Capítulo 7
- Debería haber sabido que su feo trasero querría celebrar un aniversario -siseé mientras me abotonaba la camisa y me gelificaba el cabello hacia atrás.
Yoongi siempre quiso abrazar cada momento importante de la historia que tuvo con Tae Hyung y me parece impactante porque antes no quería tener nada que ver con personas como Kim Tae Hyung.
Ahora, mira al hombre como si un arcoíris saliera de su trasero todos los días.
Me molestó un poco porque yo quería ese mismo tipo de amor.
Quería que alguien me mirara como si yo fuera la cosa más increíble que les había pasado.
Lo quería todo, pero parecía que eso nunca sucedería.
- ¿Listo?
Me volví hacia la voz que había hablado desde mi puerta y me puse rígido al ver al diablo parado allí.
- Sí -murmuré en respuesta, sin saber qué decir.
Me había hecho sexo oral y me gustó, plenamente consciente de quién me lo hacía.
Era un hombre y un hombre espeluznante, pero me tenía bajo su dominio.
No tuvo que hacer nada porque yo ya estaba envuelto alrededor de su mano.
¡Me asustó hasta la médula porque era del maldito Kim NamJoon de quien estaban hablando!
Me asustó hasta el fondo y era alguien que parecía que no podía tolerarme.
Siempre parecía estar disgustado conmigo y no podía soportar estar en mi presencia.
Lo cual fue bastante desafortunado, porque soy el gran dios y él debería estar agradecido de tenerme como amigo.
Espera.
Después de eso, ¿podríamos seguir siendo amigos?
Definitivamente cruzó la línea y definitivamente estuve de acuerdo con eso porque no lo rechacé.
Me senté y lo dejé hacer lo que quisiera, tomándolo con calma.
Se sentía bien y quería más, lo cual fue vergonzoso para mí admitirlo.
Si era o no gay o heterosexual o qué sé yo, ese sería un tema del que me preocuparía más tarde.
La tarea en cuestión era cómo iba a actuar con NamJoon.
Estaba tan tranquilo y normal.
¿Lo que me hizo no significó nada para él?
¿Era yo el único que estaba estresado por eso en mi mente?
Probablemente.
- Está bien vamos -me indicó que lo siguiera y agarré mi teléfono, caminando hacia él.
- ¿De quién es el auto que vamos a tomar? -levanté una ceja mientras salía de mi habitación frente a él, bajando las escaleras.
- Mío -respondió y yo asentí.
- ¿Puedo conducir? -pregunté con una brillante sonrisa y él me miró.
- No.
Hice un puchero y llegué al primer piso.
- ¿Pero por qué? Siempre conduces mi auto incluso cuando digo que no puedes -me crucé de brazos y me volví hacia él.
- No -dijo y yo rodé los ojos.
- Bien entonces -me encogí de hombros, caminando hacia la puerta- Le diré a Tae Yang que me lleve a casa y tú puedes ir a casa solo -chasqueé mi lengua y procedí a sacar mi teléfono.
Entonces sentí que algo duro me golpeaba la espalda y sonreí victorioso.
- Tsk, idiota -murmuró y yo le sonreí.
- ¡Gracias NamJoon! -recogí las llaves y salí disparado hacia el coche.
- Sí. No choques mi auto -me siguió, su cabello negro volaba por todas partes.
- ¡Vamos! -chillé emocionado mientras me estacionaba detrás del volante.
- Espero que Tae Hyung me haga un funeral cuando muera -se susurró a sí mismo mientras entraba al auto y cerraba la puerta.
- ¡SÍ! -me reí mientras salía del camino de entrada y nos conducía a nuestra muerte inminente.
[☣︎]
– Bueno, ¿no te ves suave, gatito? –le guiñé un ojo a Yoongi que se había levantado de su asiento para darme un abrazo.
– Y tú te ves repugnante como siempre –me sonrió y yo le hice una mueca, sentándome frente a él y Tae Hyung.
– Yoongi, no deberías hablarle así a tu dios. ¿Qué pasa si muero en este instante y eso fue lo último que me dijiste? –puse mi mano en mi pecho en fingido dolor.
– Nadie se tomaría el tiempo de matarte. Tal acto nos haría llorar a todos –él arrastró las palabras y yo chasqueé la lengua.
– Pensé que me amabas, hombre –me sequé una lágrima falsa cuando NamJoon se sentó a mi lado.
– ¿Es demasiado tarde para enviar las partes de su cuerpo a sus padres? –Yoongi se volvió hacia Kim, quien respondió encogiéndose de hombros.
– Te lo entregaré –le sonrió a Gi, quien asintió afirmativamente.
Me crucé de brazos y los miré a todos.
– Está bien, todos pueden ser así. No me importa –hice un puchero infantil– Pero cuando muera, no digas nada –aparté la mirada cuando el mesero nos entregó nuestros refrescos.
Estábamos en el restaurante en el que Tae Hyung le propuso matrimonio a Yoongi.
Cómo se las arregló para conseguir una reserva de nuevo me supera.
Tenía antojo de camarones alfredo y eso es lo que tenían aquí, así que lo pedí.
NamJoon no cocinaba para mí porque es un idiota.
Puede cocinar tan bien como un maldito chef, pero no quiere cocinar para mí.
Culo de perra.
– No seas dramático, Jimin –me sonrió Tae Hyung– Sabes que todos te amamos.
Él sonrió y descubrí que mi espíritu se elevaba.
– Está bien, Tae Hyung, puedes venir a mi funeral y hablar en mi nombre. El resto de ustedes, campesinos, pueden quedarse en casa –declaré y miré mi teléfono que estaba sonando.
Significaba que tenía un mensaje de texto de alguien.
«Voy en camino. ¿Ya has muerto?» -Tae Yang
Para alguien que decía amarme con todo su corazón, era un imbécil como el resto de ellos.
«No. Soy demasiado sexy para dejar esta tierra.»
Sip.
Eso lo aclarará.
Debería estar feliz de que yo, Park Jimin, también conocido como Sr. Mas Sexy que Tú, sea su rey.
Tae Yang dijo que estaba en camino.
Me reí y ellos se giraron hacia mí.
– Bien –Yoongi asintió hacia mí con una mirada lasciva– Si fueras gay, te enviaría con Tae Yang –me guiñó un ojo y me reí.
– Es atractivo pero es un idiota. ¡¿Pero qué hay del señor Yoongi?! –grité.
– ¿Quieres que el nuevo ship YangMin se estrelle contra el nuestro y se hunda como el maldito Titanic? –Yoongi echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.
– Tae Yang puede ocupar mi lugar –murmuró y Tae Hyung negó con la cabeza.
– Oh Nam, ¿qué piensas de eso?–preguntó y Kim se giró hacia mí, sus ojos en una mirada fulminante.
– No. –fue todo lo que dijo antes de tomar mi teléfono y ponerlo en su bolsillo.
– ¡Oye, bastardo de piedra! –me acerqué a él y lo golpeé en el brazo– ¡Pedazo de mierda, dame mi teléfono!
Intenté meter la mano en su bolsillo, pero me había agarrado las dos muñecas con una mano.
– ¡Kim NamJoon, suéltame en este instante! –grité y él suspiró, mirándome.
– No.
Extendí un pie para patearlo, pero mi espinilla quedó atrapada entre sus piernas.
Era como si estuviéramos jugando un juego de trabalenguas excepto que estábamos sentados.
Mi rostro estaba frente al suyo y mis manos tocaban su piel.
Mi trasero estaba casi encima de sus piernas con lo lejos que me había tirado.
Sus ojos estaban mirando a los míos y luché contra el impulso de tomar aliento ante la vista.
De repente, las imágenes de la noche anterior se habían precipitado en mi mente y me sonrojé, apartando la mirada de él.
– No importa –me alejé de él dentro del destello de un relámpago.
Sus ojos se oscurecieron con cada movimiento que hice y supe que podía decir lo que estaba pensando.
Solo recordar su boca sobre mí y su dedo dentro de mí...
Fue suficiente para hacerme correrme en mis pantalones.
Eso era lo único que había estado en mi mente.
Ha sido lo único en mi mente y quería darme un puñetazo por ello.
¿Cómo se sintió al respecto?
¿Lo hizo solo para joderme la mente?
¿Por qué?
– ¿Estás bien, Minnie? –Yoongi arqueó una ceja en mi dirección y asentí.
– ¿Seguro?
Asentí de nuevo.
No era propio de mí no responder con mi voz, pero no sabía qué decir.
Mi mente estaba pasando por un torbellino debido a la rata bastarda a mi lado.
– Kim... –murmuré para mí mismo, sacudiendo la cabeza.
Me miraba fijamente, sin emociones evidentes en su rostro, pero sabía que estaba pensando lo mismo que yo.
No pudo haber estado borracho ayer.
Parecía completamente sobrio, lo que me hizo perder la cabeza.
¿Por qué me haría algo así?
¿Por qué anticipé más?
¿Por qué me gustó lo que hizo?
Cosas como esta me dieron un vuelco y no tenía idea de cómo salir de él.
– Hombre, no es propio de ti estar tan callado por tanto tiempo. ¿Estás seguro de que no te estás muriendo por dentro? –Tae Hyung murmuró y negué con la cabeza.
Estaba pensando dentro de mi cabeza.
No podía formar oraciones y no podía pensar en nada que decir.
Oh, hola, soy Park Jimin y fui tocado por una bestia llamada Kim NamJoon.
Estoy seguro de que irá muy bien.
Ni siquiera sé lo que está pensando el Sr. Yo Soy Satanás.
¿Lo hizo solo porque no quería desperdiciar agua o lo hizo porque sintió pena por mí?
Me giré y lo miré.
Si sintió lástima por mí, haré que le entreguen su trasero en una caja al cartel mexicano.
Joder, ¿cree que lo es?
Se volvió hacia mí y sus ojos se clavaron en los míos.
Era como si el tiempo se detuviera y fuéramos las únicas cosas en movimiento.
Había un destello de esperanza en sus ojos, pero desapareció con la rapidez.
Me deslicé en mi asiento y observé cómo su mano agarraba la mía.
– ¿Jimin? –murmuró para que solo yo lo escuchara.
– ¿Sí? –respondí sin aliento.
–Lo dije en serio.
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆
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