36
Jungkook le propinó una fuerte patada a las puertas en cuanto llegó justo después de que se cerraran.
Pero no tenía tiempo que perder, no iba a dejar que Taehyung se fuera malinterpretando todo. Corrió hasta las escaleras y bajó por ellas como si estuviera escapando de un incendio. Bajó los escalones de tres en tres, sus pulmones quemaban, necesitaba recobrar oxígeno, pero más necesitaba a Taehyung así que ignoró la fatiga y continuó bajando a gran velocidad.
Taehyung salió disparado del ascensor, su cuerpo dolía, cada paso le costaba pero no iba a detenerse. Necesitaba salir de allí, no quería estar en aquel lugar, la imagen que había visto minutos atrás, se repetía en su cabeza como una película de terror.
Jungkook besando a Hani... se besaron... ellos... ¡POR LOS MIL DEMONIOS, SE ESTABAN BESANDO!
Taehyung quiso gritar, el pecho le dolía, más bien, lo que en verdad dolía era su corazón dentro de este. Era un dolor mucho peor que el que sentía en sus músculos.
—¡Taehyung!
Jungkook observó como el pelinegro salía apresuradamente del edificio. Corrió con todas sus fuerzas. Taehyung era rápido, pero en la condición en la que estaba no pudo ser lo suficientemente rápido. Jungkook le alcanzó a unos pocos metros de la salida.
Rápidamente se puso delante del pelinegro, impidiendo que este avanzara más. Respiró como pez fuera del agua, y poco a poco su respiración se fue regulando.
—Déjame explicarte, por favor —pidió el azabache, intentó acercarse al menor pero éste retrocedió.
—Lo menos que quiero escuchar ahora son tus explicaciones, Jungkook... lo que vi fue más que suficiente... ¿Te puedes apartar del camino? Quiero irme —Taehyung habló con voz temblorosa, parpadeando varias veces, en un intento de que las lágrimas no volvieran a salir.
—No... —Jungkook negó con la cabeza—. No dejaré que te marches, no así... primero vas a escucharme.
—¡No quiero! —le gritó Taehyung a la cara—. ¡No sé que pensar en estos momentos!... Me sentía tan mal... tan... tan culpable... yo sólo quería verte, estar contigo para poder sentir un poco de paz... ¿Pero qué fue lo que obtuve? ¡La estabas besando, Jungkook!
—¡Ella me besó a mi, yo no quería!
—¡PERO SI VI COMO TE INCLINABAS HACIA ELLA, MALDITA SEA! —el pelinegro gritó a todo pulmón, esta vez sin poder contener las lágrimas—. ¿Siquiera imaginas cuanto me dolió aquella imagen? Yo estaba muy mal... estoy muy mal... sólo puedo pensar en ese pobre bebé... una criatura inocente que murió por nada... Y que quizás yo pude haberlo evitado pero no lo hice... ¿Entiendes la magnitud del asunto, Jungkook? Hoy... hoy quizás perdiste a tu primer hijo... Y yo pude haberlo evitado pero no lo hice... sólo necesitaba que me abrazaras y me besaras y me dijeras que todo estaba bien... Pero no fue a mí a quien besaste... fue a ella... —el rostro tan dolido de Taehyung puso un peso sobre el azabache a tal grado que le dolía respirar, el pelinegro le miraba con el ceño fruncido, y múltiples lágrimas bajando por sus rojas mejillas a cada segundo.
—Yo no la besé, fue ella quien me besó a mi y ni siquiera correspondí... todo fue un malentendido, fue un error... Por favor.... Taehyung... Dulzura, tienes que creerme —Jungkook estaba empezando a desesperarse, sentía en ese momento como si Taehyung le estuviese dejando y el no pudiera hacer nada al respecto—. Soy un tonto... un estúpido, un imbécil, lo sé... pero por favor... te lo suplico... créeme... —intentó tomar la mano libre del pelinegro pero éste no le dejó, retrocediendo un par de pasos.
—No me toques... —susurró el menor, aún con lágrimas en los ojos, al parecer las mismas se negaban a desaparecer—. Sólo quítate de en medio... quiero irme... —Taehyung intentó avanzar pero el azabache le impidió hacerlo.
—No Taehyung... vamos a algún lado para hablar con más calma ¿Si? Te lo suplico... Por favor... No puedes... —Jungkook habló esta vez con voz lastimera, casi rota, intentó volver a acercarse al pelinegro, esta vez con intenciones de acariciar su mejilla, pero su mano fue apartada bruscamente.
—Necesito pensar... Sólo ¡Solo! ¡¿Qué parte no entiendes?! ¡No quiero verte, no quiero escucharte, no quiero que me toques! ¡NO QUIERO NADA!
—¿Qué es lo que tengo que hacer, eh? ¡DIME! —ahora la mirada del azabache también se notaba cristalizada, una lágrima solitaria se atrevió a bajar por su pálida mejilla.
—¡¿POR QUÉ NO TE MUERES Y DESAPARECES DE MI VIDA?! —gritó Taehyung mientras un sollozo escapaba de su garganta. La verdad no había meditado en sus palabras antes de pronunciarlas, estaba muy dolido y enfadado como para hacerlo.
—Bien... —dijo Jungkook en voz baja, con un tono tan frío que a Taehyung se le cortó la respiración por un segundo, jamás había visto esa mirada en el mayor.
Sin pensarlo dos veces Jungkook se dio la vuelta y caminó hasta la orilla del asfalto.
—Jung... ¡Jungkook! —le llamó Taehyung.
El azabache dió un par de pasos a la carretera, un camión de carga venía a unos cuantos metros. Taehyung sintió poco a poco como su alma abandonaba su cuerpo, corrió hasta el azabache, con su mano libre sujetó su brazo tirando de él hacia atrás, ambos cayeron al suelo, justo a orillas de la calle. Con la respiración agitada Taehyung observó como el camión pasó justo frente a ellos.
El pelinegro se puso encima del mayor, y golpeó su pecho repetidas veces.
—¡¿ACASO ESTÁS LOCO, IMBÉCIL?! ¡PUDISTE HABER MUERTO! —Taehyung gritó llorando desesperadamente.
—Eso fue lo que me pediste —dijo Jungkook.
—¡Pero no tenías que hacerme caso, joder! ¡A veces digo muchas estupideces! ¡¿Qué haría yo sin ti?! ¡¿Eh, imbécil?!
—Debes entender algo, Taehyung... —Jungkook colocó una mano sobre la mejilla del menor y le acarició suavemente, limpiando sus lágrimas con el pulgar, esta vez Taehyung no le apartó—. Si me dices ven, voy... si me dices salta, salto... si me dices muere... Entonces yo muero... A ese punto llega mi amor por ti... lo descubrí sólo hace unos instantes... cuando vi el dolor en tus ojos y sentí que te perdía... Yo te amo Taehyung, como no tienes idea.
—Yo también te amo... tanto que me asusta... tengo miedo de mis propios sentimientos... —Taehyung se dejó caer completamente sobre el cuerpo del mayor, enterrando el rostro en el hueco de su cuello y permitiéndose llorar un poco más—. Perdóname, Jungkook...
—No... Perdóname tu a mi dulzura... No debí haber dejado que algo así pasara... —abrazó el cuerpo del menor, tratando de no lastimarlo.
Las personas que pasaban por el lugar los miraban extrañados, pero al azabache no le importó, siguió con el menor entre sus brazos, sin que nada rompiera su burbuja.
Yugyeom y Hwasa salieron apresurados del edificio, y se pararon en seco cuando encontraron a la pareja tirada en el suelo, Taehyung abrazado a Jungkook como si fuera un perezoso. Al mismo tiempo, llegaron Namjoon y Seokjin, que miraron la escena confundidos.
Jungkook puso un dedo frente a sus labios, pidiendo con este gesto que no hablaran, luego articuló un silencioso "Les explicaré más tarde" y con la mano hizo un gesto para que se marcharan.
Yugyeom asintió y les pidió en voz muy baja a los demás, que entraran al hospital.
Jungkook bajó la vista al chico entre sus brazos, enterró la nariz en su pelo y aspiró su aroma.
—Te amo Taehyung... nunca dudes de ello —susurró.
•••••
Tristemente, yo soy igual que Jungkook.
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