Al día siguiente de que Fel rescatara a los dos niños, se desató el caos en la finca. Los sirvientes del conde Rottrett se arrodillaron, con la frente en el suelo. Todos contenían la respiración, temiendo hacer cualquier ruido mientras los pasos del conde resonaban en el salón principal de la mansión. Lo que antes era un hermoso salón decorado con oro, ahora estaba frío y desolado. No es que no hubiera gente, pero cada persona se sentía como si estuviera aislada de los demás mientras escuchaba los pasos de su amo.

"¿Quiénes fueron los responsables de poner los collares de esclavos a los dos niños?" Su voz, inquietantemente calmada, plagó los oídos de todos los sirvientes.

La Señora de la casa no se encontraba en ninguna parte, ya que se había llevado a su hijo, protegiéndolo de las atrocidades que estaba a punto de cometer. No tenía fuerzas para detenerlo, así que solo podía proteger a su bebé.

El mayordomo jefe, que estaba de pie detrás del conde, miró a dos jóvenes que se encargaban de traer a los esclavos. "Esos dos de allí eran los asignados". Si nadie iba a decir nada, él lo haría. Al menos podría salvar el pellejo.

Los dos guardias señalados se pusieron rígidos. Su cuerpo empezó a temblar inconscientemente, tratando de darse cuenta de qué decir, pero ¿qué podían decir? Estaban seguros de que habían comprobado los collares, los habían encerrado y se habían asegurado de que no pudieran escapar. No solo los collares estaban en el suelo, sino que la puerta estaba cerrada y no había señales de los niños. ¿Qué podían decir en esta situación cuando sabían que los iban a matar?

El conde se detuvo frente a los dos guardias, que se dieron cuenta de que todos los demás sirvientes se habían levantado y dispersado en otro lugar. Todos estaban todavía en la sala principal, pero no cerca de los dos guardias.

"¿Tienen algo que decir antes de morir?"

"¡Maestro, por favor, tenga piedad de nosotros!" El primer guardia casi se mordió la lengua.

El segundo guardia asintió, con la cabeza todavía en el suelo. "Nos aseguramos de que los collares estuvieran puestos. Por favor, tenga piedad".

"Sácalos". El conde Rottrett hizo el gesto de cortarles el cuello al mayordomo jefe y continuó: "Asignen nuevos guardias. No podemos tener gente incompetente manejando mis bienes".

"¡Maestro, por favor, tenga piedad!"

"¡Amo, se lo rogamos!"

Sus gritos resonaron por toda la sala principal, pero nadie se acercó a ayudarlos. Fueron arrastrados sin piedad por las piernas, los gritos atormentaban la mente de los demás sirvientes.

"Aumenta el número de guardias, no podemos permitir que mi mercancía desaparezca más de lo que ya lo ha hecho".

"¡Sí, Maestro!" Dijeron todos, chorreando sudor frío al saber que cualquier otro error significaba su vida.

******

Una semana después, Fel escuchó el *Chirp, chirp* del Sistema 225.

[Misión de emergencia: Ayudar a Serena a escapar esta noche].

[Esta misión es obligatoria. Si fracasas en ella, fracasarás en este mundo].

'¿Eh? ¿Serena? ¿Misión de emergencia? Esto es nuevo'. Fel se sentó en el trapo llamado cama.

[En realidad, se suponía que iba a ser secuestrada la semana que viene, pero después de salvar a los dos niños, no pudo esperar más y secuestró a Serena al azar. El hecho de que Serena fuera brutalmente asesinada fue lo que provocó la caída económica de Earl Rottrett. Además, el sirviente de Serena ha llegado a la finca y está buscando la manera de entrar para salvar a su Señora].

'Ella debe ser importante para que el sirviente ya esté aquí'.

[Es la hija del Archiduque. No es de extrañar que hayan sido capaces de rastrearla hasta aquí].

"Parece que el conde Rottrett se equivocó aquí..."

[No exactamente, en la vida anterior, al día siguiente de secuestrarla, fue capaz de violarla y matarla. Tirando su cuerpo y culpando a unos bandidos. No había forma de probarlo, así que, en represalia, el Archiduque se metió con el territorio del Conde. Esto llevó a la caída de su territorio que llegó más rápido de lo esperado].

'Llevando inmediatamente a la muerte de Fel, qué odioso. El Conde Rottrett es realmente despreciable. Arrastró a tanta gente a sus desagradables aficiones, ya es hora de que alguien lo elimine'.

[Buena suerte, Anfitrión, en el rescate de Serena.]

'Gracias, Sistema'. Fel miró por la ventana. El sol todavía estaba arriba. Sistema, ¿tienes noticias de esos dos niños?' Lo preguntó todos los días desde que los había rescatado.

[Ah, sí, han llegado a una ciudad del reino vecino. Unos caballeros que patrullaban en una zona de la frontera los vieron y los llevaron al orfanato del reino vecino].

Pensar que llegaron hasta la frontera por su cuenta... Se alegró de que sobrevivieran.

Tenía miedo de que todos los que rescataba no sobrevivieran, pero le daba esperanza que incluso esos niños lo consiguieran. Fel decidió entrenar un poco más hasta el anochecer para poder rescatar rápidamente y con seguridad a todas las víctimas.

Cuando el sol desapareció del cielo y la luna lo sustituyó, decidió salir de la habitación. Preguntó una vez más al Sistema 225 sobre la posición de los guardias antes de salir. Ya sabía que el conde Rottrett aumentaría el número de guardias, pero siempre tenían el mismo punto débil en su defensa, así que le daba igual el número de guardias.

Como Fel y Serena estaban en el mismo pasillo, sería fácil llegar a Serena. Lo difícil era sacarla de la finca donde la esperaba su gente. Si no cooperaba, sería difícil sacarla. Solo podía esperar que fuera obediente.

Fel llegó rápidamente frente a la prisión de Serena. Ella estaba tirada en el suelo, con el vestido cubierto de tierra. Su cabello castaño, antes sedoso, estaba enredado por los golpes que había tenido que soportar en su camino a la prisión. Parecía que Serena había renunciado a escapar de la prisión. La razón más importante era el collar de esclava que llevaba al cuello.

Rápidamente desbloqueó la puerta. Al oír el sonido, Serena se despertó rápidamente y se desplazó hasta quedar de espaldas a la pared. Sus ojos se llenaron de miedo por un momento, pero pronto surgió la confusión. Vio a un apuesto joven de brillantes ojos dorados. Su larga cabellera blanca estaba acompañada de dos mullidas orejas en la parte superior del pelo. Una lujosa cola colgaba baja, balanceándose como si tuviera mente propia. Su ropa estaba hecha jirones, pero todavía parecía elegante. Parecía limpio en comparación con ella, y su pelo brillaba, como si no estuviera esclavizado en absoluto. Lo que le chocó fue el collar que llevaba en el cuello y que tenía grabada la insignia del conde. Sabía que era el mismo collar que ella llevaba puesto, ya que podía sentir el grabado de la insignia.

"¿Quién es usted? ¿Qué quieres de mí?", preguntó Serena, nerviosa y asustada. Recordó que antes le rogó a su padre que la llevara con él al país vecino mientras negociaba como sustituto del Rey. Su padre fue una vez un príncipe al que se le concedió el título de Archiduque. Abandonó la lucha por la herencia y ayudó a su hermano mayor a conseguir el trono. El Rey confiaba más en su hermano que incluso en su esposa.

Serena, una princesa protegida, quería ver el mundo del que le habló su padre. Parecía tan brillante y colorido, muy diferente a su vida en la finca del Archiduque que se sentía estancada, como una hermosa jaula.

De todos modos, recordó haber ido de incógnito a la capital de Frayx, y después de cenar, sintió un horrible dolor en el cuello. Lo siguiente que supo fue que estaba en esta prisión.

Serena era solo una chica de 17 años que solo se preocupaba por socializar en la alta sociedad. No era fuerte como sus hermanos y estaba acostumbrada a ser mimada, pero aun así, era amable e inteligente. Al mismo tiempo, su condición de protegida la llevaba a ser ingenua.

Fel se llevó el dedo índice derecho a los labios e hizo un sonido "Shhh". Ella se sintió como si estuviera en trance mientras lo miraba fijamente a los ojos. Casi olvidó el miedo que tenía al verlo.

"Puedo ayudarte a salir de aquí, pero debes escuchar todo lo que te diga. No debes cuestionar nada de lo que ocurra, ¿entiendes?"

Serena asintió sin pensar con la cabeza.

"Bien, escucha con atención. Regla número 1, no hagas ningún ruido. Regla número 2, no toques nada. Regla número 3, cuando diga que corras, correrás. Regla número 4, cuando diga que te arrastres, te arrastrarás y no mirarás atrás. ¿Entendido?"

Ella asintió una vez más.

Fel se alejó de la puerta y se acercó rápidamente a ella. Ella se sobresaltó un poco, pero no se apartó de él.

"No te muevas. Te voy a quitar esto del cuello".

Serena se relajó inmediatamente y casi ofreció su cuello a Fel. Fel se sintió divertido por su obediencia y puso la mano en el collar. En cuestión de segundos, anuló a la dueña y desprendió el collar. Se oyó un chasquido y cayó al suelo frente a Serena.

"¿Tienes fuerzas para moverte?"

Ella asintió. Por suerte, la secuestraron después de su cena, así que no estaba agotada por el hambre.

"Bien, sígueme. Recuerda seguir las reglas". A veces, era más fácil cuando la gente escuchaba, pero Fel sabía que las reglas podían usarse como un arma de doble filo.

Los dos salieron lentamente de la zona del sótano. Fel caminó por la mansión como si fuera su dueño. Cuando él se escondía, ella se escondía, cuando él doblaba una esquina, ella también lo hacía.

Cuando vio a Fel noquear a un guardia, se estremeció de miedo. El apuesto joven con un collar de esclavo en el cuello era fuerte. Se preguntó por qué estaba secuestrado, pero todavía podía moverse libremente. Si tenía tanta fuerza, ¿por qué se quedaba? Pero rápidamente puso fin a esos pensamientos. Tenía suerte de que estuviera aquí. Si no, su destino habría sido peor que la muerte.

Fel y Serena entraron en una típica habitación sin uso que se veía en la mayoría de las mansiones de los nobles, por lo que no tenía nada de especial. Pero la ubicación era perfecta para ellos. Abrió la ventana y la ayudó a salir. Cerró la ventana, pero dejó una pequeña rendija. Si una persona abría la puerta, no podría verla, pero si se acercaba a ella, podría notar que estaba ligeramente abierta. No se preocupó por eso, ya que los guardias de la mansión eran bastante negligentes, incluso con el aumento del número.

Desde el sótano, que estaba en la esquina este más lejana, tardaron un poco en llegar a la habitación más occidental. La habitación era el lugar que estaba más cerca de las paredes y donde se escondía el guardia de Serena. El caballero de Serena estaba justo fuera de los muros, escondido dentro del bosque.

Esta ruta de escape era la más fácil de usar porque había muchos objetos que podían ocultarlos. Desde montañas falsas hasta diferentes tipos de árboles, era un hermoso jardín, pero también la mayor debilidad en la defensa. Por suerte, fue fácil hacer pasar a Serena por encima del muro sin alertar a nadie. Solo tenía que volver antes de que alguien se diera cuenta de su desaparición. No tenía mucho tiempo antes de que saliera el sol, así que cogió a Serena de la mano y la paseó por el jardín.

Hizo todo lo posible por seguirle el ritmo, pero pronto se dio cuenta de que se quedaba sin aliento. Prometió que, si salía con vida, se entrenaría con diligencia con una espada, igual que sus hermanos.

Serena se convertiría un día en el caballero más fuerte del Reino de Yale, pero esa es una historia para otra ocasión...

Cuando se acercaron al muro, Fel dio una patada a una parte de la pared. Después de la patada, parte de la pared se desmoronó, mostrando un agujero lo suficientemente grande como para que una persona se arrastre a través de él.

"Métete en este agujero y ponte junto a la entrada".

Ella siguió sus instrucciones y se arrastró a través de la pared de un metro y medio de grosor. Después de verla de pie, se arrastró a través de ella.

Cuando Fel salió, se encontró con una espada apuntando a su cara. Ni siquiera había salido del todo del agujero. No se asustó, pero miró fijamente al hombre. Se quitó la espada de la cara con la mano y se arrastró fuera del agujero. Se puso de pie y se cepilló, ignorando las miradas que venían del caballero de Serena.

Inmediatamente, escuchó un *Chirp Chirp* en su mente.

[Misión de emergencia: Ayudar a Serena a escapar, ha sido completada. Felicidades al Anfitrión por su duro trabajo].

Fel entonces se centró de nuevo en el hombre que tenía delante. El hombre, que tenía 25 años, se llamaba Kris. Parecía un mayordomo, pero era obvio que estaba bien versado con la espada. Era el mayordomo y caballero de Serena y fue la única persona que la siguió hasta esta finca. Ya había dejado atrás a Serena y estaba preparado para acabar con Fel si era necesario.

Kris miró fijamente a Fel y le dijo con tono duro: "Te agradezco que hayas ayudado a escapar a la joven señorita, pero como alguien con el collar de esclavo de ese conde, no puedo confiar en ti. ¿Por qué ayudaste a la joven señorita a salir de la mansión?". Kris creía que habría podido salvar a Serena sin la ayuda de Fel.

"¿Es así como se agradece a un salvador? Ya que la Dama está a salvo, te sugiero que te vayas cuanto antes. El sol está a punto de salir y será peligroso para todos nosotros". Fel se dio la vuelta y estaba a punto de marcharse cuando su mano detuvo la espada que se acercaba a su cuello.

Kris se sorprendió de que aquel joven fuera capaz de detener su espada sin dejarle ni siquiera un rasguño en la mano.

Fel giró ligeramente la cabeza y le miró con desprecio. "¿Es necesario que me aclare?"

El hombre retrocedió a trompicones y se sujetó la cabeza. Miró a Fel con incredulidad. Se disculpó rápidamente y levantó a Serena, corriendo hacia el bosque. Estaba avergonzado, pero sabía que no podían quedarse más tiempo.

En ese momento, Fel había utilizado la magia del espacio-tiempo para enviarle una visión de Serena siendo violada y asesinada. Esa visión fue como una profecía para Kris. Solo los usuarios del espacio-tiempo podían ver el futuro y los más poderosos eran capaces de permitir a otros ver el futuro y sus posibles caminos. Pero rara vez se utilizaba, ya que conocer el destino de alguien era como destruir su futuro. Pero eso era solo en algunos casos. Muchas cosas eran posibles con la magia, pero todavía era impactante conocer a un usuario del espacio-tiempo de alto nivel.

Sabía cuándo había que retroceder y se marchó rápidamente. Nunca olvidaría la amabilidad que Fel le mostró.

Serena sabía que tal vez no podría volver a encontrarse con Fel, pero todavía se juró que se haría fuerte para agradecerle que le hubiera salvado la vida.

******

Cuando salió el sol, Fel estaba tumbado en la alfombra marrón. Tenía los ojos cerrados, pero hacía circular la magia por todo su cuerpo. Siempre estaba entrenando y encontraba la alegría en ello. Era el tipo de persona a la que le gustaba hacer cosas repetitivas, pero también perfeccionarlas. No necesitaba trampas, solo la motivación, que le sobraba. Día y noche, cada hora de cada día, entrenaba hasta que el Sistema 225 le llamaba para avisar de la siguiente serie de víctimas.

Su motivación era rescatar a las víctimas de Earl Rottrett y encontrar a sus padres.

Con ese objetivo en mente, entrenó su cuerpo y su alma.