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3

—Este es el amigo del que te había hablado —dijo Seokjin presentando a Taehyung.

—Es un placer —respondió un chico de cabellos castaños—. Bogum, aunque creo que ya nos habíamos visto hace un tiempo.

—Me alegra volver a verte — respondió Taehyung.

—Pues, Seokjin me dijo que estás buscando un empleo y casualmente yo estoy buscando un barman, ¿Qué dices?

—Pues antes necesito saber algunas cosas...

—Por supuesto que él acepta — dijo Seokjin interrumpiendo a su amigo—. ¿Cuándo puede empezar?

—¡Seokjin!

—Pues el club abre en una hora, si no hay ningún inconveniente podrías empezar hoy mismo — dijo Bogum.

—¿Es en serio? —preguntó Taehyung un tanto incrédulo.

—¡Vamos sólo prueba por esta noche a ver que tal —suspiró
Taehyung.

—Bien Bogum, acepto el trabajo.

•••••

La noche calló sobre Seúl, cubriendo la ciudad con un cielo estrellado.

La noche apenas empezaba para Jeon Jungkook quien sonreía de manera malévola ante el hombre que con desesperación se arrodillaba frente a él.

—Yo... prometo que saldaré mi deuda pero necesito más tiempo...

—Tal vez podría pagar si no gastara cada mísero centavo en alcohol —dijo el azabache entre dientes.

—Yo... yo...

—Escuche señor Kim, no soy alguien de mucha paciencia, la empresa de mi padre ya ha hecho mucho por usted, demasiado diría yo... Así que ya es hora de las retribuciones.

—En este momento yo no e-estoy en una buena posición... p-pero ¡Prometo que...

—¡Basta de promesas, señor Kim! —le interrumpió Jungkook—. Quiero hechos, ósea dinero.

—Creo que... en un par de semanas...

—Vamos a hacer algo, señor Kim... ¿Por qué no contacta a su hijo? Según he escuchado está en una buena posición económica, él podría ayudarlo, ¿Cierto?

—Yo... No he hablado con mi hijo desde hace un par de años — admitió el hombre bajando la mirada con expresión triste—. Así que creo que esa no es una opción.

—¿No es una opción? ¿Y por qué no mejor envio a un par de mis hombres a que le rompan las piernas a su hijo? —dicho esto Min Jae levantó la vista viendo al más joven con temor—. ¿Acaso esa tampoco es una opción, señor Kim?

—Usted no puede acercarse a mi hijo...

—¡Ahaha! —rió el menor con burla, secando una lágrima falsa de su ojo—. Usted no me conoce, Señor Kim... Quiero mi dinero, contacte con su hijo, estoy seguro de que él me puede ser de beneficio más que usted —pasó junto al mayor en dirección a la puerta—. Recuerde que mi paciencia es limitada, señor Kim —dicho esto salió de la habitación.

•••••

El hombre de cabellos marrones entró al lugar atestado de personas que bailaban al ritmo de la música, la pista estaba apuntó de reventar.

Rápidamente se salió del tumulto de gente y empezó a escanear todo el lugar con la mirada, en busca de cierta cabellera castaña.

Encontró a la misma a lo lejos, pudo ver a su hermano sentado en uno de los sillones de cuero conversando alegremente con una chica. Emprendió el paso hasta ellos.

—Buenas noches hermanito —dijo Jungkook—. Y sobre todo para ti, si que son buenas —le dio una rápida mirada a la chica que yacía sentada cerca, muy cerca del castaño.

—Ni que lo digas —bromeó el castaño—. ¿A qué debo el honor de tener al gran Jungkook en mi humilde club?

—Solo vine por unos tragos... Y por lo que la noche pueda ofrecer —comentó pícaro.

—La barra es tuya —dijo sin más el castaño.

El azabache sólo asintió y les dio la espalda con intenciones de ir hacia la barra.

Su plan para conseguir Kim Taehyung ya había empezado, ahora sólo debía esperar, sabía que su padre contactaría con él, era sólo cuestión de tiempo.

Mientras tanto por esa noche se tomaría un par de tragos y encontraría un bonito culo para descargar todo el estrés que la empresa le había generado esa semana.

Sus pensamientos se congelaron dentro de su cabeza cuando, llegando a la barra pudo distinguir una cabellera negra de mechas verdes. No pudo evitar sonreír como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

¡¿Qué mierda hacía Kim Taehyung trabajando en el club de su hermano?!

La verdad eso no le era realmente importante, lo que si importaba era que lo tenía ahí frente suyo, sólo a unos cuantos pasos. Eso sí que era tener suerte.

No dudó en apresurar el paso y tomar asiento en uno de los taburetes.

—Vodka, en las rocas —el joven pelinegro simplemente asintió sin siquiera dedicarle una mirada, Jungkook sonrió, no le había reconocido aún—. Y de preferencia que esta vez no vaya directo a mi cara —dijo elevando un poco la voz.

El joven detrás de la barra se detuvo en seco y rápidamente alzó la vista.

—¡¿Qué haces tu aquí?! —Taehyung no podía creerlo. ¡Era el adonis-malditamente sexy-arrogante-hijodeputa-del restaurante!

—Hasta donde sé, este es un lugar público —respondió el azabache con simpleza.

—Aquí está su trago —dijo el menor colocando un vaso en frente del azabache, frunció el ceño y se alejó, fingiendo que organizaba unas botellas.

¿Qué mierda hace él aquí?

Se preguntó una y otra vez dentro de su cabeza.

Giró su rostro un par de centímetros para poder ver al mayor, y se percató de que este también lo observaba ¡Mierda!

Era más guapo de lo que recordaba, su cabello de un tono castaño ahora se veía más oscuro, y sin traje de negocios se veía más atractivo... Taehyung sacudió la cabeza ¿Qué demonios estaba pensando?

Fue a atender otro cliente al otro extremo de la barra. Debía tranquilizarse, no iba a perder otro trabajo, no por ese imbécil nuevamente.

Jungkook llamó la atención de Taehyung y a éste no le quedó más remedio que atender al llamado del mayor.

—¿En qué le puedo ayudar? —preguntó de manera seca.

—Uhu pero que serio... —comentó burlón—. Veo que no tuviste problemas para encontrar otro trabajo...

—Ese no es un asunto que le importe... ¿Va a ordenar algo más o es necesario repetir la historia?

—No quiero problemas, lindura—comentó Jungkook restándole importancia al asunto—. No veo por qué alterarse.

—Yo no estoy alterado... ¡Y eso a usted no le importa! —dijo Taehyung con la voz en un tono más alto del debido.

—¿Sabes? Creo que hacerte perder todos tus empleos sería un buen pasa tiempo...

—¿Por qué es tan hijo de puta? Ni siquiera nos conocemos —dijo Taehyung con el ceño fruncido.

—Oh, te equivocas Taehyung, yo te conozco mucho mas de lo que te imaginas —el pelinegro suspiró derrotado.

—Le propongo un trato.

—¿Trato?

—Si... Usted me deja hacer mi trabajo y yo pretenderé ser invisible, no nos causaremos problemas mutuamente... Usted evita otra bebida en su rostro y yo evito otro despido y todos contentos.

—Te propongo algo mejor —dijo el mayor dando el último trago a su bebida—. Acepta que te invite una copa y yo prometo no hacer nada para que te despidan.

Taehyung lo miró con la boca abierta ¿Una invitación? ¿Pero quien se cree que es?

—¿Disculpe?

—No te queda más opción que aceptar, lindura —dijo Jungkook en tono arrogante, y al final de cuentas, tenía razón. El ceño fruncido de Taehyung sólo demostraba molestia, suspiró rendido.

—Está bien... Sólo déjeme trabajar en paz.

—¿Cuánto te queda de turno?

—Un par de horas más.

—Bien lindura, estaré esperando por ti.

Jungkook se puso de pie y antes de alejarse le guiñó un ojo, a lo que Taehyung respondió con una mueca de enojo.

El mayor mentiría si dijera que no se estaba divirtiendo. Ahora que sabía que el menor trabaja en el club de su hermano le sería más fácil llegar a él, ahora sólo le tocaba esperar a que el padre del chico hiciera lo suyo.

—Esto va a ser muy entretenido... —dijo el azabache para sí mismo, con esa sonrisa arrogante y malévola que por lo general no abandonaba sus labios.

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