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El día transcurrió sin ningún tipo de inconvenientes, la pareja de pelinegros se pasaron el rato explorando la ciudad.

Taehyung realmente estaba disfrutando la compañía de Hwasa, era la primera vez que tenía la oportunidad de pasar tiempo a solas con ella, ya comprendía por qué tanto Jungkook como Namjoon la querían de forma tan especial.

Era una persona muy divertida, tenía carácter y era fácil hablar con ella, el aura que le rodeaba transmitía confianza.

Aparte la chica era una gran guía turística, le había llevado al jardín de las Tullerías y luego al Museo d'Orsay, después habían visitado todas las tiendas de moda que según la pelinegra, eran sus favoritas.

Luego de tanto ajetreo, tomando de taxi en taxi y caminando de aquí para allá de tienda en tienda, ambos decidieron detenerse en una de las cafeterías del centro comercial en el cual se encontraban. Decidieron pedir té helado y tarta de albaricoque.

—¿Te ha gustado lo que has visto hasta ahora? —preguntó Hwasa en tono amable. Taehyung asintió con una sonrisa en el rostro.

—Esta ciudad es preciosa... tanta historia y cultura... todo es tan diferente, me encanta —comentó aún con la misma sonrisa.

—Entonces creo que mi trabajo de guía turístico ha sido todo un éxito —respondió la chica imitando la sonrisa.

—Me alegra que hayas sido tú mi guía —dijo Taehyung—. De verdad me gustaría poder llegar a ser considerado como un amigo para ti.

—Ya lo eres, eres la persona a quien Jungkook ama, además, en lo poco que he compartido contigo me he dado cuenta de que eres un gran chico, estoy segura de que tu y Jungkook serán muy felices juntos, y yo espero poder estar ahí para ser testigo de esa felicidad —las palabras de la pelinegra sonaron sinceras a oídos de Taehyung.

Sabía que Hwasa era alguien en quien podía confiar, no sabía por qué pero la sinceridad en los ojos de aquella chica, le habían dado confianza desde que se conocieron. Sin esperarlo cierto nombre cruzó por la mente de Taehyung. Hwasa estaba aquí con él en París, lo que significaba que Seokjin y Namjoon se encontraban completamente solos en Corea.

La lengua de Taehyung empezó a picar, se moría por comentar algo respecto a ese asunto... ¿Qué pensaría Hwasa?

—Esto... Hwasa...

—¿Si? —dijo ella dándole un sorbo a su té helado.

—¿Tú sientes algo por Namjoon? ¿Realmente no te molesta en lo más mínimo que esté con Jin? —aquellas preguntas salieron algo apresuradas de la boca del menor. Hwasa sonrió ladina.

—¿Te preocupas por tu amigo, cierto?

—No es... Yo sólo...

—Lo sé... ¿Cómo te lo explico? Yo quiero muchísimo a Namjoon, él, Jungkook y yo crecimos juntos... cuando estábamos en la universidad, mi familia atravesó por un momento muy difícil, de repente prácticamente nos vimos sin un centavo en los bolsillos... en ese entonces mi madre creyó que un matrimonio arreglado sería una buena opción... Así que ahí estaba yo, con tan sólo diecinueve años apunto de casarme con un socio de mi padre que me doblaba la edad.

—¿Cómo? Pero yo pensaba que...

—Namjoon me salvó —le interrumpió la chica con algo de nostalgia—. Dijo que sólo él podía ser mi esposo, su padre se asoció con él mío y gracias al capital aportado por el grupo Kim, la empresa de mi familia pudo volver a flote... teníamos la idea de divorciarnos después de un tiempo pero... simplemente nos acostumbramos a estar juntos, yo nunca me opuse a que él estuviera con alguien más, él hizo lo mismo conmigo... Y durante años hemos vivido así, nunca ha representado ningún problema... Tú... Tú lo que quieres saber es si Namjoon se divorciaría de mi para estar con Seokjin, ¿O me equivoco? —Taehyung negó ante la interrogante de la mayor.

—No te equivocas... Yo veo como Seokjin cambia cuando está con Namjoon, le gusta... pero también está confundido, puedo notar la preocupación en él... además tú... ¿Estás con alguien verdad? Ese chico... el mismo que estuvo con nosotros en el club la otra noche.

—Te refieres a Mino —habló Hwasa en tono afirmativo—. Lo conocí gracias a Kook hace unos años, él está al tanto del tipo de relación que tengo con Namjoon... Y, si... sé lo que piensas y tienes razón, mi relación con Mino es un tanto complicada, siempre lo ha sido, pero él es muy importante para mi... No tienes que preocuparte Taehyung, de todas formas lo que Namjoon y yo tenemos debe llegar a su fin en algún punto —la chica habló en tono suave, melancólica pero intentando sonar afable.

—Gracias por contarme tu historia... Tu y Namjoon tienen suerte de tenerse —dijo el pelinegro con una pequeña sonrisa.

—Lo considero como mi familia... siempre ha sido como una especie de protector, Seokjin es muy afortunado al haberse enamorado de alguien como él.

—¿Y Namjoon...?

—Le quiere... No me lo ha dicho pero yo le conozco como a la palma de mi mano, realmente lo quiere.

—Me encantaría qu... —las palabras de Taehyung se vieron interrumpidas, más adelante pudo ver a alguien.

Una chica, estaba de espaldas, pero su larga cabellera negra se le hacía tan familiar, su tez blanca y silueta delgada.

No puede ser posible...

—¿Taehyung?

Tiene que ser una maldita broma...

—Taehyung ¿Pasa algo? —Hwasa intentaba llamar su atención pero Taehyung sólo tenía ojos para la joven parada de espaldas.

No, no, no... ¡¿Acaso me estoy volviendo loco?!

El ceño de Taehyung se frunció tanto que a sus cejas no les faltó mucho para juntarse, su corazón se aceleró, le faltaba el aire.

De pronto otra chica se acercó, le sonrió a la joven de espaldas y le dio un corto abrazo. Se dieron la vuelta y empezaron a caminar platicando alegremente, pasaron justo al lado de su mesa, Taehyung les siguió con la mirada en cada paso.

—¡Hey! Taehyung, estás pálido ¿Qué pasa? —volvió a preguntar Hwasa preocupada.

Taehyung le miró y luego suspiró frustrado, frotándose el rostro con ambas manos. ¿Podía decirle a ella? Necesitaba hablar con alguien, simplemente sacarlo de su sistema.

—¿Puedo contarte algo y que quede entre nosotros? —preguntó el pelinegro dubitativo, luego de unos minutos de total silencio.

—Claro, lo que quieras —respondió la mayor.

—No quiero que lo comentes con nadie... —Hwasa asintió esta vez frunciendo el ceño—. Yo... Me siento perseguido, observado... desde hace un par de semanas... Y no sé si me estoy volviendo loco pero... primero en la calle me encontré con Hani, me miraba fijamente desde el otro lado, se veía tétrica, la perdí de vista un segundo y desapareció... luego en casa de Jungkook... te juro que ella estaba ahí, mirándonos desde la puerta... pero cuando me distraje para encender la luz se esfumó, bajé a la sala de estar pero no había nadie, suena loco lo sé pero yo sé lo que vi... ahora, la chica de antes, creí que podría ser ella...

—¿No se lo has dicho a Jungkook?

—¡No! Y tú tampoco lo harás.

—Taehyung, esa tipa es una perra loca, quiso matarte empujándote por unas escaleras ¿Lo olvidas?

—No lo hago, pero no quiero causar más problemas... simplemente voy a dejarlo estar, terminará tarde o temprano —habló Taehyung, evidentemente poco convencido de sus propias palabras.

—Jungkook debería saber... él podría poner uno de sus hombres de seguridad para que te vigilara, nunca está demás prevenir —está vez Hwasa se expresó con total seriedad.

—Él va a exagerarlo todo, le conozco y no quiero eso, ya está bueno de tanta mierda —el menor sonó exasperado—. No quiero más problemas... Me prometiste que no dirías nada, estoy confiando en ti.

La pelinegra frunció el ceño, pero en ese punto Taehyung tenía razón, le había prometido no contar nada.

—Bien... pero tienes que cuidarte... a la primera señal de que algo raro esté pasando, iré con Jungkook y cantaré como un canario, le contaré todo —dijo ella.

—De acuerdo —dijo Taehyung, suspirando, aún con la frustración danzando en sus facciones.

La pelinegra asintió satisfecha, suavizando su expresión que hasta ese momento se había mantenido totalmente seria.

•••••

Chung Ha se encontraba en su casa, específicamente su habitación. Aquella noche tenía intenciones de irse a dormir temprano, desde hacía mucho que no tenía la oportunidad de hacerlo, se merecía el descanso.

Su móvil empezó a sonar, anunciando una llamada entrante.

El nombre de "Jiho" brillaba en la pantalla.

—¿Hola?

—Buenas noches muñeca, acabo de enviarte toda la información que me pediste por Email, y te pido disculpas por haber tardado tanto, las cosas aquí en la comisaría han estado de locos, el equipo apenas y da para basto —respondió la voz masculina al otro lado de la línea.

La rubia inmediatamente tomó su ordenador portátil y abrió su correo, confirmando en efecto, que Jiho le había enviado algo.

—Muchas gracias, Zico, te debo una —respondió la chica.

—De nada mi amor, me puedes pagar aceptando salir conmigo... —Chung Ha puso los ojos en blanco pero sonrió.

—Si por supuesto cariño, sigue soñando, es gratis... Cuídate y gracias de nuevo.

—Tú también, nos vemos luego, preciosa.

Luego de colgar la chica rió por el apodo.

Jiho era un buen amigo y detective en el departamento de Policía, y no uno cualquiera, era de los mejores.

Volvió a ver la pantalla con el mensaje sin abrir. Jungkook le había dicho que ya no era necesario que siguiera investigando.

Pero le daba curiosidad, ya que la información estaba ahí ¿Por qué no leerla?

Descargó el archivo adjunto y empezó a leer.

Luego de un par de páginas su ceño se frunció.

Trastorno disocial de la personalidad del grupo B.

¿Esa chica estaba enferma? Eso explicaba por qué había ido a ese hospital psiquiátrico.

Choi Minho.

Había una foto de un hombre muy atractivo, al parecer su doctor desde que tenía dieciséis años, justamente el mismo año en que su madre murió.

Fue diagnosticada a los dieciocho años y desde entonces se ha mantenido bajo medicación.

—Me imagino que Jungkook no está al tanto de esto —dijo Chung Ha para sí misma—. Tengo que mostrarle esto en cuanto vuelva... dijo que ya no tendría relación con esa chica pero... quizás quiera saber.

Siguió leyendo, página tras página, hasta que se terminó todo el folleto.

—Siempre supe que había algo raro con esa chica... 

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