Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XIV

Maratón 3/3

Felix

—¡Lee Mal-amigo Felix! —la voz de Jisung me atravesó el oído, siendo seguido por el sonido de mi puerta azotándose contra la pared.

Girándome sobre mí mismo, jalé mis sabanas en intenté cubrir mi cuerpo del abuso que veía venir. No pasaron ni dos segundos antes de que la almohada bajo mi cabeza fuese arrancada y comenzara a caer sobre mi cuerpo, como si realmente estuviese haciéndome daño. Están a punto de presenciar una escena de dramatismo a lo Han Jisung, prepárense.

Luego de unos minutos, los golpes se detuvieron. Mirando sobre el borde de las sabanas, me encontré con la mirada enojada de Han antes de volver a mi escondite. Esto aún no había terminado. Quedándome lo más quieto que podía, escuché con atención hasta que distinguí el imperceptible sonido de las puertas de mi closet siendo abiertas. Volví a asomarme con cuidado, observando con los ojos abiertos de par en par como el rizado comenzaba a quitar mí, escrupulosamente ordenada, ropa del armario antes de arrojarla al suelo en una desordenada montaña. Mierda, me tardaría horas ordenando las prendas por color nuevamente.

Luego de que estuvo totalmente seguro de que la ropa estaba totalmente mezclada, se volteo y se dirigió a mi escritorio, abriendo los cajones. Gemí con horror cuando lo vi sacar mis libros y dirigirse a la ventana. ¡Iba a tirarlos! ¡El desgraciado iba a tirar mis libros!

Saliendo de la cama de un salto, cruce la habitación y me trepe a su espalda.

—¡No lo hagas, Ji, mis libros no! —pedí.

—¡Claro, son más importantes tus malditos libros que el hecho de haberle ocultado algo a tu mejor amigo! —frunció el ceño hacia mi sobre su hombro antes de tomar el primer libro, grité cuando la última novela que San me había regalado voló por la ventana.

—¡Jisung!

—Púdrete. —tomó otro libro, esta vez una de mis tan preciadas novelas de Nora Roberts.

—¡No Fuego Irlandés, por favor!

—Comprobemos si vuela. —lo arrojó y pasó al siguiente.

—Jisung, no lo hagas —rogué—. Por favor, no arrojes a Romeo y Julieta, por el amor de dios.

—Dios, no puedo creer que guardes esta cosa —y voló.

—Romeo. —me lamenté.

—Oh mira esto —levantó el siguiente y mi corazón se detuvo—. Poesía, ¿eh? ¿Qué pasa si arrojo esto, Lix?

—No, Sung, por favor, ese no —mi voz salió pequeña y sentí las lágrimas acumularse en mis ojos—. Ese no, por favor.

—A ti ni siquiera te gusta la poesía, Felix —me miró con el ceño fruncido—. ¿Por qué tienes esta cosa?

—Era de mi mamá, Jisung, no lo arrojes, por favor.

La mano del rizado se detuvo a medio camino de arrojarlo y me miró. Sentí las lágrimas caer por mi rostro, si lo tiraba yo me tiraba detrás de él. Un suspiro de alivio se me escapó cuando se volteo y dejo el libro sobre mi escritorio antes de caminar hacia la cama y arrojarse boca abajo aún conmigo en su espalda. Lo escuché gritar siendo ahogado por las sabanas antes de golpear un par de veces el colchón con sus manos. Limpié mi rostro con camiseta.

—¿Te sientes mejor? —pregunté en un susurro, sentándome en su espalda y acariciando sus rizos—. Sabes que no lo hice a propósito, Sunggie, sabía que enloquecerías si te lo decía.

—¡Claro, porque el hecho de que dos de los Fire Spirits nos llevaran a tomar un helado no me afecto!

Tape su boca con mi mano—. Shh —silencie—. Mi abuela puede escucharte. Me matara si lo sabe.

Se sacudió mi mano—. Tendría que decírselo —siseo—. Tal vez si te encierran a lo Rapunzel dejarías de meterte en líos.

—Estas exagerando —Rodé los ojos, antes de inclinarme hacia adelante y besar su mejilla—. ¿Me perdonas, Ji?

—No.

Le di otro beso—. ¿Me perdonas, Sungsito de mi vida?

—No.

—Te compraré un set completo de esmaltes si me perdonas. —ofrecí.

—¿En tonos pastel?

—Los que tú quieras. —acepté con una media sonrisa.

—Está bien, estoy de acuerdo en que una amistad de tantos años como la nuestra no se puede tirar a la papelera solo porque eres un idiota —se volteo, arrojándome de costado sobre la cama—. Pero me debes los detalles, quiero saberlo todo.

—No hay mucho que decir.

Elevó una ceja—. Cariño, soy como un perro entrenado. Puedo sentir el olor de la atracción a kilómetros —toco su nariz con el índice—. Y tú y Hyunjin, apestan a ello.

—No sé de qué hablas —sentí mis mejillas colorearse—. Nosotros solo somos amigos.

—Tienes las mejillas rojas —canturreó—. ¿Te gusta el chico malo?

—Claro que no.

—¡Ahí está el tic! —gritó, apuntando a mi mejilla—. ¡Te gusta!

—Baja la voz, maldición.

—¿Se besaron? —siguió sin hacerme caso.

Mis mejillas estaban hirviendo—. No.

Jisung me examino por unos segundos, su boca se abrió en shock antes de que gritara—. ¡Oh por dios, tu primer beso! ¡Cuéntame!

—¡Cierra la boca, pelmazo! —me arroje sobre él, tirándolo al suelo y colocando mi mano en su boca. Me miró con diversión—. Sí, nos besamos. Fue muy lindo y él fue muy dulce, es todo lo que sabrás, no insistas.

—MMM-MMM.

—No, claro que no. —Rodé los ojos—. ¿En serio crees que dejaría que me metiera mano?

—MMM-MMM-MMM.

—Eso dolió, ¿sabes? —fruncí el ceño—. La perra en celo aquí eres tú.

—MMM. —me miró mal.

—Tú también lo eres. —lo miré con la expresión más seria que encontré—. No puedes decirle esto a nadie.

Apartó mi mano—. ¿Entonces son novios o algo?

—Somos amigos.

—Oh claro, amigos —asintió con duda antes de abrir la boca y comenzar a cantar: — Y por eso los amigos deben dormir en camas separadas y los amigos no deben besarse como lo hace él...

—¡Jisung! —chille.

Dándome un empujón, el rizado me quito de encima y se puso de pie, corriendo hacia la puerta mientras seguía cantando. Sacudí la cabeza, escuchando sus pasos al bajar por las escaleras. Alcanzando mi celular, encendí la pantalla y sonreí.

"Buenos días, mío piccolo".


Pelmazo: Alguien que es pesado, insistente, molesto y difícil de soportar.

Aquí tienen su maratón, sean felices <3

🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂

ㅡ B Y B Y

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro