Kyoka se sentó al lado de aquella chica peliblanca esperando que el chico le atendiera, por el momento sólo acariciaba a Galleta que llegaba por mimos.

Izuku- seguimos en otro momento Fuyumi-san tengo que seguir trabajando- con una sonrisa dejó a la peliblanca y su bolsa algo grande

Fuyumi- fue agradable charlar contigo Midoriya-san, nos vemos en otro momento- sin más la chica se fue dejando el ambiente algo tenso

Kyoka- ya terminaste con la señorita linda? - el peliverde le miró, estaba muy enojada por lo que podía decir

Izuku- lamento el ignorarte Kyoka-san, no era mi intención- la chica analizó la mirada del chico para luego suspirar

Kyoka- da igual, sólo no te enfoques tanto en un cliente dejas de lado a los demás- el chico se sintió avergonzado de ello

Izuku- lo lamento...

Kyoka- que haremos contigo... Ves un par de pechos y ya te pierdes- se burló del peliverde lo sabía y por supuesto le gustaba

Izuku- oye sabes que no me fijo en eso- la chica sonrió de lado

Kyoka- oh de verdad? - el pecoso asintió con seriedad

Izuku- me atraen más las chicas cómo tú- respondió sin más haciendo sentir nerviosa a la chica

Kyoka- así sin pecho? - murmuró con vergüenza

Izuku- una chica que en verdad no le importa lo que digan los demás, que se siente cómoda con ella misma usando lo que le gusta y eso las hace hermosas cómo tu- la chica sintió su cara arder por ello

Kyoka- y-yo... - el peliverde le había colapsado la mente

Izuku- en fin que quieren ordenar? - sonrió amable a su amiga ignorando lo que había hecho

Kyoka- la de la mayoría ya lo sabes... Y pues Tsuyu quiere gelatina, Kinoko galletas y Setsuna crepas- habló sin mirar al pecoso

Izuku- en camino- sin más se retiró a hacer las cosas

Setsuna- creo que a la dulce Jiro-san le han dado justo en el corazón- se burló la chica quien se acercó a mirar la situación

Kyoka- sólo cállate! - dijo elevando un conector- vamos a sentarnos y estudiar en silencio de acuerdo?! - habló avergonzada

Setsuna- no hay porqué ponerse así Jiro-san, el chico te aduló con todas las letras y eso esta bien, te ve cómo una gran mujer porqué eso está mal? - la chica hizo silencio- ven vamos a estudiar- arrastró a la chica con ella

Ochako- a este paso Midoriya-san tendrá a Kyoka-san en sus manos- murmuró a Mina aprovechando que estaban del otro lado del establecimiento

Mina- y no creo que sea la única si suelta cosas cómo esas a cualquier chica que se sienta mal... - lo habían estado viendo lo suficiente cómo para decir que el pecoso podía enamorar a muchas sólo con apoyo emocional, el chico era un héroe para esos aspectos malos de la vida

Ochako- crees que nosotras? - miró a su amiga pelirrosa quien hizo una pose pensando

Mina- dependerá de que tan afectada estemos y que tan adorable se comporte con nosotras- dio la respuesta a la castaña que soltó un suspiro

Ochako- (es bastante probable... Y no se que haré cuando eso pase) - miró a la pelimorada que seguía en lo suyo todavía roja cual remolacha

Izuku- aquí traigo sus pedidos- puso la bandeja en la mesa de las chicas que comenzaron a tomar sus órdenes - disfruten de su comida- sin más se retiró dejando el ambiente algo tenso

Momo- quieres hablar de lo sucedido hace un momento oh... - su amiga negó con la cara clavada en un libro de matemáticas al que ni le prestaba atención sólo quería hacerse pequeña y desaparecer en la nada

Kendo- relájate Kyoka-san, es Midoriya-san del que hablamos no lo decía de broma ni nada de eso- la chica seguía en lo suyo

Setsuna- mejor no la molestemos más, déjala que se enfríe antes de charlar

Así la tarde se pasó, a la media hora la pelimorada pareció volver en si trabajando en relativa paz hasta que lentamente sus amigas se iban por pedido de sus familias o por asuntos que arreglar en casa, ella no quería irse todavía algo ida en lo que dijo su amigo, sabía bien que el chico no mentía, lo conocía lo suficiente cómo para decir que el no juega con eso pero había una mínima parte de ella que le decía que así era, en la secundaria ya muchas chicas le molestaban por cómo era sinceramente siempre creyó que era por la gran conexión que tenía con sus compañeros hombres, era amiga de una gran parte por compartir gustos y más de una vez había escuchado a escondidas (o directamente de ellos) que no estaban dispuestos a salir con ella porque simplemente la veían cómo una hermana, le agradó ello pero igual siguió sintiéndose mal durante un tiempo y ahora con todo esto sólo puede pensar en una gran broma de alguien.

Izuku- preocuparás a tu mamá si sigues por aquí- el chico la sacó de la bruma mental, era la última que quedaba en el establecimiento, a excepción de los empleados

Kyoka- yo sólo pensaba las cosas... - habló nerviosa

Izuku- Kendo-san me lo comentó- la pelimorada se puso más nerviosa por ello

Kyoka- (maldita sea Kendo!) - sintió sus mejillas arder con ello

Izuku- te doy un consejo de alguien que siempre fue repudiado por el género femenino? No lo pienses mucho- la chica le miró sorprendida- alégrate de que tienes personas que creen en tu belleza y quédate con eso, independientemente de sus sentimientos hacia ti

Kyoka- es por eso que a ti te da igual que te llamemos rollo de canela, dulce postre o Gomita? - el pecoso asintió

Izuku- me alegra que me consideren así en verdad, son de las pocas chicas además de mi mamá que me ah tratado y dicho cosas así y se siente bien, no pienso mucho en que les gusto o cosas así simplemente me alegro de sus pensamientos y los agradezco desde el fondo de mi ser- dijo con una sonrisa que calmó a la pelimorada

Kyoka- a veces eres un desgraciado ángel lo sabías? - volvió a bromear con el chico antes de abrazarlo- gracias...

Izuku- siempre estaré para ustedes... - susurró correspondiendo el abrazo- ahora ve a casa antes que Mika-san derribe la puerta y te arrastre a casa- su amiga asintió con una sonrisa, tomó su mochila y salió despidiéndose de sus amigas y del pecoso

Mina- sabes? Terminarás enamorando a más de una por ser así- su jefe le miró haciendo una mueca sumamente adorable para la pelirrosa

Izuku- a que te refieres? - la chica suspiró

Mina- hablo de ese ser tan lindo y esponjoso qué eres, deberías saber cuando parar de hablar con una chica si es que no quieres que las cosas cambien- el pecoso seguía confundido

Ochako- a lo que se refiere Mina es que eres demasiado bueno Midoriya-san, no es que sea malo pero si bastante confuso, esta tarde parecía que coquetabas con Kyoka-san- el chico le miró sorprendido

Izuku- yo sólo dije la verdad, tanto Kyoka-san cómo ustedes dos son atrayentes y no por sus cuerpos nada más, su forma de ser también es increíble y seguramente llama mucho la atención- la castaña soltó un suspiro mientras la pelirrosa negó

Mina- a eso me refiero... - tomó de los hombros a si jefe que estaba bastante confundido- eres un dulce y adorable chico que si sigue diciendo palabras bonitas llegas al corazón de las personas

Izuku- y eso está mal? - la chica negó

Mina- aprende a hablar con las chicas, Midori-kun! - zarandeó al pecoso que no entendía lo que pasaba- si sigues diciendo cosas tan bonitas cómo esas nos vas a enamorar!

Izuku- y eso que sentido tiene? - no terminaba de comprender lo que hacía o pasaba

Mina- escúchame, eres muy buena persona, tienes buen corazón y eres sumamente atractivo- el chico le miró con una sonrisa

Izuku- gracias Mina-san yo pienso que también... - la chica le tapó la boca con la mano

Mina- ahí voy con lo de hablar, no te detienes al querer hacer sentir bien a los demás y con las chicas que les hables bonito las atraes y eso es peligroso - el chico movió hacia un lado la cabeza sin comprender

Ochako- a lo que se refiere Mina-san es que si llegas a atraer a muchas chicas terminaran peleando entre si por tratar de conquistarte, vendría bien que sepas moderarte- habló con calma

Izuku- pero yo no se hacer eso- respondió con la verdad- si hay una persona triste la tengo que ayudar así soy y siempre trato a la gente bien, no puedo detenerlo porque soy yo así- las chicas soltaron un suspiro

Mina- está decidido para evitar corazones rotos y mal entendidos te vamos a enseñar! - declaró con seriedad a lo que su amiga castaña asintió dejando confuso al pecoso