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Capítulo 3[ Galletas ]

La luz de la mañana dio en su rostro, para muchos era una molestia, un recuerdo que el momento de dormir había terminado y se tenía que ponerse en movimiento para aprovechar el día, para Izuku esta vez no era así, había dormido muy bien y no tenía nada de agotamiento. Se levantó con bastantes ánimos y salió a hacer su rutina de ejercicio mañanero que le servía para no sobre pensar las cosas a penas despertara, encontró otro buen momento de la vida con sólo hacer ejercicio.

Luego de eso estaba el desayuno para él y su madre, un par de huevos con café y un pan con mantequilla y listo para su madre, él comería un tazón de cereales y con eso bastaba, después organizaba su habitación y para finalizar iba a su trabajo para comenzar con la preparación para su día laboral.

Allí se quedaba limpiando por un muy largo rato siempre con la puerta abierta a los clientes y una sonrisa amable para saludar.

El primer cliente siempre era una señora adulta que aprovechaba la mañana para arreglar las cosas en casa y salía a comprar alimentos para su familia, pedía un café con leche y un rollo de canela para llevar, siempre adulando el gran esfuerzo de Izuku.

El Siguiente era un héroe de patrulla diurna que antes de ir a su agencia pasaba por la cafetería por un chocolate caliente y un par de galletas con forma de gatito.

Después de eso todo se calmaba un poco y al llegar las 9 de la mañana volvía a llenarse levemente con algunas personas que van de camino a sus empleos y quieren algo suave para comenzar el día, por fortuna la paciencia y la buena vibra hacia muy amena la espera de las comidas, para ser él sólo era impresionante su velocidad al realizar tareas.

En la entrada de la tarde las cosas se enfriaban demasiado, momento para una rápida limpieza y un descanso para Izuku que aprovechaba para mirar noticias y analizar héroes, su costumbre no la cambiaba por nada, era demasiado entretenido hacer algo así.

Cuando terminaba la escuela y la mayoría de academias y universidades el café se llenaba mucho de múltiples personas que decidían pasar el rato allí, algunos se quedaban por horas al ver un espacio de paz y tranquilidad cómo el de la cafetería el ratón heroico y claro tampoco faltaba la pareja de ancianos que vivia cerca y desde que vieron la cafetera abrirse venían para pasar el rato, verlos le causaba mucha alegría a Izuku, a sus ojos eran tiernos cómo actuaban.

Ya en la tarde y luego de que el flujo de personas baje se preparaba para cerrar, en ese punto ya no quedaba casi cosas para vender y no había mucha gente para comprar por lo que con una última limpiada dejaba todo listo para el día de mañana, cerraba, ponía la alarma y dejaba de camino a casa lo que no se vendió a algún animal de la calle que pase por allí para llegar a casa y charlar con su madre y cenar.

Miraba un poco de televisión al lado de su mamá y se iba a su cuarto a estudiar en su computador, por recomendación del psicólogo lo mejor era que estudiara desde casa así no tendría que lidiar con mucho acoso por parte de nadie y con las lecciones se sentía completo su día, después de eso una ducha para relajar el cuerpo y a la cama, otro día perfecto.

Al día siguiente todo siguió su curso igual, despertó fue a hacer ejercicio, comió, fue a su trabajo, saludó a clientes habituales y todo lo demás parecía ser un día perfecto nuevamente pero al cerrar se dio cuenta de algo que vino cuando estaba por apagar todo.

Izuku- un gato? - un pequeño gato negro había llegado a su establecimiento, se veía bastante débil y maullaba muy bajo- debe estar muy hambriento... - no lo pensó mucho para ir a la cocina y tomar algo de comida ponerla en un plato e ir frente al felino que le miraba muy agotado- aquí tienes - puso el plato en el piso y dio dos pasos atrás- oh cierto también debes tener sed - fue rápidamente hacia la cocina para traer un plato con agua

Se quedó allí admirando al gatito que comía con voracidad la comida, se notaba lo poco que había comido en los últimos días además de lo sucio que parecía, el peliverde terminó con el corazón adolorido de verlo así.

Izuku- cómo terminaste así pequeño... - murmuró mirando al gato beber agua- que se supone que haré contigo? - el gato levantó la mirada a su salvador

- meow- un débil maullido dejó sonar antes de seguir bebiendo agua

Izuku- no se si mamá quiera un gato... - obviamente no lo iba a dejar sólo en la calle- pero primero necesitaría hacer un par de cosas antes de llevarte- tomó al gatito una vez terminó de beber agua y le miró- te parece?

- meow! - soltó un maullido cómodo en los brazos de su salvador

Izuku- lo tomaré cómo un sí, ahora... - puso al gato sobre su chaqueta y miró su teléfono- dónde está el veterinario más cercano?

En lo que buscaba el gatito salió de la chaqueta y siguió el olor delicioso que le guiaba a la cocina sin que su salvador se diera cuenta, todavía tenía hambre y algo más no le haría daño por lo que con mucha agilidad felina bajó de la mesa en la que estaba y fue hacia la puerta abierta, el olor era demasiado para ignorarlo.

Siguió su aguda nariz a través de la cocina perfectamente ordenada, sabía que estaba cerca de aquella cosa que producía mucho calor, corrió lo más rápido que sus esponjosas patitas le permitían hacia aquel dulce manjar que podía oler hasta estar justamente debajo de ello.

Miró muy seriamente hacia aquella mesa pensando la mejor forma de llegar allí o que aquella comida caiga a sus pies, se preparó para saltar decidido de su plan y lo hizo...

Un estruendo en la cocina alertó al peliverde que corrió hacia allí para asegurarse que el gatito no estuviera herido luego de no verlo en su chaqueta ni en la mesa, se asustó de lo que pudo pasar.

Izuku- oh vamos... Acabo de limpiar- miró con algo de enojo su cocina, caminó hacia un lado del horno y miró al causante de tal desastre, comiendo nada más y nada menos que... - las galletas de Endeavor?

- meow! - el gato siguió comiendo el glaseado que Izuku usaba para el fuego con gran alegría

Izuku- te gustan? - se agachó para admirar al felino que seguía degustando de aquel glaseado- siempre me aseguro que todo lo que uso es apto para el consumo animal en caso que no se venda todo y tenga que ponerlo a algún animal callejero pero... - levantó al gato y la galleta que lamia- no sé que efectos pueda tener en un gato...

- meow! - siguió feliz con el glaseado que simulaba fuego que parecía ser adictivo

Izuku- lo mejor es que te llevemos a revisar pequeño- puso al gato en la mesa y comenzó a limpiar el desastre- sólo eran una prueba y por cómo te comes el glaseado creo que las puedo vender- miró al gato que comenzaba a deborar el glaseado en la cabeza del héroe

Tardó unos diez minutos para limpiar todo y cerrar para irse hacia la veterinaria más cercana a tan sólo una calle y media de distancia, la suerte le sonreía en este inicio de noche.

La campana del local hizo un ruido algo fuerte alertando a la señora en el lugar que miró al peliverde sosteniendo en su chaqueta un gatito negro.

- Izuku-san! - la doctora era una clienta más o menos habitual

Izuku- shui-san, no sabía que trabajaba cerca- una maravillosa coincidencia

- bueno, nunca preguntaste en realidad por el lugar, sólo sabias que era doctora y tampoco especifique que era veterinaria- el pecoso se sintió algo avergonzado por ello pero era la vida privada de la señora que derecho tenía de saberlo?

Izuku- en fin es bueno tenerla cerca, verá este chico llegó a mi cafetería bastante mal, no había comido ni bebido y pues... - volvió a sentirse nervioso creyendo que había hecho algo malo- comió glaseado de galleta...

- entiendo... - tomó al gato en brazos y lo analizó por encima- no parece estar herido o maltratado, es probable que sea de una gata callejera y si está vagando sólo puede que su madre haya muerto... - eso deprimió al peliverde que miró con compasión al gatito- puedo darle un baño y un par de vacunas en este mismo instante

Izuku- eso sería lo mejor- sonrió a la mujer quien analizaba al chico

- dime Izuku-san que quieres hacer con este pequeño? - el gato soltó un maullido

Izuku- sinceramente no lo sé, siempre quise una mascota pero por una u otra razón no pude tenerla, no se si sea el mejor dueño- se acercó a acariciar al gato

- pero no lo sabrás hasta intentarlo- la mujer trataba de convencer al chico

Izuku- no lo sé... - seguía dudando

- hay por favor cómo le puedes decir no a esta carita- acercó al pequeño gato negro al chico causando un maullido

Izuku- está bien... - su corazón blando le traicionaba

- me alegra oir eso- puso el gatito en los brazos del chico en lo que hacía todo el trámite- que nombre le quieres otrogar? - el peliverde lo pensó

Izuku- que te parece Pantaleón? - miró al gato que sólo olisqueo el aire- supongo que no... - miró muy detenidamente al gato pensando otro nombre- batman!

- por favor otro no- ya tenía muchos gatos negros con el mismo nombre

Izuku- está bien... - el gato maulló- pituña? - el gato no demostró nada- tampoco... - no sabía mucho de nombres y lo único que quería este gato era glaseado- te llamare galleta- el gato maulló feliz

- supongo que es un si, el gato se llama galleta- nombres más raros habían pasado por sus manos

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