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XXI


Hyunjin

—No bebas eso. —quité la copa de la mano de Felix en el momento en que la llevaba a su boca y la deje sobre la barra.

El chico se giró hacia mí con el ceño fruncido—. ¿Por qué?

—Porque no debes beber nada a menos que yo te lo dé. Es peligroso que lo hagas, no sabes lo que le pueden poner a la bebida sin que te des cuenta.

—Pero esa me la dio Minho. —replicó.

—Con más razón —dije—. Minho es un peligro en potencia, piccolo, no tengo idea de lo que le pidió al barman.

Felix miró de mi a la copa y nuevamente a mí, sus ojitos llenándose de preocupación—. ¿Crees que Minho quiere hacerme daño?

—No, pequeño —negué—. Él no quiere hacerte daño, pero a veces hace cosas sin pensar, puede hacerlo sin darse cuenta.

Asintiendo el castaño se movió más cerca de mí, metiéndose en el hueco de mi brazo mientras la gente seguía moviéndose a nuestro alrededor. Había tenido que espantar a cinco tiburones en la media hora que llevábamos allí. Felix era como una luz en la oscuridad y los malditos eran como bichos -bichos muy feos y desagradables- que seguían la luminosidad del niño. Eso era malo, estaba a punto de golpear a alguien.

—Tengo sed, Hyun. —Felix dijo contra mi cuello, elevando la voz para hacerse escuchar.

—Te conseguiré algo. —acepté mientras le hacía una seña al barman. Ed era nuestro nuevo barman, ya que había tenido un par de roces con el anterior y lo habían tenido que sacar cortésmente. El pelirrojo se deslizó hasta nosotros en cuanto vió que le hacía señas y me sonrió.

—¿Qué les sirvo?

—Un refresco. —pedí.

El frunció el ceño—. ¿Solo eso? ¿No vas a pedir nada para ti?

Negué—. Hoy no, solo el refresco.

—Está bien. —se encogió de hombros y se movió detrás de la barra.

—No tienes que dejar de beber por mí, Jinnie —Felix levantó el rostro hacia mi—. Sé cómo cuidarme solo.

—Lo sé, piccolo, pero no quiero estar mareado luego —expliqué —. Debo manejar, ¿recuerdas?

Asintió suavemente en el momento en que Ed dejaba el refresco frente a él sobre la barra y volvía a sus clientes. No tenía ninguna intención de darle alcohol al chico, no quería tener problemas y además sabía que la primera borrachera era la peor y no iba a dejar que el niño la pasara dentro de un bar abarrotado de buitres esperando una presa fácil.

Felix se pegó a mi como una lapa en cuanto terminó su refresco y lo guie nuevamente a la pista. Ya ni siquiera bailábamos solo lo abrazaba y nos balanceábamos suavemente. Unos minutos después, el castaño levanto la mirada hacia mí y sonrió.

—Debo ir al baño —anunció—. ¿Me seguirás allí también?

—Cariño, he estado esperando porque dijeras eso. —reí, logrando que rodara los ojos hacia mí.

Haciéndome camino por la masa de gente en la pista, guié al castaño hasta los servicios, los cuales se ubicaban a un lado de la barra. Metiendo la cabeza dentro de la habitación, me aseguré de que no hubiese nadie en medio de un acto impúdico antes de dejar entrar al castaño quien hizo una mueca de fastidio en mi dirección antes de dirigirse a uno de los cubículos y cerrar la puerta en mi cara.

—¿En serio, Felix? —chillé—. ¿Esperé todo este tiempo para ver la madera de la puerta?

—¡Es todo lo que conseguirás, Bang! —gritó desde adentro—. Disfruta de la vista.

—Sabes, siempre puedo ver sobre la puerta.

—Haces eso y le diré a Chan.

—Ja. Suerte con eso. —me burle.

—Entonces le diré a Seungmin le diga a Chan. —mierda, ahí si estaba perdido.

Cruzando los brazos sobre mi pecho, me apoye en una de las paredes y me quede mirando los azulejos mientras esperaba a que el castaño saliese del cubículo. Unos minutos después, la puerta se abrió y el niño me sonrió mientras se dirigía al lavabo. Lo seguí como un perrito, abrazándolo por detrás mientras se lavaba las manos.

Su vista subió, nuestras miradas se unieron a través del espejo y sonreí. Nos veíamos bien juntos, tenía que aceptarlo.

—¿Qué haces? —preguntó Felix, frunciendo el ceño al espejo cuando comencé a mirar mis dientes.

—Reviso mis caries.

—Qué asco —rio—. ¿Tienes que hacerlo aquí?

—¿Por qué no? —me encogí de hombros. Estaba haciéndolo por gusto, no tenía ninguna carie, pero sabía que al chico le fastidiaría mi conducta.

—Porque no —me dio un codazo—. Deja de hacer eso.

Reí entre dientes, viéndolo secarse las manos. Mi vista periférica vio un movimiento y todo mi cuerpo se puso alerta cuando escuché la cerradura de la puerta cerrarse. Moviéndome lo más suave que pude, me coloqué frente a Felix, tapándolo de la vista mientras me giraba hacia los dos tipos que habían entrado al baño detrás nuestro.

—¿En serio? —eleve una ceja—. ¿Acaso Holmes no se cansa?

Uno de los tipos, un rubio de ojos negros me miró con una mueca—. Sal del camino —gruñó—. Nos llevaremos al pequeño.

—Sobre mi cadáver. —gruñí.

—¿Hyunjin que sucede? —la voz de Lix se había hecho algo pequeña mientras observaba sobre mi hombro.

—Nada, piccolo. —aseguré. Moviéndome con rapidez, empuje a Felix dentro de un cubículo y cerré la puerta—. ¡Quédate ahí hasta que yo...!

No logré terminar la frase cuando un puñetazo impacto con mis costillas. Volteándome arroje una patada hacia el rubio, intentando alejarlo de Felix. Debía hacer tiempo, seguramente Chan se daría cuenta de nuestra falta y vendría por nosotros. El tipo se tambaleo hacia atrás pero no tardo en recuperarse. Su compañero, un moreno de casi dos metros de estatura ataco al mismo tiempo y supe que no podría con ambos. Solo esperaba que se entretuvieran golpeándome y no llegaran hasta Felix.

Los golpes comenzaron a ir y venir e hice hasta lo imposible por alejarlos del cubículo. Era una mierda que no hubiese nadie en el baño cuando ellos entraron y que la maldita música cubriera los ruidos de la pelea. Una de las puertas de los cubículos se hizo trizas cuando uno de los tipos tastabillo y la golpeo. Lo escuché caer dentro pero no logré ponerle demasiada atención ya que el otro me dio un puñetazo que me llevo al suelo, la patada en mi estómago no tardó en llegar.

La puerta del cubículo se abrió de repente y grité cuando Lix salió corriendo hacia mí. ¿El niño era tonto o qué? Logró darle un puñetazo al tipo que me estaba pegando, pero eso no logro nada ya que lo atraparon entre ambos antes de que pudiese hacer nada.

Mi cuerpo entero se quejó cuando me puse de pie, pero no iba a dejar que se llevasen a mi pequeño sin más. Felix aún seguía peleando con el tipo que lo había atrapado, gritando y pateando mientras lloraba mi nombre. Eso logro que me arrojara sobre el que quedaba solo y lo golpeara.

La puerta principal fue arrancada de sus bisagras y nunca estuve más contento de ver a Minho y Changbin. Mi mirada se dirigió rápidamente a Felix y no pude evitar que algunas lágrimas se me escaparan cuando el niño escapo de los brazos de su atacante cuando Changbin golpeo y corrió hacia mí. Lo apreté en un abrazo, importándome poco mis heridas.

—Hyunnie —lloriqueo—. Ellos... ellos...

—Shh, pequeño —pasé mi mano por su espalda mientras lo guiaba a la puerta. Chris y Jeongin aparecieron por el pasillo y pasaron a mi lado cuando vieron mis heridas, dirigiéndose directamente al baño, sabía que ellos podían encargarse de la situación por lo que no me moleste en mirar—. Todo está bien ahora, Lixxie.

—Ellos casi me llevan, Jinnie. —Gimoteó, su cuerpo entero temblando en mis brazos—. Ellos querían llevarme.

—Yo no iba a permitir que lo hicieran —aseguré.

Me miró entre lágrimas, sus mejillas húmedas y sonrojadas—. Te lastimaron mucho.

—No es nada, piccolo —esa era la mentira del año, estaba seguro de que tenía varias costillas rotas, pero no iba decirle eso—. No duele.

Se abrazó a mí, escondiendo su rostro en mi pecho—. No me dejes solo, tengo miedo.

Acaricie su cabello, murmurando palabras consoladoras en su oído. No tenía mucho que decir, no podía admitir que yo también tenía miedo. Eso había estado demasiado cerca y si Minho y Changbin no se hubiesen dado cuenta de lo que sucedía seguramente se hubiesen llevado a Felix.


🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂

ㅡ B Y B Y

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