Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XIX

Hyunjin

—Channie, hermanito querido —sonreí brillantemente mientras me dirigía a donde el moreno estaba arreglando su motocicleta—. Sabes que te quiero, ¿verdad? Eres mi hermano favorito.

—Soy tu único hermano.

—Detalles, detalles —espanté sus palabras con un gesto de mano, causando que me observara con curiosidad—. Necesito saber si tú me dejarías llevar...

—No. —se volteo hacia la moto.

—Pero...

—Te dije que no.

—¡Chan! —chillé pateando el suelo—. Solo será un ratito.

—Que no, no seas pesado, Hyunjin —se volteo hacia mí, limpiándose las manos con un paño—. Eres la persona más irresponsable que ha pisado esta tierra, no hay forma de que te deje llevar a ese bambino al club para que luego le suceda algo y yo tenga que dar la cara por ti.

—Yo lo cuido, te lo prometo —aseguré—. Déjame llevarlo, por favor, es su cumpleaños número dieciocho y jamás ha ido a un club.

—¿Y piensas llevarlo al Five Stars? ¿Eres idiota? —se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido—. Si lo llevas allí correrás el riesgo de que alguien lo ataque, sabes que hay bastantes idiotas detrás de nosotros, no sería prudente que llevaras al chico allí.

—Pero Jeongin, Minho y Changbin irán —replique—. Me ayudaran a cuidarlo.

—¿Por qué no me asombra que tus compinches estén en esto también?

—¡Hey, más respeto que...! —Rodé los ojos mientras me giraba hacia la puerta, justo a tiempo para ver a Jeongin jalando a Minho por la camiseta y metiéndolo dentro de la casa nuevamente.

Sabía que Changbin y Seungmin también estaban allí, espiando por la ventana de la puerta, mi petición a Chan. Mejor dicho, los cuatro estaban como buitres esperando que sacara de quicio a mi hermano para ver cómo me golpeaba.

—¿Quieres que te deje entrar a un club, lleno de potenciales amenazas, llevando eso como respaldo? —hizo una seña hacia la puerta—. No sucederá, fratello.

—Oh vamos, Chan —rogué—. Te estoy pidiendo una última oportunidad, confía en mi esta vez, prometo no decepcionarte.

—Ya te dije que no, no insistas.

Mierda, era un asco que tuviese que necesitar una maldita llamada de Bang Chan para entrar a mi propio club. Ahora, recordando porqué había llegado a este extremo, estaba un poco de acuerdo con ello. Nadie me avisó que no podía fraternizar con el personal y había que admitir que el barman estaba muy bien desde cualquier ángulo que lo mirara.

La pequeña forma de Seungmin pasó a mi lado deteniéndose frente a Chan con las manos en las caderas—. ¿Qué piensas que estás haciendo, Neandertal?

—No te metas en esto, Angioletto.

—Mal por tí porque ya estoy en esto —sus brazos se cruzaron sobre su delgado pecho mientras le fruncía el ceño a mi hermano—. ¿Por qué no dejas que tu hermano crezca de una vez? Tiene veintitrés años, déjalo cometer sus propios errores.

—Él ya cometió demasiados en su vida.

—Eso no quiere decir que debas protegerlo siempre —la voz de Seungmin se endulzó cuando dio un paso más cerca de Chris, colocando su mano sobre el pecho de mi hermano—. Debes dejarlo ir, no puedes protegerlo toda su vida.

—Le prometí a nuestra madre que lo haría, no puedo dejar que lo lastimen —me miró sobre la cabeza del más pequeño—. No quiero que vuelvas a caer como sucedió con Minju y Hanni, no quiero volver a perder a mi hermanito como esa vez. Si a ese bambino le sucede algo, volverás a perderte y no quiero eso. No vas a ir a ese club.

Sentí las lágrimas acumulándose en mis ojos, pero los cerré, evitando que cayeran. Sabía cuanto había dañado a Chan mi etapa de depresión, pero eso no quería decir que fuese a recaer. Me había levantado sobre mis pies nuevamente y estaba seguro de que podía proteger a Felix dentro del club.

—Estas siendo irracional, Bang Chan. —insistió Seungmin—. Si tanto te preocupa, ve tú también y vigílalos.

—No, no creo que sea...

—Por favor, Chan —interrumpí—. Esto es especial para mí, prometo que nada sucederá, solo dame una oportunidad.

La mirada de Chris paso de mí a Seungmin y nuevamente a mí. Pude ver la guerra en su mente a través de sus oscuros ojos cafés. Luego de unos momentos lo vi suspirar y asentir suavemente.

—Está bien —acepto—. Pero iré también, quiero mantener un ojo en ustedes.

Me dolía que desconfiara de mí pero no podía quejarme así que solo asentí—. Va bene.

Felix

—¿Que se supone que estás haciendo? —elevé una ceja hacia Jisung mientras lo veía moverse dentro de mi armario.

El chico sacó la cabeza y me lanzó una breve mirada sobre su hombro—. Busco unos malditos jeans.

Asentí suavemente, inclinando la cabeza un poco—. Está bien, sé que no soy la mente más brillante del vecindario, pero, ¿no tendrías que estar haciendo eso en tu propio closet?

—Nop —aseguró, volviendo a su búsqueda—. Joder, Felix esto está demasiado ordenado. ¿Eres un adolescente o un viejo sin nada que hacer?

—Soy un adolescente ordenado —caminé hasta él y lo jalé de la camiseta—. Sal de ahí, desordenas mi ropa.

—No la estoy desordenando, le doy un aspecto abstracto.

—Eso no tuvo sentido —otro jalón—. Tú ni siquiera sabes lo que significa la palabra abstracto.

—Si lo sé —aseguró—. Deja de jalar mi camiseta, la estiras.

—Es horrible de igual manera.

—Tú no sabes nada de ropa, el animal print está de moda.

—Sí, pero no en tonos rosas —otro jalón y logré que saliera del armario, arrastrando toda la ropa del estante con él—. ¡Te voy a matar!

—Oops. —susurro, aferrándose a algunas prendas—. ¿Lo siento?

—Lo vas a sentir —gruñí arrojándome hacia él—. Cuando te golpee hasta que quedes del mismo color que tu camiseta.

—¡El rosa no es un lindo tono de piel!

Intentó arrastrarse lejos, pero lo atrape antes de que lo lograra y jalé su brazo, logrando que perdiera el equilibrio y cayera de boca al suelo. Dándose la vuelta, comenzó a arrojar manotazos como un gato alterado. Intenté esquivar los golpes mientras pichaba su abdomen, para ese momento ambos estábamos gritando.

—Debo admitir que extrañaba ver esto. —deteniendo mis movimientos, levante la mirada hacia la puerta, sonriendo al ver a San de pie en la puerta.

—¡Sannie! —chillé, poniéndome de pie y corriendo a sus brazos abiertos—. ¿Qué haces aquí?

—¿Pensaste que me perdería tu cumpleaños, enano? —rió, besando mi mejilla sonoramente—. Ni en un millón de años.

—Qué bueno que estés aquí —le sonreí mientras me alejaba un paso—. ¿Cuánto tiempo te quedaras?

—Un par de semanas —su mirada se dirigió hacia Jisung quien ahora estaba sacudiendo su ropa mientras se ponía de pie—. Hey, botón de rosa, ¿cómo estás?

—Perfectamente —aseguró sin prestarle mucha atención antes de girarse hacia mi—. Felix, en serio necesito esos jeans, tengo una cita en una hora.

—¿Una cita? —San elevó una ceja—. No eres demasiado pequeño para eso.

—Tengo diecisiete —gruñó—. Y no te metas en mi vida.

—Me meto todo lo que quiera —estrecho los ojos—. ¿Cómo se llama el chico?

—Juancito Notemetas. —volvió a mirarme—. ¿Sabes qué?, déjalo, conseguiré otra cosa.

Dicho eso, le dio una última mirada hostil a mi hermano y salió de la habitación.

Fratello, hermano

Va bene, está bien

🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂

ㅡ B Y B Y

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro