Park Chaeyoung

Habían pasado alrededor de tres días desde que vi a Jennie Kim, habíamos hablado por teléfono un par de veces y habíamos quedado en vernos esta noche, me sentía bien de saber que mi abuela me había conseguido un trabajo como vendedora de repostería en -obviamente- una repostería, me había colocado unos pantalones rasgados y una simple camisa blanca sin ninguna estampa.

Deje mi cabello suelto, me coloque aquel perfume olor a flores que Jennie me había obsequiado en mi cumpleaños, siempre lo usaba por el simple hecho que a ella le gustaba como me quedaba así que lo hice. Chanyeol estaba en su trabajo ahora mismo, ya que tenia hora nocturna.

Esta noche no tenia planeado estar en la cama de Jennie Kim, ni siquiera lo había llegado a pensar cuando salí de mi casa, con aquellos zapatos negros tipo botines, los amaba al igual que aquel perfume. Trague duro cuando vi a lo lejos la moto de Jennie. Esta vestía con su típica camisa blanca y sus pantalones rasgados. Mi Corazón, como era de esperarse latió fuerte contra mi pecho.

Mis piernas se debilitaron cuando una sonrisa ladeada estaba en su delicado rostro, le sonreí yo también, llegando a su lado y sintiendo sus manos pasar por mis hombros en un cálido abrazo, su perfume era de un olor penetrante y encantador, podía jurar que era uno de los mas magníficos que había visto en mi corta vida. me dejo de nuevo en la posición de antes, alentandome a que subiera, no me rehúse y monte aquella moto de color negro.

La moto se puso en marcha, el aire daba justo en mi cara haciendo que mi cabellera se moviera al compaz del viento, cerré mis ojos sintiendo la sensación de tranquilidad que el viento me daba. Estar al aire libre era uno de mis hobbies favoritos, de hecho, lo hacia cada vez que podía.

Ese día, fuimos a un bar, al comienzo hablamos de las cosas que me habían ocurrido, fue genial charlar y reír por un momento, viendo como me mostraba sus encías y bebía aquella cerveza mientras escuchaba cada una de mis tonterías, todo se sentía tan bien esta noche. Pero todo, absolutamente todo se esfumo cuando sus manos me tomaron de la cintura cuando fuimos a su casa solamente fui para ayudarle a algunas cosas, me prometí no hacer una tontería pero lo hice. Los gemidos se hicieron presentes en el frío cuarto desastroso que tenia ella.

• • •

Esto no podía estar pasando, no ahora, no ahora que estaba en mis mejores momentos se me ocurrió volver a la cama de Kim, no se cuantas veces me reprendí cuando me levante esa mañana y viéndole a ella justo de espalda respirando serenamente. gruñi al ver la gran hora que había pasado. Justo el primer día de mi trabajo había fallado.

Tome rapidamente mis cosas, levantándome y corriendo a tomar las prendas que estaban regadas por la habitación. Creo que fue un momento de frustración pues, gruñi tan fuerte haciendo que Kim se levantara frunciendo el ceño. Ella tenia un sueño profundo y eso hizo que la viera por un momento algo extrañada.

—¿qué pasa? —pregunto somnolienta, pasando sus manos por sus ojos.

—¿qué pasa? Dios mio, no encuentro mi maldita camisa ¿donde la has dejado? —escupí, rodé los ojos cuando se encogió de hombros dándole una mínima importancia.

Mis ojos cayeron justo debajo de su cama, sentí una pequeña sensación de paz a la vez que me arrodillaba y tomaba la prenda que me faltaba, y justo cuando tome eso, un pequeño sostén color negro salio de ahí abajo, haciendo que frunciera el ceño y levantara un poco mi mirada.

Kim estaba texteando.

mierda, mi sangre se hirvió de inmediato, haciendo que me levantara y tomara aquel sostén, estaba tan frustrada ahora mismo que solamente le tire aquello en el rostro, con mucha furia cruzándome de brazos.

—que mier..¿que es esto?

—No lo se, dímelo tú.

—¿El sostén de Suwwong? —rio por lo bajo, mordí mi labio por la manera en que lo habia dicho, ni siquiera intento decirlo con un poco de pena, o alguna angustia. Asentí, sintiéndome al borde del llanto, pero no lo hice, me las trague.

Por que estaba cansada, de esto, de todo. Tome mi camisa y me la coloque. justo cuando iba a salir una mano me lo impidió.

—Sueltame..—exhale, diciendolo con la paz del mundo. Pero hizo caso omiso y me dio media vuelta tirandome contra la puerta, no tan brusco aun así haciendo que mi cabeza y mi paciencia explotara —¿¡Eres sorda o qué mierda!? Te estoy diciendo que me sueltes, maldita estúpida.

—¡¿que mierda te sucede!? No deberías..

—¿De estar celosa? Estas en todo lo contrario, he estado en tu maldita cama después de que hayas traído a otra ¿escuchas lo asqueroso que se escucha? Así me siento, tan..mierda, me hace sentir así, una puta..—ni yo misma me reconocía, me había enojado tanto. Y lo había notado.

—Chaeyoung, te explique lo que signi..

—¿Me quieres, Kim? —espete de pronto, viendo como sus ojos se movían hacia mi con algo dentro de aquellos ojos. Por un momento pensé que, que ella me vería con otros ojos, pero no.

—Como una amiga, claro que lo hago. Nena, no se cuantas veces tendre que decirlo.

—¿Solo como una amiga? ¿solo para follarme? —, no dijo nada. Desvío su mirada muy lejos de mi rostro. —Dime ahora, si al menos te gusto, si me quieres. Si tú...

—Sí

Era en este momento en que se me detendría el corazón, cuando lloraría y nos besáramos. Pero reí incrédulamente en su cara, quitando bruscamente su cuerpo hacia atrás y viendo su rostro de confusión, algo dentro de mi vio algo mas allá que una simple chica sin corazón.

—Lo siento, Kim, no puedo seguir con esto. —le dije, cerrando la puerta detrás de mi y caminando muy lejos de aquel apartamento.

Pasaron alrededor de tres horas, había llegado a casa hace treinta minutos, pero no entre y llore justo ahí, en la acera de mi casa y sintiendo cada parte de mi cuerpo vibrar con fuerza, estaba llorando, pero estas lágrimas no sólo eran por Kim, sabia lo que pasaría después de esto, mi abuela se enojaría y Chanyeol me discriminaría toda mi puta vida.