O7; DESEO
❝DESEO❞
Taehyung corría en la playa siguiendo a Goeun que no dejaba de chillar asustada, aunque estaba exhausta y sentía que iba a caer, no se detenía. Escuchaba la risa de él, lo cual causaba la suya, porque a pesar de que temía que lograra atraparla, estaban divirtiéndose como los demás al verlos.
Al ver a Jimin acercarse sin prestar atención a lo que sucedía, no dudó en aferrarse, provocando que un quejido escapara de su boca por la fuerza ejercida, pero luego ella se cubrió detrás de él sin dejar de abrazarlo.
—¿Qué sucede? —pregunta al ver a Taehyung, con su respiración agitada.
—¡Quiere vengarse de mí!
—Es lo justo, ¿no? —ríe.
—Lo sería, pero tú me tiraste un balde de agua cuando estaba tomando sol.
—Taehyung, ¿por qué hiciste eso?
—¡¿Yo?! —se apunta indignado—. ¡Fue tu idea!
—¡¿Qué?! —pregunta indignada, colocándose frente a Jimin.
—Que buen mentiroso eres, Taehyung —ríe nervioso.
—Sé cuando mientes, Jimin —alza una ceja llevando las manos a la cintura.
—¡Adiós!
Taehyung movió su mano en forma de saludo, mientras caminaba dirigiéndose hacia donde se encontraban los demás, y Jimin lo miraba molesto, hasta que volvió a mirar a la castaña que estaba en frente, dejando notar su enfado con su ceño fruncido al igual que un poco sus labios.
El rubio trataba de sonreír inocentemente, encogiéndose de hombros, pero al ver que seguía igual, suspiró.
—Fue una pequeña bromita...
—Que linda broma.
—Ya, no te molestes —la envuelve en sus brazos—. ¿Ya te he dicho que te ves muy tierna?
—¿Por qué no puedes tomarme en serio?
—Lo hago. Siempre lo hago, bonita —ríe separándose.
«No. No lo haces de ninguna manera.» piensa.
Goeun se cruzó de brazos tomando una bocanada de aire, tratando de ignorar aquellos pensamientos que provocaban que su corazón se encogiera. Pues, deseaba más que nada que sus palabras fueran ciertas, pero no podía obligarlo a que se fijara de ella de otra manera.
—¿Ya no estás enojada? —aprieta su mejilla mirándola tiernamente, a lo que ella suelta un quejido apartando su mano.
—No. Ya no lo estoy —sonríe.
—Sabía que no puedes estar molesta por mucho tiempo.
—Sí. Tú lo sabes todo.
—Bien. Muero de sed —suspira—. ¡Jungkook!
Goeun rodó los ojos al darse cuenta que le había creído, pero no iba a quedarse de brazos cruzados cuando adoraba vengarse.
Los minutos pasaron y Jimin se encontraba con sus manos detrás de la cabeza, disfrutando de la brisa que comenzó a refrescar por el atardecer.
Estaba agotado luego de haber jugado al vóley, haberse divertido en el agua y haber corrido demasiado por las bromas que se hicieron.
Había sido una tarde bastante buena para todos y al fin estaban planeando una fiesta que los tenía algo emocionados, pues ya llevaban tres días allí, en los que quisieron aprovechar para relajarse.
—¿Cómo hacen para seguir jugando? —pregunta bajando un poco los lentes de sol, Jungkook.
Jimin abrió sus ojos girando un poco la cabeza para observar a los demás entretenidos, riendo y discutiendo por los puntos ganados en el vóley.
Rió un poco negando con la cabeza y volvió a cerrar los ojos.
—¿Por qué preguntas eso? Tú deberías estar allí. Pero debes estar muy cansado como para que no sea así y eso que no has jugado mucho.
—Simplemente, no tengo ganas.
—Ya dejará de doler.
—Ya lo hizo —suspira cerrando sus ojos.
—En la fiesta olvidarás eso y disfrutaremos. Te lo aseguro.
Jimin no pudo evitar sonreír al pensar en lo bien que iban a pasarla, pero al mismo tiempo temía volver a beber y hacer algo inadecuado, por lo que se prometía no volver a excederse y tratar de mantener la distancia con Goeun.
Tomó una bocanada de aire sintiendo como la paz lo invadía, pero al sentir agua caer sobre él, dio un pequeño salto en su lugar jadeando al sentir como el frío lo envolvía
—¡¿Qué rayos te sucede?! —el grito de Jungkook los sorprende a ambos, que voltean a verlo. Este tomó su camiseta blanca que está algo húmeda ya que el agua logró también empaparlo por partes, por lo que se apega a su figura.
—Oh, lo siento —habla arrepentida, Goeun—. No creí que te llegaría a ti también. Era para Jimin...
—¡¿Eres estúpida o qué?! —se acerca molesto, por lo que ella da un paso hacia atrás.
—N-No...
—Hey, ya basta, Jungkook —interviene Jimin, tirando su cabello húmedo hacia atrás, ya que las gotas caen sobre sus ojos.
—No tienes cinco malditos años —le arrebata el balde para tirarlo sobre la arena, por lo que ella jadea asustada.
—L-Lo siento...
—¡He dicho que basta! —se coloca frente a él, mirándolo molesto—. Es sólo una broma.
Jungkook apretó su mandíbula y cerró los ojos por un momento, tratando de mantener la calma para no terminar discutiendo con él. Pasó por su lado ignorando el murmuro con su nombre, y se acercó a la castaña que no soportó su intensa mirada, que provocó que se estremeciera.
—Madura, ¿sí?
—Jungkook...
Jimin trataba de seguirlo, pero pensó que por su forma de reaccionar era mejor dejar que se tranquilizara. Al levantar la mirada se encontró con Hoseok y Taehyung, que parecían haber visto toda la situación, pues estaban boquiabiertos dejándose notar asombrados.
Volteó a ver a Goeun, y se acercó a ella abrazándola sin dudarlo, porque sabía que era demasiado sensible por lo que las palabras del pelinegro lograron afectarle.
—Lo siento. Soy una estúpida...
—Hey, tú no tienes que disculparte. Tenías que vengarte de mí —ríe un poco.
—No quería hacerlo enojar —se separa mirándolo con los ojos cristalinos.
—No es tu culpa, Goeun —se acerca Taehyung junto a Hoseok.
—Pero él me odia y yo lo hice enojar...
—Jungkook no sólo se comporta así contigo, ayer también lo hizo conmigo —hace una mueca y acaricia su cabello, Hoseok.
—¿En serio?
—Sí, así que no creas que te odia.
Los tres trataron de subirle el ánimo para que olvidara aquellos gritos y miradas de odio de Jungkook, lo cual lograron fácilmente. Se acercaron a los demás para volver a jugar, donde no pudieron evitar reír por los movimientos torpes de ella, ya que no era para nada buena en el vóley, por lo que en algún que otro momento terminó sobre la arena, provocando las carcajadas de los demás.
(...)
Ya se encontraban en la pequeña fiesta que ellos mismos organizaron, en una parte del piso de abajo del hotel. Sólo eran ellos once, contaban con un gran salón donde había sillas y dos sofás grandes, una cocina pequeña y baño, que los del hotel ya casi no usaban por las nuevas remodelaciones. Estaban realmente agradecidos de que les dejaran utilizar esa parte para la fiesta, pues pensaron que se negarían y les dirían que la hicieran en otro lado, pero Jimin con sus encantos logró que aceptaran sin problemas.
El rubio se acercó a Namjoon, y con una pequeña sonrisa tomó una de las botellas de cerveza para comenzar a beber, por lo que él más alto suspiró.
—Era de Yoongi, ¿sabes?
—En la cocina hay más.
Voltearon a ver a su alrededor, las luces de colores y Hoseok que estaba a un costado eligiendo la próxima canción, con una sonrisa en su rostro. Pues, los demás estaban disfrutando de la música que elegía, por lo que bailaban entretenidos mientras bebían y conversaban por momentos.
Jimin logró divisar a Goeun, la cual estaba bailando junto a Yeji de manera sensual, por lo que algunas carcajadas escapaban de sus labios. La observaba de pies a cabeza, mientras un suspiro escapaba de su boca al recordar cuando bailó así con él, y no había dudado en recorrer su cuerpo con las manos, por lo que cerró los ojos y sacudió la cabeza tratando de reaccionar. Pensaba que quizás ya estaba excediéndose, pero sólo llevaban poco más de dos horas, en las cuales trató de mantener la distancia con Goeun, bebiendo y bailando con sus amigos. Aunque había compartido alguna que otra mirada con ella, como también sonrisas, para hacerle saber que estaba todo más que bien, y no tuviera la intención de acercarse para buscar un explicación.
Decidió salir de allí, así que se dirigió a la cocina acabando la cerveza y al ver la silueta de otro hombre se asustó, pero al notar que llevaba una camiseta negra, pantalón y botas militares negras, como también que tenía uno de sus brazos tatuado se relajó, dándose cuenta que hacía varios minutos que lo había perdido de vista.
Durante la tarde había decidido ignorarlo luego de lo sucedido, pero en la fiesta comenzó a pensar en acercarse a hablar, para que todo volviera a la normalidad. Hasta que se entretuvo bailando olvidándolo por completo, mientras los demás trataban de que se uniera a la pista de baile sin lograrlo. Pues, Jungkook se había cansado de sus insistencias y decidió ir a la cocina a beber tranquilo.
Jimin se acercó a la barra tomando su quinta botella de cerveza, llamando la atención de Jungkook, que soltó un suspiro estirándose para luego levantarse del taburete.
—Jungkook...
—¿Qué sucede?
—¿Sabes que lo que hiciste hoy no estuvo bien? Aunque no te agrade, cosa que no entiendo, ella es mi mejor amiga y me hace feliz —lo mira atentamente, pero este se levanta dirigiéndose a la puerta—. Estoy hablándote, Jungkook.
— Debo ir al baño.
Soltó un suspiro sintiéndose demasiado frustrado por su comportamiento, pero sabía que debía mantener la calma si quería hablar con él.
Volvió a tomar la cerveza para darle un gran sorbo, tratando de olvidar aquellos problemas y concentrarse en pasarla bien como todos los demás.
Al escuchar unos pasos volteó encontrándose con Goeun. Llevaba un vestido celeste de tirantes que le llegaba más arriba de las rodillas y se ajustaba a su cintura. Tenía su cabello suelto ondulado, el flequillo caía por su frente, sus ojos estaban delineados y sus labios tenían brillo labial.
—Hasta que al fin te veo —sonríe Goeun.
Se acercó a él mirándolo de pies a cabeza, llevaba una camiseta lila, jean el cual tenía algunas roturas y unas zapatillas blancas.
—Pero si estuvimos viéndonos...
—Pero no hablamos.
—Lo estamos haciendo.
—Si no te conociera creería que huyes de mí...
—¿Por qué lo haría? —ríe nervioso por lo que decide beber otro trago de cerveza—. Sería un idiota si así fuera.
—¿Tú crees?
—Estás muy linda.
—Tú estás atractivo hoy. Bueno, en realidad, eso es siempre y lo sabes —murmura sonrojada.
—Eres muy tierna —ríe.
—¿Por qué sólo soy tierna para ti? —pregunta frustrada acercándose.
—¿A qué te refieres?
Goeun no sabía si era por las tres copas de vino que bebió, pero sentía que ya no podía ocultar su molestia al darse cuenta que la veía sólo de manera tierna, como si fuese una niña o su hermana, como si nunca hubiese pasado nada entre ellos. Además que no la tomaba en serio jamás, ni siquiera cuando estaba realmente molesta porque parecía que todo lo que hiciera le daba ternura y ya no podía con eso.
—Odio que sólo me veas tierna.
—¿Por qué? Eres preciosa así —pellizca su mejilla, pero ella quita su mano tomándolo de la camiseta para acercarlo más a ella.
—Mírame bien, Jimin —murmura acercando aún más rostros.
Ante esa cercanía el rubio se sintió completamente sorprendido, pues jamás se esperó aquella manera de actuar de su parte, por lo que se olvidó hasta de cómo se respiraba y su corazón parecía querer escapar de su pecho.
Miró sus ojos chocolates que observaban de manera deseosa sus labios carnosos, por lo que al sentirlos resecos los humedeció tratando de decir algo al respecto, pero bajó a la vista a sus labios rosados, apetitosos recordando cómo devoraba los suyos, y soltó un suspiro tembloroso.
No sentía que el alcohol hubiera hecho efecto, sabía lo que hacía perfectamente, entonces se preguntaba, ¿estaba bien si la besaba? ¿Estaba bien si sentía que se moría de ganas por volver a probarla y recordar cada maldito segundo?
Tomó una bocanada de aire ya sin poder soportarlo más, por lo que llevó una de sus manos a la mejilla de ella y juntó sus labios.
Al principio la castaña no pudo evitar sorprenderse, pero sin dudar comenzó a mover sus labios al compás de los suyos, aunque al principio fue algo torpe, luego pasó sus brazos alrededor de su cuello, apegándolo más ella.
Este bajó las manos por su cintura hasta llegar a sus muslos, haciendo que enrollara las piernas a su cadera, para luego hacerla sentar en la mesada.
Se separaron por unos segundos mirándose fijamente como ambos estaban agitados, pero la fémina volvió a pasar sus brazos alrededor su cuello, tomándolo de la nuca para juntar sus labios en un beso voraz, mientras él pasaba sus manos por su cintura.
Goeun abrió su boca permitiendo que su lengua se deslizara sobre la suya comenzando una pelea por el dominio. No era amante del sabor a las bebidas alcohólicas, pero le gustaba sentirlo de sus labios. Sólo de los suyos.
Un cosquilleo apareció en su vientre cuando la apegó más a él y no pudo evitar gemir, mientras se aferraba al cabello de él, demostrándole que también quería más, que sentían el mismo deseo.
—Goeun...—gruñe y ella muerde su labio inferior.
Quiso volver a juntar sus labios, pero al escuchar una risa ronca se sorprendió separándose rápidamente.
Al voltear ambos se encontraron con Jungkook, que estaba apoyado en el umbral de la puerta mirándolos burlonamente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro