Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

40

—¿Por qué se irán por tan poco tiempo? —preguntó Seokjin sentado en el sofá, mientras veía a su pelinegro amigo sacar montones de ropa del closet—. Tres días es poco...

—No son vacaciones Jin, Jungkook tiene trabajo —respondió Taehyung.

—Si... Pero podrían tomarse un par de días más luego de que él terminara con todos los negocios... ¡Es París! ¡La ciudad del amor! —el castaño dijo las últimas frases con un fracasado intento de acento francés. El pelinegro empezó a reír.

—Deja de decir estupideces... —comentó el pelinegro aún riendo.

—Yo sólo decía —dijo Seokjin encogiéndose de hombros, restándole importancia—. Me alegra saber que no me equivoqué con Jungkook, te veo feliz.

—Lo estoy... —respondió Taehyung—. Siento que todo está encajando como se debe en mi vida nuevamente... Es genial.

—Me siento feliz por ti... —comentó Seokjin, Taehyung dejó la ropa a un lado y tomó siento a orillas del colchón.

—¿Sabes que es lo único que falta para completar mi felicidad? —preguntó Taehyung con una sonrisa pícara.

—¿Qué?

—Que aceptes de una vez por todas que Namjoon te trae loco y dejes de tratar de esconder la relación o lo que sea que tengan ustedes dos —Seokjin miró al menor con la boca abierta, Taehyung alzó las cejas—. ¿Qué? Sé perfectamente que te lo comes cada vez que puedes y que si lo tienen en secreto es por petición tuya, porque a él no le importaría gritar a los cuatro vientos que te tiene a su lado... ¿Creías que no me daría cuenta? Kook me lo contó absolutamente todo, bueno... No directamente, pero escuché mientras hablaba con Namjoon... —Seokjin iba a comentar algo pero el pelinegro no le dejó—. Y no me vengas con la estupidez de que es por Hwasa, sabemos de sobra que a ella no le importa, sin mencionar que ya está con otro tipo.

—¿Estás esperando una disculpa por no haberte contado antes verdad? —preguntó el castaño.

—La verdad si, no estaría mal, tomando en cuenta que soy tu mejor amigo.

—Lo siento... —suspiró—. Es sólo que pensé que se me pasaría el enamoramiento y que Namjoon encontraría a alguien más para pasar el rato... Pero no ha pasado ni lo uno ni lo otro...

—No tiene por qué pasar...

—Es que... todo sería más fácil sin el notable anillo de bodas en su dedo...

—Pero no siempre será así... Kook me explicó que fue un compromiso por conveniencia... La familia de Hwasa pudo recuperarse económicamente tras el matrimonio... Pero eso fue hace más de siete años, si quisieran divorciarse ahora, podrían hacerlo perfectamente y no afectaría en nada.

—No puedo creer que ahora seas defensor de amores imposibles —dijo Seokjin. Taehyung puso los ojos en blanco.

—En este caso no defiendo lo imposible, sino lo estúpidamente evidente... Espero que en los días que no estaré hagas algo al respecto.

—Deberías concentrarte en ti y en Jungkook... Se supone que él vendrá por ti en un par de horas y tu maleta sigue vacía —el castaño habló señalando la pila de ropa que había sobre la cama, al lado de la maleta abierta, aún sin nada en su interior.

—Eso es, Jinnie.... sigue evadiendo el tema —comentó el pelinegro poniéndose de pie y volviendo al closet—. Sigue evadiendolo todo...

•••••

Para cuando ambos llegaron a suelo francés, la noche vieja cubría el paisaje. Pasada la media noche, el cielo estrellado y la deslumbrante luna menguante adornaban la ciudad de París.

—Bienvenido al The peninsula Hotel —habló Jungkook cuando el taxi se detuvo frente al edificio de un lujoso hotel.

—Es... impresionante —respondió Taehyung con una sonrisa, observando el imponente y gran edificio que se alzaba frente a sus ojos en su máximo esplendor.

—Lo es... siempre me hospedo aquí cada vez que vengo a París... cuando estemos en nuestra suite te darás cuenta por qué.

Ambos se adentraron en el edificio, llevando sus respectivos equipajes. Si aquel hotel era increíble por fuera, por dentro era todo un sueño, solamente el techo por si mismo era una obra de arte, de un blanco perfecto, con candelabros de cristal colgando de él.

Taehyung observó embelesado como Jungkook interactuaba con el chico de la recepción, con un perfecto y fluido francés. El pelinegro no pudo evitar encontrarlo sexy.

Apuesto a que sonaría jodidamente bien si me hablara en francés mientras me folla rudo contr...

El menor soltó una risa y se sonrojó un poco ante el rumbo que estaban tomando sus pensamientos. Tal hecho no pasó desapercibido para el azabache.

En cuanto Jungkook recibió la llave de la suite en la cuál se quedarían, ambos se dirigieron al ascensor, Taehyung se permitió hablar en cuanto las puertas metálicas se cerraron.

—¿Vienes aquí con mucha frecuencia?

—Mas o menos... París es de mis ciudades favoritas en todo el mundo... —respondió el azabache.

—Dominas muy bien el francés...

—C'est juste... Douceur —respondió Jungkook, Taehyung sonrió para luego fruncir el ceño ligeramente.

—Espero que eso no haya sido un insulto... —comentó en tono de broma.

—Oh, no lo fue —Jungkook imitó su sonrisa.

Cuando el ascensor se detuvo en el piso correspondiente y sus puertas se abrieron, la pareja salió de éste y se encaminaron a la habitación.

Aquella suite era maravillosa, eso y todos los sinónimos que le siguieran a la palabra.

Los muebles eran grises, tenía una zona de bar, balcón, la habitación era enorme con una cama matrimonial en el centro cubierta por sábanas azul marino, las cortinas eran blancas y grises, y el cuarto de baño era igual de increíble, con mosaicos tan perfectamente pulidos que podías ver tu reflejo.

—Ya entiendo por qué te gusta hospedarte aquí... —dijo Taehyung, dejando su maleta a un lado de la cama, para luego dejarse caer sobre las sábanas de la misma—. Esta habitación es preciosa.

—No —Jungkook negó con la cabeza mientras sonreía ligeramente—. No es por eso que me gusta quedarme aquí... ven.

El azabache tendió su mano hasta el menor, éste la sujetó y con su ayuda se puso de pie.

Jungkook guió al pelinegro a través de la habitación hasta el balcón, abrió las puertas y salió aún sujetando al menor de la mano.

Inmediatamente la brisa fría les golpeó.

—Por esto es que me gusta venir a este hotel —dijo Jungkook señalando hacia el frente, Taehyung miró en la misma dirección y un jadeo se escapó de entre sus labios.

—Es... la Torre Eiffel...

—¿No es hermosa? Este hotel es famoso por tener vista directa a la torre, por eso me gusta —explicó el azabache.

—Lo es... es hermosa... para nada como en la películas, es aún mejor —habló Taehyung con una sonrisa.

—Sabía que te iba a gustar —comentó el mayor, se acercó al pelinegro quien ya se había acercado al barandal, con la vista perdida en el brillante paisaje, le abrazó por detrás y dejó un beso sobre su oreja.

—Gracias por esto.

—No, yo te doy las gracias a ti por estar aquí a mi lado —respondió el azabache ejerciendo más fuerza en su abrazo.

Escondió su rostro en el hueco del cuello del menor y repartió besos en aquella zona, Taehyung levantó una mano posandola en los cabellos Jungkook, enredando sus dedos entre ellos.

Gimió cuando el azabache le propinó una mordida, tembló cuando su húmeda lengua recorrió su piel. La mano de Jungkook descendió lentamente hasta posarse en el cierre del pantalón que Taehyung traía puesto, lo abrió y su mano entró traviesa, tocando el miembro ajeno que ya empezaba a despertar, por encima de la tela del boxer. Taehyung no se molestó en callar el gemido que salió necesitado de entre sus labios.

—¿No quieres volver a la habitación? —preguntó el pelinegro entre suspiros.

—¿Para qué? Estamos muy bien justo aquí... —sacó su mano de los pantalones del pelinegro y le obligó a darse la vuelta.

En cuanto lo hizo buscó su boca y se adueñó de ella, Taehyung separó los labios, recibiendo gustoso la lengua contraria que se moría por enredarse con la suya, y así lo hizo.

—Vamos... a la cama... —dijo el menor entre besos.

—No necesitamos la cama —respondió el azabache separándose un poco. Deslizó la chaqueta del menor por sus hombros—. Levanta los brazos... —Taehyung lo hizo y se vió siendo despojado de su camisa.

Jadeó en cuanto la brisa fría acarició su pálida piel, un escalofrío recorrió su columna vertebral, un gemido se escapó de su garganta cuando Jungkook se acercó a él y posó sus labios en su hombro desnudo, y no se apartó hasta que quedó una marca rojiza en aquella zona.

—Tienes razón... —habló el menor jadeante—. No necesitamos la cama...

Mandando al retrete todo rastro de sentido común y preso de la excitación, el menor se abalanzó sobre el azabache, nuevamente en busca de sus labios.

Dando inicio a un desesperado y necesitado beso, cargado del inmenso deseo que sentían el uno por el otro.

•••••

C'est juste... Douceur - Así es, dulzura.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro