3IP: Juntos pero no tanto
—Tío —exclamó asustada.
Él no dejaba de sonreír y la sangre no dejaba de brotar.
Rick tomó varias servilletas y presionó la nariz de su sobrino para que la sangre dejara de brotar, un par de minutos después la sangre paro, yo solo estaba ahí sin moverme, nerviosa de lo que pudiera suceder.
—Hablemos —pidió Rick alejándome de su sobrino.
—Yo lo siento, sé que no debí golpearlo pero estaba tan enojada —me adelanté mirándole.
Él suspiró abrumado.
—Sé que clase de sobrino tengo por eso no te voy a despedir, pero no quiero que vuelva a suceder y entre más alejada de él estés será mejor —explicó sin ánimos.
—Créeme lo único que quiero es estar lejos de él —asegure.
Camren se fue un tiempo después, yo volví a casa temprano, esa noche mi padre se molesto por qué no traje a mi hermano a casa.
—Tengo trabajo —discutí.
—También un hermano —me recordó mi padre molesto.
—Si bueno yo no pedí tener un hermano —grite molesta y salí para encerrarme en mi habitación como de costumbre.
Hablé un rato con Britt sin embargo no era de mucha ayuda, ella tenía sus propios problemas.
Al día siguiente no discutí con mis padres pues sabía que no ganaría así que solo lo lleve sin pláticas, sin ruido, solo el silencio a nuestro alrededor.
—Hola Tess —saludó Sam sentándose a mi lado.
—Pecas —respondí mirando sus ojos azules.
Sam en realidad era un misterio para mí, apenas éramos amigos desde hace un par de meses.
Sam era un chico bastante lindo sin embargo desde que lo conozco siempre había estado tras sus tres mejores amigos, siempre tras de ellos siendo su sombra, no dejándose notar, siendo opacado por sus amigos, sin embargo después de el verano se alejó de ellos y fue algo tan asombroso que me junte con él para saber qué ocurría y descubrí que podía brillar sin necesidad de estar con sus amigos.
El profesor Antoni entro corriendo como de costumbre, era estricto en la hora pero siempre llegaba tarde.
—Lita la puerta —exclamó él y esa era la señal de que ningún poder humano abriría esa puerta.
Lita estaba por cerrarla cuando llegó Martín interponiéndose entre la puerta y Lita.
—No —dijo el profesor.
—Pero queda un minuto —contestó él mirando el reloj.
—No —repitió molesto.
—Pero... —discutió.
—Hasta luego señor —ordenó, Martín estaba por irse cuando Camren entro, el profesor no le dijo nada y él no dijo nada.
—Esta jugando —exclamó Martín molesto.
—Seguro que lo estamos y si no se va jugaré con sus faltas —amenazo serio.
Martín se fue, por lo general el siempre llegaba tarde pero antes de que la puerta se cerrará, en realidad era un misterio saber cómo lo hacía, sin embargo su truco no le funcionaba con este profesor.
La clase prosiguió como de costumbre, el profesor se apasionó en hablar de un tema que no era de la clase pero un par de minutos después tocaron a la puerta, Lita abrió.
—Buenos días profesor el director quiere hablar con Tesla y Camren —informó el chico blanco con quien compartía química e historia.
—Chicos pueden salir —dijo él.
Salimos, no entendía por qué el director quería hablar con nosotros, al llegar el nos miro serio.
—Buenos días chicos —saludó el director.
—Buenos días director —respondí al saludo sentándome frente a él, Camren solo se sentó.
—Joven Camren, Señorita Tesla, se preguntarán por qué están aquí —empezó él mirando la foto de su familia, empezaba a creer qué tal vez si era su hijo.
Él no dijo nada pero yo pensaba que estábamos en problemas.
—Bueno Tess quiero que seas mentora de Camren —soltó de repente.
—¿Mentora? —pregunté confundida.
—Sabrá que cada estudiante de nuevo ingreso recibe un mentor, sin embargo excedimos el límite este año y dado a que no aprobó el examen de CC tendrá que ser la mentora de Camren —explicó.
—Y si no acepto —dije, odiaba la idea de tener que hacer de niñera de Camren.
—No será candidata a graduarse y por lo que e visto tiene estándares muy altos para universidades —amenazo el director pues siempre sabía cómo ganar.
—Pero... —dije no sabía cómo delegar.
—Véalo como una oportunidad —sonrió— pueden volver a su clase.
—Puedo hablar con usted —pidió Camren hasta el último.
Salí pero claro no podía dejar las cosa así, me acerqué a la puerta para escuchar, aquí parece que las paredes son de papel pues todo se escucha.
—Nunca hablamos de tener un mentor —dijo molesto.
—Son las reglas Camren —respondió el director.
—Pues cámbialas —exigió— por eso eres el director no.
—Camren hay cosas que no puedo cambiar, e recibido varias cartas de padres molesto por tu comportamiento, te has dormir en clase, llegas tarde, no traes el uniforme, tienes que tener en claro que no por qué tengas inmunidad significa que puedas romper las reglas —exclamó frustrado— solo me preocupo por ti entiendes.
—¿Ahora te preocupas por mí? —preguntó sarcástico— si por años no lo hiciste no lo hagas ahora, lo qué haces es solo pagar una deuda esto no es un favor —dijo con rabia.
En esos momentos supe que él era su padre, era el hijo perdido de Tate.
Él salió molesto.
—Por qué sigues aquí camarera —atacó.
—Yo... a ti qué te importa —dije, no tenía que darle ninguna explicación.
Él puso los ojos en blanco y siguió su camino, yo caminé tras de él sumergida en las distintas posibilidades de por qué su padre lo abandonaría, Camren se paro como si nada y al no darme cuenta choque contra él.
—No necesito que seas mi mentora Tesla —dijo molesto.
—Es Tess llámame Tess, crees que yo quiero ser tu niñera —conteste molesta.
—Bueno al menos estamos de acuerdo en algo así que por qué no vuelves y le dices que no lo harás —dijo molesto.
—Y no graduarme —comente un poco avergonzada.
—Bueno si fuiste tan estupida como para reprobar un test emocional creo que no lo serás para tomar esta decisión, pero si necesitas ayuda en eso te la daré —me dijo mirándome con sus ojos brillantes— si no le dices al director que no serás mi mentora te haré la vida un infierno.
Estaba súper enojada quien era él para decirme cómo manejar mi vida.
—Por qué no se lo dices tu, que papi no hace todo lo que dices —exprese molesta.
—¿Qué? —preguntó confundido.
—Oh no te hagas el que no sabe, yo lo escuche si no por qué más tendrías inmunidad —solté sin más.
—Shawn no es mi padre es mi tío —confesó no muy alto.
—¡Otro tío! —exclamé, al parecer todos eran sus tíos.
—Solo dile que no y ya —dijo molesto.
—No todo se puede hacer a tu gusto —contesté.
—Pues entonces supongo que será el peor año que vivirás —aseguró para marcharse.
No sabía en qué me metía pero estaba segura de que no sería bueno.
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