XXII
Hyunjin
Subiéndome a la parte trasera de mi camioneta, tiré de Felix a mi regazo y lo rodeé con mis brazos. El niño aún no había parado de temblar, su cuerpito entero vibraba con los hipidos dejados por el llanto. Odiaba ver así a mi pequeña fierecita, pero ya no me quedaban palabras de consuelo. Todo había sido mi culpa, Chris me había advertido de que esto podía suceder, pero preferí ignorarlo. Ahora habían asustado a Lix de muerte y eso era algo que no me iba a poder perdonar.
Mis heridas se quejaron cuando Felix se removió en mi regazo, pero no emití ningún tipo de sonido mientras el niño acomodaba su rostro en mi cuello. Tomando una de sus manos, la llevé a mi rostro y besé sus nudillos, dándome cuenta gracias a la escasa luz de las calles de los moratones con forma de dedos alrededor de sus muñecas.
—Lo siento mucho, piccolo. —susurré—. En verdad, lo siento.
—No fue tu culpa. —murmuró con voz ahogada.
Eso era una gran mentira, pero no iba a corregir al niño, no tenía ganas de entrar en una discusión. La noche era totalmente silenciosa afuera, por lo que, enterrando mi rostro en la camiseta de Felix, cerré los ojos por un momento, intentando traer un poco de paz a mi mente. No tengo idea de cuánto tiempo paso, pero volví a abrir los ojos cuando sentí las puertas siendo cerradas.
—Hey —Chan me miró entre los asientos, sentando detrás del volante—. ¿Cómo está el bambino?
Miré hacia abajo, a Felix, dándome cuenta de que el niño estaba completamente dormido en mis brazos. Me encogí de hombros hacia Chan.
—Está asustado. —susurré—. Es mi culpa, Chan, debí hacerte caso.
—Nadie tenía como saber que ellos vendrían por tu chico. —dijo tranquilamente—. No es culpa de nadie.
—Estuvieron demasiado cerca de llevárselo.
—Pero no lo hicieron.
—Pero...
—Detén eso, Hyunjin. —gruño—. Nada sucedió y no es culpa de nadie, no comiences a dramatizar esto, ¿quieres? Solo... debemos ser más cuidadosos a partir de ahora.
—Bien. —murmuré a regañadientes.
—¿Cómo estás tú? —me observó con los ojos estrechados—. ¿Algo roto?
—Me duelen las costillas, creo que están al menos fisuradas, pero no tengo como saberlo —me encogí de hombros—. Dejaré que Changbin me revise cuando lleguemos a casa.
—Hazlo —asintió antes de voltearse para poder encender el coche.
Seungmin se volteo sobre su asiento y coloco la cabeza entre los asientos mirándome. Había olvidado completamente que el chico estaba en el bar, era extraño que Chan no me hubiese dado mierda por haberme olvidado del chico dentro.
—¿Cómo lo estas llevando, Seung? —pregunté suavemente.
Encogió uno de sus hombros, con la mirada perdida—. No fué muy diferente a cuando vivía con mi papá —una sonrisita elevo los bordes de sus labios cuando me miró—. Solo que en ese momento no los tenía a ustedes para patearle el culo.
Sonreí—. Nuestro deporte favorito.
—Ni que lo digas. —rodó los ojos antes de mirar a Felix—. ¿Crees que vaya a soportar este estilo de vida? Todos nosotros ya habíamos sido testigos de violencia antes de unirnos a ustedes, Felix ni siquiera sabe arrojar un puñetazo, ¿crees que sea lo suficientemente fuerte?
—No lo sé —dije sinceramente—. Tiene fuego, tengo que aceptarlo, pero no sé si será capaz de soportar este tipo de sustos.
—¿Qué pasará si no es así?
—Hay solo dos opciones si es de ese modo —Chan contestó por mi—. O Hyunjin lo deja ir o terminarán lastimándolo gravemente.
Seungmin me miró por unos segundos antes de suspirar—. ¿Por qué su vida es tan complicada?
—Nuestra, enano, recuerda que tú también vas en este barco.
—Yeah, un boleto gratis para ir en El Titanic, todo lo que siempre quise. —rodó los ojos mientras se volteaba hacia el frente de la camioneta.
Reí un poco, sintiendo mis costillas quejarse con cada movimiento. Las luces de los faroles de la camioneta de Changbin se reflejaba por el vidrio trasero, dándome la luz suficiente para ver el rostro dormido de Felix. Además de los verdugones en las muñecas no parecía tener otro tipo de herida visible. Inclinándome, besé una de sus mejillas suavemente, sonriendo cuando el niño arrugo la nariz.
El viaje a casa de Felix fue bastante rápido, Chris manejaba como un auténtico demente a pesar de las constantes quejas y chillidos poco masculinos que Seungmin profería. Felix despertó abruptamente gracias a uno de los giros bruscos de Chan, el cual nos sacudió a los cuatro.
—Hola. —salude cuando sus ojos me enfocaron.
—Hola. —musitó—. ¿Ya llegamos a mi casa? Lo único que quiero es esconderme debajo de mis sabanas y no volver a salir.
—Puedo hacerte compañía si lo deseas. —susurré moviendo mis cejas.
Felix me miró por un segundo, espere la respuesta mordaz pero el niño ni siquiera dijo pio, solo me miró. Soltando un suspiro, me dí cuenta de que su mente aún no había procesado lo sucedido en el baño. Eso era malo, en esos casos lo mejor era procesarlo y hacerlo a un lado, si Felix se quedaba con ello no iba a poder avanzar. Y lo peor, no iba a poder sobrevivir en mi mundo.
—Hyunjin —Mi hermano me llamó la atención mientras se detenía—. ¿Quieres que alguno de nosotros los acompañe?
Negué—. No, no es necesario —mirando a Felix, le hice una seña hacia la puerta—. ¿Vamos, piccolo?
Asintió mientras se arrastraba fuera del auto, lo seguí rápidamente rodeándolo con mi brazo y pegándolo a mi cuerpo en cuanto tocamos el suelo. La luz de los faroles iluminaba bastante el lugar, pero aun así había varios lugares oscuros, en los cuales notaba perfectamente como Felix se pegaba más cerca.
Una vez que llegamos a su casa, saltamos la cerca y lo acompañe hasta la puerta trasera. El niño me rodeó con sus brazos en cuanto nos detuvimos.
—¿Te quedas conmigo? —susurró contra mi camiseta—. No quiero quedarme solo, ellos podrían venir aquí por mí.
Sentí como la última de mis esperanzas se rompía con esa frase. Rodeándolo con mis brazos, observé la puerta de madera sin verla realmente por unos segundos antes de besar su cabello y dar un paso atrás.
—Tengo una idea mejor —susurré—. No vernos más.
—¿Que?
—Ellos se olvidarán de ti si no te vuelven a ver conmigo —me encogí de hombros—. Es la solución más fácil, piccolo.
Me miró, sus ojos llenándose de lágrimas—. ¿Ya no me quieres? ¿Te aburrí?
—No es eso —negué, quitando una pequeña lágrima que corrió por su mejilla con mi dedo pulgar—. Solo que... prefiero decirte adiós ahora, a perderte luego.
—¿De qué hablas, Hyunjin?
—No voy a dejar que te lastimen, Felix —aseguré—. Esto es lo mejor.
—Tú no puedes...
—Borra mi número de tu celular y no me busques —tomé un respiro, obligando a las palabras a salir—. Lo que sea que estaba sucediendo entre nosotros se acaba hoy.
—¿Vas a dejarme el día de mi cumpleaños?
—Vas a agradecérmelo luego, tú no perteneces a mi mundo.
No me esperaba la cachetada que impacto en mi mejilla, pero sabía que me la merecía por lo que no me moví cuando el dolor se disparó por mi rostro.
—Eres un imbécil, Hyunjin.
Dicho eso, se volteó y entró a su casa. Sentí mi corazón destrozarse con cada paso que se alejaba de mí pero no hice nada por detenerlo. Este era el final de algo que ni siquiera había comenzado realmente.
:(
🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂
ㅡ B Y B Y
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro