Acarició suavemente su mejilla, luego su mentón y su labio inferior, de forma lenta y delicada. Con la punta de los dedos recorrió el rostro del pelinegro con parsimonia, como si de una pieza de porcelana se tratase.

Éste abrió los ojos despacio, parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la luz de la habitación e inmediatamente sonrió, mostrando sus lindos ojitos entrecerrados.

Joder... ¿Cómo se puede ser tan lindo?

Jungkook se hizo la misma pregunta una y otra vez mientras observaba al menor a su lado.

—¿Qué tanto miras? —preguntó Taehyung, un tanto burlón pero somnoliento aún.

—Eres el ser más hermoso que he visto en toda mi existencia —respondió Jungkook.

Y no habló en tono de broma, no hubo ni un solo atisbo de picardía en su mirada, tampoco una sonrisa adornando sus labios. Sólo fue sincero. Pura y apabullante sinceridad. Tanta que las mejillas del menor se tiñeron de carmesí. Un carmesí tan intenso que se extendió por todo su rostro. Simplemente no supo que responder.

—¿No... No deberíamos volver? —preguntó el pelinegro, en un evidente y brusco intento por cambiar el tema.

Se incorporó alejándose de los brazos del azabache y se sentó a orillas de la cama.

—Si de mi dependiera, no... me encantaría pasar el resto del día contigo... Pero el contrato ya no existe, no puedo obligarte a nada, si quieres irte te llevaré a tu departamento, tu decides.

—¿Por qué lo hiciste? El contrato... Aún tenías una semana a tu favor.

—Sólo era un papel, un juego... Tu ya no eres un juego para mi, no pienso obligarte a nada nunca más —el azabache también se incorporó y se acercó al menor—. Quiero estar contigo y que tu también lo quieras, sin reglas ni obligaciones de por medio.

—No Jungkook... tu y yo no podemos... ya conoces mi opinión acerca de todo esto, Hani e...

—Hani nada —le interrumpió el mayor, tomando el rostro del pelinegro entre sus manos—. Ella miente y lo demostraré... Tú sólo confía en mi, dulzura.

—No quiero hacerme falsas ilusiones, Jungkook —dijo Taehyung tomando las manos del mayor entre las suyas y luego apartandolas de su rostro—. Cuando realices una prueba de paternidad... Sólo entonces podremos decidir, de lo contrario todo está más que claro aquí.

—¿Eso quiere decir que si me darás una oportunidad cuando todo esto se resuelva?

—Significa que deseo con toda mi alma que al final... seas tú quien tenga la razón.

Jungkook le miró con un pequeño brillo de esperanza danzando en sus ojos, una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Se inclinó para besar al menor, un beso que fue correspondido.

•••••

El hombre entró a la habitación que le pertenecía, todo exactamente como lo había dejado. Puso su maleta a un lado de la cama y se dispuso a despojarse de las piezas de ropa que cubrían su bien cuidada figura, que aún cargando el paso de los años, no tenía nada que envidiar de la juventud, su cabello oscuro apenas asaltado por unas pocas hebras blancas, ojos castaños rodeados por arrugas que se asentuaban por su fría expresión, siempre seria e inescrutable.

Necesitaba un baño de agua caliente, el viaje había sido bastante estresante.

Empezó por el saco, luego la corbata, los botones de su camisa...

La puerta de la habitación fue abierta.

—Hasta que al fin regresas —dijo Eunbin avanzando hacia el hombre—. Te llamé varias veces esta semana pero no contestaste.

—Estaba muy ocupado, se presentaron algunos inconvenientes de los cuales yo me tuve que hacer cargo —respondió el pelinegro con un atisbo de fastidio en la voz—. ¿Qué era tan importante?

—Pues tu hijo, Jungkook se está volviendo loco ¡¿Sabes lo que hizo?! Embarazó a Hani y no se atreve a asumir su responsabilidad, no quiere casarse con ella —la mujer habló con una mezcla de enfado y desesperación.

—¿Hani? Su padre no me ha dicho nada —respondió el mayor con el ceño fruncido.

—Según ella me ha contado no se ha atrevido a decirle nada a su padre, pero su vientre empieza a crecer, pronto no podrá seguir ocultándolo... Pero antes de que eso pase Jungkook tendrá que casarse con ella, no permitiré que esto se vuelva un escándalo ¡¿Te imaginas los titulares en la presa?!

El pelinegro tuvo que hacer uso de gran parte de su autocontrol para no poner los ojos en blanco, levantó su mano, logrando con esto que Eunbin hiciera silencio.

—¿Por qué dices que Jungkook no quiere hacerse responsable? Él no me ha contado nada en lo absoluto.

—Insiste en que ese bebé no es suyo... ¡Pero yo sé que lo dice para evadir la responsabilidad! Una chica tan educada e inocente como Hani no mentiría, ell... —el pelinegro dejó escapar una carcajada interrumpiendo las quejas de su mujer.

—¿Inocente? ¿Sabes desde hace cuanto se ha estado cogiendo a tu hijo? ¿Quién puede asegurar que no hace lo mismo con quien sabe cuántos más? Esa niñita es de todo menos inocente, sólo la quieres porque sería la nuera perfecta para ti, toda plástica y manipulable —el hombre empezó a caminar en dirección a la puerta.

—¡¿A dónde crees que vas?!

—A uno de los baños para invitados, no pienso quedarme aquí escuchando tus barrabasadas... Y, por supuesto que hablaré con Jungkook, escucharé lo que tenga que decir respecto a esto... Pero será mañana, estoy exhausto —abrió la puerta.

—Espe... ¡Oye! ¡Yugyeom, no he terminado de hablar contigo! ¡Yugyeom! —la mujer se había quedado sola en la habitación.

El mayor escuchó los gritos de su mujer perfectamente, pero sólo suspiró ignorandolos.

Avanzó apresurado por el pasillo, quizás también se quedaría a dormir en una de las habitaciones de invitados, no tenía ánimos para discutir.

—¡Yugyeom! —su nombre pronunciado por una voz ya muy conocida para él, detuvo sus pasos. Se dio la vuelta y una sonrisa adornó su rostro.

—Madre... —correspondió el abrazo que le brindó la señora.

—¿Por qué no avisaste que vendrías? Te hubiera preparado el almuerzo.

—No hace falta mamá... oye... ¿Puedo preguntarte algo?

—¿Sobre Jungkook?

—Apenas me acabo de enterar de todo —comentó el menor dejando escapar un suspiro de cansancio—. ¿Me acompañas a la habitación?

La mayor asintió. Terminaron de recorrer lo restante del pasillo en silencio, entraron a una de las puertas laterales.

—Te diré que ese bebé no es de Jungkook, esa chica Hani está mintiendo, sólo está montando un teatro haciéndose la víctima —dijo la señora en tono serio.

—Hablaré con él mañana...

—Él está sufriendo mucho con todo esto... ¿Sabías que está enamorado? —está vez Jisoo mostró una pequeña sonrisa.

—¿Enamorado? ¿Jungkook? —devolvió el pelinegro con incredulidad.

—Si, de un chico.

—¿Un... chico? —esta vez alzó las cejas con sorpresa.

—Si, un chico precioso y muy simpático, deberías ver como los ojos de Jungkook se iluminan con sólo hablar de él... con todo este asunto del embarazo el chico no quiere seguir con Jungkook, el pobre está devastado, ayer tuve que pasar la noche en su departamento...

—¿Cómo es que paso tanto mientras yo no estuve? Apenas fueron dos semanas.

—Pues si... la verdad es que han sucedido muchas cosas... deberías conocer a ese chico, su nombre es Kim Taehyung, es una ternurita.

—¿Ter... ternurita? —el menor negó con la cabeza divertido—. Ahora si que estoy interesado... necesito hablar con Jungkook.

—Por favor hazlo, no permitiré que la arpía de tu esposa le arruine la vida de esa forma.

—Mamá, te he pedido varias veces que no la llames así —dijo el pelinegro acercándose a ella.

—¡Es la verdad! Aún no entiendo como un hombre como tú se enamoró de una mujer tan frívola...

—¿Qué te digo? Los polos opuestos se atraen... —dijo lo último dejando un beso sobre la frente de la mayor—. Iré a tomar una ducha.

Se dio la vuelta y caminó hasta el baño para acto seguido encerrarse en el. Jisoo, permaneció de pie, pensativa.

—Di lo que quieras hijo... Tu mujer siempre será una arpía manipuladora...