Capítulo Quince
SooBin bostezó. La película que pasaba en la televisión era definitivamente aburrida, pero tampoco es como si le importara tanto.
Cuando despertó, el departamento estaba completamente vacío. Jin se había ido con uno de sus amigos de la infancia a Dios sabe donde, mientras que YeonJun había desaparecido.
Minutos después, escuchó la puerta abrirse y Choi se dignó a entrar al departamento con muchas piñas en una bolsa de tela, mientras que la otra estaba llena de comida instantánea.
El menor volteó a mirarlo, notando como YeonJun dejaba las bolsas en la puerta de la cocina, restregándose el rostro con las manos como si estuviera frustrado.
La curiosidad definitivamente lo mató.
ㅡ¿Pasa algo?ㅡYeonJun cruzó miradas con él cuando le dirigió la palabra.
ㅡNo.ㅡrespondió, tomando una piña que ya estaba pelada y yendo a la cocina para cortarla en pedazos pequeños.ㅡ¿Quieres una?
SooBin negó, dirigiendo de nuevo su vista a la pantalla y sintiendo como un tiempo luego el mayor se sentaba a su lado.
Ambos no se habían dirigido la palabra luego del incidente, solo se tiraban miradas confundidas y no tenían ni idea de que hacer o como actuar. Soo bajó la mirada, viendo como su pierna desnuda estaba junta a la de YeonJun, e inmediatamente se alejó un poco.
El olor a piña llegó a sus fosas nasales, recordando de pronto lo que había hablado con Kai ese día.
"ㅡEl semen sabe bien si la persona come frutas y lleva una dieta saludable, ¡Y es dulce cuando comen piña!ㅡKai dio saltitos emocionado.ㅡNo sé que tan cierto sea, pero usted debería comprobarlo, hyung."
SooBin soltó una risa avergonzada al recordar eso, Huening llegaba a ser una persona que daba miedo, para luego hablar sin cuidado sobre su nueva información descubierta.
YeonJun frunció el ceño confundido, tratando de ignorar la risa tímida del menor.
ㅡYeonJun hyung.ㅡEl mencionado hizo un sonido para que siguiera hablando.
SooBin bajó del sillón, arrodillándose frente el mayor de golpe y asustándolo.
ㅡ¿SooBin?ㅡmurmuró, captando rápido lo que iba a hacer.ㅡNo, levántate.
ㅡSolo una vez.
ㅡNo, SooBin.ㅡYeonJun dejó el plato en la mesa central, tomando al menor de los hombros.ㅡDeja de hacer estas cosas como si fuera lo más normal del mundo.
ㅡEs normal.
ㅡNo, Soo.ㅡYeonJun se levantó, cargando al menor y sentándolo de nuevo en el sillón.ㅡUna cosa es que trates de seducirme visualmente y otra que lo hagas de forma física.
SooBin hizo un sonido de frustración, desviando la mirada cuando presintió que el mayor iba a empezar a darle su típica charla de por qué debería ser menos desvergonzado respecto a las cosas sexuales.
ㅡNo puedes venir y darme una mamada gratis.ㅡDijo YeonJun.
ㅡTe puedo cobrar.
ㅡ¿Hablas en serio?ㅡsoltó un bufido, pasándose las manos por el cabello.ㅡTe estoy regañando, deja de hacer bromas.
SooBin se lamió los labios, mordiéndose el inferior para evitar reírse. A Choi le fue inevitable no sentirse extraño con aquella acción.
Ambos se miraron, YeonJun serio, controlando sus emociones, y SooBin con una pequeña sonrisa burlona, sabiendo perfectamente lo que causaba en el mayor.
El hambre quemaba en ambos, y fue casi inevitable para YeonJun no acercarse lenta y disimuladamente al rostro del menor, notando como aquella pequeña sonrisa era cambiada por una mueca de timidez.
ㅡEsto está mal.
ㅡ¿Me dices eso cuando estamos a segundos de besarnos y luego de haber querido darme una mamada?
ㅡEs que... tú eres novio de Jin.
ㅡSiempre lo fui.ㅡYeonJun puso una mano en el respaldo del sofá para mantener el equilibrio, acorralando al menor.
SooBin se mantuvo en silencio.
Él quería besar a YeonJun.
Dios, él se moría por hacerlo. Quería que el mayor lo tomara y lo embriagara en un beso, que sus lenguas pudieran jugar de forma sucia y que la molesta ropa fuera quitada.
Que Choi lo follara. Tal vez sonaba fuerte y nada romántico, pero es lo que SooBin quería ahora más que nunca.
Necesitaba que lo volteara y que lo obligue a ponerse en cuatro, que lo penetrara con fuerza y profundidad a tal grado que sus piernas tiemblen y se vea obligado a pegar el rostro en la almohada por la gran excitación que de seguro sentiría, gemir el nombre de YeonJun fuerte sin tener miedo a que alguien los escuche.
ㅡSolo nos estábamos mirando y te pusiste caliente.ㅡle ronroneó el mayor en el oído.
¿Cuando fue que se ubicó encima de él?
ㅡNo lo estoy.
ㅡEstas duro, se te nota.
ㅡNo molestes.ㅡgruñó el menor.
ㅡSiéntate en mí.
El estómago de Soo se oprimió, y se avergonzó al darse cuenta que no pensó ni un segundo antes de empujar al mayor al sillón y terminar sentado encima de él, con las largas piernas rodeándolo y su cuerpo pidiendo a gritos que repitieran lo mismo que la otra noche.
¿Porqué estaba tan necesitado?
Un celular comenzó a sonar, y SooBin soltó un bufido desesperado. Estaba ansioso, y sintiendo el bulto en los pantalones de YeonJun, podía asegurar que él también.
El mayor tomó el teléfono de forma rápida, contestando.
ㅡYeonJunnie, ¿puedes prepararle algo de cenar a Soo? Kookie quiere que me quede a dormir con los chicos. Ya sabes, pijamadas.
ㅡSí, sí.ㅡrespondió, acariciando la una de las piernas del menor.
ㅡOh, está bien. Puedes darle leche del refrigerador, caliéntala porque sino se enfermará.
ㅡClaro.
ㅡAdiós, te quiero.
ㅡAdiós.
Apenas la llamada terminó, YeonJun se dio el lujo de dejar el celular a un lado, sonriendo de manera gatuna al menor.
ㅡ¿Quieres tomar leche?ㅡle murmuró, lamiendo luego el suave cuello del menor, quien mantenía su rostro rojo de la excitación.
ㅡ¿Puedo?
Apenas Choi asintió, Soo bajó de sus piernas, apresurándose a abrir los pantalones del mayor como si fuera un niño buscando una paleta.
Se lamió los labios cuando tuvo disponibilidad de su chupete, y con una mirada pidiendo permiso, se lo metió a la boca. Tal como sus inocentes escenas donde comía plátanos, pero que eran eróticas desde el punto de vista de otras personas con mente sucia.
ㅡ¿Cómo puedes hacer algo vulgar y al siguiente día seguir actuando como el típico niño inocente que no hizo nada?ㅡmurmuró YeonJun con su voz agitándose poco a poco.
Soo dejó libre el miembro de su mayor, sonriendo tímidamente ante aquellas palabras.
ㅡ¿Cómo puedes dormir sabiendo lo que hacemos a espaldas de mi hermano?
Yeon tomó el cabello del menor de manera que no sea tan tosca, recibiendo una mirada juguetona de Soo. Eso es lo que quería aquel niño, querían que sean brutos con él, que lo marcaran.
Ambos se miraron por pocos segundos, donde YeonJun se preguntaba qué diablos tenía aquel niño para volverlo así, para sacarlo de sus casillas, y donde SooBin daba pequeñas lamidas de forma distraída al miembro del mayor, sin perder de vista sus ojos.
Y tal como la otra vez, ambos se satisficieron.
YeonJun se sentía más que satisfecho con la caliente boca del menor.
Y SooBin se sentía más que satisfecho al sentir las manos del mayor en su cabello obligándolo a ser más rápido, escuchar sus gemidos guturales y verlo perder otra batalla más ante él.
Era más que satisfactorio ser la persona que saque a YeonJun de sus casillas.
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