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EXTRA ESPECIAL ¡SORPRESA!

Nunca me habría imaginado editando otra parte de este fic... Pero como la vida da vueltas inesperadas, ¡aquí me tienen! Ha sido un tiempo ya... Especialmente para aquellxs que me han acompañado con TPD desde el inicio, no tanto para los recién llegados.

Sé que Trabajo para el diablo ha marcado a muchxs, incluyéndome; siempre me han pedido algo, reiteradamente, y entonces un día me dije: ¿por qué no? Después de todo, negar que extraño escribir sobre estos personajes sería vil.

Sin más, dejo a las personas que estén interesadas en leer un poquito más de esto, libres de hacerlo...

Los pies pesados y la espalda agarrotada no eran buen signo para Baekhyun. Mucho menos las sienes punzantes y los ojos casi cerrados.

La llegada a casa por la noche en general siempre era tranquila, sólo se echaba en la cama como estaba y dormía hasta cuando podía, ganándose por la mañana una reprimenda de su pareja por su descuido y la posibilidad de enfermarse ante este. Sin embargo aquel día había llegado por la tarde. Ju Mi, su secretaria, le había dicho que sólo tenía una reunión hasta las seis y media y, en vez de pasarse por el taller para ver cómo iba la producción, pecó de negligencia al volverse un par de horas a casa para descansar un momento... Tan sólo un corto y glorioso momento. No sabía exactamente por qué, pero cuando estaba cansado y/o estresado, al volver su agotamiento aumentaba... Suponía que se relajaba de más al saber que estaba en un lugar seguro.

Se deshizo de su chaqueta y la dejó en el perchero, aunque al estar mal colgada terminó cayendo al suelo; sus ojos prácticamente estaban cerrados, le costaba mantenerlos abiertos. Quiso deshacerse de sus mocasines, pero tropezó y falló en el intento, así que desistió y fue directamente a su habitación. Apoyó las manos sobre el colchón e identificó que Chanyeol estaba allí, escaqueándose del trabajo también seguro. Ser arquitecto era casi tan duro y agotador como ser un diseñador de modas famoso, y ocupaba la mayoría del tiempo, aunque pronto estaría de vacaciones, así que se alegraba de que pudiera descansar... A diferencia de él.

Se echó con pesadez y cayó sobre un brazo de él; frunciendo el ceño con molestia se lo sacó de abajo y lo empujó un poco.

-Muévete, poste.- Gruñó, Chanyeol estaba tan dormido que atinó a moverse todavía entre sueños.

Cuando su cabeza tocó la almohada y la posición fue correcta, suspiró de gusto y no tardó más de un minuto en caer rendido y ser invadido por el inconsciente... Aunque su descanso pareció de tan sólo diez minutos cuando se despertó exaltado por el sonido del despertador. Se sentó sobre el colchón y sintió su respiración alterada mientras intentaba tranquilizarse. Últimamente su corazón no dejaba de latir rápido y pesado todo el tiempo, sentía la necesidad de desaparecer por un siglo para recuperar la calma. Revolvió sus cabellos y frotó sus ojos, todavía sentía sueño... Hacía meses que sentía sueño de hecho.

Chanyeol a su lado seguía descansando sin inmutarse, lo envidiaba. Tomó su teléfono para apagar el maldito sonido y sus ojos adormilados doblaron su tamaño. No por todas las llamadas y mensajes perdidos, sino por la hora.

Dieciocho cuarenta y cinco.

-¡Chanyeol!- Vociferó a voz en grito.

El más alto se despertó de repente sentándose sobre el colchón, lo miró con los cabellos desordenados, un ojo cerrado y el otro medio abierto. Baek corría del baño a la habitación con completo desenfreno.

-¿Cuándo llegaste?- Preguntó con voz ronca, echándose otra vez con un suspiro.

-¡Eso no importa!- Respondió haciéndose el nudo de la corbata frente al espejo. -¡Poco más y serán las siete!

-Las siete, sí...- Contestó Chanyeol con pereza, una sonrisa estúpida en sus labios inducida por el estado somnoliento en el que se encontraba.

Abrió los ojos justo cuando Baekhyun parado a su lado le propinaba un coscorrón en la cabeza. Se volvió a levantar y lo vio con el ceño fruncido mientras frotaba con una mano el lugar afectado.

-Auch... ¿Qué hice ahora?

-¡Los niños, minusválido mental!

Sus ojos se llenaron de pánico. -¡Mierda, mierda, mierda!- Balbuceó mil veces mientras comenzaba a vestirse también.

Baekhyun acomodó un poco su cabello mientras apretaba los dientes. -Tenía una reunión a las seis y media, no he escuchado la maldita alarma.

-¡Lo siento! He caído rendido al llegar.- Comentó el otro agitado mientras pegaba pequeños saltos al intentar ponerse los pantalones.

Intentaron pasar ambos por la puerta igual de apurados y se atoraron, Baek chasqueó la lengua a la vez que se removía como un pulpo para correr hacia la entrada. Chanyeol se agachó a recoger sus zapatos y Baek a acomodar sus mocasines y golpearon sus cabezas, exclamando un "¡ay!" doloroso cuando volvieron a erguirse. Chanyeol se lo quedó viendo un momento.

-¿Otra vez has dormido vestido?

Baekhyun no le prestó atención mientras ataba sus zapatos. -No planeaba dormir demasiado.

-Aun así creo que...

-¡Chanyeol!- Lo frenó casi sin aliento cuando se paró y lo miró a los ojos. -No siento ganas ni deseos de oír tu palabrería cotidiana.

El más alto lo vio correr hacia fuera de brazos cruzados, antes de irse lo señaló con un dedo.

-Busca a los niños, maneja con cuidado.- Y con un portazo se fue.

Chanyeol suspiró con pesadez y procedió a actuar con rapidez, después de todo iba tarde.

Mientras manejaba hacia la escuela martirizó su cabeza pensando en la mejor manera de aligerar el espíritu de Baekhyun. Lo notaba tan estresado, molesto y cansado que su corazón dolía. Sabía que estas épocas eran las peores para la empresa debido al exceso de trabajo y Baek lo sufría todo el doble debido a su posición. La última vez había dormido y comido tan mal que había acabado en el hospital con intravenosa y un cuadro de exceso de estrés después de colapsar. Él se había asustado, pero la expresión de los niños al verlo en la camilla había sido incomparable a cualquier otro miedo sentido. Chanyeol lo había odiado, no quería que acabara igual y por eso insistía tanto en sus cuidados aunque al más bajo le molestara que "lo tratara como a un niño pequeño". Su terquedad no desaparecía aunque los años pasasen.

¿Qué podía decir? En su interior amaba que fuera tan caprichoso, pero nunca lo diría en voz alta, le traería muchos problemas.

Cuando estacionó frente a las puertas de la escuela salió rápidamente para ubicar a quienes debía. Sus ojos enfocaron las verjas justo cuando recibió dos enormes sonrisas de pocos dientes y su corazón abandonó cualquier preocupación para llenarse de puro amor.

-¡Niños!- Corrió hacia ellos.

-¡Appa!- Gritaron ambos a su encuentro.

Se agachó para meterlos a ambos entre sus brazos y darles un apretado abrazo. -Amores míos.- Sonrió al cerrar sus ojos, luego se apartó para mirarlos con pena. -Appa lamenta haberlos hecho esperar tanto.

-¿Te quedaste dormido otra vez?- Preguntó el niño.

-Sí.- Respondió riendo como tonto al rascar su cabeza, no podía evitar sentirse algo abochornado.

El niño rio contagiado. -Siempre eres muy despistado, pero no te preocupes, te perdonamos.

Se puso de pie y los tomó de la mano para caminar con ellos hacia el auto. -Tanto Baek appa como yo hemos estado muy cansados.- Explicó con un bostezo.

-¡De tanto dormir te parecerás a un hámster, appa!- Exclamó la pequeña a su lado con gracia.

-Son los osos los que duermen, tonta.- Contestó su hermano del otro lado.

-¡Claro que no! Los hámsters también duermen mucho cuando hace frío, ¿verdad, appa?

Chanyeol se ocupaba de asegurar bien el cinturón de la silla que cada uno ocupaba en el asiento trasero. -La verdad no lo sé, pero no está bien llamar tonta a tu hermana, ¿oíste?- Miró con seriedad al niño.

-Sí...- Contestó este con desánimo al ser regañado.

-Es extraño que Chanyeol appa no sepa algo.- Se adelantó la pequeña para verlo ponerse el cinturón de seguridad tras el volante.

-¡Es verdad! Él es muy inteligente.

Chanyeol sonrió mientras se internaba en la calle otra vez. -Puede que lo sea, pero eso no significa que lo sepa todo en este mundo.

-Baek appa dice que cuando ibas a la escuela eras el más listo de todos los alumnos.

-¿Eso dice?

-Sí, y que eras insoportable porque siempre presumías de ello.

Largó una carcajada. -Eso quizás debido a que él se la pasaba trabajando y luego debía hacer exámenes de recuperación.

-¿Tú nunca hiciste uno, appa?

Chanyeol negó. -Y espero que ustedes tampoco tengan que hacerlo.

Los chiquillos siguieron charlando entre ellos y con él, y no podía apartar la atención de ellos aunque sabía que lo más importante era enfocarse en la carretera. Cuando tenía a sus hijos cerca no podía evitarlo, le robaron completamente el corazón desde el primer momento.

Hacía ya tres años que Baekhyun y él eran oficialmente padres. Debido a que en Corea no eran aceptadas las familias homoparentales tuvieron que viajar a Canadá donde la adopción por parte de parejas gay era legal. El único requisito que les había faltado cumplir era el matrimonio y bueno, desde hacía bastante había pensado en proponer algo así.

Lo que no sabía es que Baekhyun también se le quería proponer y hasta lo estaba planeando.

No hubo tiempo para sentirse conmocionado, había que actuar rápido. Baekhyun se sentía ansioso y él, aunque procuraba mantener la calma en el fondo se encontraba igual. La ceremonia fue escueta y para nada llamativa, debido a la "fama" de Baekhyun procuraron hacerlo en secreto para no tener que lidiar con cualquier prensa, no tenían tiempo en esos momentos. Incluso resistieron la incesante lucha de Minseok por hacer una mega fiesta nocturna. Al final tuvieron que prometerle que, después de que los trámites estuvieran listos y las cosas fueran calmas, harían el festejo que tanto deseaba.

Estuvieron en lista de espera por más de un año y medio hasta que por fin recibieron la llamada: había un niño vietnamita de dos años abandonado en el país esperando por tener una familia.

La dicha de ambos fue tan grande que sus exclamaciones eufóricas se escucharon hasta en el cielo. Baekhyun incluso hasta casi se desmaya. Cuando viajaron a América para encontrarse con el pequeño fueron enterados de que este tenía una hermana melliza... La mirada que se dieron exactamente a la misma vez les dijo todo lo que debían saber. Sentían lo mismo, ninguno quería separarlos, así que pidieron permiso para tomar bajo cobijo también a la niña. Por fortuna lo permitieron y después de medio año más, Baekhyun y Chanyeol se encontraban en casa junto a sus dos niños.

Thian y Binh. Decidieron elegir nombres vietnamitas para honrar la cultura de la cual provenían, ambos sabían sobre su país de origen, ellos se ocupaban de platicarles sobre él para que no olvidaran.

Ahora ambos pequeños tenían seis años y estaban en primero de primaria. Eran activos, sanos, demasiado inteligentes y la luz tanto de Chanyeol como de Baekhyun. Este último había cambiado el hábito de maldecir cada dos palabras cuando habían llegado a su vida y jamás levantaba la voz en su presencia, aunque cuando estaba sobrepasado de trabajo solía olvidar lo primero, como antes en casa. Por fortuna se daba cuenta solo y lo controlaba, así que Chanyeol no le decía nada.

Cuando llegaron a casa los niños entraron corriendo y gritando. Thian fue a la habitación de sus padres y Binh rebuscó tanto en el baño como en la cocina. Los mellizos volvieron a encontrarse en el salón con miradas apenadas hacia su padre.

-¿Dónde está Baekkie appa?

Chanyeol suspiró y dejó las mochilas de ambos a un lado. -Ya saben que está trabajando duro estos días.

-Pero hace tiempo que no lo vemos...

-¡Eso! Yo quiero jugar con Bakkie appa también.

-Bueno, por el momento tendrán que conformarse con este appa.- Se agachó e hizo un puchero ante la expresión de tristeza patente en sus rostros. -¿Acaso a mí no me quieren?

-¡No es así, appa!

Chanyeol posó ambas manos sobre su rostro y fingió llorar. -De seguro olvidaron cuando compré helado y los dejé repetir a espaldas de Baekkie.

Binh se adelantó e intentó apartar delicadamente sus manos para verle el rostro. -No llores, appa, Binh te ama mucho.

Él la vio de reojo. -¿En serio? ¿Y qué hay de Thiannie?

-¡Y-yo también te amo, appa!- Exclamó este con las mejillas rojas y las manos en puños.

-¿Acaso estás avergonzado del amor que sientes por tu padre? Ya verás.- Cogió al niño con destreza y se lo colgó al hombro como si fuera un saco de patatas. -¡Te haré girar hasta vomitar!

-¡No, no!- Gritó el pequeño entre carcajadas.

-¿Quién quiere jugar a el suelo está hecho de lava?

-¡Yo!- Exclamaron al unísono.

Cuando Baekhyun llegó por la noche se encontró con un mundo de juguetes y cosas tiradas por doquier. A pesar de su cansancio abrió más los ojos para escrutar la casa con curiosidad, pisó descalzo un pedazo de rasti y ahogó una maldición por el dolor a la vez que daba saltos con el pie sano. Levantó la vista para encontrárselo a su esposo durmiendo en medio del salón, rodeado de peluches, armas y más figurillas de juguete. A su cintura tenía atado un delantal blanco y supuso que Binh le había hecho cocinar para jugar otra vez. No supo de dónde habían salido los elementos de cocina que usaban ellos mismos ni por qué Chanyeol tenía una olla en la cabeza, pero de todos modos sonrió... No fue algo exagerado ni enorme, una simple mueca suave y llena de calidez. Silenciosamente comenzó a juntar todo entre pequeños suspiros, su cuerpo dolía demasiado.

-¿Chanyeol?- Lo movió ligeramente.

-¡El sillón no es lava!

Fue lo primero que exclamó al despertarse exaltado, por debajo de la olla vio a Baekhyun y parpadeó un par de veces. Al más bajo le dieron ganas de comérselo a besos por lo adorable que se veía, pero tan sólo se cruzó de brazos y lo vio con una ceja alzada.

-¿Otra vez saltando sobre los muebles?

Entonces Chanyeol le sonrió de aquella manera tan aniñada y pícara y su corazón se saltó un latido. Era increíble, todos esos años y aún...

-¡No te preocupes, Baekhyunnie!- Se puso de pie dejando la olla a un lado. -Yo me ocuparé de ordenar, tú ve a descansar.

-¿Los niños duermen?- Preguntó con expresión triste al echar un vistazo en dirección a los cuartos.

-Así es.- Bostezó Chanyeol mientras metía los juguetes en la caja. -Jugamos un montón hasta que se cansaron y fueron a la cama. Preguntaron por ti, te buscaron cuando llegamos.

Baekhyun sintió que su pecho punzaba de forma dolorosa. -Quise volver temprano, intenté redondear las cosas, pero los inversores insistían en tomar medidas desfavorables y entonces yo...

-Hey.- Chanyeol le ahuecó una mejilla con suavidad. -No te justifiques, sé cómo son las cosas y los niños también.

Mordió su labio con fuerza. -Tengo miedo de que me olviden... O ya no me quieran.

-La razón por la cual dije lo que dije fue para que seas consciente de que ellos te están esperando.- Se dio la vuelta para continuar ordenando. -Nunca pasará nada de eso, te aman. Ve a descansar, te ves terrible.

Baekhyun no dijo nada, sólo asintió quedamente y dio algunos pasos en dirección a la habitación.

-¡No olvides quitarte la ropa y dormir como se debe!- Le recordó todavía en la labor.

Sintió como se tiraban encima de su espalda y se quedó quieto; vio hacia atrás como pudo y sonrió.

-¿Algo más?

Baekhyun hizo puños con la tela de su camiseta mientras pegaba el rostro a su espalda. -Lo siento, hoy te hablé feo.

-Ajá.

-Sabes que me pongo malo cuando trabajo mucho, no es justificación, pero... Ya.

-Ya.

-Tienes razón en todo lo que dijiste antes... Te odio y me caes mal.

-Los viejos compañeros nunca faltan.

-Y...

-¿Y?

Baekhyun lo abrazó por la cintura. -Te extraño.

-¿Quieres que deje la limpieza para después?

Asintió y Chanyeol sonrió cuando se dio la vuelta para tomarlo en brazos y llevárselo sin miramientos a la cama. ¿Un Baek caprichoso y terco? Era adorable quizás, pero prefería aquel que se mostraba endeble y honesto.

Humano.

-Hey.- Llamó con los ojos cerrados mientras acariciaba perezosamente los cabellos de Baekhyun recostado sobre su pecho. -¿Qué te parece si cenamos todos juntos?

-¿Cuándo?

-No importa cuándo, sólo estemos juntos. Tú, yo, Thiannie y Binh-ah.

Baekhyun se acurrucó más sobre su amor. -Quiero. Ustedes son todo lo que tengo, ¿sabías?- Susurró a punto de caer rendido.

-Y tú nuestro todo también.

******

-Dios, Dios, Dios...

Baekhyun movía la pierna de arriba abajo con histeria bajo el escritorio. En frente tenía una pantalla gigante que pasaba y pasaba diapositivas con gráficos, información y cuadros, pero en su lugar observaba el reloj de pared a un costado como si pudiera hacer avanzar el tiempo más rápido con sólo una intensa mirada, con la fuerza de sus deseos... Que eran muy grandes, debía aclarar. Aquel día era el acordado para encontrarse con Chanyeol y los niños, cenar y pasar tiempo juntos; era el día en su agenda que había encontrado más libre y en el cual salía más temprano, en vez de hacer extras destinaría sus horas a pasar tiempo con su familia.

La reunión expositiva sobre el nuevo proyecto que estaban planeando se estaba extendiendo y estaba demasiado ansioso por salir de allí y correr a casa, tranquilo.

Cuando el jefe de marketing acabó de hablar y agradeció la atención casi exclama un sí lleno de euforia. Fue el primero en pararse para salir de allí con Ju Mi siguiéndole a duras penas el paso apresurado. Su actitud no era la mejor, mucho menos siendo el respetado presidente y teniendo que mantener cierta forma de actuar mesurada, pero no le importaba en esos momentos. No tenía otra cosa en mente que no fueran sus tres luces.

-¡Baekhyun!

Se giró ante el llamado para verlo a Luhan caminando hacia él con un rostro lleno de pánico.

-Tenemos un problema, un grave, grave problema.

-Oh, maldita sea...- Tiró su cabeza hacia atrás con frustración. -¿Qué es ahora?

-¡La mitad del taller ha cogido gripe!- Exclamó con horror. -Se han reportado enfermos y algunos incluso están trabajando con mala salud, la producción es muy lenta y la fecha se acerca, ¡no tenemos forma de llegar al desfile de octubre si seguimos así y entonces...!

Baekhyun detuvo su palabrería dándole un pequeño golpe en la cabeza con unos papeles que tenía en la mano. -Cálmate, cabeza hueca. En estas situaciones hay que obrar fríos, ¿no aprendiste nada?

-Lo sé, lo sé.- Luhan posó ambas manos sobre sus sienes y las presionó. -Lo siento, entré en pánico.

-Dame opciones, ya.- Chasqueó una vez los dedos.

-Podríamos... Podríamos llamar a los ayudantes de la marca en tiendas.- Se paseó Luhan de un lado a otro, tocando su labio inferior mientras su cerebro marchaba a mil por hora. -Están un poco lejos y todavía tratan con la segunda tanda de prendas para esta temporada, pero... ¿Ju Mi-yah? ¿Tienes aquí la agenda del mes completo?

-Por supuesto.- Se adelantó ella con diligencia.

Luhan miró el calendario con atención y asintió lentamente, pensando y repensando. -Podemos pasar la producción para la próxima semana...- Parecía que hablaba más consigo mismo que otra cosa. -Enviaremos transporte para movilizarlos y hablaremos sobre la paga extra luego.

-Muy bien.- Su jefe le palmeó un hombro. -¿Ves que sabes? Confío en ti para encargarte de lo que sea, ahora, debo irme antes de llegar tarde a...

-¡Sabonim!- Lo detuvo una vez más. -E-eso no es todo, necesitamos ya su visto bueno para las prendas acabadas que irán directo al desfile.

-Pero yo...

-Si no lo hacemos ahora no tendremos tiempo para hacer las modificaciones, Baek.

Quiso largarse a llorar. ¿Justo ese día y en ese mismo momento? Cerró los ojos, tomó aire hasta llenar por completo sus pulmones y lo largó con mucha lentitud... Calma, siempre calma. No había posicionado a Nita K donde estaba sintiéndose desdichado y llorón, ¡había enfrentado cosas peores, vamos! Aunque lo doloroso que fue enviarle un mensaje a Chanyeol explicándole que llegaría tarde le hizo repensar aquello.

Cuando llegó al taller principal encargado de la alta costura, literalmente todo era un desastre. Casi estaba vacío debido a la cantidad de empleados que faltaban y los que estaban se movían como un caracol debido al malestar físico. Algunos corrían de aquí para allá, completamente atareados al tener que lidiar con el doble de trabajo. Se acercó a ver las prendas supuestamente listas y casi se desmaya del horror. Malo, malo y malo. La confección era terrible, parecía ropa que no había llegado a ser revisada ni siquiera una sola vez. Miró a Luhan con censura y lo notó respirando con dificultad mientras las mejillas se le volvían cada vez más rojas.

Suspiró y cubrió su rostro con una mano. -No me digas que también estás enfermo...

-¡No, claro que no!- Rio el otro con nerviosismo. -¿Qué... cosas dices...?

-¡Idiota, te estás desvaneciendo!

Después de sentar a Luhan y procurar que no muriese, Baekhyun tuvo que supervisar él mismo el trabajo y, después de considerar cortamente las cosas, decidió que mandar a todos a casa sería lo mejor. Trabajar en esas condiciones era inhumano. Los empleados parecieron apenados, pero se sentían tan mal que agradecieron poder volver a descansar.

-¡Pero...! ¡Pero la producción se atrasará más y...!

-Tú también te vas a casa, Luhan.- Lo señaló con autoridad.

-¡Pero qué haremos con...!

-¿Me estás cuestionando, incordio insolente?- Se le acercó con ojos entrecerrados.

Luhan gimió como un ciervo malherido, quiso exponer lo que pensaba, pero su cabeza dolía tanto y estaba tan mareado que mejor se calló la boca. -Lo siento.

-Así está mejor.- Baekhyun se irguió recto con ambas manos sobre las caderas. -No importa qué, al final están todos horrible.- Rascó su cabeza observando alrededor. -No deberían trabajar así, ya luego veremos qué haremos para apurar la producción.- Volvió a verlo con dureza. -Te irás a casa antes de que el crío venga a increparme por sobreexplotación.

Después de procurar que cada uno estuviera a salvo le dio el resto del día libre a Ju Mi y, literalmente, corrió hasta su auto para meterse y conducir como un poseso hasta su casa. Sabía que era imprudente, pero como pudo tomó su teléfono y llamó al primer número que poseía en contactos.

-¡Chanyeol!- Gritó sin darse cuenta cuando lo atendió. -¡Lo siento mucho, ahora estoy...!

-¿Baek? ¿Estás bien?

Sus pulsaciones se aquietaron un poco al oír la voz calma de su esposo. -Lo estoy, estoy yendo hacia casa ahora, sólo esperen un poco más y...

-Los niños ya cenaron.

-¿Cómo?

-Te esperaron, pero tenían mucha hambre así que acabé sirviéndoles. Yo aún no ceno, así que podemos hacerlo juntos cuando llegues.

Su respiración era cada vez más errática. -Pero...

-No necesitas apurarte, maneja con cuidado, ¿oíste?

-Sí.- Tragó saliva con dificultad por el nudo en la garganta.

Cuando cortó la llamada estacionó con brusquedad en el primer sitio vacío que encontró y apoyó la frente contra el volante, procurando calmar la cantidad incontenible de sentimientos negativos que lo gobernaban. Tomó en una mano su pecho agitado e intentó concentrarse, cerrando los ojos que ardían por contener lágrimas. ¿Qué sentido tendría llorar? ¿Qué arreglaría con eso? ¿Acaso tenía derecho? Era el culpable de su propia desdicha, sería estúpido algo como eso.

Cuando llegó a su casa todo estaba en silencio y supuso que los niños se habrían ido a dormir. Otra vez un día entero sin verlos ni una sola vez. Se sintió desgraciado de sólo pensarlo. Con un suspiro dejó la chaqueta en el perchero y se descalzó para estar cómodo, caminó hacia el salón y se frenó al divisar a Chanyeol sentado en el suelo con sus dos hijos frente a él en la misma posición. Se escondió detrás de la pared para oír de qué tanto hablaban como para estar tan tranquilos.

-Entonces ¿fue Baek appa el que te lo dijo?- Cuestionó Thian con voz sorprendida.

-Así es, así es.- Asintió Chanyeol con dramatismo.

-¡Eso no puede ser!- Exclamó Binh. -Baekkie appa ama con todo su corazón a Yeollie appa.

-Oh, pero tardamos bastante en entenderlo, Binh-ah.- Explicó Chanyeol alzando el dedo índice. -Antes Baekhyun era muy arisco y me costó conquistarlo, pero al final cayó rendido a mis pies.

Los niños lo vieron con ojos brillantes. -¿Y cuándo te fuiste a Italia?

-Lloró como si el mundo se viniera abajo, pero le aseguré: ¡no temas, mi amor, porque yo...! ¡Aw!

Baekhyun tomó de los cabellos a su queridísimo esposo y tiró de estos hasta doblar su cabeza para hacer que lo mire. -¿Esto es lo que le dices a los niños cuando te dejo a solas con ellos?- Lo observó con una fría y atemorizante mirada.

Sin embargo Chanyeol, más allá del dolor, le sonrió con alegría. -Bienvenido, yeobo.

-¡Appa!

Ni bien lo vieron los niños se levantaron y corrieron hacia él sin pensarlo. Baekhyun cambió al cien por ciento su actitud y se tiró de rodillas al suelo para recibir a sus hijos con ambos brazos abiertos. Los metió allí y los abrazó con todas sus fuerzas.

-Mis niños, mis perfectos niños.- Repitió mil veces con ojos cerrados mientras disfrutaba de tenerlos así de cerca. Se separó sólo para llenar de besos las mejillas de ambos. -Lamento tanto no haber podido cenar con ustedes, en serio, en serio lo siento.- Estaba a punto de llorar.

-¡Está bien, appa! Binh sabe que tienes mucho trabajo.

-¿Cuándo tengas vacaciones podremos jugar mucho?

-¡Por supuesto que sí! Haremos absolutamente todo lo que quieran. Viajaremos al lugar que quieran, sólo deben decirle a appa.

-¡Sí!

-Eso si terminan el año con buenas notas y sin más problemas.- Advirtió Chanyeol al ponerse de pie y observar al par de brazos cruzados.

-¡Buh! Yeollie appa es un aguafiestas.

-¿Binh?- Miró a la niña con seriedad. -¿Quieres comentarle algo a Baekhyun appa?

Baekhyun vio a su hija con curiosidad. -¿Qué pasó?

-Le han llamado la atención hoy. Cuenta por qué.

Binh se giró hacia su padre con las mejillas infladas y los labios en un puchero. -Unos niños malos se burlaron de Binh por tener dos papás.

-¿Es así?- Observó de reojo a Chanyeol.

-Y...- Ahora pareció avergonzada. -Binh los golpeó fuerte hasta que lloraron.

Baek palmeó sus cabellos con una sonrisa orgullosa. -Esa es mi chica.

-¡Baekhyun!- Exclamó Chanyeol con incredulidad. -No alientes a la niña a ser una insubordinada como tú.

-¡Thian me ayudó a sostener a otro que dijo que Baek appa y Yeollie appa eran niñas! ¡Lo golpeé en el estómago!- Continuó ella con un nuevo entusiasmo al notar que uno de sus padres la animaba.

-Yo no puedo creerlo.- Chanyeol cubrió su rostro con ambas manos. Vio como Baekhyun comenzaba a abrir la boca, seguramente para felicitarlos o decirles cómo hacerlo mejor, y su mirada de censura lo detuvo. -Hablaremos de esto luego, seriamente.

-Chanyeol appa me da miedo a veces.- Susurró Thian.

-Como sea, vengan aquí, vengan.- Baekhyun los acaparó otra vez abrazándolos con fuerza. -¿Saben que appa los ama, verdad? Mucho, mucho.

-Hoy Sehun sangsenim nos dijo que Baekkie appa lo quiere más a él que a Chanyeol appa.

-Aguarden, ¿qué?

-¡Y nos hicieron pintar en muchos colores con las manos! ¡Fue divertido!

Los niños continuaron contándole mil cosas sobre los días en la escuela, sobre las cosas que hicieron, lo que aprendieron y los amigos que tenían y las bromas que hacían, todo riendo y con alegría, inmensamente entusiasmados de tener a sus dos padres cerca. A Chanyeol solían verlo casi todo el día debido a sus vacaciones, por eso habían optado por redirigir toda la atención a Baekhyun. Chanyeol observaba toda la situación con una dulce sonrisa desde el sofá. Al poco tiempo los pequeños parecieron cansados y alegaron querer irse a dormir, así que los dejaron ir para ponerse sus pijamas y meterse a la cama.

-Hey...- Chanyeol estiró una mano y con su dedo índice juntó las lágrimas de la mejilla izquierda de Baekhyun. -No llores.

El más bajo sorbió por la nariz. -Lo siento.- Se limpió con las mangas de su chaqueta, aunque al segundo más gotas volvieron a derramarse. -Yo no quería...

Chanyeol chasqueó la lengua y lo tomó de la nuca para atraerlo suavemente hacia su pecho. Baekhyun soltó todo el aire que había retenido y se abrazó a su cintura.

-¿Soy una horrible persona, Chanyeol?

-Claro que no, ¿qué tonterías dices?- Continuó haciéndole caricias en el cabello.

Baekhyun se despegó de él para verlo hacia arriba con ojos brillantes. -¿No estás enojado porque falté hoy?

Chanyeol le sonrió con ternura. -No faltaste, estás aquí.

Volvió a hundir la nariz entre sus ropas y gimió. -Eres siempre tan... tú.

Ahora se rio. -Ellos tenían sueño, pero cuando les dije que volverías pronto decidieron esperarte a pesar de ello.- Se agachó para dejar un beso entre sus cabellos. -Eres un buen papá, Baekhyun, se nota en el amor que te tienen estos niños.

-Ugh...- Se aferró más a su camisa.

Chanyeol lo abrazó con cariño. -Cuando estés libre haremos de todo juntos. Los cuatro. Ellos y yo te amamos, no lo olvides.

Baekhyun se despegó con las mejillas húmedas y se puso de puntillas. Chanyeol lo miró con detenimiento y le sonrió luego.

-¿Quieres que te bese con la nariz congestionada y lleno de lágrimas?

-Estás obligado a amarme siempre.

-¿Quién lo dice?

-Esa sortija.

Largó una carcajada y enmarcó el rostro de su pequeño para llenarle de besos los labios, se separó y lo acarició tiernamente antes de besarlo una vez más. Baekhyun enredó los brazos alrededor de su cuello y lo acercó para continuar el contacto.

Se separó y juntó sus frentes. -Te extraño.- Le balbuceó a modo de berrinche.

-¿Otra vez?

Lo golpeó en un hombro. -Idiota.

-¿Appa?

Se separaron un poco y giraron hacia el pasillo que guiaba a las habitaciones para encontrarse a los niños ya ataviados con sus pijamas y frotando sus ojos con cansancio.

-¿Podemos dormir con ustedes hoy?

Chanyeol y Baekhyun se vieron para sonreír. Baekhyun se acercó a ellos sorbiendo por la nariz e intentando limpiar de sus mejillas los rastros de agua salada.

-Claro que sí, cariño.- Tomó a Thian en brazos, Chanyeol se encargó de Binh.

Se recostaron en la cama con sus hijos en medio. Thian se prendió de Baekhyun en un abrazo y cayó completamente rendido mientras que Binh posó ambas piernas sobre el torso de Chanyeol y durmió desparramada. Se dieron una cariñosa mirada antes de dormir aquella noche con tranquilidad.

******

Por la mañana Baekhyun se rehusó a madrugar como de costumbre y llegar temprano a la empresa para poder despedir a los niños que iban a la escuela. Tanto Chanyeol como él los vestían con sus uniformes después de haber supervisado que comieran correctamente su desayuno.

-¿Qué les dije que hicieran si son molestados?- Preguntó Chanyeol en voz alta mientras arreglaba la camisa de Thian.

-Ignorar a los matones e irnos.- Respondieron los niños al unísono.

-Bien.- Terminó y miró a su hijo a la cara. -Porque ustedes tienen valores y no se rebajarán a actuar de la misma manera que ellos.- Vio con seriedad a su esposo del otro lado. -¿Verdad, Baekhyun?

Este resopló mientras terminaba de ponerle la falda a cuadros a Binh. -Sí, señor Park.- Puso los ojos en blanco y la niña se rio, posó ambas manos sobre aquellos pequeños y menudos hombros. -Eres una niña fuerte, no necesitas demostrárselo a nadie, sólo tienes que saberlo tú.

Binh le dio un dulce beso en la mejilla haciéndolo sonreír con ternura. Intercambiaron niños y Chanyeol comenzó a peinar a Binh mientras Baekhyun aplastaba los cabellos alborotados de recién levantado de Thian.

-¿El viernes iremos a comer a casa de Xing hyung y Jun hyung?- Cuestionó este.

-Seguramente así sea.- Respondió Chanyeol.

-Yo extraño a Minnie oppa.- Rezongó Binh.

-En ese caso puedes llamarlo y visitarlo algún día.- Resolvió Baekhyun.

-Appa, ¿hoy podrás ir a la obra de la escuela?

-¡Binh hará de hada madrina!

La expresión de Baekhyun fue amarga de un momento a otro, dejó de arreglar la imagen de Thian para ver a su esposo parado más allá mientras ataba la coleta de su hija.

-Lo siento mucho, no podré ir, tenía una reunión con el consejo pautada desde hace mucho.

-Oh...- La cara de los pequeños fue igual de triste. -Ya veo.

Tragó saliva con dificultad y les sonrió como pudo. -Pero Chanyeol appa irá y podrá sacar muchas fotos y grabar muchos vídeos y así no me perderé de nada. Luego podremos verlos juntos y hablar sobre ello.
Thian pudo sonreír un poco. -Está bien.

Binh no dijo nada.

En el trabajo Baekhyun se preguntó qué demonios estaba haciendo.

¿Acaso esa era la vida que había planeado? Aunque había que tener en cuenta que nunca había planeado su vida de antemano, al menos no desde que Chanyeol había entrado en su vida, pero después de adoptar a los niños había reorganizado sus tiempos y todo había dado vueltas. Su esposo le había dicho en más de una ocasión que tenía que relajarse y no estar tan ansioso, pero ¿cómo podría no estarlo si tenía que criar a dos hijos? Intentaba mantener la compostura cuando estaba alrededor de ellos y más allá de quebrarse frente a Chanyeol, este no tenía ni idea de los miedos más profundos que atormentaban su corazón.

Estaba haciendo las cosas mal, estaba dejando de lado a la que era su familia, mas ¿qué podía hacer cuando su deber y sueño más grandes era mantener intacto el emporio de su madre? Tenía muchas obligaciones impostergables, demasiado a lo que acudir. Con gusto renunciaría a lo que fuera para ver a Thian y a Binh o tener una cita como las de antes con Chanyeol, sin embargo ¿luego quién se encargaría de las cosas que se vendrían abajo tras su ausencia? Le dolía la cabeza, pero el desgarro más grave lo tenía su alma cada que ponía al mismo nivel el trabajo y la familia.

Sabía cuál de las dos era lo más importante, su corazón lo regañaba y le dictaba la verdad. ¿Qué haría cualquier otro en su lugar? ¿Importaba algo como eso? No podía evitar sentirse impotente, a veces deseaba no ser tan despreciable y cuando más desdichado se sentía deseaba oscuramente y en secreto no ser la cabeza de semejante empresa, y entonces se detestaba más... ¿Qué diría su madre si estuviera allí? ¿Si leyera su mente? Casi la podía visualizar negando lentamente con decepción. Al final estaba echándolo a perder todo y odiaba regodearse en negatividad, era alguien que ante cualquier cosa actuaba, sea lo que sea, pero el miedo a perder lo que verdaderamente era indispensable en su vida lo paralizaba.

Qué asco, pensó en medio de la junta, haciendo un rictus al evaluarse, das asco, Byun Baekhyun.

Le hubiera gustado que los niños llevaran el apellido de su madre aunque no fuera posible. Al final habían decidido con Chanyeol en común acuerdo que llevaran Park ambos. Byun no era "algo" con lo cual simpatizara, realmente... Más allá de que con su padre las cosas estuvieran mejor que nunca, algo de descontento y gusto agrio aún conservaba.

Su pierna moviéndose de arriba abajo bajo la mesa se aquietó y la pregunta que le hicieron resonó como un eco en sus oídos mientras una cuestión repentina se abría paso en su cabeza... Su padre. ¿Y si era como su padre? ¿Y si los niños terminaban odiándolo como él odió desconsideradamente a Byun Sun Dong durante años? ¿Y si ya lo estaban haciendo?

-¿Soy igual a él?- Susurró tras su mano cuando su mirada viajó lejos y perdida.

-¿Señor?

Abandonándolos cada que debía, enfocándose en otras cosas todo el rato, dándole su atención al trabajo y dejándolos de lado... Casi podía sentir las heridas cicatrizadas por los años abriéndose otra vez, le daban ganas de posar una mano en su pecho porque sentía que se le estaba abriendo por la mitad, como si le desgarraran la piel. ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué hacía allí sentado?... ¿Es lo que quería? Claro que no, ¿quién desearía ser lo que más detestaba? Debía remediarlo, debía cambiar, debía hacerlo antes de que fuera tarde de verdad y...

-El acto escolar.

-¿Disculpe?

-El acto escolar.- Volvió a repetir, echando un vistazo al reloj de pared frente a él. -Yo...

La puerta se abrió de sopetón y todos giraron en aquella dirección; Baekhyun se quedó tieso al observar a su propio padre avanzar en el lugar con un rostro totalmente estoico y la gracia de un león líder.

Se le erizaron los vellos de la piel... Byun Sun Dong siempre le causaba lo mismo.

-Baek, hijo.- Cuando se le acercó y posó una mano sobre su hombro, le sonrió de la forma más suave posible. -Vamos, ya es hora.

-¿Eh? ¿De qué?- Cuestionó viendo hacia todos lados, no entendía nada, ¿por qué justo esta persona estaba aquí?

-Baekkie.

-¿Chanyeol?- Frunció el ceño al otro a su derecha. ¿Qué estaba sucediendo?

Su esposo le sonrió como sólo él sabía. -¿Qué esperas? Toma tu abrigo, nos vamos.

-Pe-pero...- Miró aleatoriamente a cada uno y luego a toda la junta empresarial, presenciando la escena con sorpresa y algo de fastidio. -¿Qué significa esto?

Chanyeol lo tomó de la mano con ternura. -Iremos a ver a los niños.

Sus ojos brillaron. -¿Cómo?- Se puso de pie por inercia. -Pero y...

-No te preocupes.- Siguió su padre por el otro lado. -Yo encabezaré la junta de hoy.

-¡Vamos! ¡Llegaremos tarde!- Chanyeol tiró de él y lo llevó hacia la salida.

-Perdón, ¿qué ocurre aquí?- Se levantó uno de los miembros más ancianos e intolerantes.

-Mi hijo tiene cosas que hacer junto a mis nietos así que la reunión la seguiré yo.- Sun Dong pintó aquella gélida y altanera mirada que sólo los Byun eran capaces de poner. -¿Hay algún problema con eso?

-No... Ninguno.

Algunos negaron con la cabeza y se reacomodaron mientras aclaraban la garganta, él sonrió satisfecho. Vio a su hijo y le guiñó un ojo, Baek se fue con una sonrisa y sabiendo que todo estaría bien y saldría de maravillas. Mientras se encaminaban hacia la escuela casi saltaba en el asiento del auto de la emoción, su sonrisa era incontenible y Chanyeol divisó las lágrimas escurridizas en las cuencas de sus ojos.

-Oye, no vayas a llorar de nuevo, los niños se preocuparán.

-Lo siento mucho.- Secó un par de gotas que habían escapado. -Estoy muy susceptible últimamente, ugh.

-Extraño a mi enano diabólico, mandón e insoportable.

-Cállate, kilómetro parado, arrogante y hablador.

La sonrisa de Chanyeol ocupó la mitad de su rostro. Todo estaba perfecto.

Ingresaron al salón de actos de la primaria con premura debido a la tardanza. Debido a que estaba lleno de padres y familiares que venían a ver a los niños no les quedó más que ocupar asientos en las últimas filas, Baekhyun se rehusaba porque en ese caso no podría ver bien a sus hijos ni tampoco tomarles fotos bonitas; gracias a su encaprichamiento se mantuvieron discutiendo a un lado de brazos cruzados hasta que divisaron dos lugares vacíos ubicados milagrosamente en la cuarta fila. Corrieron hacia allí y esperaron pacientemente a que comenzara el acto, aguardaron con la misma ansia a que sus niños aparecieran.

Cuando Thian lo hizo vestido de detective ambos jadearon y se tomaron de la mano inconscientemente, sin poder apartar la vista del pequeño. Luego apareció Binh ataviada con el vestido y las alas de un hada madrina, volvieron a quedarse sin aliento. Al final todos los niños implicados en la obra salieron a dar un último saludo y los presentes aplaudieron y ovacionaron con más emoción, una mitad de los padres luchaba por contener las lágrimas de alegría y la otra se esforzaba por conseguir la atención de su niño en medio de toda la multitud.

Chanyeol y Baekhyun lograron ver como sus pequeños estaban juntos y tomados de la mano al igual que ellos, aunque sus expresiones eran inquietas mientras buscaban y rebuscaban entre la gente. Binh logró ubicar a sus amados padres y tironeó de la camiseta de su hermano para señalar con entusiasmo en dirección a ellos. Los rostros de ambos se iluminaron y los saludaron dando saltos y pequeños gritos, derramando pura y completa felicidad. Chanyeol y Baekhyun los saludaron con el mismo entusiasmo, haciéndoles saber que estaban allí apoyándolos, que los adoraban y lo eran todo.

Chanyeol vio a su pareja con un amor infinito. -Tienes unos hijos preciosos.

La sonrisa de Baekhyun amenazó con llegar hasta sus orejas. -¡Eso es porque tienen un padre igual de maravilloso!

Al final estuvieron tan absortos que olvidaron sacar cualquier foto o grabar algún vídeo, pero al fin de cuentas ¿a quién le importaba? Tenían actos y momentos llenos de magia que presenciar en el día a día junto a aquel par de ángeles, las fotos las capturarían sus propios ojos y quedarían grabadas a fuego en la memoria de ambos hasta el final de sus días.

Cuando fueran ancianos y sólo les quedara disfrutar del amor que entre ellos se mantenía y que permanecería.


Sé que muchxs deseaban ver a este ChanBaek con niños y pues, me lo han pedido tanto desde que acabó este fic que sin darme cuenta me metieron la idea en la cabeza y mecánicamente comencé a crear un extra en mi mente, así funciono yo lol.

Como sea, quería revivir un poquito de esto... Todos mis hijos (historias) son amados, pero TPD al ser el primero es especial, muy, muy especial. Quizás arruine la visión de algunxs sobre cómo continuó todo, no lo sé, pero es un capricho que quería cumplirme a mí y a ustedes.

Les traigo esto como regalo de fin de año, deseándoles únicamente lo mejor para este dos mil diecisiete. Luchen, perseveren y nunca se rindan. Recuerden siempre atender a sus corazones y deseos propios, no a los de otros. ¡Felices fiestas!

GRACIAS, GRACIAS Y MIL GRACIAS MÁS A LA GENTE QUE LLEGA NUEVA A ESTE FIC Y DEJA COMENTARIOS SÚPER HERMOSOS. Yo leo absolutamente TODO, no lo duden. No me paro a darle una respuesta a cada unx porque todo lo que siento está expresado en mis palabras finales al terminar el fic y entonces sería repetitiva, pero realmente aprecio que se paren a darme unas palabras, en serio ❤.

P.D.: Trabajo para el diablo está nominado en OT12 AWARDS o algo así a 'Mejor fanfic ChanBaek'... Por si algunx quiere pasar a votar, jiji ❤.

¡Nos vemos!

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