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—¿No piensas comer? —preguntó el mayor, viendo como su hija no había tocado el desayuno en frente suyo.
—No tengo hambre...
—Estás embarazada, Hani, debes cuidar tu salud... hablaré con el doctor Choi para que me recomiende un buen nutricionista para ti...
—¿Más doctores? —está vez la menor desvió la vista del plato y la fijó en su padre.
—Lo hago por tu bien... No voy a volver a permitir que esto se me salga de las manos... ¿Sabes como me siento? Mi hija embarazada y yo ni me entero... Yo confié en ti... Pero traicionaste esa confianza...
—Yo no traicioné nada... sabes muy bien que Jungkook me ha gustado desde siempre —los ojos de la pelinegra brillaron tristes—. Simplemente pasó...
—Eso no es lo que Jungkook dice, hablé con él ayer y hasta me pidió disculpas, cuando soy yo quien debería hacerlo por tantos problemas que tu le has causado... dime la verdad Hani, ¿Quién es el padre?
—¡Ya lo sabes! ¡Es Jungkook! —gritó con ojos cristalizados.
—¡No mientas!
—¡No lo hago! ¡¿Por qué lo haría?! ¡¿Por qué desconfías de mi de esta forma?! —la joven sollozó, con el rostro bañado en lágrimas—. ¡Eres mi padre! ¡Me duele que pienses así de mi!
El hombre se sintió culpable ante el rostro tan dolido de su hija, su corazón se estrujó ante aquella imagen, pero también conocía a su hija y estaba al tanto de su condición, no podía dejarse manipular.
—Mi intención no es lastimarte, nunca lo ha sido ni nunca lo será, pero no voy a pasar por alto tus irresponsabilidades... de verdad, aunque lo dudo, espero que Jungkook sea el padre de ese niño... de lo contrario vas a asumir las consecuencias —el hombre se puso de pie—. Nos vemos en la cena... —dicho esto salió del comedor dejando sola a la chica, echa una furia.
En cuanto se vió sola se secó las lágrimas y bufó.
—¡Maldita sea! Debo hacer algo... —dijo para si misma—. Jungkook... debo hablar con él y retrasar la dichosa prueba de paternidad... tengo que convencerlo...
Se puso de pie y subió las escaleras apresuradamente, dentro de su habitación cambió sus ropas sencillas por un pantalón negro y una blusa holgada, con intención de que su vientre no fuera tan obvio, incluso si todavía no era de un tamaño considerable.
Tomó su bolso y las llaves de su auto y salió de casa, no sin antes cerciorarse de que su padre ya no estaba.
Unos minutos más tarde ya se encontraba transitando por las calles, con una dirección en mente.
—Más te vale servirme de algo, bebé estúpido... —dijo mientras colocaba una mano en su vientre—. Tendrás que ayudarme con papi...
•••••
Jungkook se inclinó para poder besar al pelinegro, éste rodeó el cuello del azabache con ambos brazos acercándolo más así mismo.
—Mm... Taehyung... debo irme... —dijo el azabache entre besos. El menor sonrió y deshizo su abrazo.
—Eres el hijo del dueño de la compañía... creo que puedes permitirte llegar un poco tarde...
—No me tientes dulzura... No me tientes... —comentó el mayor burlón mientras ajustaba el nudo de su corbata—. ¿Te gustaría pasar por mi oficina a la una? Podríamos almorzar juntos.
—Claro, me parece bien...
—Perfecto, puedes quedarte a dormir más si quieres, la casa es tuya —dijo el azabache, para acto seguido salir de la habitación.
Taehyung salió de la cama y estiró su delgada anatomía. Los siguientes cuarenta minutos le sirvieron para tomar un baño y cambiarse de ropa. Se puso unos jeans rotos y una camiseta blanca que decía "bubblegum bitch" en letras rojas.
En la planta baja de la casa, la puerta fue abierta, todo sumido en silencio.
Una joven ingresó a la casa, recorrió la sala de estar a pasos cautelosos, al notar que no había nadie se encaminó a las escaleras directamente.
Aún era temprano, quizás Jungkook aún no salía para su oficina, pensó ella.
Cruzó el pasillo al final de las escaleras y fue directo a la habitación del azabache, esperando encontrar al mismo dentro de ella, pero su sorpresa fue bastante al encontrar a otra persona al abrir la puerta.
—¿Regresaste por otro beso? —preguntó Taehyung, mientras tendía las sábanas de la cama, creyendo que la puerta había sido abierta por Jungkook.
—¡¿Qué haces tu aquí?! —gritó la pelinegra histérica. Taehyung levantó la vista exaltado.
—Eso debería preguntar yo ¿Qué haces aquí? Si al que quieres es a Jungkook déjame decirte que el no está.
—¡¿Y tú que haces aquí sin él?! ¡¿Acaso ya viven juntos?!
—Aún no, querida —respondió Taehyung, intentando moderar su tono de voz y disimular el creciente enojo dentro de si—. Es que me da pereza volver a mi departamento después de follar así que me quedo aquí... Pero quedarme definitivamente es una posibilidad...
—Deja en paz a Jungkook y sal de mi camino de una vez por todas... —siseó la pelinegra.
—Estoy harto de lo mismo contigo Hani... No te conozco, en realidad, y no me interesa hacerlo... si tienes algo que decir, hazlo, pero a Jungkook, no a mi, no quiero tener nada que ver contigo, te lo dije la primera vez que nos vimos y te lo repito ahora... ¿Ese bebé no es de Jungkook, cierto? ¿Por eso estás tan desesperada? Porque sabes que tu teatrito está llegando a su fin... por lo que he visto Jungkook jamás se ha dejado manipular por ti y creo que nunca lo hará, pero de todas formas puedes intentarlo, no pierdes nada con ello, bueno, quizás la poca dignidad que te queda, si es que te queda alguna... Pero por favor, a mi déjame fuera... ahora si me disculpas ¿Te puedes largar? Como ves Jungkook no está, así que tu presencia está de más.
—¡¿Cómo puedes hablarme así?! ¡La única presencia que está de más es la tuya! —Hani enfurecida se acercó al menor y le tomó por el brazo bruscamente.
—¡Oye! ¡Sueltame! —Taehyung intentó zafarse del agarre de la pelinegra pero no quería utilizar demasiada fuerza, ella estaba embarazada y lo último que él querría sería lastimarla—. ¡Hani, tranquilízate!
La chica siguió forcejeando, arrastrando consigo al pelinegro fuera de la habitación y a través del corredor.
—¡Tú eres el que debe irse! ¡Tu eres el que estorba! —continuó gritando la pelinegra.
—¡Para con esto! ¡Estás embarazada por todos los cielos! ¡Cálmate! —Taehyung logró detenerse justo al pie de las escaleras, sujetó a la chica de los hombros e intentó empujarla para alejarla de sí, y lo logró, la pelinegra retrocedió un par de pasos.
—¡¿Calmarme?! ¡No quiero calmarme! ¡Quiero que desaparezcas de mi vida! —Hani miró las escaleras detrás del pelinegro y luego volvió la vista hacia él—. ¡¿POR QUÉ NO TE MUERES?! ¡DEJA DE ESTORBAR! —no lo pensó demasiado y con todas sus fuerzas empujó a Taehyung, quien no tuvo tiempo de reaccionar, sin embargo, terminó tropezado hacia delante y cayó por las escaleras detrás del pelinegro.
Ambos rodaron hasta llegar al suelo del primer piso.
—Mmm... Maldita sea... ¿Acaso estás loca?... Agh, mi brazo... —se quejó el pelinegro, mordiéndose el labio a causa del dolor que le propinó la caída, principalmente en el brazo izquierdo.
—M... m-e due... duele mucho... —lloriqueó Hani, apenas moviéndose, Taehyung se puso pálido, cuando notó los pantalones de la mayor empapados, y las manchas rojas que ensuciaban el piso.
—Ay no... —Taehyung se acercó a ella con dificultad.
—Mi... bebé... p-por tu culpa... maldito imbécil... —la pelinegra volvió a quejarse, esta vez empezando a llorar.
Taehyung se puso de pie a duras penas, y camino hasta la mesa de centro en donde había un teléfono local y rápidamente marcó el número de emergencias.
—Por favor, necesito una ambulancia... hubo un accidente y hay una chica embarazada, está sangrando mucho... —habló el pelinegro apresuradamente, luego de dar su dirección colgó y volvió hasta donde estaba Hani quien empezaba a perder el conocimiento.
—No... no... —intentó levantarla un poco pero el dolor en su brazo no le dejó—. Mierda... vamos Hani quédate conmigo... No te desmayes... Hani... ¡Hani!
Ya era muy tarde, la pelinegra había quedado totalmente inconsciente.
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