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22

Jungkook aparcó el auto frente al departamento del pelinegro, bajó a paso lento, se detuvo un momento y observó el cielo, el azul había sido reemplazado por un tenue gris, y nubes negras lo adornaban. Muy irónico, pensó.

Ya se imaginaba la razón por la cual Seokjin le había dicho que viniera a arreglar las cosas, deseaba con todas sus fuerzas que su presentimiento estuviera equivocado, pero muy en el fondo sabía que estaba más que acertado.

Se detuvo frente a la puerta indeciso de si debía tocar o no. Al final simplemente giró el pomo y este cedió, entró en el departamento y cerró la puerta tras su espalda, sin hacer ruido.

La sala de estar estaba vacía, en silencio, supuso que el pelinegro se encontraría en su habitación.

Avanzó por el pasillo y se detuvo frente a la puerta correspondiente a la habitación del menor, esta vez si tocó. Unos momentos después se escuchó un suave "adelante", el azabache suspiró y abrió la puerta para entrar a la habitación, encontrándose con el pelinegro sentado a orillas de su cama. Sus hombros estaban caídos, su semblante gritaba cansancio y sus ojos estaban un poco enrojecidos e hinchados. El azabache lo notó en seguida, había estado llorando.

—Puedo imaginarme lo que sucede... pero guardaré la esperanza de estar equivocado y te dejaré hablar primero... —dijo Jungkook, avanzando un par de pasos hasta el menor.

—¿Cuándo pensabas hablarme de Hani? —Taehyung se puso de pie, encarnado al mayor, aunque quiso sonar fuerte, aquellas palabras salieron de sus labios más lastimeras que otra cosa.

—Lo sabía... —bufó el azabache—. Taehyung, no le hagas caso, es sólo una loca qu...

—¡Está embarazada, Jungkook! —le interrumpió el pelinegro—. Estabas intentando convencerme de tener una relación contigo cuando ya tienes a otra persona esperando un hijo tuyo ¿Cuándo pensabas decírmelo?

—¡Ella miente! Ese bebé no es mío, te lo juro, Taehyung... Si, unos días antes de que formaramos el contrato me acosté con ella, pero usé protección, y no, no ocurrió ningún tipo de accidente, ella dice que estaba muy borracho para recordar algo coherente pero no es así, estoy totalmente seguro de eso, después no volví a estár con ella... Desde que llegaste tú no he estado con nadie más...

—¿Me estás diciendo que ni siquiera estabas sobrio?

—Confía en mí Taehyung, ese niño no es mío...

—¿Confiar en ti? Sólo puedo confiar en la realidad... Ese bebé es tuyo hasta que se demuestre lo contrario.

—Y así será, voy a solicitar una prueba de paternidad... sólo tenemos que esperar a que Hani tenga dieciséis semanas de embarazo, mientras tanto...

—Mientras tanto puedes seguir ilusionandome con algo que nunca podrá ser... —le interrumpió el menor—. No Jungkook, no quiero eso...

—Eso no pasará dulzura... te lo aseguro —el azabache se acercó a Taehyung y tomó su rostro entre sus manos—. Esa prueba saldrá negativa...

—¿Y si no es así? ¿Qué? Yo me quedaré a un lado.

—No... No me importa... Si yo no tuviera razón... y ese bebé fuera mío, de todas formas yo seguiría eligiendote a ti.

—Las cosas no son así Jungkook —Taehyung posó sus manos sobre las del mayor, las acarició un poco antes de apartarlas de su rostro—. Yo jamás me perdonaría que ese niño creciera pensando que nunca fue deseado... que no le importa a su padre, no me lo perdonaría.

—¿Y si te perdonarías hacernos esto?

—Pues si, me sería menos doloroso... Tu no sabes lo que es... irte a la cama cada noche y no poder dormir pensando en la razón del por qué la persona que te dió la vida no te quiere... pensando en qué hiciste mal... Yo si lo sé, porque lo vivía cada noche, aunque sólo era un niño pequeño, esas preguntas llegaban a mi cabeza a cada momento, no me dejaban en paz... Y aunque no lo entendía en ese entonces por ser muy pequeño de igual forma dolía... tanto en ese entonces como ahora, porque me lo sigo preguntando... a pesar del paso del tiempo, esas preguntas siguen asaltando mi mente y sigue siendo tan frustrante como el primer día... —un par de lágrimas bajaron solitarias por las morenas mejillas del pelinegro, su voz se quebró, como la rama seca de un árbol—. Ya no hay nada que yo pueda hacer por mi... tendré que sobrellevarlo hasta el día en que muera, porque no puedo cambiar el pasado... pero ese niño si tiene oportunidad, y yo no seré quien se la quite...

—¿Y yo qué? ¿No importa lo que yo quiera? ¿Qué hay de tu oportunidad? ¡Te estás sacrificando por una mentira!

—¿Pero y si no fuera una mentira? Yo ya he sufrido lo suficiente Jungkook... Ya no me atrevo a arriesgarme... Ya rompieron mi corazón una vez... y fue en un muy mal momento de mi vida... el poco corazón que me queda, no soportaría que lo mismo pasara contigo.

—Admito que cuando te conocí no me importaba nada más que jugar contigo por un buen rato y luego desecharte en cuanto me aburriera... pero ahora... cuando pienso en el futuro, en mi cabeza no aparece una sola imagen sin que tú estés en ella... eres el ser más hermoso que conocido en toda mi jodida existencia... Puede sonar mal... pero no sabes como agradezco que las cosas sucedieran de esta forma... Si tu padre no hubiera quedado en quiebra, yo jamás hubiera comprado su empresa... Si aquella noche tu no me hubieras lanzado aquella copa de vino, quizás no estarías aquí... Si no hubiera sido por la deuda de tu padre, no estarías frente a mi ahora... Las cosas pasan por una razón Taehyung...

—Tu mismo lo has dicho —le interrumpió el menor—. Quizás nuestro destino era sólo conocernos, no algo más.

—Si así fuera me importa una mierda... el destino se puede ir al infierno, ya me he enamorado de ti y no pienso dejarte ir ¿Sabes desde cuando? Desde la primera vez que te tuve temblando entre mis brazos, desde la primera vez que me dedicaste una sonrisa sincera, desde el día en que fuimos a la playa, y tus ojos se iluminaron al ver el mar... brillaban tanto que parecían dos estrellas, desde esa noche tus besos fueron diferentes, tus caricias... No sabes lo bien que me hace sentir tener tus manos sobre mi cuerpo... aún tengo marcas de tus uñas en mi espalda, no puedes imaginarte lo que daría porque jamás se borraran... Y sé que quizás te sea difícil creerme... Soy un egoísta, arrogante, pedante y muchas cosas más, al principio no actué de la mejor forma contigo, no entré a tu vida de la mejor manera... pero cree en lo que te digo ahora.

—¿Por qué me lo haces más difícil? —preguntó Taehyung, ya no se molestaba en limpiarse las mejillas, las lágrimas no dejaban de mojar su rostro.

Jungkook tomó la mano del menor y la colocó sobre su pecho. Taehyung sintió bajó su palma el acelerado ritmo cardíaco del mayor.

—Si mis palabras no son suficientes... Esto debería serlo, si no confías en mi entonces hazlo en mi corazón, él jamás latiría así por nadie... Sólo por ti —Taehyung apartó su mano y negó con la cabeza.

—Tu no entiendes... Esto no es sobre ti o sobre mi... ¿Por qué crees que ahora mis sonrisas para ti ya no son forzadas? ¿Por qué crees que ahora me gustan tus besos? ¿Por qué crees que ahora me siento seguro estando entre tus brazos? Claro que creo en tu corazón Jungkook, lo hago porque el mío se siente de la misma forma... Pero eso ya no importa, ni tu... tampoco yo... simplemente no podrá ser.

—Taehyung... Por favor...

—No... En dos semanas terminará el contrato, luego de eso espero que rompas todo contacto conmigo.

—¿Entonces será así? No puedes estar hablando en serio —reprochó el azabache.

—Jamás había hablado tan en serio en mi vida... Deberías irte, ya no tengo nada más que decir.

—Taehyung...

—Vete, por favor... —el pelinegro habló sin mirarlo a los ojos.

—No me pienso ir —respondió Jungkook.

—Bien... Me iré yo entonces —el pelinegro pasó por el lado del azabache y salió de la habitación, segundos después ya se encontraba fuera del departamento, prácticamente había salido corriendo.

Afuera llovía, el agua fría le cubrió sin contemplaciones. No le importó, escuchó como el azabache le llamaba, le ignoró y empezó a caminar a paso rápido.

—¡Taehyung! —Jungkook corrió detrás del pelinegro.

Un par de segundos en el exterior bastaron para que la lluvia le empapara por completo.

Alcanzó al pelinegro, sujetandole de un brazo para detenerlo, le giró rápidamente y se inclinó juntando sus labios.

Taehyung no resistió en lo más mínimo, rodeó el cuello del azabache con sus brazos y se aferró a él, como si la vida se le fuera en ello.

Jungkook le besó con desesperación, intentado decir en aquel beso, todo lo que no sabía decir con palabras. Se separaron rato después, en busca de oxígeno.

—Escúchame bien dulzura... —dijo el azabache—. No me importa lo que digas, resolveré todo esto y una vez que lo haga, no te dejaré ir... —el azabache habló muy cerca de los labios del menor, sus alientos chocaban, la fría lluvia mojaba sus rostros.

—Te pedí que te fueras... —dijo Taehyung, aún aferrado al mayor.

Jungkook volvió a besar sus labios, un fugáz beso que ambos desearon, fuera para siempre.

El azabache se alejó, sin decir nada más, caminó hasta su auto, Taehyung atento a todos sus movimientos, no dejó de verle hasta que éste subió al auto y lo puso en marcha, perdiéndose en la siguiente esquina.

Solo entonces el pelinegro se permitió sollozar a voluntad, con todo el dolor de su alma.

Dejado que sus lágrimasse confundieran con las gotas de lluvia. 

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