléfono lo detuvo.
-Secretario de Kwon Baek.- Pronunció distraído luego de contestar sin ver de quién se trataba.
-Vaya,- Lo sorprendió una voz conocida. -Esto se está volviendo espeluznante.
No pudo evitar largar una carcajada al aire. -Oye, no me crucifiques, no has visto nada aún.
-Por favor, no me cuentes. Quiero disfrutar el momento de verte en acción con plenitud.
-Eres tan malo cuando quieres, Kyung.
Baekhyun volteó a verlo con rapidez.
-Oye,- Se escuchó Kyungsoo del otro lado. -¿Estás con tu demonio de jefe?
Chanyeol miró de reojo a Baek sentado a su lado, observándolo de brazos cruzados con una fijeza escalofriante. -Sí y no lo llames así.- Masculló.
Kyungsoo pintó una extensa sonrisa que Chanyeol no pudo ver, pero que percibió cuando siguió hablando. -Sigo teniendo deseos de ver a tu familia, Chan.- Dijo de la nada.
-Bueno...- Los ojos penetrantes de su jefe lo estaban poniendo nervioso. -Sabes que no habrá problema alguno con eso.- Jugueteó distraídamente con un bolígrafo en la mesa.
-Los invito el próximo sábado a la finca de mi familia en Gwangjin-gu. ¿Qué te parece?
-Wow, eso es todo un detalle de tu parte, pero...
-No te preocupes por el dinero, tonto.- Se anticipó Kyungsoo. -Ustedes han hecho mucho por mí y hace años que no veo a ninguno. Déjame hacer algo lindo.
Hizo una mueca, algo disgustado. -Bueno, tengo que hablar con mis hermanos y mi madre primero...
-Suficiente.- Baekhyun se estiró y le quitó el celular.
-¡Oye!
Se llevó el aparato a la oreja y habló: -Ahora mismo mi secretario,- Puso énfasis en el "mi". -Está ocupado, llama en otro momento.- Prosiguió a cortar la llamada, pero la voz del otro lo detuvo.
-Baek goon.
Su tono lleno de guasa lo enervó aún más.
-Tú también estás invitado.- Comentó algo que no entendió del todo.
Baekhyun frunció el ceño y colgó. Chanyeol le arrebató el móvil de las manos.
-¿Qué has hecho?- Le frunció el ceño con enojo.
-¿No estás aquí para darme clases? Enfócate, Park.
Chanyeol se encogió un poco. Ahora que sabía lo que era que Baek lo llamara por su nombre, no quería que lo vuelva a tratar por su apellido. -No tenías por qué ser tan maleducado.- Farfulló, enfocándose en el papelerío.
-Tú sólo dame clases, para eso te pago.
-No me pagas...
-¿Ah, no? Entonces comenzaré a hacerlo. Si eso hará que dejes de contestar las llamadas de tu amigo.
Chanyeol lo miró con curiosidad. -¿Sus llamadas? ¿O todas?
Baekhyun volteó lentamente su rostro hacia él. Abrió la boca para contestar, pero se frenó antes de decir algo imprudente. -Sólo... encarguémonos de esto rápido.
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