
12
—¿Cómo vas? —preguntó Seokjin tomando asiento justo al lado del pelinegro, quien tenía al frente una gran pila de libros junto a su portátil.
A esas horas, los miércoles, la biblioteca de la Universidad estaba prácticamente desierta así que era muy fácil concentrarse para estudiar.
—Muy bien de hecho, ya tengo redactada la entrevista con Kim Hongjoong... pienso que para el viernes podré tener todo listo —respondió Taehyung despegando la vista de la pantalla por unos instantes.
—Bien, aún tengo media hora antes de entrar a mi próxima clase ¿te ayudo en algo?
Taehyung negó varias veces con la cabeza como respuesta a la pregunta del castaño—. Mejor dime ¿Namjoon te trajo directamente hasta acá?
—Oh... pues no, pasamos por algo de desayunar en el café que solemos visitar tu y yo...
—Ya veo... —dijo Taehyung con una pequeña sonrisa ladina, Seokjin frunció el ceño.
—¿Por qué me miras así? No te hagas ideas equivocadas.
—¿Ideas equivocadas? ¿Tanto como el rojo que se instaló en tu cara de estúpido cuando Namjoon besó tu mano esta mañana? ¿Esa también es una idea equivocada? —esta vez el pelinegro miró a su amigo moviendo las cejas de forma sugerente.
—¡Taehyung! —gritó el castaño llamando la atención de la señora que laboraba como bibliotecaria, la misma le reprendió con una mirada de advertencia desde su puesto.
—No grites...
—Pues tu no digas esas cosas... además... creo que Namjoon está casado —comentó el castaño cruzandose de brazos.
—¿Qué? ¿Casado?
—Si, no le pregunté directamente pero vi la sortija en su dedo, ¿Qué más sería si no es de matrimonio?
—No puedes estár seguro si no le preguntaste.
—¿Por qué le preguntaría en primer lugar? Ni siquiera lo conozco y no es como si fuera a verle de nuevo.
—Esa no fue la impresión que tuve...
—No molestes... Es atractivo, demasiado de hecho, lo admito y muy interesante e increíblemente atrayente... pero no me van los hombres casados.
—¿Y si estuvieras equivocado y lo que viste no era un anillo de matrimonio?
—Bueno... —el castaño sonrió un poco y se mordió el labio inferior—. En ese caso no me importaría comérmelo un par de veces.
—¡Lo sabía! —rió Taehyung, Seokjin le acompañó con un par de carcajadas disimuladas.
—De todas formas eso nunca va a pasar... cambiemos el tema ¿Qué tal con Jungkook?
—No me lo menciones —dijo Taehyung poniendo los ojos en blanco y suspirando—. Vendrá a buscarme cuando salga de clases, dijo que esta noche podía usar su despacho para trabajar en el informe.
—¿Sólo van a trabajar en el informe? —preguntó el castaño enarcando una ceja.
—¿No tienes una clase a la cual asistir? No deberías seguir perdiendo el tiempo —respondió el pelinegro de forma evasiva.
—Ok, ok... Nos vemos luego —respondió el castaño poniéndose de pie.
Taehyung volvió a suspirar con pesadez.
•••••
[Ya salí de clases, puedes pasar a recogerme, estoy justo en la entrada]
Bastardo:
[Perfecto lindura, estaré allí en un rato]
Luego de leer la corta respuesta del mayor, Taehyung guardó su móvil dentro del bolsillo de su pantalón y permaneció allí, viendo detenidamente a los autos que transitaban por la concurrida calle.
—Taehyung... hijo, hola —Taehyung volteó al escuchar su nombre ser pronunciado por aquella voz tan familiar. Encontrándose con su progenitor de pie a unos cuantos pasos de distancia, luciendo tan viejo y desgastado como la última vez que le vió.
—Min Jae... ¿Qué necesita esta vez?
—Hablé con el señor Jeon... me dijo que tu te habías hecho cargo de pagar, que ya no tenía que preocuparme por ello...
—Es cierto, desde ahora no tiene por qué volver a contactar conmigo, puede estár tranquilo, señor Kim —Taehyung habló sin ningún tipo de emoción en su rostro, con voz fría.
—¿Cómo... cómo conseguiste esa cantidad tan rápido?
—¿Y acaso eso importa ahora? Su deuda está saldada, sea feliz y vuelva a desaparecer de mi vida como lo ha estado haciendo desde hace catorce años... —los ojos del pelinegro brillaron dolidos, el semblante del mayor se oscureció y sus facciones edurecieron notablemente tensas.
—Tu no eres el único que sufre, Taehyung, ni en aquel entonces ni ahora... Yo también perdí a quienes más amaba, perdí a mi esposa y a mis hijos... No me queda nada, Taehyung...
—¿Y cree que a mi si me queda algo? Me quedé sin hermana... sin madre... sin un padre, cuando no debió de ser así... No cuando tu estuviste ahí.
—No supe como actuar... pero tampoco te víctimises, yo no...
—¡Ja! —con una risa sin humor, el menor interrumpió a su padre—. Incluso en estas circunstancias... incluso después de tantos años... No lo vas a admitir... vas a seguir culpándome... y yo que, por muy iluso que fuera, guardaba la pequeña esperanza... Mmm, no —negó con la cabeza repetidas veces—. Definitivamente no.
—Hijo, no e...
—No diga nada más, señor Kim —le cortó el menor—. Puede irse ahora, y no tiene que molestarse en volver.
El mayor guardó silencio, el pelinegro le dió la espalda y le ignoró.
—Gracias... hijo.
El menor no movió ni un músculo, como si no hubiese escuchado nada, como si el mayor ya no se encontrase allí. Luego de unos instantes de silencio, se dió la vuelta, para descubrir que el mayor ya no estaba.
Limpió la lágrima solitaria que se atrevió a escapar de su ojo derecho y respiró profundo, intentado tranquilizarse, Jungkook pronto llegaría y no quería dar explicaciones ni mucho menos discutir. Ya no estaba de ánimos.
•••••
Taehyung cerró su laptop y se recargó en el asiento. Había avanzado mucho con su trabajo y agradecía que en la últimas horas Jungkook había decidido comportarse y en vez de estorbar le había sido de mucha ayuda igual que en su departamento.
El mayor se había retirado hace unos minutos, alegando que iría por una botella de vino y aún no regresaba.
Taehyung aprovechó sus minutos de soledad y se permitió pasearse por la habitación, los estantes estaban repletos de libros y documentos.
No le sorprendería si el mayor ya se hubiese leído cada página. En muy poco tiempo había logrado darse cuenta de que subestimaba al mayor. Aún siendo un engreído arrogante, era muy inteligente y observador.
También habían unos cuantos retratos en el estante del centro. En la primera fotografía Jungkook estaba vestido con una toga, muy sonriente con una señora de quizás unos setenta años, con sus manos juntas sostenían un diploma.
En la segunda se apreciaba a un Jungkook mucho más joven, quizás de unos quince años, su cabello era oscuro y estaba al lado de Namjoon.
—Y tan inocente que se veía... —murmuró el pelinegro para si mismo.
En la última fotografía estaban Jungkook y Bogum, junto a una bella mujer, idéntica a Jungkook, también había un hombre junto a ella, sus facciones eran más parecidas a las de Bogum.
—Mis padres... —el pelinegro se asustó por la repentina aparición del mayor detrás suyo, pero se calmó al instante.
—Eres idéntico a tu madre... Es muy bella —comentó el menor en tono casual.
—Si, lo es.
—Tu y Namjoon se ven muy apuestos en esta fotografía... —mencionó el menor tomando la fotografía anterior—. Son como unos nerds atléticos, ¿desde cuándo son amigos?
—Nos conocimos en la preparatoria, hemos sido cercanos desde entonces —respondió el mayor, caminando hacia el escritorio para colocar la botella de vino y las dos copas que traía en mano.
—De casualidad ¿Namjoon es casado? —preguntó el pelinegro de la nada. Jungkook alzó las cejas.
—Pues... Es complicado, si está casado... pero sólo por conveniencia, es más un asunto de dinero que otra cosa... ¿Por qué tan interesado de repente.
—Yo no... Seokjin.
—Oh... creí que sólo yo me había dado cuenta.
—No, yo también lo hice... fue demasiado evidente —esta vez el menor habló en tono de broma, ya más relajado.
—Si tu amigo quiere tirarse a Namjoon, dile que puede hacerlo sin remordimientos —comentó el mayor con normalidad, destapando la botella para luego vertir el oscuro líquido de su interior en ambas copas.
—No me refería a...
—En cuanto a nosotros —le interrumpió tendiendole una de las copas—. Dije que me moría de ganas por follarte contra mi escritorio ¿Recuerdas?
Taehyung no supo que responder, más bien, no quiso hacerlo. Sólo se llevó la copa a los labios y se tomó todo el contenido de un gran trago.
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