Las palabras retumbaban una y otra vez en mi cabeza "Esta muriendo" entonces todo tomó sentido para mi.
Las llegadas tardes, que se quedará dormido a cada rato, incluso la vez que confundió el abecedario.
—Tess —me llamó su hermano, estaba llorando y ni siquiera me había dado cuenta.
—Él no puede estar muriendo —chille— debe haber algo que lo ayude.
—Está en tratamiento pero el pronosticó no es bueno —dijo con la cabeza baja.
El doctor llegó, Alen se fue y yo me quede con los chicos, mi hermano se sentó a mi lado y tomó mi mano para no soltarla.
—No quiero que muera —le confesé a mi hermano.
Él me abrazó y trató de calmarle, no sé en qué momento me quede dormida, solo se que desperté por la voz de una mujer.
—Cariño será mejor que vayas a casa —dijo una mujer con voz suave.
Abrí los ojos confundida, me había quedado dormida en las piernas de mi hermano y él recargado en Devon.
—No, quiero verle —dije sin saber quien era la mujer.
—Está en terapia intensiva Tesla, se quedará ahí por unas horas más —comentó la mujer.
—¿Hay manera de que lo pueda ver solo un segundo señora Blue? —preguntó Sam.
—Lo siento —sonrió ella triste.
—Por favor —rogué— necesito verlo.
Ella aceptó a la fuerza pues mis gimoteos la convencieron.
Me llevaron por un pasillo largo hasta entrar a una sala, Alen me esperaba ahí.
—¿Estás lista? —me preguntó algo desanimado.
—Si —conteste con la voz cortada.
—No se ve muy bien Tess —dijo Alen desanimado —trata de no llorar, él te escucha.
Asentí, me pusieron una bata amarilla y un cubrebocas.
Entre por la puerta y al verle mi corazón se estrujó, estaba sobre esa cama de hospital con varios tubos conectados, lo peor era su piel, estaba tan pálida que parecía un fantasma.
Me acerqué a él, entre más cerca más podía ver el estado en el que estaba.
Me senté a su lado y tomé su mano, mordí mi labio para no llorar pero las lágrimas amenazaban con salir.
—Las cosas qué haces por no estar conmigo —le dije, no hubo respuestas, un tubo entraba por su boca.
—Eres un idiota Camren Blue, pero te amo —confesé— y no me rendiré contigo.
Las lágrimas salieron de mi, salí por que ya no podía verle así.
Esa mañana volví a casa con mi hermano, tenia tantas cosas en mente, todas sobre Cam.
Los días pasaban rápido y Cam había mejorado sin embargo había tomado una infección lo que lo había puesto en un estado un tanto grave por lo que debía quedarse más en el hospital.
En cuestión de días me había puesto a estudiar lo que estaba en internet sobre su tumor, lo que había descubierto es que no era cancerígeno.
El tumor de Cam se encontraba en una zona delicada donde era muy difícil de operar, básicamente era inoperable.
Eso no detuvo a sus padres, dos años tras su diagnóstico Cam había probado siete tratamiento, entre radiación, medicamentos y pequeñas cirugías pero el tumor no se iba.
Ahora está en una fase casi terminal por lo que la medicación era más fuerte, y lo que ví el día del campamento fue solamente un efecto secundario.
Esa mañana por fin podría ver a Cam, me vestí con un lindo vestido de encaje y una chaqueta de mezclilla, parecía una niña buena lo que era una buena idea, así podría despejar a Cam con las burlas.
Llegue al hospital un poco antes así que compre algo para él, no había nada que le pudiera gustar así que termine comprándole un oso parecido al que tenía en su habitación.
Frente a su habitación de hospital espere pacientemente.
—Está dormido Tess —me dijo su hermano.
—No importa esperare —conteste, pues no me había vestido ridículamente para nada.
Él me dejó pasar, ahora tenía mejor aspecto pues ya no tenía tantos tubos más que un suero y cables que monitoreaban su pulso.
Se veía tan tranquilo que incluso daba miedo, me quede a su lado esperando a que despertara, lo cual tardó años puesto que termine durmiendo.
—Tesla cállate —escuche la voz de Camren.
—Déjame dormir —rezongué mientras me acomodaba en el sillón.
—Tu eres quien no me deja dormir con tus ronquidos —exclamó molesto.
—Ya dormiste mucho no crees —dije despertándome para verle, tenía esa expresión de fastidio que ya era usual.
—¿Qué haces aquí? —preguntó insolente.
—Vine a visitarte claro está, crees que me perdería la oportunidad de verte sufrir —sonreí pues sabía que lo que menos querría era que le tuviera lastima.
Él se quedó serio por unos minutos, ni siquiera me miró.
—Lo sabes —susurro con dolor.
Tome su mano y me senté a su lado.
—Está bien, lo entiendo —le dije con la voz cortada.
—Entiendes que estoy muriendo y por eso no podemos ser nada —dijo él mirándome a los ojos.
—Entiendo que estás muy enfermo pero no es tu decisión, yo quiero estar contigo —asegure llorando.
—¿Por que? si solo e sido un maldito imbecil contigo —preguntó confundido.
—Por qué te amo —le dije mirándole a los ojos— amo que seas un idiota conmigo pero no permitas que nadie más lo sea, amo que me hagas enojar, amo que me provoques y más amo que hayas tratado de protegerme.
Él se quedó serio, una lágrima salió de sus ojos pero fue limpiada rápidamente.
—Aún sigues sin agradarme —dijo mirándome a los ojos.
Una pequeña risa salió de mi —Tanto te cuesta admitir que me amas —sonreí.
—Tanto te cuesta vestirte como una chica de tu edad —molesto— le robaste el oso a un niño para completar tu disfraz o que.
Puse los ojos en blanco y le tendí el oso.
—No sabía que darte y como vi que te gustan los osos supuse que te gustaría —explique viendo a ese peculiar oso.
Él lo tomó y empezó a mirarlo como si fuera un arma mortal.
—Boggi se pondrá celoso —me miró con seriedad.
Me reí un poco, él estaba cansado por lo que me hicieron irme.
Camino a casa me hice una pregunta que había estado evitando por un tiempo, ¿Estaba preparada para ver morir a Camren?
Me estacione un poco antes de llegar a casa para poder llorar desesperadamente pues la respuesta era no, no estaba lista para ver a la persona que amo morir.
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