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O8; IRA

IRA


Quiso volver a juntar sus labios, pero al escuchar una risa ronca se sorprendió separándose rápidamente.
Al voltear ambos se encontraron con Jungkook, que estaba apoyado en el umbral de la puerta mirándolos burlonamente

Jimin se quedó paralizado en su lugar, sin saber qué decir o hacer, mientras sentía como el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento. Goeun se cubrió los labios con las manos, bajándose de la mesada y volteó a ver al rubio deseando que a pesar de que acababa de verlos Jungkook, no pensara que esos besos habían sido otro error porque destrozaría su corazón nuevamente.

—¿Qué les sucede? Parece que han visto un fantasma.

—Jungkook, lo que acabas de ver...

—¿Por qué me das explicaciones? —frunce el ceño—. Lo que hagan no es para nada de mi interés, aunque no sabía que los mejores amigos hacen ese tipo de cosas, pero supongo que tengo un mal concepto.

Se acercó a paso lento con una sonrisa burlona y, Jimin con la respiración pesada volteó a ver a Goeun que lo observaba temerosa. Este negaba con la cabeza llevando la mano a la frente como si estuviese arrepentido, por lo que ella al darse cuenta decidió salir de la cocina corriendo con un nudo en la garganta, porque sabía que iba a volver a suceder. Sabía que el rubio iba a volver a lastimarla, a hacerla sentir una idiota por estar enamorada cuando sólo la veía como su tierna mejor amiga. Él volteó a verla por un momento pensando si debería seguirla y hablar, pero al ver a Jungkook tomando asiento decidió acercarse.

—Deberías seguirla.

—Escúchame, entre ella y yo no hay nada. Somos mejores amigos.

—Oh, ¿ahora los mejores amigos se besan? —ríe cínico—. Los vi y si no llegaba, estoy seguro que ya no iban a ser sólo besos. Deben odiarme por interrumpirlos.

—¡No digas estupideces! —camina de un lado hacia el otro, sintiéndose frustrado al darse cuenta que quizás tiene razón, porque segundos atrás la deseó demasiado.

—¿Estaban practicando para un drama de ella? Si es así, entonces, entenderé perfectamente porqué los encontré en esa situación.

—No. Somos mejores amigos.

—Que mal concepto tienes, Jimin-ssi.

—Escúchame, no le digas a nadie lo que acabas de ver —se acerca a él, mirándolo rogante.

—¿Por qué?

—¡Sólo no lo hagas y ya! —alza la voz frustrado—. Ha sido un puto error.

Jimin sentía que podía volverse un círculo vicioso el beber, desearla, besarla y querer más, por lo que se detestaba demasiado. Se sentía mal al saber que volvió a caer y cuando no estaba siquiera ebrio, porque pensaba con claridad, pero quizás el alcohol intensificó ese deseo que reprimía estando completamente sobrio.
Necesitaba hacer las cosas bien, acabar con lo que sea que estaba pasando con su cabeza antes de que arruinara las cosas, si no era que ya lo había hecho, por lo que una punzada apareció en su pecho.

—¿Un error? —se levanta sorprendido—. ¡Se besaban como si no existiera un mañana! ¡Como si lo hubiesen deseado desde hace mucho tiempo!

—¡Cállate! ¡¿Qué cosas dices, por Dios?!

—Eres un idiota, Park Jimin —espeta molesto para comenzar a caminar hacia la salida, pero el más bajo lo toma del brazo.

—¿Qué rayos pasa contigo, Jungkook?

—No me toques —saca su brazo bruscamente.

—¡¿Qué te sucede?!

—¡Odio a las personas como tú!

—¿Qué?

—¿Por qué tienes miedo de admitir lo que sucede? ¿Le temes a tus sentimientos? —se acerca a él con sus facciones endurecidas.

—No entiendo de qué hablas —suelta una pequeña risa amarga—. ¿Por qué me odias?

—¿Por qué? Porque tú...—lo empuja con su dedo— puedes estar tranquilamente con la persona que amas y ella a ti, la conoces realmente ¡se entienden y se llevan de maravilla! ¡Cuando están juntos son felices! —voltea suspirando—. Pero lo arruinas por miedo. En vez de darte la oportunidad de ser aún más feliz, te autosaboteas porque parece que quieres verte mal y también a ella.

—Estás viendo muchos dramas, Jungkook. ¿De quién estoy enamorado según tú, que pareces conocer más mis sentimientos que yo?

—¡De Goeun! ¡Ambos se aman!

Al escucharlo la sonrisa de Jimin desapareció por completo, mientras se sentía estremecer. Aquello no se le hizo chistoso para nada, al contrario, parecía despertar su molestia porque no quería ni siquiera procesarlo o imaginárselo.

—Cállate —murmura dispuesto a salir de la cocina, pero esta vez Jungkook lo toma del brazo impidiéndoselo.

—¿Vas a atreverte a negarlo?

—No sigas con estas estupideces —advierte conectando sus miradas.

—No son estupideces y lo sabes. Están enamorados el uno del otro...

—¡He dicho que te calles! —lo toma de la camiseta.

—¡No me toques! —Jungkook enfurece empujándolo.

—¡¿Qué rayos hacen?! —el grito de Taehyung, los hace sorprenderse―. ¿Por qué en vez de estar en la fiesta pasándola bien, están aquí peleando como dos ebrios en un bar?

Jimin enfrentó la mirada del pelinegro, tenían la respiración pesada y sentían rabia por lo que sabían que lo mejor era que mantener la distancia, al menos hasta que pudieran tranquilizarse para hablar como lo harían normalmente. El rubio no entendía cómo llegaron a eso cuando habían estado más juntos que antes, disfrutando de la compañía y conversaciones del otro. A pesar que todos notaban lo cambiado que estaba Jungkook, con él no parecía estarlo, pero ahora parecía que se confundió.

El pelinegro soltó una risa amarga negando con la cabeza, mientras pasaba la mano por su frente, para luego voltear y comenzar a caminar hacia la puerta.

—Jungkook...—dice Taehyung, pero este se va—. ¡Jungkook! ¿Qué rayos les pasa, Jimin?

—¡Es un idiota!

—Hey, cálmate —se acerca al verlo caminar de un lado a otro, por lo que apoya la mano en su hombro.

—¡No puedo! ¡No puedo hacerlo!

—¿Qué te sucede?

—Goeun, Jungkook...—suspira—. ¡Mi cabeza es un desastre! —golpea la mesada con la palma de su mano y se cubre rostro.

—¿Qué sucedió con Goeun? —pregunta curioso, pero Jimin no contesta, sólo niega con la cabeza mirando a la nada—. Soy tu mejor amigo, ¿crees que no me he dado cuenta que hay algo que no te ánimas a decirme?

Sentía un nudo atorado en su garganta desde hacía semanas, pero había tratado de reprimirlo para no hacer la situación más real, aún así no sabía cuánto más podía seguir soportándolo. El tener a Taehyung frente a él, estando solos, no lo ayudaba para nada porque necesitaba sus consejos más que nunca, por lo que se convencía que si Goeun pudo hablarlo con Yeji, él podía hacerlo con Taehyung.

—Jimin, vamos...

—Tuve relaciones con Goeun en Francia, ¿contento? —voltea a verlo molesto.

Taehyung al escucharlo abrió los ojos a la par sin poder creérselo, pero luego los cerró por un momento, mientras bajaba la cabeza tomando una bocanada de aire, y recordando todas las situaciones que habían pasado desde que estaban allí. Todo empezaba a tener sentido para él, porque notó la tensión, notó sus miradas, sus nervios y sonrisas más cómplices que antes.

—¿Eso que sucedió, tiene que ver con la pelea que acabas de tener con Jungkook?

—Me vio besándola hace un rato.

—Espera, ¿estás saliendo con ella?

—¡Claro que no! Somos mejores amigos.

—Vas a ser la causa de mi muerte, Jimin —lleva la mano a su pecho.

—Ven, te contaré mejor.

El de cabello rizado abrió el refrigerado sacando cervezas, para luego sentarse a su lado, preparado para escuchar la historia que logró despertar toda su curiosidad. Pues, no se había esperado para nada que algo así sucediera, a pesar de que siempre notó que Goeun estaba perdidamente enamorada de su mejor amigo, pero jamás quiso decir algo al respecto porque estaba seguro de que sólo lograría incomodar a Jimin. Sabía que ella le hacía bien, por lo que no estaba dispuesto a hacer algo que podría alejarlos.













(...)












Goeun estaba sentada en la arena, mirando el mar tranquilamente, mientras sentía la brisa fresca chocar contra su rostro y desacomodar su cabello, lo cual no le importaba para nada. Antes de salir del hotel, Yeji junto a Jin ―que segundos antes habían estado bailando juntos―, trataron de detenerla y saber qué sucedió para que estuviera tan alterada, pero no quiso decir nada al respecto, sólo que necesitaba tomar aire, por lo que se ofrecieron a acompañarla, lo cual no aceptó.

Su vestido estaba sobre las piernas cubriéndolas y los brazos sobre las rodillas, mientras jugaba con sus dedos, tratando de dejar de torturarse con sus pensamientos, pero no podía evitarlo.
No quería volver a esa tensión que los alejaba, no quería volver a tener miedo de que terminara con la amistad y con lo que sea que sucedía entre ellos, no quería volver a desear sus labios sabiendo que a él no le sucedía lo mismo. Temía que todo se haya arruinado y sea su fin.

Detestaba a Jungkook por interrumpirlos, por hacerlos volver a la realidad, lo odiaba por esa risa tan cínica que tenía, por esa mirada burlona y de desagrado que le hacía siempre. Deseabaa más que nunca golpearlo en el rostro y decirle que su desprecio era correspondido, porque no le hacía falta conocerlo como a los demás para saber que era desagradable.

Soltó un suspiro pasándose las manos por el rostro, pero al escuchar unos pasos volteó rápidamente asustada, sintiendo su corazón golpear contra su pecho.
Al ver aquella vestimenta negra y el brazo tatuado, rodó los ojos volviendo a ver hacia el frente porque mirar el mar, la luna, las estrellas, era muchísimo mejor para ella que ver al pelinegro, que sin preguntarle se sentó a su lado provocando que se sorprendiera y se tensara.

—Si vienes a insultarme, a hacerme sentir mal o algo por el estilo, vete —habla molesta sorprendiéndolo.

—Vaya, no me esperaba para nada que fueras capaz de hablarme así.

—Si no te he dicho nada, ha sido porque estaban los demás, pero eso no quiere decir que no sepa cómo defenderme, y que puedes pisotearme cada vez que quieres.

—Me sorprendes, Goeun —suelta una risilla socarrona, y apoya los brazos en las rodillas, poniéndose igual que ella también mirando el mar—. De todos modos, no venía a eso.

—¿Qué quieres entonces, Jungkook? —suspira.

—Lo siento.

Goeun no pudo evitar sorprenderse al escucharlo, por lo que giró la cabeza a verlo y este sonrió un poco sin quitar la mirada del mar.

—¿En serio estás disculpándote?

—Sí. Me he descargado contigo, lo cual no es para nada justo, porque no me has hecho absolutamente nada y ni siquiera nos conocemos —hace una mueca—. Quizás me he portado como...como un idiota.

—Hobi dice que no sólo te comportas como un idiota conmigo.

—Es cierto —la observa y asiente con la cabeza, juntando los labios en una fina línea por un momento—. Lo he hecho con él, y ahora quizás lo haya hecho con Jimin.

—¿Por qué lo haces? —frunce el ceño mirándolo con curiosidad.

—Estoy molesto con todo el mundo —admite y observa el cielo—. Y no sólo con ellos, también conmigo.

—Jungkook...

—Siento como la ira que tengo instalada en mi pecho va extendiéndose por todo mi cuerpo. Por más que quiero tener el control, a veces, se vuelve tan insoportable que quiero mandar a la mierda todo y es allí cuando reacciono como un idiota —suspira—. Y mientras más pasan los días, siento que puedo acabar con todo lo que tengo en mis manos.

—¿Por qué me dices ésto a mí? —indaga curiosa.

Jungkook sonríe un poco de costado, girando su cabeza para verla..

—No lo sé. En este momento, siento fácil hablarlo contigo, quizás es el hecho de que no te conozco, o quizás, lo que me han dicho los demás sobre que hablar contigo es fácil, sea cierto.

Goeun no pudo evitar sonreír al escucharlo. Estaba sorprendida porque desde que lo conoció, jamás creyó que podría tener ese tipo de conversación con él. Al contrario, creyó que se pasaría todas las vacaciones sintiéndose mal por sus malos tratos, pero resultaba que se estaba dando cuenta que se equivocó, que quizás Jungkook no era ese idiota que había demostrado ser, sino alguien agradable.

—¿Qué te ha provocado esa ira?

—No, puede que suene algo estúpido —ríe por lo bajo.

—Vamos, dime —lo ánima con una sonrisa.

—No poder estar con la persona que amo —vuelve a mirarla.

—No es estúpido —se acerca más a él, sorprendiéndolo—. De cierta manera, te entiendo. Tampoco puedo estar con la persona que amo, y eso a veces duele, como también provoca que me enoje conmigo misma por seguir deseándolo.

—Goeun, eres una idiota —ríe.

—Y aquí vamos de nuevo —suspira.

Jungkook sorpresivamente acercó sus rostros, provocando que ella abriera sus ojos a la par, observando los ojos oscuros de él, pero que brillaban con intensidad. Se le hizo extraño, porque nunca antes había visto otra mirada que brillara de esa manera tan intensa, por lo que se preguntaba si era a causa de las estrellas o si siempre eran así.

—Jungkook...

—Jimin está enamorado de ti, idiota.


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