33
En un abrir y cerrar de ojos transcurrieron tres días como si no fueran nada.
Taehyung estaba a punto de iniciar un nuevo semestre, y agradecía que sólo tomaría tres asignaturas dos días a la semana, pues las dos restantes que tocaban para ese semestre ya las había dado gracias a un programa de movilidad estudiantil para el que había sido seleccionado el año pasado.
Y como agradecía haber aceptado ir a aquel programa, gracias a eso tendría prácticamente cinco días libres, días libres que podría utilizar para estar de vez en cuando con su bastardo favorito.
Jungkook.
El nombre apareció en sus pensamientos y no pudo evitar sonreír automáticamente. El azabache se había comportado de forma tan genial en los últimos días y Taehyung no podía estar más contento, ya era hora de que le pasara algo bueno, se lo merecía ¿No?
—¿Puedes dejar de pensar en Jungkook por un segundo y prestarme atención? —preguntó Seokjin cruzándose de brazos, sacando al pelinegro de sus pensamientos.
—¿Eh? No pensaba en Jungkook... sólo recordaba algo... ¿Qué decías? —respondió Taehyung, está vez centrando su atención el chico castaño frente a él.
—Pues la sonrisa idiota que pusiste dio a demostrar todo lo contrario... Pero en fin... Te decía que no sé como sentirme respecto a lo que pasó anoche... es decir, tenía curiosidad por conocer a la esposa de Namjoon pero no me imaginé que sería así...
—Espera... —intervino Taehyung—. ¿Conociste a Hwasa?
—¡Eso es lo que estoy tratando de decirte desde hace rato pero no me prestas atención! —se quejó el castaño.
—Ya, perdona... Tuve la oportunidad de conocerla hace algunos días... es una chica muy cool... Y algo loca... ¿Por qué dices que no era lo que esperabas?
—Pues Namjoon me había contado que tenían una muy buena relación y que ella era una gran persona... Pero a decir verdad yo me la imaginaba como la típica rubia plástica, y es todo lo contrario.
—Y... ¿Cuándo y dónde dices que ocurrió todo esto? —preguntó Taehyung.
—Anoche en el club de Bogum... Yo estaba tomándome unos copas con él y Namjoon apareció de la nada en compañía de Hwasa... Y pues se acercaron a nosotros y todo fluyó como un río... ¡Ella hasta bailó un par de canciones conmigo! Y fue hasta gracioso, ósea, ¿Quién se hace amigo del amante de su esposo? Y luego continué bailando pero con Namjoon y ella se regresó a la barra... Y pues, Namjoon me besó y a ella pareció no importarle en lo más mínimo, pero eso no es todo... apareció un tal Mino, y ella se fue con él, al parecer son muy amigos, pero eso no es lo importante, lo importante es que ella le dijo a Namjoon antes de irse "no me esperes" y él rió como si le hubiera dicho un chiste... eso es todo.
Taehyung alzó las cejas ante la diarrea verbal de su amigo y no pudo evitar reír un poco.
—De todo lo que dijiste... algo llamó mi atención... ¿Te consideras amante de Namjoon?
—Ni siquiera sé si lo que tenemos lleva alguna catalogación... es decir... ¿Su amante? Eso no contaría mucho tomando en cuenta que su esposa lo sabe y le vale un rábano... Nos hemos acostado un par de veces, hemos salido... es genial pasar el tiempo con él...
—Pues si piensas así deberías dejar de lado tus preocupaciones y disfrutar el momento hasta que dure...
—¿Por qué me aconsejas si ese es mi trabajo dentro de esta amistad? —preguntó el castaño un poco más relajado.
—Pues porque el que estudia Psicología soy yo, no tu... Lo digo en serio Jin... Se nota a lenguas que Namjoon te gusta, sólo vive el momento, justo como me decías a mi... Y eso es lo que estoy haciendo con Jungkook y estamos bien a pesar de la situación...
—Me alegra saber que estás bien... que ustedes lo están...
—Estamos más que bien... de hecho esta noche pasaré me quedaré en su casa... —el castaño alzó una ceja.
—¿Ahora hasta duermen juntos?
—Pues dormir, lo que se diga dormir... No... es sólo que de todas formas no sería conveniente volver a mi departamento a muy altas horas de la noche...
—Bien... vamos a pretender que te creo... —dijo Seokjin.
Y ante aquel comentario ambos amigos rieron.
•••••
La pelinegra avanzó por los blancos y pulcros pasillos de aquella clínica, la misma que había visitado por primera vez cuando era apenas una adolescente de dieciséis años, dos años después de la trágica muerte de su madre.
Se detuvo frente a una puerta de madera oscura. No se molestó en tocar la puerta, simplemente entró con desgana, se detuvo unos instantes y observó todo, parcialmente igual a como recordaba de años atrás, paredes de color blanco, baldosas grises, diplomas y reconocimientos colgados en la pared, un escritorio de madera pulida con una placa en una esquina, en la misma se podía leer "Dr. Choi Minho".
La pelinegra tomó asiento frente al escritorio y con voz ruda pronunció.
—Acabemos con esto, doctor, no quiero permanecer aquí más tiempo del necesario —el hombre de cabellos negros, relativamente largos, sonrió discretamente, sin mostrar los dientes, se quitó los anteojos y dejó a un lado la carpeta que leía sólo segundos atrás.
—Es un placer volver a verte Hani, mírate, ya eres toda una mujer —habló el pelinegro con voz calmada y afable—. Hasta vas a ser madre...
—Eso a ti no te importa... ¿Vas a recetarme nuevas pastillas? ¿O le dirás a mi padre que estoy loca?
—¿Has tomado tus medicamentos, Hani? Sabes que te mantendrías bien siempre y cuando los tomaras —comentó el mayor ignorando lo antes dicho por ella.
—Me los tomo... aunque a veces se me olvida... de todas formas no los necesito tanto, estoy perfectamente bien, siempre lo he estado.
—¿Siempre? Si así hubiera sido tu padre no te hubiera traído aquí en primer lugar.
—No me interesa lo que digas tú, yo se como me siento... ¿Vas a recetarme nuevas pastillas cierto? ¿Puedes terminar de una vez? —el pelinegro negó con la cabeza.
—No quiero darte nuevos medicamentos Hani, tampoco quiero que te sientas incómoda ni nada por el estilo, es bueno que sepas que desde ahora vendrás a mi consultorio una vez a la semana, ya he hablado con tu padre y está decidido, y no voy a exigirte nada, ya estás bastante grandesita y sabes que debes tomar tus medicamentos sin falta —la chica frunció el ceño.
—¿Venir aquí? ¿Cada semana? ¡¿Por qué si estoy bien?! ¡No quiero! No hay necesidad de volver a lo mismo...
—Y no pasará... —a pesar del tono alterado de la joven, el hombre seguía con su actitud pausada, completamente en calma—. Tu padre está preocupado, quiere lo mejor para ti... Y yo también, esto no es para presionarte, sólo vendrás aquí para poder hablar, yo te escucharé y te ayudaré... Eso es todo.
—¡No quiero ayuda, ni que me hagan sentir como una loca! —la joven se puso de pie—. Mi padre me obligará a volver, eso es seguro... Pero no crea que logrará algo, no me ayudará porque no necesito ayuda... —se dió la vuelta—. Pase buenas tardes, doctorcito —se encaminó a la puerta, la cuál cerró con brusquedad al salir.
—Sigue tan terca como cuando era niña.... —suspiró el pelinegro.
Volvió a tomar la carpeta que estaba leyendo, un antiguo récord clínico.
Nombre: Ahn Hee Yeon.
Edad: 18 años.
Diagnóstico: Trastorno de la personalidad del grupo B.
Trastorno disocial de la personalidad en menor grado.
•••••
Un trastorno disocial de la personalidad está principalmente caracterizado por un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, el engaño y la manipulación.
Los individuos con este trastorno mienten y engañan con gran facilidad, son narcisistas, engreídos e increíblemente manipuladores, pueden hasta llegar a fingir una enfermedad, actúan sin medir las consecuencias y siempre justifican sus actos, pueden mostrar mucho encanto superficial con el fin de engañar y obtener provecho o placer personal.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro