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XLII

Ligero.

Esa era la mejor palabra para describir cómo se sentía Baekhyun en esos momentos. Mentiría si dijera que todos sus recientes complejos habían desaparecido, pero era una realidad que después de recurrir a Yixing estaba muchísimo más tranquilo. Quizás su situación con el caso penal no hubiera mejorado ni un poco, quizás no hubiera recuperado su empresa y todo su dinero, pero ahora tenía a alguien a su lado con quien contar. Y confiaba. Conocía a Yixing, siempre lo había hecho en el fondo y este nunca le había fallado, sabía que no sería una excepción.

Era su mejor amigo. Los mejores amigos estaban para eso.

Todavía seguían entristeciéndole sus acciones pasadas. Se arrepentía muchísimo de haber sido tan insensible con alguien que siempre había querido ayudarlo. Al menos, en cierto punto... la realidad es que si él no hubiera despedido a Yixing, jamás habría conocido a Chanyeol, y algo contrario a eso era algo que no podría aceptar nunca. A pesar de todo, agradecía sinceramente que Yixing le hubiera dado otra oportunidad porque él no se la hubiera dado. Aquel muchacho merecía el cielo.

Después de gruñir debido al esfuerzo de levantar todas las bolsas de basura para meterlas en el contenedor, sacudió sus manos con un suspiro y secó el sudor de su frente con la manga de su uniforme. Estaba en pleno trabajo, sacar la basura a la acera era la tarea de Daein, pero había tenido que salir un poco más temprano para cubrir a una amiga en otro de sus trabajos de medio tiempo, así que le había pedido el favor a él y ¿qué más daba? Ya estaba exhausto y todo sudado de antes, un poco más de actividad no haría la diferencia a pesar de que sus brazos dolían demasiado. Suspiró y golpeó sus hombros con un puño, tomándose un pequeño descanso, disfrutando del sol en su piel, hacía muchísimo que no disfrutaba de una tarde con normalidad.

Entonces había levantado la mirada y se había quedado de piedra al ver a la persona menos esperada observándolo varios metros más adelante.

Nada más y nada menos que su padre, lo miraba con ojos llenos de horror y una entereza aún más rígida que la suya. Baekhyun no supo qué hacer, simplemente se quedó parado allí, viéndolo con el mismo estupor, sin si quiera poder reaccionar para correr dentro del complejo. Su padre, Byun Sun Dong, dio varios y torpes pasos hacia él. Baekhyun lo vio con temor, ¿qué iba a hacerle ahora? ¿Lo insultaría? ¿Lo despreciaría por lo que era en esos momentos, con su uniforme sucio y su imagen desmejorada? ¿Lo golpearía por haberle fallado en todo siempre?

¿Qué haría? ¿Qué es lo que quería?

Y entonces jadeó, completamente sorprendido cuando el mayor estiró sus brazos para atraerlo hacia su pecho y mantenerlo allí, apretado, abrazado como nunca antes lo había sostenido. Baekhyun no tuvo ápice de respuesta y, aunque la hubiera tenido, no hubiera sabido qué hacer. Así que sólo se mantuvo congelado, con ambas manos a los costados y sus ojos bien enormes.

Era sencillamente surrealista.

El mayor se separó y, tomándolo de ambos brazos, lo miró a los ojos con pánico.

-¿Qué estás...?

-¿¡Dónde rayos te has metido, Baekhyun!?- Le espetó con brusquedad. -¿¡Por qué estás aquí!? ¿¡Por qué demonios no has venido a mí después de la denuncia!?

Fue entonces cuando logró reaccionar. Aún con extremo recelo, se quitó los brazos de su padre de encima con muchísima lentitud. -Tú no puedes pretender algo como eso.- Le contestó con la mirada fija en sus ojos.

Sun Dong se encogió, más o menos como si le hubieran pegado una cachetada. Dio un paso hacia atrás y un velo de culpabilidad se extendió por todo su rostro como nunca antes había visto. Él siempre se había comportado seguro, sin remordimientos, ¿por qué ahora venía con tales despliegues? Agachó su rostro y se mantuvo ahí, sumiso y arrepentido.

Baekhyun se lo quedó viendo como a un completo extraño. Ya no estaba tan pasmado, más bien estaba confundido. Frunció el ceño y negó, preguntándose qué haría Chanyeol en esas circunstancias... Llegó a la conclusión de que, sin dudas, se comportaría como un idiota conciliador y pacífico porque así es como era, aunque no se quejaba, claramente, lo amaba así. Él, por otra parte, se dijo que debería echarlo ya que eso es lo que normalmente habría hecho, pero concordó con ese algo en su interior en que no sería lo correcto. Pensó en Yixing entonces, y el consejo que le daría si tuviera la oportunidad de charlar con él antes de proceder con cualquier decisión importante...

"Debes ser comprensible, Baek, el odio no le hace bien a nadie y menos si se lo siente durante tanto tiempo", prácticamente pudo oír en su cabeza la voz medida y amable de Yixing largándole alguna ñoñería como esa. Llegó a la conclusión de que si se comportaba como siempre, terminaría decepcionando a muchas personas, incluido a él mismo. Tuvo que recordarse que ya no era el de siempre y también notó por primera vez que estaba rodeado de personas que eran lo opuesto a él en muchos aspectos.

Era curioso... Y bastante alentador a decir verdad.

Aclaró su garganta. -Ahora vivo aquí.- Dijo. -¿Quieres pasar?- Ofreció.

Su padre se animó a verlo y asintió. Baekhyun suspiró y refrenó las ganas de poner los ojos en blanco, ¿por qué ahora pretendía ser la víctima de todo? Con un movimiento de cabeza le indicó que lo siguiera. Saludó con una pequeña sonrisa y una venia al señor Yoon en la entrada; Byun Sun Dong vio al anciano con algo de inseguridad mientras caminaba detrás de su hijo y, a medida que avanzaban, más horrorizado estaba por todo el lugar en general. En el ascensor se cruzaron con la señora Lee.

-¿Ya ha terminado de barrer el polvo a la galería?

-Calla, mocoso.

Baekhyun sonrió de lado. -Tengo la bolsa de las compras para usted en mi casa. En un rato, pásese.

-Lo haré cuando yo quiera.- Terció la anciana igual de borde que siempre. Las puertas del ascensor se abrieron y salieron los tres, ella se dirigió a su puerta y la abrió. -Gracias.- Le dijo antes de meterse rápidamente.

Resopló. -Esa ajumma es aún más terca que yo.- Balbuceó mientras metía su llave en la cerradura.

Su padre, en completo silencio, no se perdió de ninguna interacción, observando a su hijo con exacerbada extrañeza todo el tiempo.

Baek tiró las llaves sobre la mesilla del medio (cortesía del señor Yoon, no la usaba) cuando ingresaron en su hogar, y volteó a verlo con los brazos cruzados. Sun Dong veía el lugar como si se tratara de una caverna tenebrosa sacada de una pesadilla. Arqueó una ceja en su dirección, no se avergonzaba de nada, había aprendido que vivir de aquella manera y de forma austera no era nada de lo cual avergonzarse.

-¿Te gustaría sentarte o es demasiado para ti?

El otro despegó la mirada de las telas de araña del techo y se giró a verlo. -¿No quieres ir a hablar a un lugar mejor?

-No.

Se sintió terriblemente insultado, todo lo que tenía allí se lo había ganado con su trabajo duro. Antes había trabajado también, pero era diferente cuando más de la mitad de las cosas las había tenido desde la cuna. Siempre había sido rico, siempre había tenido todo servido, ahora sabía lo que era luchar por lo que quería y se sentía despreciado.

-Esta es mi casa.- Largó con énfasis. -Te guste o no.

Fue tan determinante que al final su padre terminó murmurando una disculpa y declarando que, en realidad, no le molestaba sentarse allí. Baekhyun retuvo las ganas de maldecir y lo llevó hacia lo cocina, sólo tenía dos sillas y las ocuparon, enfrentados. El mayor se quedó en silencio, como si esperara algo. Baekhyun lo observó con aburrimiento.

-¿Pretendes que te ofrezca té o algo así?- Alegó con ironía, el otro lo miró con una gran incomodidad reflejada en toda su fisionomía. -Lo siento.- Murmuró al desviar la mirada cuando se dio cuenta de su actitud. -No debería comportarme así.- Su padre no pudo disimular la sorpresa en su semblante. -¿Qué?- Le espetó con brusquedad.

-Nada.- Sun Dong sonrió un poco. -Es extraño verte pidiendo perdón...

-Sí, bueno...- Frotó sus brazos para distraerse, no podía verlo a la cara. -Las cosas han cambiado un poco para mí.

-Ya lo noto... Espero que para bien.

Quiso decirle que se callara la boca, porque no tenía derecho a decirle qué era lo mejor para él, pero se contuvo. Pasaron largos segundos en los que ninguno dijo nada de nada y sólo el continuo tictac de las agujas del reloj llenó el vacío.

-¿Sabes?- Comenzaba a sentirse hastiado. -Yo tendría que estar trabajando ahora mismo, me gustaría que te dieras prisa y me digas qué es lo que has venido a buscar exactamente. Si mi jefa me descubre fuera, me matará.

-No he venido a buscar nada...

-¿Entonces por qué estás aquí?

-Estaba preocupado por ti.

Baekhyun frunció el ceño con desconcierto y luego rio. -Ya, vamos. ¿Qué fue todo eso allá afuera?- La mirada completamente seria que le devolvió su padre, terminó por hacerle borrar la sonrisa incrédula.

¿Estaba hablando en serio?

-Me he enterado por Yixing goon dónde te encontrabas.

Baekhyun se hizo para atrás con estupefacción. ¿Yixing le había dicho dónde estaba? Iba a matarlo cuando lo viera...

-¿Por qué no has acudido a mí, Baekhyun? Mira cómo estás viviendo.- Señaló su alrededor con impotencia.

-¿Cómo estoy viviendo?- Le replicó, comenzando a sentirse molesto.

-Pareces un... un...

-¿Un pobre?- Largó directo, y otra risa sarcástica brotó de su garganta. -¿Acudir a ti? ¿Tienes idea de lo que estás diciendo?

-Yo...

-¿Quién mierda en esta tierra acudiría a alguien que sólo ha sabido despreciarlo desde hace años?- Se elevó varios centímetros de su silla con vehemencia. -Te lo dije antes, tú no estás en posición de recriminarme algo como eso, no estás en posición de despreciar mis esfuerzos y mucho menos estás en posición de pretender que cuente contigo para nada.- Sin darse cuenta, se había puesto de pie para escupirle todo aquello a la cara.

El rostro de su padre ya no estaba apenado ni incómodo, más bien era casi inexpresivo. Casi, puesto que su abatimiento se veía claro entre todo. Baekhyun notó que había perdido las riendas sin quererlo y parpadeó, volviendo en sí. Se tiró sobre la silla con pesadez, refregó sus cabellos, estresado, y guardó silencio.

-No estoy feliz con nada de lo que está pasando... Y pasó.- Confesó el mayor.

-Bueno,- Prosiguió con la misma ironía. -Eso es extraño, considerando que todo el tiempo me decías que mi trabajo no era suficiente y que me asegurase de no mandar al carajo la empresa de mi madre.

-No hablaba en serio.

-Oh, no te preocupes, siempre fuiste alentador.

-Baekhyun.- Esta vez su tono fue más severo. -¿Podríamos hablar como corresponde? ¿Por favor?

Él le dio una mirada desorbitada. -¿Sabes qué? No. No, maldita sea, no.- Y ahí su autocontrol se fue al garete. -No olvido que toda esta mierda de situación es también culpa tuya. ¿Quién colaboró con Kim Il Wook en la idea de mandarme a la escuela? Si yo no hubiera gastado la mayoría de mi tiempo allí, habría notado los chanchullos por debajo de la mesa que hacía ese hijo de...

-Okay.- Lo frenó antes de que dijera una maldición más fuerte. -Debo aclarar esto, no quiero que parezca que lavo culpas, pero yo no influencié a nadie en esa decisión. Il Wook me insinuó a mí que sería lo mejor y yo sólo procedí pensando en ti.

Baekhyun resopló y volteó su rostro, terriblemente ofendido.

-Creí que sería lo mejor, después de todo, sólo era un año y te sacarías de encima una responsabilidad. Nunca se me pasó por la cabeza semejante plan.

No dijo nada porque sabía que eso era posible y tenía un buen punto.

-No creas que no me siento igual de indignado.- Siguió con voz amarga. -La empresa de Neul Mi...

-¿Acabas de nombrar a mi madre?- Lo interrumpió. -Límpiate la boca antes.- Escupió con desprecio.

Su padre se quedó viéndolo un buen rato antes de suspirar con profundidad, abatido. -Amé a tu madre, Baekhyun, como nunca antes había amado a nadie.

Eso logró enchinarle la piel y le produjo un escalofrío. Lo miró con detenimiento, el sentimiento impreso en sus palabras y su expresión hacían parecer que hablaba en serio.

-Hubiera sido genial que se lo demostraras en sus últimos días.- No podía evitar darse el beneficio de la duda.

-Voy a confesarte algo.- Se reacomodó. -Los días en los cuales tu madre estuvo muy enferma, el último tiempo... La razón por la cual nunca fui a verla es porque estaba ocupado.

-Sí, bueno, me encantaría saber qué era más importante que tu esposa.

-Su enfermedad.

Baekhyun no supo qué responder. El rostro de su padre se había teñido con la más grande tristeza mientras continuaba hablando.

-Invertí... millones y millones en profesionales que pudieran ayudar, en laboratorios que trabajaran exclusivamente para mí. Me pasé día y noche trabajando para salvarla, y aun así... aun así...

-Espera un momento.- Baekhyun frunció el ceño, aturdido. -Tú... ¿Estás queriendo decirme que te mantuviste buscando una cura para la enfermedad de mamá, y que por eso no te apareciste en todo ese tiempo?

El otro asintió, agachando su rostro con pena. -Nunca noté en qué momento comenzó a importarme más la enfermedad que Neul Mi misma. Baekhyun...- Su voz se entrecortó y sus ojos se anegaron de lágrimas. -No sabes cuánto me arrepiento.

Su hijo lo vio como si se tratara de un extraterrestre. -Esto tiene que ser una jodida broma...- Balbuceó, vagando la mirada por toda la habitación con nerviosismo.

-Estaba desesperado.- Siguió hablando con la mirada perdida. -Hubiera... No lo sé. Hubiera empeñado todo lo que tenía si con eso lograba encontrar algo, cualquier cosa que la mantuviera conmigo aunque sea un día más.

-¿Y luego?- Baekhyun espetó brusco, pura ansiedad recorriéndole las venas. -Luego murió, no pudiste hacer nada, es verdad, pero... ¿Y yo?- Su voz fue un susurro. -¿Por qué seguiste sin aparecerte? Ya no tenías que ocuparte de buscar ninguna estúpida cura.

-Sentía vergüenza.

Se hizo hacia atrás, confundido. -¿Vergüenza?

-Cuando Neul Mi murió, caí en cuenta de que lo que había estado haciendo era una pérdida de tiempo. Tiempo que tendría que haber utilizado para estar junto a mi esposa y consolar a mi único hijo...- Rio con una ironía dolorosa. -¿Cómo podía pretender ser tu padre cuando ni siquiera me asemejaba a uno? No era digno en ese entonces, ahora sigo sin serlo.

-¿Estás hablándome en serio?- Baekhyun estaba temblando, a un segundo de romper en llanto. -¿Tienes idea de cuánto te necesité? ¡Carajo!- Golpeó la mesa frente a él con tanta fuerza y cólera que su padre pegó un salto -¡Me quedé solo!- Gritó con la voz rota. -¡No tenía a nadie! ¡Tuve que volverme completamente autosuficiente para poder vivir, sólo porque tú no podías con tu maldito complejo de culpa!

-¿Me hubieras recibido, Baekhyun?- Cuestionó entonces, cosa que lo descolocó. -Si yo hubiera querido ir a consolarte, ¿me hubieras dejado?

No le respondió. Después de que Nita había muerto se había sentido tan dolido y perdido, que no había querido ver a su padre ni en una foto. Era verdad, el rencor que había generado dentro por todos aquellos días en los cuales tuvo que lidiar solo con su madre agonizante, no le hubiera permitido aceptar nada de él. Porque era sumamente orgulloso y terco y había sido dominado por el extremo dolor de sentirse abandonado por quienes menos esperaba que lo dejaran.

Su respiración siguió siendo agitada, sus ojos observaban al espacio, se sentía perdido, más expuesto que nunca.

-Tuve que anestesiarme para que el dolor no me destruyera.- Fue él quien habló, pero sintió como si estuviera poseído y no tuviera control sobre lo que decía o hacía. -Todo este tiempo... fingiendo. Lo único a lo que siempre le temí es a que la gente me dejara como ustedes lo hicieron...- Lo miró. -Como tú lo hiciste.

-Yo...- Entonces, Sun Dong perdió su entereza y se encontró tomando sus cabellos con una mano temblorosa, completamente torturado. -No espero que me perdones, quizás hasta no lo merezca, pero ya no puedo seguir así, Baekhyun, no puedo.

-Tus constantes visitas a mi departamento...- Habló el otro, cayendo en cuenta de muchas cosas. -Lo hacías a propósito.

Su padre asintió, igual de avergonzado. -Antes dije que amé a tu madre como a nadie más, pero esa es una verdad a medias. Hay otra persona a la cual amo tanto o hasta más que a ella...

-A-aún...- Baekhyun tartamudeó como un idiota. -Aún n-no me olvido de tus continuos desprecios por mi... vida amorosa.- Se resistía a creer que todo estaba bien, que todo era color de rosa, que su padre siempre lo había querido en realidad.

-Tenía miedo de que terminaras mal.- Se encogió de hombros. Si ya estaban a esas instancias, no había por qué seguir ocultando nada. -Quién sabe a quién podrías meter a la casa. Mira si te hacían daño, si te herían...

Baekhyun negó. -Es que desde el comienzo nunca tuviste razón...- Sun Dong lo miró, confuso. -Jamás... me he acostado con nadie.- Confesó en un murmullo.

El mayor parpadeó, sorprendido. -¿Ah, no?- Quedó pensativo. -Entonces, aquella vez... Con el hijo de mi socio...

-Aquella vez fue sólo un tonteo.- Siguió hablando con bochorno, pero muy indignado sobre todo. -Pensaste por esa única vez que era un facilón de primeras.- Negó de brazos cruzados. -Siempre tan alentador...

-Y... ¿El otro chico? ¿El de tu apartamento?

El corazón de Baek se estrujó. -¿Mi secretario?... O bueno, el que lo fue.

Su ceño se frunció. -¿El que lo fue? ¿También era un tonteo?

-No.- Habló con amargura. -Él, definitivamente, no era un tonteo. Al menos no para mí.

-¿Qué ha pasado con él?- El mayor se inclinó hacia adelante con ímpetu. -Lo sabía, es malo. ¿Lo ves? No tienes que andar por ahí con cualquiera, son todos idiotas.

La molestia sincera con la cual hablaba hizo sentir extraño a Baekhyun... Como cálido.

-Yo...- Rascó su nuca con incomodidad. -No quiero que pienses así de Chanyeol. Ni de mí.- Se dispuso a ser honesto. -Yo no soy ese tipo de persona, y Chanyeol... No lo sé, pero no podría soportar que nadie lo insulte delante de mí.

Sun Dong hizo una mueca. -Lamento haberte juzgado de esta manera, fui insensible.- Hizo una pequeña reverencia.

-De hecho, te has estado comportando como un reverendo imbécil todos estos años.

-También tienes que aceptar que me has dado razones suficientes para creer cosas como esas.

Baekhyun suspiró con fastidio. Era verdad. Siempre se había empeñado en hacerle creer que todas sus insinuaciones eran reales, a propósito, para hacerlo enervar aún más. Si iba a odiarlo, entonces que lo hiciera en serio.

Así de extremista era.

-De todas formas, es verdad.- Prosiguió Sun Dong. -He querido parecer indiferente y frío porque no encontraba otra manera de acercarme a ti.- Lo vio con los ojos llenos de un extraño sentimiento. -Quería estar contigo, pero para que no me rechazaras tenía que ser un idiota riguroso.

Baekhyun comenzó a abrir la boca para largarle alguna otra recriminación, pero se detuvo. ¿Qué sentido tenía seguir con todo aquello? ¿Por qué no podía simplemente hacerse creer que su padre en realidad lo quiso todo el tiempo? Lo admitía, era difícil, pero representaba el final de la página, tenía que terminar con todo aquello. ¿Qué ganaba odiando a su padre toda la vida hasta la muerte? ¿Qué ganaba más que amargarse a sí mismo? Hablando de todo por primera vez se sacó un peso de encima y que el otro le aclarara que era un malentendido, que sólo no habían podido comprenderse y que habían estado cegados por emociones inservibles, lo hizo sentir ligero otra vez... Aún más de lo que ya estaba por arreglar sus asuntos con Yixing.

Como si pudiera elevarse del suelo con el peso de una pluma y tocar las nubes.

Tomó aire, llenó sus pulmones por completo y lo largó lentamente, desinflándose, sintiendo como se hacía más pequeño.

-Te creo.

Y sólo esas dos palabras lo liberaron. Se encogió de hombros, sin poder creérselo ni él mismo.

-Te creo.- Rectificó. -Te creo y está bien.- Largó una risa eufórica.

Elevó sus manos y se las miró. Todavía estaba en la Tierra. No se había desvanecido, no había desaparecido. No había muerto por terminar de aceptar lo que pensaba que era inaceptable, inimaginable si quiera. Seguía ahí y era el de siempre. O bueno, con unas cuantas modificaciones, pero seguía siendo Baekhyun.

¿A qué había estado temiéndole todo el tiempo?

-Baekhyun...- Su padre lo miraba con ojos brillosos. -Baekhyun.- Volvió a pronunciar con una risa histérica. -¿Tú me perdonas?

Él se removió con incomodidad. -B-bueno...- Aceptarlo era una cosa, el perdón era otro paso muy distinto y más lejano. -Todo esto ya es demasiado para mí.- Confesó.

-Está bien, está bien...- Sun Dong se alejó un poco, alzando ambas manos. -Puedo entenderlo.- Entonces lo obsequió con una mirada repleta de ternura. -Yo te prometo que nunca más volveré a actuar de esa manera. Te lo prometo.

Baekhyun aclaró la garganta. -Sí, bueno. Ya lo veremos.

Ya se vería, y aunque estuviera cometiendo un error, sentía que tampoco le importaría.

******

Baekhyun había estado recorriendo toda la escuela en busca Yixing. Tenía en cuenta todo lo que este había hecho por él, pero también recordaba el pequeño altercado con su padre, quien había sabido dónde vivía porque su mejor amigo era un bocazas... Quizás, de paso, también le agradeciera un poquito por eso. Quizás.

Por mucho que que buscara y rebuscara, no lograba encontrarlo. Fue a la salida de su salón, a la cafetería, al patio delantero, a la biblioteca y a los baños del primero y tercer piso... No había rastros de él. En contra de todo buen juicio (porque era una persona propensa a ser acosada) se dirigió al patio trasero; necesitaba encontrarlo rápido porque, dejando de lado cualquier mala excusa, deseaba pasar tiempo con alguien, aunque le costara admitirlo. Lidiar todos los días y la mayoría del tiempo con su propia sombra no era sano para su salud mental. Recorrió todo el trayecto con cautela y ojos en la espalda, personalmente odiaba haberse convertido en alguien así, pero ya era costumbre dar un paso no sin antes observar alrededor con desconfianza. Nunca se sabía cuándo algún bravucón podría salir de la nada para arruinarle lo que quedaba del día.

Aunque debía admitir que los hostigamientos últimamente habían cesado bastante. Antes se encontraba siendo molestado desde que cruzaba el enrejado del edificio hasta que salía para irse a casa. De forma lamentable, aquello se había vuelto hasta monótono. No los había contado, pero hacía varios días que las personas que solían acosarlo (porque generalmente eran siempre los mismos) lo cruzaban de largo sin dirigirle la mirada. ¿Se habrían aburrido ya? Quería tener la esperanza de que sí, de que Kwon Baek había pasado de moda y ya no era divertido burlarse de él.

Dios quiera que fuera así y no estuvieran planeando cosas nuevas para atormentarlo.

Dio un vistazo general al patio, a simple vista no había ni rastro de Yixing; después de recorrerlo lo suficiente y llegar a la conclusión de que su amigo definitivamente había faltado a clases o, en su defecto, se lo había tragado la tierra, se dispuso a marchase a algún lugar de la escuela que estuviera apartado y olvidado, algún lugar en el que nadie pudiera verlo para molestarlo.

Pero entonces...

Unos sonidos extraños lo distrajeron de sus planes. Frunció el ceño y agudizó el oído... ¿Era un forcejeo? Parecían gruñidos y balbuceos, voces ahogadas repletas de una molestia poco disimulada. Sin poder aguantarse, caminó con sigilo hacia el lugar de donde provenían aquellos ruidos, un sector más apartado detrás de los salones de música y arte al que nadie acudiría normalmente.

La imagen que encontró lo dejó perplejo.

Kyungsoo, el mismo Do Kyungsoo que le había hecho la vida imposible, se mantenía sosteniendo a un chico de su camisa contra la pared de forma muy amenazante. Pero eso no fue lo más notable; Jongdae y Minseok también colaboraban en la escena acorralando a otro par de chicos. Y lo que más anonadado lo hizo sentir fue ver a Junmyeon, el niño bueno, y a Luhan, el chiquillo miedoso, observando todo de brazos cruzados. Sin hacer nada.

Parpadeó con sorpresa cuando Kyungsoo golpeó fuertemente al individuo que sostenía contra la pared.

-Te lo preguntaré sólo una vez más: ¿para quién iba la mugre aquella?- Señaló algo con un movimiento de cabeza y Baek notó que había varias bolsas con basura y más porquería a un costado.

El chico gruñó. -Ya te he dicho que no te importa, maldición.

Kyungsoo volvió a golpearlo, esta vez con más fuerza. -¿Acaso quieres un ojo morado, imbécil? Si no hablas ahora, te las verás increíblemente mal. No sólo tú.- Ahora señaló ligeramente al otro par acorralado. -Tus amiguitos también saldrán bastante lastimados. Habla.

El muchacho se mantuvo en sus trece, siguió forcejeando en vano y resistiéndose.

-Ya, díselo de una vez.- Intervino otro de los amenazados. -Si se lo dices, nos dejarán en paz.

El aludido pareció increíblemente reticente, pero aun así abrió la boca. -Era para Kwon Baek.

-Ah, así me gusta más.- Se sonrió Kyungsoo de forma maléfica. -A ver si aprendes mejor de estos.- Lo soltó con brusquedad. -Que sea la última vez que los encontramos planeando cosas como estas, de lo contrario, les haremos comer la mierda que traigan.

El chico se apoyó contra la pared, respirando con dificultad. Le dio una mirada de rencor. -¿Por qué lo defiendes? Tú lo odias.

Kyungsoo elevó una pierna para pisarle el pecho y estamparlo nuevamente contra la pared. -Lo que yo haga o deje de hacer, a ti te trae sin cuidado. Creo que he sido bastante claro con mis amenazas. Si los encontramos de nuevo, no duden en que se las verán aún peor de lo que les he advertido. Ahora, corran fuera de mi vista.

Los tres muchachos salieron disparados sin una palabra más. Pasaron cerca de Baekhyun, pero ni siquiera lo notaron.

-Esto...- Él tuvo que adelantarse en la escena, no podía ignorar lo que acababa de presenciar. -¿Qué es lo que pasa aquí?- Cuestionó sin saber muy bien qué decir o qué hacer específicamente. Sus ojos ni siquiera llegaban a dar crédito por completo de todo lo que había pasado.

Los demás, aún metidos en sus asuntos, se voltearon a verlo con pasmo.

-¡Genial!- Exclamó Kyungsoo con sarcasmo, miró a sus amigos con el ceño fruncido. -Ya me vio, ahora pensará que me importa o algo así.- Se cruzó de brazos, enfurruñado.

Luhan se rio de forma nerviosa. -¿Lo siento?

-¿Por qué te disculpas?

-¿No lo sé?

Baekhyun negó con la cabeza. -Estoy confundido...- Dirigió una lenta y recelosa mirada a Kyungsoo. -¿Qué acaba de hacer Do Kyungsoo?

-Te estaba defendiendo, obvio.- Aclaró Minseok a sabiendas de que tal afirmación cabrearía al otro.

-¡Claro que no! ¡Defendía a mi mejor amigo!

-En realidad,- Se aclaró la voz Junmyeon. -Todos estábamos haciéndolo, Baek.

Él negó otra vez, no lograba caer todavía. -¿Por qué?- Su voz pareció la de un niño pequeño que cuestiona cosas completamente fuera de su comprensión, estaba muy lejos de ser un reproche.

-Estamos preocupados por ti.- Se le acercó Jongdae con un ceño fruncido de pena.

-¿Por mí?- Siguió incrédulo. -Pero si ustedes... ¿Acaso no estaban molestos? ¿No me odiaban?

-Sí.- Espetó Kyungsoo sin esperar. Recibió un codazo por parte de Luhan como consecuencia.

-Supongo que yo lo estaba.- Balbuceó Minseok. -En realidad, creo que era más una decepción general por toda la situación en sí.- Se encogió de hombros.

-Minseok tiene razón.- Intervino Junmyeon nuevamente. -Chanyeol es nuestro amigo, pero también lo eres tú.- Hizo una mueca ahora y desvió la mirada, como si no pudiera verlo a la cara. -Hemos tardado en entenderlo, hicimos mal dejando las cosas como estaban, muy mal...- Se frotó las manos con incomodidad y a duras penas lo encaró. -Ya no podíamos verte más de esa manera, Baek.

-Aguarden,- Este elevó ambas manos. -Han dejado de acosarme tanto como antes, ¿es...? ¿Es cosa de ustedes?- Cuestionó igual de estupefacto.

-En realidad, Luhan tuvo la idea.- Minseok rodeó los hombros de Luhan con afecto. -Este chiquillo no para de sorprendernos.

El susodicho compuso un pequeño gesto, uno disconforme. -Aún sigue alterándome que Kyungsoo amenace de esa manera a las personas...

-No hay de otra.- Habló este con malhumor. -Son tan cortos que no entienden si no les das unos buenos guantazos.

-Necesitábamos protegerte... No, queríamos protegerte, Baek.- Aclaró Jongdae con una postura humilde. -Todos estamos arrepentidos y detestamos la forma en la que resultaron las cosas. No teníamos idea de cómo acercarnos a ti, Luhan postuló la idea de encargarnos de los matones a tus espaldas para que dejaran de molestarte y estuvimos de acuerdo.

-Los problemas entre Yeol y tú son cosa de ustedes.- Prosiguió Luhan, igual de avergonzado, igual de penitente. -Nunca tendríamos que haberlo tomado como algo personal, simplemente... Supongo que la situación fue shockeante y nos sobrepasó a todos de alguna manera.- Pestañeó varias veces para ahuyentar las lágrimas inoportunas. -Sólo esperamos que lo resuelvan todo pronto y... Ya.

Los chicos callaron, sin más explicaciones que dar. Quedaron nerviosos y a la expectativa, sin poder apostar cómo Baekhyun reaccionaría ante semejante confesión. Lo mantuvieron en secreto porque tenían miedo de herir su orgullo, tenían miedo de que al final terminara sintiéndose ofendido o avergonzado, cualquier cosa que diera con su personalidad y lo alejara todavía más. Ahora que ya todo era sabido, no tenían idea de lo que sucedería y eso los ponía nerviosos como la mierda; tal vez Baek estuviera decaído, pero seguía siendo Kwon Baek después de todo, probablemente no se comería el cuento del arrepentimiento, quizás nunca los disculpara...

Demonios, hasta podría golpearlos por hacer cosas innecesarias.

Baekhyun, por su parte, se había quedado en silencio y había escuchado atentamente cada una de las palabras que le habían proferido. Cuando acabaron, bajó la mirada, pensativo, y continuó sin decir nada. Los otros ya estaban preparándose para pedir disculpas y rogar por sus vidas, pero él los interrumpió.

-Muchas gracias.

Aquellas palabras los dejaron descolocados. Lo miraron con detenimiento... ¿Baek había agradecido por algo? ¿Kwon Baek? Y mientras tanto, él estaba verdaderamente desbordado, viéndolos con los ojos bien abiertos y repletos de sinceridad. Deparó en cada uno, los obsequió con pura emoción.

-No sé cómo poner en palabras esto... Gracias.- Volvió a aclarar. -Gracias...- Largó por último en un susurro, cubriendo sus ojos con un brazo. Sus labios quedaron a la vista y notaron que había comenzado a hacer mohines extraños.

-¡Te queremos, Baek!- No pudo evitar largar Luhan.

Él gimió y asintió, sin descubrir su rostro todavía. -¿Dónde carajos está Yixing ahora?- Dijo en un murmullo.

Los chicos se sonrieron con diversión.

-Nos dijo que tenía algunos asuntos de los cuales encargarse. Por eso ha faltado.

-¿Alguno tiene idea de a dónde fue?

-Irá un poco lejos.- Contestó Kyungsoo. Los demás lo vieron con curiosidad, este suspiró. -Las cosas cambiarán un poco... Esperemos.

Y mientras tanto, un Yixing algo cansado por el viaje, descendía del tren que había tomado ayer por la noche. La estación estaba desolada, no había muchas personas, sólo un par de parejas y madres con niños. Leyó el cartel que indicaba la localidad a la cual había llegado: Hwacheon.

Esperaba tener suerte...

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