Grey, el Príncipe Cecil y Blaine estaban sentados en la oficina del Príncipe Cecil esperando la llegada del Príncipe Zachary. Estaban sentados alrededor de la pequeña mesa de café que estaba en el centro de su oficina. Había dos sofás en los lados más largos de la mesa. Grey y el príncipe Cecil compartían un sofá mientras Blaine se sentaba solo.

Blaine los miró nervioso y no pudo evitar frotarse las manos en las rodillas. ¿Cómo podía saber que su salvador y su superior/modelo a seguir se conocían bien?

"¿Por qué está aquí con nosotros?" El príncipe Cecil se enfurruñó mientras miraba a Blaine, que también estaba confundido por qué estaba allí.

Blaine dijo que pagaría a su salvador por todo lo que había hecho por su familia, pero ¿cómo conocía al Caballero Comandante? ¡También conocía al Príncipe Zachary! ¿Quién era el número 18?

"Maestro, deja de enfurruñarte. Sir Blaine está aquí para ayudarnos ya que hice que alguien comprobara el número de bandidos contratados. Hay alrededor de 30 de ellos. No tengo dudas de que seríamos capaces de matarlos a todos nosotros mismos pero para cubrir más terreno y hacerlo más fácil, tener a Sir Blaine haría el trabajo más rápido. Como decimos los Guardias de las Sombras, cuanto más rápido, mejor".

Aunque esto se aplicaba sobre todo a matar.

El Príncipe Cecil miró a Sir Blaine, con unos ojos llenos de celos que ni siquiera se molestó en ocultar. "Será mejor que no nos retrases o puede que reconsidere tu posición como Caballero Capitán".

"¡Sí, Caballero Comandante, haré todo lo que pueda para estar a su altura, Señor!" Blaine se sobresaltó. Si metía la pata era el fin de toda su carrera...

Grey miró al Príncipe Cecil y vio su expresión de satisfacción. Consideró la posibilidad de reeducar a su Maestro.

Cuando llegó el Príncipe Zachary, Blaine se bajó del asiento y fue detrás del Príncipe Cecil y de Grey. El príncipe Cecil repasó los detalles de la carta. Incluso dejó que su hermano pequeño la leyera.

"Hermano, no entiendo... ¿Por qué querría matarme nuestro Hermano Mayor? No quiero el trono ni me importa ser Príncipe. Sólo quiero vivir mi vida como pintor..."

El príncipe Zacarías estaba sentado frente al príncipe Cecil, con las cejas fruncidas. Su linda cara estaba angustiada por primera vez en su vida, ya que no podía entender por qué estaba en la mira cuando ya había renunciado a sus derechos al trono.

"Parece que el Hermano Mayor está paranoico. Quiere eliminar a aquellos que suponen una amenaza sin importar su posición". El príncipe Cecil suspiró, su rostro frío parecía un poco más amable frente a su hermano menor.

Los dos se llevaban bastante bien. Eran más cercanos en edad, así que era un poco más fácil estrechar lazos entre ellos. Tampoco entendían por qué su Eldest estaba tan obsesionado con el trono, así que se apoyaban el uno en el otro de vez en cuando cuando el Eldest conspiraba contra ellos, bueno sobre todo conspiraba contra el príncipe Cecil.

"¿Cómo encontraste esta carta?"

"Mi Guardia de las Sombras recibió un chivatazo cuando me tenían en el punto de mira en la campaña".

Aunque Grey dijo eso, era mentira... Necesitaba una razón y eso era lo único que se le ocurría en ese momento. Al menos funcionó. Su amante no había adquirido todos sus recuerdos. Si hablaba del Sistema y del Centro Comandante, sería contraproducente, tal vez incluso mortal. El alma de Dios Sistema no estaba preparada para ese tipo de información.

"Vale, eso tiene sentido. Entonces, ¿por qué está aquí Sir Blaine?" El Príncipe Zachary miró a Blaine que estaba de pie respetuosamente detrás del Príncipe Cecil. Había conocido a Blaine a través del Príncipe Cecil y el Príncipe Levi, pero no estaba muy familiarizado con Blaine. Blaine era aún mayor que Cecil, y un año mayor que el Príncipe Levi.

"Ah, Blaine nos ayudará. Él será capaz de mantener el secreto, ya que también fue recientemente blanco del Hermano Mayor".

Blaine saludó al Príncipe Zachary. "¡Este humilde Caballero saluda al Príncipe Zachary!"

"Hola, Sir Blaine..." El Príncipe Zachary asintió y luego se volvió para mirar al Príncipe Cecil.

No había más gente en la sala aparte de Grey y el Número 30, que vigilaban a los tres. Estaban de pie en un rincón cercano, ocultos en la oscuridad..

Hablaban con las manos.

Número 30: (Número 18, parece que tu trabajo ha sido difícil. Incluso estás deteniendo intentos de asesinato casi a diario. Asegúrate de cuidar tu salud y no seas imprudente).

Grey: (En realidad me estoy divirtiendo.)

30: (Sí, puedo sentir el aura de alegría que rezumas. Asegúrate de mantenerla al mínimo).

Grey: (Tomo nota.)

El número 30 era uno de los más veteranos de los Guardias de las Sombras asignados a los Príncipes. Era sabio, alto y compasivo. No era el más fuerte, pero tenía dotes de mando. También se le consideraba el padre de los jóvenes Guardias de la Sombra. Siempre velaba por los miembros más jóvenes y se preocupaba por ellos.

30: (Me aseguraré de que los demás guardias estén preparados para esta batalla).

Grey: (Cuento contigo. Debemos ser rápidos y eficientes.)

30. (Tomo nota. Pero no te precipites demasiado y te hagas daño).

Grey: (Sí, padre.)

A Grey e incluso a 18 les gustaba bromear con el Número 30 de vez en cuando. Les hacía sentirse más cercanos a los otros Guardias de las Sombras,

30: (¡¡Yo no soy tu padre!!)

Sus manos se movían con fuerza en señal de protesta.

"18, ven aquí". Llamó el príncipe Cecil. Tenía la cabeza vuelta, los ojos fijos en las sombras, como si supiera exactamente dónde estaba 18.

Grey salió rápidamente de las sombras y se arrodilló junto al príncipe Cecil. "¿Sí, maestro?"

"Entregue esta carta al Emperador".

No lo cuestionó, simplemente tomó la carta antes de partir. El príncipe Cecil no quería que 18 se fuera, pero era el único hombre en quien podía confiar. La carta era muy importante y tenía que ser entregada. Ningún otro hombre podía hacer el trabajo.

"Hermano,"

El príncipe Cecil salió de su trance y miró al príncipe Zachary. Había una sonrisa de complicidad en su rostro.

El príncipe Zacarías se había dado cuenta de cómo su hermano mayor consentía al Número Dieciocho. Y pensar que su hermano de piedra podía sentir algo por otra persona.... Pero, por desgracia, era hacia un Guardia de las Sombras. Olvídate del género, el destino de los Guardias de las Sombras era bastante cruel.

"¿Qué pasa?" Parecía ver la expresión en la cara del Príncipe Zachary, pero el Príncipe Cecil fingió que no.

"¿Podrías repetir el plan una vez más? No se me dan muy bien las tácticas y esas cosas, así que quiero asegurarme de que lo entiendo antes de ponerlo todo en marcha."

"Entendido, estaré apostado aquí...".

Hicieron falta tres explicaciones más para que el príncipe Zacarías entendiera el plan y su papel en él. Era sencillo pero quería pasar más tiempo con su hermano.

✿✿

Grey entregó la carta al Emperador, esperando su permiso para marcharse. El Emperador Emeron miraba fijamente a 18, preguntándose por qué un individuo tan interesante no era su propio Guardia de las Sombras.

El Emperador Emeron dio un suave suspiro antes de instar finalmente a 18 a levantarse y mirarle,

"Quiero disculparme por el comportamiento de mi hijo mayor. No lo detuve aunque sabía que estaba siendo problemático".

"¿Qué hizo su alteza?"

"¿Hmm? ¿No trató de persuadirte para que te convirtieras en su Guardia de las Sombras?"

"Oh. Sí, lo hizo. Me negué".

"Me di cuenta cuando me diste una carta de Cecil. ¿Conoces el contenido de la carta?"

"No lo sé."

"Ya veo. Gracias por tomarte el tiempo de entregármela".

"Sólo estaba haciendo lo que me dijeron."

"Realmente eres rígido como siempre, pero no pensé que fueras tan frío incluso con el que llamarías maestro en el futuro".

"Al final, uno de tus hijos acabará siendo mi Maestro".

"Eso es cierto." El Emperador Emeron se rió un poco mientras miraba fijamente a 18.

"¿Crees que soy un mal padre?". Sus ojos parecían agotados, a pesar de que su cuerpo mostraba que todavía estaba en la flor de su vida.

Grey hizo una pequeña pausa antes de negar con la cabeza. "Majestad, ¿puedo ser franco?".

"Puede".

"Eres tan buen padre como tu posición te permite ser... Es "su hijo" quien debería preocuparle. Debo volver con mi maestro, Majestad". Sólo podía esperar que el Emperador escuchara su advertencia.

" Puedes retirarte".

Grey saludó antes de desaparecer en la oscuridad.

Había pensado en lo que le había ocurrido al Imperio después de que el Imperio Liyas se hiciera con el control de ambos continentes. Este continente se dividió en países vasallos, cada uno gobernado por un Rey. Casualmente, el hombre que era Rey del Vasallo de Uferna era el Príncipe Levi.

El Príncipe Levi era en realidad un Príncipe del Imperio Liyas. Lo habían plantado en el Imperio Uferna, cambiando al verdadero Príncipe por él. Ya conocía su papel desde que había cumplido 5 años. Tenía unos cuantos mayordomos y doncellas que le habían acompañado desde el Imperio Liyas, educándole y asegurándose de que conocía su papel en el gran esquema de las cosas.

¿El verdadero Primer Príncipe del Imperio Uferna? Nadie sabía si había muerto o seguía vivo.

El Emperador Emeron se sentó un momento antes de mirar hacia las sombras. "Número 1".

El Número 1 había salido de las sombras y saludó al emperador Emeron.

"¿Sí, Maestro?"

"Investiga todo sobre el Príncipe Heredero. Desde los días anteriores a su nacimiento hasta sus días posteriores. Quiero una investigación larga como un libro sobre con quién tiene contacto y quién cuida de él. Quiero que todo sobre él y la gente que le rodea esté en mi mesa a finales de esta semana".

"Entendido, maestro. Este servidor no le fallará".

El Emperador Emeron observó cómo Número 1 se marchaba antes de dar finalmente un suspiro de agotamiento. Si Número 18 le había hecho esa advertencia, debía tomar todas las medidas para conocer a "su hijo". Sabe que no siempre había estado ahí, pero no podía hacer mucho como padre, ya que ser Emperador era lo primero,

Él originalmente no quería ser Emperador, pero alguien tenía que dar un paso adelante y salvar a la gente de su Imperio... Esa persona se había convertido en él.

Había sacrificado demasiadas cosas para llegar hasta aquí. Sus sueños, su libertad, su humildad, y lo más importante, su amada.

✿✿

Sonidos de choque resonaron por todo el Palacio del Príncipe Heredero. Si el hombre no estuviera tan preocupado por su aspecto, habría arrancado todo su pelo y el de todos a su alrededor. Tomó su espada, rebanando mesas, sofás, e incluso consideró la posibilidad de cortar todas las estanterías de su estudio. Estaba tan enfadado que quería encontrar a alguien a quien acuchillar para mitigar su ira.

"¡Maestro, por favor! No debe cortar a las criadas". Gritó su mayordomo personal mientras las criadas se apiñaban en un rincón de la habitación.

"Freddy, ¿me estás dando órdenes?" Miró al hombre que prácticamente había ayudado a criarlo.

"¡No, maestro! Sólo era una sugerencia. A Su Majestad no le gustaría que mataras a las doncellas de tu palacio. No quiero que castiguen al maestro".

" Ustedes, sucios plebeyos, tienen suerte de haber sido agraciados. Ahora fuera de mi vista". El príncipe Levi fulminó con la mirada a las criadas sentadas en el suelo.

Rápidamente salieron de la habitación haciendo todo lo posible por mantener la etiqueta adecuada.

El príncipe Levi respiró hondo un par de veces antes de mirar a Freddy. "¿Qué dijo la Asociación sobre su fracaso?".

"Informando al Maestro. Los cuerpos de los que tomaron su comisión fueron enviados de vuelta a la Asociación con una nota que decía 'Han sido advertidos'. Se sospechaba que la nota estaba escrita con la sangre de las víctimas. La Asociación hizo todo lo posible por investigar, pero ni siquiera pudieron encontrar a la familia de Sir Blaine. Se desconoce su paradero, pero Sir Blaine sigue trabajando en palacio a las órdenes del Príncipe Cecil".

"¿Acaso se filtraron nuestros planes?"

"¡No lo creo ya que yo había enviado personalmente su carta!"

"Envía esa carta. Debemos asegurarnos de que nuestro próximo intento no fracase."

"¡Sí, Maestro!"

El Príncipe Levi observó a Freddy salir de su estudio antes de apretar los dientes con rabia. ¡¿Por qué nada salía como él había planeado?! ¡Debe convertirse en Emperador! Tiene que serlo. Incluso si eso significa que tiene que masacrar su camino a la cima.

"Debo convertirme en Emperador..."