Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XLIV

-Park...- Gruñeron audiblemente.

Baekhyun supo en ese mismo instante que nada le pasaría, tan sólo en un parpadeo, la mayoría de sus miedos se extinguieron. Aquel aroma que tanto amaba lo envolvió completamente, el aroma perdido de la sudadera que usaba día y noche. Los latidos del corazón dentro del pecho sobre el que estaba apoyado tan cómodamente le invadieron los sentidos. La mano, aquella mano, se sentía muy cálida; antes había estado entumecido por completo, como si su cuerpo y su alma estuvieran escarchadas por un frío crónico, pero ese calor que repentinamente lo invadió, que lo azotó al borde de dejarlo sin aire, comenzó lentamente a templarlo...

Temía derretirse y acabar en el suelo.

-¿Cuál es el problema?

Ah, esa voz... Era tan profunda, tan estremecedora y serena al mismo tiempo, era dulce. La captó con sus oídos, pero juró que podía degustarla.

-Muévete, becado.

-Le estamos dando su merecido al marica, no interfieras.

-¿Le están dado su merecido? Me parece genial, ¿por qué no prosiguen?

Baekhyun lo sintió removerse un poco, los latidos de aquel corazón ajeno marchando a un ritmo desenfrenado. Desde su posición no tenía forma de saberlo, pero eran tan fuertes que podía sentirlos retumbar a través de su nuca. Su mano, sus dedos largos, continuaban cubriéndole los ojos y lo agradecía, porque aún estaba llorando.

Aunque esas lágrimas ya no tenían nada que ver con los matones.

-Ahora mismo están viniendo los directivos para acá.

-¡No mientas!- Vociferaron, se acercaron varios pasos amenazantes.

Chanyeol se alejó varios más hacia atrás, aún sosteniendo a Baek de forma protectora. -Se los advierto, largo de mi vista.

Baekhyun mordisqueó su labio inferior, nunca lo había oído hablar de esa manera. No fue lo que dijo, más bien cómo lo dije y en qué tono. Era mucho más oscuro, verdaderamente amenzante.

-¿O qué?- Los otros rieron de forma burlona, provocándolo.

-Juro que como sigan, los mataré.

El aviso fue hecho con tanta vehemencia y sinceridad, que hasta Baekhyun se estremeció. Los otros titubearon un poco justo cuando algunos pasos presurosos provenientes del corredor alterno llegaron a escucharse.

-¡Es aquí!- Exclamó Chanyeol, aprovechando la oportunidad.

Los matones maldijeron fuertemente entre dientes y comenzaron a alejarse con expresiones furibundas.

-Ya volveremos...- Prometió uno antes de largarse junto al resto.

Baekhyun los escuchó y cuando supuso que se habían ido, apartó la mano ajena con desesperación y al separarse involuntariamente, porque la realidad era que lo que más quería era continuar así de pegado a esa calidez tan vital, pudo girarse y lo vio, por fin lo vio.

Estaba ahí, con él, no era un sueño, no se había equivocado.

-Chanyeol...

Su Chanyeol. Le llenaba las retinas, era la imagen más esplendorosa que había visto alguna vez. Había comenzado a temblar por la emoción, todavía no podía creerlo. Cubrió con una mano su boca y lo observó. Lo escaneó de arriba abajo. Estaba más delgado y ojeroso, además de pálido, pero no le importaba. No le interesaba porque seguía siendo él.

Su estúpido gigante.

Lo único que atinó a hacer entre tantas abrumadoras emociones fue estirar su temblorosa mano para tocarlo. Quería sentirlo. Quería tener aún más muestras de que no era una ilusión. Y cuando sus dedos estaban a tan sólo un escaso par de centímetros...

-¡Baekhyun!

Yixing apareció frenético junto a Kyungsoo, ambos corriendo sin perder un segundo aunque ni bien los vieron se frenaron en seco y con los ojos bien abiertos al distinguir al más alto junto a él.

-Chanyeol...- Murmuró Kyungsoo quedamente.

Él les regaló una sonrisa cohibida. -Hola

-Viniste...- Susurró Yixing, bastante incrédulo.

Baekhyun, que aún no había podido despegar sus ojos de Chanyeol, salió ligeramente del estupor ante la palabra de su mejor amigo. -¿Perdón?- Parpadeó en su dirección.

-Baek,- Yixing estuvo junto a él en un suspiro. -Escuchamos comentarios de camino a la cafetería. Te estaban molestando ¿verdad? ¿Estás bien?

-Yo... S-sí, estoy bien.- Lo tranquilizó, viendo de reojo a Chanyeol.

-¿Por dónde se fueron?- Kyungsoo estiró el cuello para observar a su alrededor. –Los pondré en su lugar.

Chanyeol alzó ambas cejas. -¿Kyungsoo defendiendo a Baekhyun? ¿De qué me perdí?

-Ni lo menciones.- Balbuceó este, malhumorado.

-Al menos sé que tengo otras cosas que mencionarte.- Se cruzó de brazos, viéndolo con seriedad.

Kyungsoo dirigió rápidamente su mirada hacia Yixing, quien se encogió de hombros con una sonrisa apenada. -Lo siento.

Suspiró. -Sí, bueno, luego hablaremos y podrás maldecirme todo lo que quieras, Yeol. Creo que hay temas más importantes primero.- Kyungsoo no se dirigió a nadie, pero todos sabían de lo que estaba hablando.

Chanyeol observó abiertamente a Baekhyun. -Ya decidiré yo de qué me ocupo primero.

Sin más, se dio media vuelta y se largó de allí, dejándolos a todos completamente perplejos. Kyungsoo les dio una mirada, nervioso y, como se esperaba, corrió tras su mejor amigo. Yixing volteó a ver a Baek, apenado, este había cambiado su expresión sorprendida por una de tristeza.

-Yo...

-Creo que también nos debemos una charla.- Dijo Baekhyun sin emoción alguna en la voz.

-Sí...- Yixing agachó su rostro. -Sería bueno que supieras algunas cosas.

Y por su parte, Kyungsoo prácticamente persiguió a Chanyeol por los pasillos. Este estaba cada vez más lejos, podía notar que sus pasos iban aumentando en brusquedad y ligereza, como si quisiera escapar de algo aunque no sabía exactamente de qué. Maldijo más de una vez por sus cortas piernas, pero se alivió en parte cuando lo vio ingresar al baño a trompicones. Cuando entró después de él, lo vio apoyado sobre la piedra del lavamanos sin aliento, su respiración se oía ahogada y muy dificultosa, como si cada inhalación le doliera de forma horrible.

Se le acercó con el ceño fruncido y mordisqueando su labio inferior, dándose cuenta de que estaba en mitad de una especie de ataque de pánico y que no tenía idea de qué hacer. Chanyeol siempre había sabido manejarlo cuando él mismo se había encontrado en un estado similar, le daba rabia no poder hacer lo mismo por su amigo.

-¿Chanyeol?- Dijo en el tono más suave que alguna vez había puesto. -Tranquilo.- Posó una mano sobre su espalda. -Ya... Ya pasará, ¿sí? Estarás bien.- Su voz tembló en la última palabra, estaba comenzando a ponerse muy nervioso. -¿Ne-necesitas algo? Puedo hacer lo que sea, haré lo que sea por ti, sólo...

Odiaba sentirse tan inútil.

Chanyeol parecía no poder oírlo, sólo veía hacia abajo con los ojos bien abiertos, desorbitado. Dejó caer lentamente los párpados y se enfocó en intentar respirar con normalidad. Kyungsoo no dijo más nada, sólo frotó su espalda con amabilidad mientras todavía se calmaba, entonces lo vio cubrir su boca con una mano cuando una arcada se abrió paso desagradable por su garganta, se precipitó a uno de los cubículos y terminó arrodillado frente al váter devolviendo su angustia. En esa ocasión, Kyungsoo no tardó en reaccionar agachándose a su lado, ahora sí tenía más idea de cómo tratarlo.

-Respira hondo, concéntrate.- Le dictó con la misma delicadeza, lo oyó hacer otra arcada. -Si no comiste lo suficiente va a ser mejor que evites esto, Yeol, ¿bien? Intenta sentarte normalmente, ¿puedes?- Sabía que en la posición actual vomitar sería ineludible. Puso presión en su brazo para alejarlo de la taza, Chanyeol cedió y acabó con la espalda apoyada en una de las paredes del cubículo. -Sabemos cómo hacer esto, sólo concéntrate.

El otro asintió perdidamente y con los ojos cerrados se quedó quieto. Kyungsoo hizo una mueca, no tenía nada a la mano de lo que sabía que le serviría para calmar las náuseas, podría correr a comprar algún té de jengibre o manzanilla, pero no era una opción dejarlo solo. Suspiró, todavía arrodillado frente a él, y destensó sus hombros, sintiéndose débil. ¿Cómo hacía Chanyeol para mantener la calma cuando estaba del otro lado en este tipo de situaciones?

-Pensé... Pensé que podría hacerlo...- Lo oyó murmurar con voz rasposa.

Lo miró fijamente por un rato. -Y lo lograste.- Afirmó.

Chanyeol negó, agotado. -Cuando lo vi pensé que iba a morirme.- Susurró. -Ni siquiera sé cómo aguanté tenerlo tan cerca de mí todos esos segundos.- Rio amargamente.

Kyungsoo se sentó frente a él, abrazando estrechamente sus rodillas en el afán de hacerse más pequeño, Chanyeol estaba echado como si sus miembros fueran de gelatina. -¿Cuándo llegaste?

-Hace unas horas, me... Sólo me cambié al uniforme y vine corriendo.

-¿Hablaste con los directivos? Te caerá una bien grande, te perdiste casi un mes de clases.

Chanyeol lo miró, parecía como si no diera una mierda por nada. -Saben algo respecto, pero pensaba ir a hablar ahora.

Kyungsoo no dijo más nada o, al menos, decidió guardar silencio por un buen momento en lo que consideraba si hacer o no la pregunta. Al final y, después de estudiar a su amigo con detenimiento, decidió que podría contestarle sin tener otro ataque de pánico.

Posiblemente...

Lamió sus labios resecos. -Chan, ¿tú...? ¿Tienes idea de lo que pasó?- No quiso especificar, pero creyó que entendería a qué estaba apuntando.

El otro se reacomodó, su cabeza que había estado colgando desganadamente hacia un lado ahora se volvió cabizbaja cuando asintió. -Yixing me comentó algo, mientras venía hacia aquí lo leí en Internet. Tiré... Arrojé todo al demonio cuando huí, no me enteré de nada.- Cerró los ojos con fuerza, como si estuviera atormentado. -De todas formas, necesito escucharlo todo de alguno de ustedes.

-Está bien.- Lo observó con cautela. -¿Podrás oírlo?

Chanyeol suspiró con resignación. -Aunque no pueda, tengo qué, Kyungsoo.

El otro asintió quedamente. -Escucha atento entonces...

******

Chanyeol jamás había sido sometido a un interrogatorio en su vida, al menos, no a uno como el que sufrió días atrás cuando se había presentado frente a sus amigos por primera vez en muchas semanas. Había sido en la cafetería luego del altercado en el pasillo y de su descenso en el baño. Se había dirigido allí porque era lo que dictaba el horario y los directivos, después de una extensa charla, un regaño épico y una cita con su tutores legales, le habían dicho que debía retomar las clases lo más pronto posible. Chanyeol sabía que no lo expulsarían, era el mejor alumno que tenían y prometió que sus notas se mantendrían intactas a pesar de las faltas.

Al final, aceptaron su ausencia por problemas de salud emocional que su madre y el consejero escolar justificaron.

Pasada la prueba más difícil, ahora tenía que encarar otra igual de dificultosa: enfrentar a sus amigos quienes no tuvieron ni siquiera una señal de humo por su parte durante todo ese tiempo. Sólo pudo pararse con naturalidad (y una gran cuota de nerviosismo) frente a la mesa que ocupaban, ellos frenaron completamente sus acciones y se lo quedaron viendo, estupefactos, entonces había pintado una sonrisa torcida y proferido un "¿qué hay?" y eso había sido todo. Sabía que había hecho mal ocultándoles las cosas, debieron sentirse preocupados y ofendidos en todo aquel tiempo y por eso más o menos esperaba todo el despliegue dramático que le hicieron.

Jongdae se había lanzado a golpearlo, pero fue detenido a buen tiempo por Kyungsoo. Mientras el retenido lo insultaba como nunca por "haberlos dejado malvadamente", Junmyeon había hecho varios pucheros como si quisiera largarse a llorar. Minseok se había reído de él con ganas, pero al segundo había volteado a verlo con completa molestia, se había cruzado de brazos y le había dicho que "nunca más iba a dirigirle la palabra y que podía jugar partidos en la consola él solito". Golpe bajo. Junmyeon había salido de su estado melancólico para preguntarle por qué había hecho todo eso y los había abandonado; realmente parecía a punto de llorar y Chanyeol se sintió muy mal.

Aunque a la vez también se preguntó por qué sus amigos se estaban comportando como protagonistas de una telenovela.

Cuando por fin lograron calmar a Jongdae, se sentaron todos en la mesa y Chanyeol tuvo que aguantar ser amedrentado a preguntas de todo tipo, las cuales, contestó claramente y con paciencia, se lo merecían. Les contó todo, pero no ahondó en detalles sobre lo que había pasado con Baekhyun, eso era cosa de ellos. Al final, los chicos terminaron comprendiendo la situación, pero Chanyeol supo que les llevaría un tiempo recomponerse. Se sentían dolidos y con razones completamente válidas.

Había un problema extra sin embargo, si es que podía llamarse un problema.

En los pocos días que llevaba reintegrado a su vida normal de siempre, cierta persona había estado persiguiéndolo hasta el cansancio. Y era inconveniente, porque era la misma persona que había estado intentando ignorar por todos los medios posibles. No porque estuviera enfadado, porque su rencor sobrepasara los límites o porque ya no le importara, era por miedo. Simple y llanamente miedo. De él, de sí mismo, del mundo... Pero sobre todo de sí mismo. 

Suspiró y dejó caer sus brazos con resignación. -¿Otra vez?- Murmuró dándose la vuelta y encontrando lo obvio.

Baekhyun.

Este estaba varios pasos más atrás, lo había estado siguiendo como de costumbre mientras caminaba por las galerías, viéndolo con sus ojos enormes repletos de un brillo que no lograba identificar, era reciente, podía adivinarlo. Baekhyun parpadeó y mordió su labio, ansioso, entonces negó con su cabeza como un niño pequeño atrapado en medio de una travesura.

Chanyeol se oyó gruñir ante semejante imagen, que estuviera siempre cerca no lo ayudaba en nada.

Cuando lo había visto después de tanto tiempo lejos, fue como si su sistema colapsara. Las semanas pasadas había estado anestesiándose a propósito lejos en su pueblo natal, se obligaba a no sentir, a no pensar, a mantener la mente y el cuerpo ocupados en cualquier cosa para que ningún infortunio pasado se colara en su cabeza y terminara de destruir la poca estabilidad que lo mantenía en pie. Cuando lo encontró de frente después de tanto tiempo intentando volverse un autómata insensible, fue como si un choque en cadena se generara dentro de sí mismo y todo se viniera abajo... Hasta ese momento todavía seguía pensando en lo abrumador que era el nivel de emoción que Byun Baekhyun le provocaba sin piedad alguna.

Todo volvió a ser igual, era exactamente lo mismo que cuando se marchó; fue como si ese tiempo alejado nunca hubiera existido y entonces se preguntó qué tan imbécil fue como para creer que unas cuantas semanas le bastarían para superar, al menos, un poco a Baekhyun. También se preguntó cuánto tiempo tardaría en hacerlo entonces. ¿Meses? ¿Años?

¿Toda su vida?

Su primer impulso había sido correr, cogerlo entre sus brazos y besarlo y amarlo como nunca antes, pero había algo que continuaba reteniéndolo, algo que lo obligaba a mantenerse en el molde. No podía olvidar su corazón terriblemente lastimado, todavía cargaba con él, lo tenía dentro de su pecho y cada vez que latía, le dolía. A la vez y como una cruel ironía y horrorosa contradicción, las palabras de Yixing y Kyungsoo relatándole cómo sucedieron los hechos flotaban en el mismo espacio de su cabeza que le dictaba que tener miedo de salir herido otra vez era lo natural. Todavía sufría por tenerlo lejos, también sufría por el pasado que los alejó. Las últimas palabras de Baekhyun estaban grabadas en su memoria y había estado repitiéndoselas una y otra y otra vez desde que se había ido.

Fue inevitable.

Siendo honesto, deseaba estar con él como no deseaba nada más en el mundo, pero ¿cómo se olvida el rechazo de la persona a la cual más quieres? Más allá de que haya sido una supuesta mentira, por más de que las palabras no hubiesen sido sentidas... Lo habían quemado, y ahora tenía una cicatriz. Aunque estar ahí, después de todo, ya era una señal de lo perdido que estaba; unas cuantas palabras por parte de Yixing y a pesar de que había sido obstinado un poco más, no había soportado la idea de Baekhyun sufriendo y no estar ahí para socorrerlo.

Era un idiota y era débil.

Y estaba enamorado. No podía luchar contra ello.

Al final había dejado que Baekhyun lo siguiera "en secreto". De todas formas y aunque así no lo quisiera, lo haría de todas formas.

No mucho después de su regreso fue cuando volvió a presenciar algo que no le agradó para nada y que no sólo llenó su torrente sanguíneo de veneno, sino que le revolvió las entrañas y le produjo un nudo en el estómago. Baekhyun había estado caminando con varios libros entre los brazos, entonces un grupo de chicos y chicas con aires de superioridad habían pasado caminando cerca y lo habían empujado a posta haciendo que todos los libros se le cayeran al suelo. Notó cómo Baekhyun se quedaba allí parado, tieso con las manos empuñadas, respirando fuerte mientras el párpado le latía y sus ojos chispeaban, pero así y todo lo único que hizo fue callarse y agacharse a recoger sus cosas con resignación.

Los abusivos se reían como si fuera el chiste del año, y Chanyeol no daba crédito de lo que veía. Kyungsoo le había contado, con lujo de detalle a su pesar, cómo Baekhyun había sido víctima de acosos y abusos desde que había perdido todo su poder, su empresa multinacional había caído en desgracia y él había perdido toda su fortaleza y voluntad para hacerle frente a la gente. Sinceramente no había sido capaz de creérselo en un inicio, su cabeza no concebía a un Baekhyun sumiso y derrotado, y ese mismo día cuando presenció aquello lo hizo bastante impasible de hecho, pensando naturalmente que Baekhyun se las arreglaría solo para poner en su lugar a aquellos imbéciles.

Y sin embargo...

Con el corazón latiéndole muy fuerte por los nervios de tenerlo cerca y el disgusto de lo que había presenciado, se puso de cuclillas frente a él para ayudarle a juntar los textos. Era completamente antinatural ignorar a alguien como Baekhyun. Este alzó la mirada del suelo y apareció en sus ojos ese brillo que sólo existía cuando lo veía; se quedó muy quieto, casi incrédulo, como si estuviera ante algún ser mágico sobrenatural.

Chanyeol no lo veía directamente, ocupado en recogerlo todo, pero podía percibir sus emociones, estaban enchinándole la pie de forma escabrosa.

-Chanyeol...- Oyó su susurro y se estremeció por dentro.

Él posó el último libro sobre sus brazos extendidos y lo miró a los ojos. -¿Qué te ocurre, hombre?- Le frunció el ceño, esperando que reaccione de una vez por todas. -Este no eres tú... No me gusta que no seas tú.

Baekhyun no supo qué decirle y Chanyeol desvió su mirada, porque si seguía encarando ese rostro tan iluminado por su causa así de cerca, perdería el aliento y la consciencia sobre lo que hacía. No le agradaba nada que Baekhyun fuera de esa manera; agresivo y todo, era una de las personas más fuertes, gallardas y pudientes que había conocido en su vida, fue en gran parte la razón por la cual cayó perdidamente enamorado de él. Durante el trascurso de esos días, en más de una ocasión le habían entrado ganas de cogerlo por los hombros y zamarrearlo para que espabilara, aunque también comprendía que todo lo que había sucedido muy posiblemente lo debilitó demasiado como para reaccionar.

-¿Qué han hecho contigo? ¿Te han abducido los alienígenas?- Cogió uno de los libros para golpearlo suavemente en la cabeza. -Vuelve a tus sentidos, Baekhyun, ¿me oyes?- Buscó sus ojos y lo miró con seriedad.

Baekhyun frotó su cabeza quedamente, viéndolo con ojos enormes, y entonces agachó su rostro, pareciendo pequeño e indefenso, cosa que sabía estaba bastante alejada de la realidad. Mordió su labio inferior y estiró una mano para acariciar su mejilla, pero se detuvo ni bien el recuerdo de la suavidad de su piel lo atormentó. Al final aclaró la garganta, se puso de pie y se alejó.

Al otro día, dentro del salón, un par de chicos tuvieron el mal atino de proferirle un par de insultos.

-Oye, Baek.- Llamó uno. -Nos estábamos preguntando aquí, ¿cuánto has perdido de tu empresa ya?

Chanyeol vio con una mezcla de interés y ansiedad cómo el interpelado se detenía a mitad de camino con la espalda tensa y sus manos nuevamente en puños. El resto de sus amigos sentados del otro lado también eran testigos del intercambio y observaban con la misma inquietud, preparados para saltar en cualquier momento si Baekhyun lo necesitaba. Chanyeol esperaba con todas sus fuerzas que realmente no lo hiciera.

-¿No piensas que es genial que Nita esté muerta?

-¡Oye!- Minseok iba a ponerse de pie, pero Chanyeol lo hizo sentar en su sitio de nuevo. Todos los miraron con preocupación, él negó con la cabeza.

Por alguna razón, estaba confiado.

-¿Lo imaginas? Vería cómo su propio hijo destruyó todo su emporio.

-Sería una decepción.- Agregó otro igual de malicioso. -Un hijo delincuente.

-¿Cómo hiciste para evadir a los fiscales, Baek?- Cuestionaron con fingida elocuencia. -Nita debe estar revolcándose en su...

De forma intempestiva, Baekhyun se giró, arrojó un banco vacío contra aquel idiota y, no contento, levantó una pierna para mantener apretado el escritorio contra su pecho. El chico fue completamente tomado por sorpresa y el golpe le quitó el aire de los pulmones, atinó a sacarse el banco de encima, pero una mirada a los ojos furiosos de Baekhyun le hizo desistir y quedarse pasmado. Este por su parte lo tenía acorralado con todas sus fuerzas, sin importarle si acababa asfixiándolo o lastimándolo de alguna manera. Se acercó a su rostro de forma muy amenazante y lo miró con los ojos bien abiertos.

-Lávate la boca antes de nombrar a mi madre, pedazo de mierda.- Largó con puro odio contenido en su interior. –Que no te escuche volver a hacerlo porque juro que romperé todos los huesos de tu repugnante cuerpo.- Dirigió una lenta mirada a los otros que estaban con aquel. –Lo mismo va para ustedes, imbéciles.

Despegó su pie y el chico largó una enorme bocanada de aire contenido, jadeando pesadamente. Algunos se acercaron para cerciorarse si estaba bien, pero no dejaban de mirar a Baekhyun con auténtico temor. Chanyeol se giró hacia sus amigos y les sonrió, demasiado feliz y satisfecho como para poder ocultarlo.

Detrás de todo aquello, Baekhyun seguía vivo.

******

Hacía varias cuadras que Chanyeol iba camino a su casa sabiendo que detrás de él otra persona le seguía el paso. Y se sentía incómodo. No odiaba a Baekhyun, pero sabía que a este le daba pavor dirigirle la palabra porque su actitud había sido más que ruda antes... Sabía que era completamente culpable de ello y quizás se encontrara un poquito arrepentido, no había sido su intención espantarlo siendo sincero.

Con un suspiro, se frenó y volteó.

-Ven.- Le indicó en un tono algo adusto.

Baekhyun estaba algunos pasos más atrás y lo miró con inseguridad. –No quiero que creas que te estoy siguiendo... de nuevo.

Ni bien escuchó su voz, su corazón comenzó a desestabilizarse. Movió un poco los hombros para distraerse y carraspeó, desviando la mirada. -Está bien, vayamos juntos.- Accedió, ¿qué podía salir mal de una corta caminata?

Baekhyun hizo una mueca adorable con sus labios y Chanyeol gruñó, no había pasado ni un segundo y ya estaba arrepintiéndose.

-¿No te molesta?

Lo miró con los párpados entornados por un buen rato... ¿Cómo podría hacerlo?

-No.

Baekhyun pareció increíblemente animado y corrió junto a él al instante. Caminaron uno al lado del otro, igual que antes; Chanyeol no supo si fue por la costumbre, pero se pusieron demasiado cerca, casi a punto de rozar sus brazos. El ambiente se sentía algo pesado, ninguno hablaba. Hacía un día precioso, era por la tarde y el sol todavía alumbraba todo; se toparon con un parque, tenían que atravesarlo para llegar a donde querían, ahora el silencio fue corrompido por los ligeros y melodiosos cantos de los pájaros provenientes de las altas copas de los árboles que los rodeaban.

Todo era verde y luminoso y estaba apacible, y contrastaba por completo con ellos.

-Mi... Mi casa queda por aquí.- Baekhyun se abrió paso en el silencio con inseguridad. -Ahora vivo en otro lugar.

Chanyeol asintió quedamente. -He oído de eso.- Murmuró.

Baekhyun aclaró su garganta. -No es como mi anterior departamento.- Le contó. -Es más pequeño... Mucho más pequeño, pero de alguna manera me resulta acogedor.- Se encogió de hombros. -No lo sé.

-Ya veo...

Más silencio.

-Trabajo en ese edificio.- Le espetó repentinamente, casi con desesperación, como si no quisiera dejar de oír su voz respondiéndole. -Hago limpieza.

-¿Haces... limpieza?- Chanyeol lo vio con curiosidad.

Baek asintió, para nada avergonzado. –Debiste haber visto lo que era al principio.- Largó una pequeña risa. –La señora Gil ¡Uf! Esa mujer amargada me hacía la vida imposible. Pero con el tiempo comencé a hacerlo mejor y ella ahora me perdona las cosas.

Baekhyun hablaba como un niño pequeño que llegaba de la escuela después de su primer día y contaba a sus padres todo lo que había visto y descubierto. Chanyeol se encontró viéndolo con una expresión idiota y medio sonriente; la persona a su lado había pasado por muchísimos problemas y aun así se veía tan... Brillante. ¿Antes había estado igual? Los chicos le contaron que Baekhyun se había dedicado a ser una sombra andante, automatizada y deprimente las últimas semanas, pero ahora no lo notaba así para nada... ¿Era por su causa? ¿Sería demasiado vanidoso adjudicarse su repentino bienestar?

Y mientras, no podía dejar de mirarlo ni de escucharlo, eran actos completamente inconscientes.

-Y entonces...

-Hum,- Profirió, Baekhyun cerró la boca y lo miró. -Ya cruzamos el parque.- Advirtió, estaban del otro lado.

Baekhyun vio alrededor como si no hubiera sido consciente de que el tiempo pasaba. -Debo... Debo ir en esta dirección.- Señaló hacia la derecha con la esperanza de que Chanyeol fuera con él.

Pero él hizo una mueca extraña. -Yo voy por aquí.- Señaló la izquierda, y la cara de decepción que puso Baekhyun casi acaba con sus nervios.

Si sigue así, decidió, voy a terminar haciendo cosas malas.

El otro se lo quedó viendo un largo rato y Chanyeol se quedó allí, como si estuviera atado a su mirada y no pudiera deshacerse del nudo, estaba atrapado. Baekhyun compuso una media sonrisa. -Entonces...

Chanyeol asintió una sola vez a modo de saludo y huyó con paso rápido y tenso, pero justo entonces algo inundó su mente... Algo que había estado ahí rondando desde hacía días y sobre todo aquella mañana cuando despertó. Se frenó de improviso y cerró los ojos, enseñando los dientes, se sentía terriblemente frustrado por no poder controlarse de alguna manera. Quizás y con suerte Baekhyun se habría alejado ya y... No. Ahí estaba aún, viéndolo irse. Hizo puños con sus manos y caminó de regreso hacia él, quien lo vio acercarse con el corazón acelerado y los ojos bien abiertos.

-Feliz cumpleaños.- Largó de una vez.

Baekhyun entreabrió los labios, pero no pudo pronunciar nada. Absolutamente nada. Sus ojos comenzaron a picar cuando Chanyeol le dio una leve y preciosa sonrisa de lado.

-¿Es hoy, verdad? Veintiocho de octubre.

Sólo pudo asentir. Un nudo en su garganta impidiéndole hablar.

-Felices dieciocho.- Terminó con un encogimiento de hombros, comenzó a retirarse nuevamente, de forma lenta.

-Dios...- Baekhyun estaba temblando.

Te amo tanto...

-¡Aguarda!- Lo frenó a tiempo. -Ven conmigo.- Le espetó, exaltado por sus sentimientos. Recibió como respuesta una expresión deformada por la indecisión y las ganas. -V-ven, ven a mi casa, te la enseñaré.- Prácticamente le suplicó, lo que sentía dentro era tan grande que apenas podía formular palabras.

Chanyeol iba a decir que no.

-Está bien.

Pero no pudo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro