Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

IV

Hyunjin

-Quédate ahí. -gruñó Bang Chan, mientras empujaba mis hombros hacia abajo para que me sentara en una de las sillas de la cocina.

-No lo digas o tendré que golpearte. -dejo caer un plato con lo que parecía una tortilla y se sentó frente a mi, con su taza de café en la mano-. Come.

-¿Ahora me vas a decir que no puedes dormir pensando en ese bambino? -se quejó, mirándome con el ceño fruncido-. Come el maldito desayuno que te preparé o haré que te lo tragues y sabes que eso no es algo bonito.

Rodando los ojos, tome el tenedor que había dejado a un lado del plato y corte un trozo de la tortilla, llevándola con miedo a mi boca. Mi hermano podía tener buenas intenciones pero era un real asco en la cocina y la cosa/tortilla/masacote sobre mi plato no parecía demasiado comestible que digamos. Oliendo el pequeño trozo en la punta del tenedor, miré nuevamente a Chan quien me miraba expectante antes de abrir los labios e introducirlo como si fuese una cucaracha moviendo las patas.

-Oh joder, deja el show -Bang Chan dejo su taza en la mesa antes de ponerse de pie, quitarme el plato y tirar el contenido en el cubo de basura. Antes de que pudiera decir algo, tenia una taza de café en las manos-. Toma eso por ahora, pero quiero que pases por el café del centro y comas algo.

-Pero te comportas como un niño malcriado. -tomándodo el diario, me dio una ultima mirada antes de poner su vista en él.

Solté un bufido pero una mirada dura de su parte logró que mantuviera mi boca cerrada. Sabia por experiencia propia que decir algo en ese momento era algo así como arrojar un desafío de fuerza que seguramente perdería, avergonzándome frente a los demás.

-Buenos días. -balbuceo Minho con voz somnolienta mientras entraba a la cocina, usando solo unos oscuros bóxer que no hacían nada por esconder su mercancía.

Hice una mueca-. Me sentará mal el café, maldición.

-Oh vamos, tu eres el que más disfruta del paisaje. -movió las caderas y la cosa dentro de la tela se movió.

Me cubrí la boca cuando las nauseas subieron. Me podían gustar los chicos, me encantaba tener sexo con ellos pero esto... era Minho, algo así como ver a Chan desnudo. Simplemente asqueroso. Apartando la mirada, intenté borrar la traumante imagen de mi mente. Eso dejaría huella, seguro.

-Minho -advirtió Bang-. Ponte unos malditos pantalones. Seung despertará pronto y no queremos que salga corriendo por verte en pelotas.

-Ustedes exageran, soy un maldito modelo -aseguró mientras se dirigía a la heladera y tomaba la caja de jugo bebiendo directamente de ella mientras se rascaba los huevos con la otra mano.

-Un modelo de un australopithecus -me burle antes de mirar a Chan-. Hemos estado viviendo con el eslabón perdido y no nos habíamos dado cuenta.

Bang rió-. No creo que nos den mucho si lo vendemos a alguna universidad para que experimenten con él, probablemente nos lo devolverían.

-Por el amor de Jesucristo, Minho ponte ropa -gruñó Jeongin entrando a la cocina seguido de Changbin.

Minho aparto la caja de sus labios, miró hacia el castaño y soltó un eructo que probablemente se escuchó hasta en Alaska. Devolviendo la caja a la heladera, se volteo y procedió a hacer un extraño baile, que prometía ser algo sexy y termino siendo como ver al teletubie amarillo bailando hula-hula y se quito los boxer, dejando sus joyas al viento. Una ola de ahorcadas e insultos procedió al suceso pero la verdad ya todos estabamos acostumbrados a la vena exhibicionista de Minho.

Lástima que el pobre de Seungmin eligiera ese momento para unirse a nosotros.

El pobre quedo pálido cuando visualizo a Minho que se movía por la cocina como si nada, sus ojos parecían apunto de salirse de su rostro cuando se volteo y corrió por las escaleras, nuevamente a la segunda planta. Bang Chan maldijo por lo bajo mientras se ponía de pie y salia detrás del bambino. No pude evitar reírme de la salida apresurada de mi hermano, esos dos iban a terminar en algo. Chan parecía tener una pequeña debilidad por nuestro pequeño integrante y estaba seguro de que no se trataba solo de mero sentido de protección, ya que jamás se había comportado así con Minho o Jeongin, Seungmin lo traia mal.

-Creo que no le gusto la vista. -reflexionó Minho, mientras se sentaba a mi lado en la mesa y me quitaba la taza de café.

-Iré a ver si encuentro un puente del que tirarme -avisé mientras me ponia de pie-. ¿Alguien quiere ir conmigo?

-Yo voy. -gritó Minho, poniéndose de pie.

-Bien, pero vístete -era mejor sacarlo de la casa antes de que el pobre de Seungmin tuviera un trauma irreparable. Minho salió corriendo de la cocina-. ¡Minho!

-¿Que? -metio la cabeza en la habitación.

-Llevate tus malditos boxer y ponlos en la lavadora.

-Vivo con un quintento de reinas -se quejo mientras levantaba su ropa interior-. Uno no pude ir por la casa en pelotas porque el pobre niño se impresiona, claro, ahora la culpa es mía por...

Su voz se perdió mientras se iba por el pasillo a su habitación. Tomando mi chaqueta del respaldo de la silla, me metí en ella y tomé las llaves de mi motocicleta.

-¿Irás en busca del niño de nuevo? -preguntó Changbin mirandome sobre su taza de café.

-Eso no te importa, molestia. -escupí-. Meteté en tus propios asuntos.

-Es gracioso ver que te obsesionaste con el primer chico que te rechazo. -rió Jeongin.

-Él no me rechazó -gruñí-. No realmente.

-¿Te dijo que si?

-No.

-Entonces te rechazó. -aseguró.

Estuve a punto de clavarle la llave de la motocicleta en el centro de la frente pero la voz de Minho cantando por el pasillo me detuvo. Cuando más pronto saliera de allí, mejor. Arrojándole las llaves de su motocicleta, le hice una seña a Minho para que saliéramos. No tenia ganas de seguir escuchando las estupideces de esos dos.

Para ese punto de la tarde ya estaba totalmente dispuesto a admitir que estaba esperando ver al chiquillo de lengua filosa. El fin de semana había pasado demasiado lento para mi gusto y había deseado que el lunes llegara con ansias para poder atraparlo cuando pasara pero era ya bastante tarde y el niño no aparecía. La luz del sol estaba desapareciendo poco a poco, dejando solo la luz de los faroles para iluminar la calle.

-Parece que fueras a salirte de tu piel -Tony arrojo el paño blanco sobre su hombro y me miró con una sonrisa-. ¿Que problema esta creando esa cabecita tuya?

-Ninguno. -aseguré-. Solo... estoy esperando algo.

-¿Ese algo no es un ragazzo como de un metro setenta, cabello moreno y lengua filosa?

Lo miré-. ¿Cómo sabes que tiene la lengua filosa? ¿Lo conoces?

-Conozco a su abuela -asintió antes de alejarse de mi para atender a otro borracho asqueroso.

-¿Que? No, éspera, no puedes solo irte y dejarme en la nada.

Me dio una mirada sobre su hombro-. ¿Qué quieres que te diga?

-¡Todo! -chillé, logrando que elevará una ceja. Me mordí el labio y volví a acomodarme en el banco-. Su nombre estaría bien.

-¿Porque no se lo preguntas tu ahora? -inclinó la cabeza hacia la parte frontal del bar, llevando mi mirada allí.

El pequeño bocón iba con la cabeza gacha y sus manos aferradas a su mochila mientras asentía hacia algo que el rizado a su lado iba diciéndole. Su mirada no volteo hacia nosotros ni una sola vez y eso logró que sonriera. Iba a tener a ese chico en mi cama, costara lo que me costara.

Poniéndome de pie, golpeé la cabeza de Minho al pasar para que me siguiera fuera y me dirigí a la puerta. Apresurándome detrás de ellos, supe el momento exacto que se percataron de nosotros ya que se pusieron tensos al instante. Interesante.

-Toma al de rizos -le susurré a Minho-. Pero no lo lastimes, trátalo con cuidado.

-¿Y que hago con él? ¿Me lo meto en el bolsillo?

-¿Y yo que sé? -me encogí de hombros-. Llevalo al bar, solo necesito unos minutos para conseguir el numero del otro chico.

-Chan va a patearnos el culo por esto. -aseguro antes de adelantarse y tomar al rizado de la cintura, alzándolo. El chico se revolvió como si le hubiesen arrojado agua hirviendo encima pero Minho no parecía perturbado, al contrario, sonreía-. Hey, tranquilo, bambino, no te lastimaré.

-Entonces yo si te lastimaré si no sueltas a mi amigo. -y ahí estaba el pequeño boca floja.

-Siempre es un gusto verte, mio piccolo. -me burle mientras me acercaba.

El chico en los brazos de Minho se quedo quieto mientras el rubio teñido lo arrastraba dentro del bar, sonreí al escuchar a mi amigo gritarle con su acento cuando Ricitos mordió su brazo. Minho realmente no parecía enojado, solo divertido con el chico. Mientras no lo lastimara, estarían bien.

-Dile a tu amigo que suelte a Jisung o...

-¿O que? -sonreí acercándome-. ¿Que me harás si no lo hago?

No dijo nada, su rostro palideció varios tonos mientras miraba sobre mi hombro como si temiera lo que le fuéramos a hacer a su amigo. Era consciente de las historias que se contaban sobre nosotros en las calles pero nunca se me había pasado por la mente que el niño me fuera a tener miedo luego de contestarme como lo había hecho.

-Minho no va a lastimar a tu amigo -aseguré-. Solo está haciendo lo que le pedí.

-¿Y que le pediste? -susurró, su voz había perdido el tinte altanero y eso no me gustaba.

-Que nos dejase solos para poder hablar -me incliné más cerca, como si fuese a decirle un secreto-. Realmente lo único que quiero es meterme en tus pantalones, ¿crees que será posible?

Me alejé y mire su rostro, notando como sus ojos comenzaban a arder. Tuve que reprimir la sonrisa al ver como toda esa altanería que creí perdida por un segundo regresaba multiplicada.

-¡Ni en un millón de años, gigolo barato! -chilló-. Devuélveme a mi amigo o te pateo las pelotas, imbécil.

-Wow, wow, wow -levanté las manos frente a mi, intentando apaciguarlo cuando por dentro solo tenia ganas de reír-. ¿Porque tanta violencia...? Mira, ni siquiera sé tu nombre.

Sus ojos se estrecharon, mirándome como si estuviese midiéndome-. Felix. -soltó finalmente.

-Felix, me gusta. Mi nombre es Hyunjin -no pareció importarle realmente por lo que intenté otra cosa-. ¿Me darás tu numero o me harás rogar por él?

-¿Acabas de secuestrar a mi amigo para obtener mi número? -chilló indignado-. Eres más imbécil de lo que pensaba.

-Pues gracias, siempre me gusta superar las expectativas.

-Mira, Hyenjun -

-Hyunjin -corregí.

-Me da lo mismo -me clavó su dedito en el pecho, poniéndole énfasis a sus palabras-. No me acostaré contigo, no voy a darte mi numero y si puedo, voy a evitar hablar contigo o siquiera mirarte. Ahora, devuélveme a mi amigo y olvídate de que existo.

-Mmm -me mordí el labio, poniendo las manos dentro de los bolsillo de mi jean antes de inclinarme para que nuestros ojos estuviesen a la misma altura-. Eso no va a poder ser, mío piccolo.

-Por que te quiero y no voy a detenerme hasta tenerte gimiendo mi nombre debajo de mi mientras te envisto. -sonreí al ver un escalofrió recorrer su cuerpo. Al parecer el pequeño bocón no era tan inmune a las relaciones como quería hacer parecer.

-Me han dicho cosas peores pero por lo general es después de tener sexo -chasquee la lengua-. Te estás adelantando a los hechos, mio piccolo.

-Púdrete.

-Puedes ser más original que eso.

-¿Por que no pones tu celular en modo vibrador y te lo metes en el...? -tape su boca con mi mano, sacudiendo la cabeza.

-No digas malas palabras, amore mío, o tendré que lavar tu linda boquita con jabón.

-¿Terminaste ahí? -la voz de Minho traspasó el aire-. El niño va a dejarme sin dedos si sigue mordiéndome.

-¡Jódete! -no pude evitar reír ante la mueca de satisfacción en el rostro de Jisung, al parecer el niño era una real polvorita.

-Dame tu número y te devuelvo a tu amigo. -propuse. Negó con la cabeza-. Tenemos toda la noche para estar aquí, en cambio tú, seguro tienes un horario para llegar a casa.

-Esto es chantaje.

-Yo no dije que jugara limpio. -saque mi teléfono y lo coloque en su mano-. Tu número, ahora.

Dirigiéndome una mirada fulminante, tecleo rápidamente antes de devolvérmelo-. Ya está, ahora dile a tu amigo que suelte a Jisung.

-Hey, no tan rápido -marcando la tecla de llamar, escuché con una sonrisa como la operadora me decía que el numero había sido mal ingresado. Elevé una ceja hacia él antes de poner el teléfono nuevamente en su mano-. Ahora dame el correcto.

-Te odio. -gruño, tecleando con demasiada fuerza sobre la pantalla tactil.

-Me amarás, ya lo veras. -volvió a pasarme el aparato con un gesto brusco y esta vez cuando apreté el botón de llamada una música clásica provino de su mochila. Abriéndola, saco un teléfono con estrellitas colgando y lo puso frente a mi rostro.

-¿Contento?

-No sabes cuanto. -sonreí. Haciéndole un gesto a Minho, le pedí que soltara al niño de rizos quien se adelanto rápidamente hacia su amigo-. Nos vemos por ahí, Felix

-Gigolo apestoso, burdo y barato. -murmuró mientras se volteaba y comenzaba a alejarse de nosotros.

Viéndolo alejarse, no pude alejar la sonrisa de mi rostro. Esto iba a ser una de las cosas más divertidas que había hecho.


🍂 ᴺᵒˢ ˡᵉᵉᵐᵒˢ ˡᵘᵉᵍᵒ 🍂


ㅡ B Y B Y

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro