XXXII
Felix
—¿Que? —la voz de Hyunjin fue baja, como un silbido extraño que me hizo recordar a un gato erizado. Colocando mi espalda contra su pecho, acaricié suavemente la piel de su cuello con la punta de mis dedos en un intento de que controlara la ira que sabía que estaba comenzando a burbujear en su interior. Tomando un respiro, volvió a hablar: — Yo no lo recuerdo, él nos hacía llamarlo...
—Señor —terminó Chan por él mientras se paseaba por la cocina—. Si, tenía una mente bastante estrecha en cuestiones de disciplina. —le dio una mirada significativa a Hyunjin y sentí al moreno estremecerse contra mi cuerpo—. De igual manera, supongo que eras demasiado pequeño para recordarlo, pero yo no, además, mamá dejó varios papeles con su nombre en ellos.
—¿Qué papeles?
—Los títulos de las propiedades y demás —hizo un gesto con la mano quitándole importancia—. Nada muy importante.
—¿Cómo podemos estar seguros de que es la misma persona? — Hyunjin se encogió de hombros—. Tal vez solo es una coincidencia.
—No creo en las coincidencias y lo sabes —Chan me miró—. ¿Pudiste verlo? ¿Tenía alguna característica que hubiese llamado tu atención?
Negué con la cabeza suavemente—. No, lo siento. Yo... cerré los ojos para que no se dieran cuenta de que había recuperado la conciencia. —sentí mis mejillas arder cuando admití mi acción cobarde.
—Está bien, hiciste lo mismo que cualquier de nosotros hubiese hecho en tu posición, piccolo —Hyunjin besó mi mejilla—. No hay nada de qué avergonzarse.
—Hyunjin tiene razón —asintió Minho, chupando la mayonesa de sus dedos antes de señalarme con el digito brillante por la saliva—. Seguramente él se hubiese cagado en los pantalones en tu lugar.
—Cuida el maldito lenguaje, Minho. —se quejó Chris. Me giré a verlo con una ceja elevada y él se encogió de hombros—. Soy el mayor aquí dentro, puedo tener un desliz o dos.
—¿Uno o dos? —Minho rio—. Pero si tú eres el autor de "El diccionario de las obscenidades más grandes".
—Cierra la puta boca, Ken mal vestido —Chan siseó—. Cuando digan chicho mueve la cola, sino mantente en tu lugar.
—Woff —hizo un sonido como de perro ahogado antes de acomodarse en la silla nuevamente y mirar de Hyunjin a Chan y nuevamente a Hyunjin —. ¿Qué haremos ahora que su querido papi volvió para una visita? Porque la verdad dudo mucho que tenga en mente una reunión familiar y estoy seguro como la mierda que ninguno de los tipos que golpeamos mientras estuvimos en la casa de Holmes era este individuo.
—¿Cómo estas tan seguro? —pregunté.
—Porque si hubiese tenido el placer de golpear a un tipo que se parece a estos dos —señalo a los hermanos—, me hubiese detenido y disfrutado el momento.
—Estás tan cerca del borde, Minho, tan cerca. —Changbin negó con la cabeza, aunque podía ver la sonrisa que intentaba ocultar del resto—. Un día de estos harás que alguien en verdad se enoje y no va a ser bonito de ver ni de sentir.
Minho se encogió de hombros, dándole una breve mirada antes de meter la mano dentro del bote por más mayonesa—. No importa, te tengo a tí de mi lado y vas a golpear a los que quieran tocarme.
—Si sigues tocándome las narices como hasta ahora, seré yo mismo quien te estrangule. —bromeó Changbin mientras giraba los ojos—. Volviendo al tema, ¿qué haremos con este tipo?
Chan se encogió de hombros—. Esperar —dijo finalmente—. No es como si pudiésemos hacer algo realmente, tal vez el tipo se fué luego de lo que sucedió en lo de Holmes.
Pensé en ello por un momento antes de negar con la cabeza—. No creo que él hubiese hecho eso —aseguré.
—¿Por qué crees eso, bebé?
—No lo sé —sacudí la cabeza—. Se escuchaba muy complacido con la perspectiva de hacerles daño como para retirarse de una manera tan cobarde —sonreí a medias antes de negar—. O tal vez he mirado demasiadas películas de suspenso y es mi imaginación jugándome una mala pasada, no me hagan caso.
—De todas formas, nos mantendremos alertas. No quiero que ninguno salga solo por un tiempo —me miró—. Va para ti también.
—No te preocupes por eso —Hyunjin me apretó más fuerte—. No pienso dejarlo fuera de mi vista por un tiempo.
Un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando recordé todo lo que había sucedido—. Estoy bien con esa idea —acepte antes de agregar: — Alguien debería cuidar también de Seungmin.
Chris parpadeó hacia mí—. ¿Por qué?
—Ellos lo nombraron —me chupé el labio inferior mientras miraba la mesa e intentaba recordar las palabras exactas—. Estoy seguro de que ellos dijeron su nombre. Creo que fui su segunda opción, cuando no pudieron atrapar a Seungmin, fueron por mí.
—Esto es una mierda grande —rio Minho—. Pero con gusto me pego a Seungmin como una lapa, ese niño es un imán de chicos. Tal vez podamos salir y encontrar un par de tipos calientes que nos follen hasta el amanecer.
Intenté ocultar una sonrisa mientras Hyunjin ahogaba su risa contra mi camiseta cuando Bang Chan y Changbin soltaron un gruñido a dúo. Minho solo los miró con su típica sonrisa de comemierda, que parecía haber patentado, antes de seguir comiendo la mayonesa bajo la pesada mirada fulminante de ambos hombres.
Tenía la impresión de que la única razón de que Minho siguiese respirando era porque le habían tomado una extraña especie de cariño. Era la única respuesta que encontraba coherente. El chico estaba más loco que El Sombrerero y este ni siquiera se pintaba gracioso.
—Vámonos de aquí antes de que la matanza comience —rió Hyunjin en mi oído antes de levantarme en sus brazos y salir de la cocina como si lo estuviesen siguiendo.
Hyunjin
Llevando mi preciada carga escaleras arriba, no pude evitar reír cuando escuché cosas cayendo en la cocina antes de que los pasos acelerados le siguieran. Minho iba a recibir un recordatorio de porque era mejor que mantuviese esa gran bocazas cerrada. Aunque tenía la impresión de que gracias a Changbin, el rubio solo recibiría un susto y un regaño. El castaño tenía una especie de debilidad hacia el más joven.
—Hey, extraño —saludé cuando ví a Seungmin salir de su cuarto—. ¿Cómo te fue con Sandman?
—Mal —se refregó los ojos, quitando unos mechones rebeldes de su rostro antes de mirarnos—. Él no vino o tal vez se asustó de mi cara, no dormí nada.
—Tal vez puedas decirle a Chan que te ayude con eso —propuso Felix—. Ya sabes, una buena ronda de sexo salvaje cansa a cualquiera.
Seungmin abrió los ojos como platos mientras su rostro se coloreaba de un fuerte tono de rojo. Enviándole una sucia mirada a Felix, pasó a mi lado y se dirigió a las escaleras sin una mirada atrás.
—Creo que tocaste la llaga. —susurré.
—Creo que arrojé limón sobre ella. —rio el castaño en mis brazos—. No importa, alguien tiene que picarlos y soy muy bueno en ello.
—Ten cuidado con eso o terminaras como Minho. —escuché pasos en la escalera y la voz del rubio combinados—. Hablando del rey de Roma.
Minho pasó corriendo a nuestro lado, riendo todo el camino mientras arrojaba su camisa fuera antes de desabrochar sus jeans. Me giré sobre mí mismo intentando evitarme la imagen. Ya tenía bastante con la vez que había perdido una estúpida apuesta con Jeongin y había corrido por el jardín como Dios lo trajo al mundo.
—Al menos yo no me quitaré la ropa. —aseguró el castaño con los ojos enormes.
—Más te vale, tendría que arrancar muchos ojos si haces algo tan tonto. — Changbin y Chan no tardaron en pasar detrás del rubio, murmurando maldiciones que harían sonrojar a una prostituta.
—Sé que lo harás —rio—. Eres un maldito celoso.
—Maldición, si —reí, bajando la cabeza y besando sus carnosos labios rosas—. Te amo.
—Te amo. —susurró, respondiendo al beso—. Todo estará bien ahora, ¿verdad?
—Todo estará perfecto, piccolo, te lo prometo.
🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂
ㅡ B Y B Y
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