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35; RELACIÓN EXPLOSIVA

RELACIÓN EXPLOSIVA

El tiempo seguía pasando y Jungkook parecía estar más tranquilo, pero el hecho de no poder hablar con Jimin cuando se encontraban solos, sin una cámara encima, le seguía doliendo, aunque intentaba ignorarlo y acostumbrarse a eso.
De todas maneras, intentaba mostrar que estaba bien, porque así lo veía a Jimin, lo cual despertaba su molestia. No entendía porque no parecía afectado con su alejamiento, ni con el de Goeun.

¿Acaso había superado todo tan rápidamente, mientras él parecía estar cada día cayendo aún más profundo? No le parecía nada bien, mucho menos cuando había actuado de esa forma tan agresiva con él, como nunca antes había pasado, porque sus palabras le habían afectado demasiado.

A pesar que podían estar los siete tranquilamente, Jimin y él podían cruzar alguna que otra palabra para que los demás pudieran quedarse tranquilos, para Jungkook eso no era suficiente, por lo que comenzaba a creer que Taehyung tenía razón.
Quizás había algo que podía hacer para volver a lo de antes, pero tenía demasiado miedo de sólo arruinarlo más, y que ya ni siquiera pudieran cruzar alguna palabra, porque últimamente no hacía otra cosa que sólo arruinar todo, pero trataba de tener esperanzas.

Comenzó a buscarlo, tratando de calmar sus nervios y aumentar aquella esperanzas, mientras pensaba qué podía decir, para arreglar aquella situación con Jimin, y volver a ser lo de antes.
Al verlo sentado en el taburete de la cocina, mientras revisaba una red social, tomando un sorbo de agua, tomó una bocanada de aire, preparándose mentalmente para soltar aquellas palabras que había pensado, pero sentía que las había olvidado por completo al encontrarse con sus orbes mieles, por lo que tragó con dificultad.

—¿C-Cómo estás, Jimin? —pregunta  nervioso.

—Estuve entrenando, así que voy a darme una ducha —se levanta suspirando, mientras guarda su celular en el bolsillo del chándal.

Jungkook cerró los ojos por un momento sintiéndose frustrado, pero volvió a abrirlos repitiéndose que no debía darse por vencido tan fácil.
Al verlo caminar hacia la puerta decidido a marcharse, lo tomó del brazo, por lo que este giró un poco la cabeza para mirarlo. El pelinegro vio su rostro algo sudado, su ceño algo arrugado demostrando su confusión, como también que no le agradaba mucho la situación, pero este no quería para nada seguir con aquel alejamiento.

Tenía que buscar la manera que Jimin le perdonara como siempre lo hacía, por más que haya cruzado un límite que no debió jamás.
Ahora sabía que no debía volver a hacerlo, así que haría las cosas bien, y si debía rogarle que lo perdonara, lo haría, porque estaba completamente arrepentido.

Extrañaba a su mejor amigo más que nada.

Por favor, perdóname, Jimin —pide con voz débil.

—¿Qué? —pregunta sorprendido.

—S-Sé que hice mal...sé que me equivoqué, que no debí jamás hacer algo así, pero me dejé llevar por mis celos —explica con voz temblorosa a causa del nudo en su garganta—. T-Tú....tú eres demasiado importante para mí, mucho más que mi relación con Goeun. Sin ti siento que...siento que estoy perdiéndome cada vez más. Te necesito, hyung.

Jimin podía ver la desesperación, el arrepentimiento en sus orbes oscuros que empezaban a cristalizarse, provocando que sintiese como su pecho se oprimía. Pero recordaba aquella noche luego del ensayo, y se repetía que debía ser fuerte, aunque siempre el más joven había sido su debilidad, porque sentía que debía protegerlo.

—¡Jungkook, hasta que te encuentro! —exclama el líder, haciéndolos sobresaltar—. ¿Está todo bien?

Ambos sentían la intensa mirada de Namjoon que los hacía poner más nerviosos, porque no sabían cómo mentirle. Jungkook limpió disimuladamente sus lágrimas que estaban por brotar, y asintió rápidamente con una sonrisa fingida.

Sí, está todo bien. Tranquilo —Jimin palmea su hombro—. Iré a darme una ducha porque estuve entrenando.

—Sí, se huele —bromea haciéndolo reír.

—Pero...tu respuesta —dice nervioso, Jungkook.

—Luego hablaremos —hace una mueca antes de retomar el camino, dejándolo pensativo sin saber qué decir al respecto.

Jungkook bajó la cabeza soltando un suspiro, mientras empuñaba las manos, diciéndose que no podía dejarse llevar por la tristeza en ese momento, porque Namjoon estaba ahí, y habían dicho que todo estaba bien. Tomó una bocanada de aire y volteó para acercarse a Namjoon, que tenía una pequeña sonrisa en su rostro, mientras jugaba con sus manos como si tuviera nervioso, lo cual despertó su curiosidad.

—Hey, ¿qué sucede, hyung?

—¿Recuerdas cuando dije que sería una buena idea que la chica que estoy conociendo, conociera a sus novias? —pregunta tímido, sintiendo su rostro arder.

—Sí.

—Bueno, hablé con los demás y como sus novias están libres hoy también, creemos que podríamos salir hoy —sonríe nervioso—. ¿Qué opinas tú?

—Oh...

—¿Goeun podría? Porque sé que tú sí, al menos que hayas quedado con tus otros amigos, pero podrías cancelarles por mí, ¿cierto?

—Yo...hablaré con ella.

—Gracias, JK —sonríe aliviado, acercándose para abrazarle—. Narae me gusta demasiado. Quiero que los conozca, y se sienta cómoda, así que creí que sería una buena idea que también estuvieran sus novias. Pero aún así, estoy realmente nervioso.

—Tranquilo, todo va a salir bien, Nam —coloca la mano en su hombro y lo mira con una media sonrisa.

—Eso espero.

El tatuado por más que no sentía ánimos para salir, ni mucho menos ver a su novia luego de no saber si había logrado recuperar a su mejor amigo, no podía negarse al ver el brillo de ilusión en la mirada de su amigo, al igual que su gran sonrisa. Por lo que sonrió palmeando su hombro al verlo más relajado, y salió de la cocina, sacando el celular del bolsillo trasero de su pantalón, para así marcar el número de su novia, pues tenía que saber si estaría ocupada aquella noche.









(...)











Jungkook estaba sentado en el sofá, esperando a su novia que estaba terminando de maquillarse. Vestía una chaqueta negra, camiseta, pantalón con cinturón y botas militares del mismo color. Su cabello oscuro caía por su frente, resaltando sus típicos aretes.
Pasaba las manos por su barbilla, hasta llegar a su labio inferior, jugando con el piercing, perdido en su pensamientos.

Goeun lo miraba a través del espejo, mientras terminaba de pintar sus labios, preguntándose qué sucedía con él. Pues, habían hablado por llamada cuando le había preguntado si estaba ocupada aquella noche, y había notado que estaba algo extraño, pero no quiso preguntar por algo de temor que sucediera lo de antes.
Ahora se daba cuenta que si estaba realmente extraño, y seguía con aquel temor, pero algo le decía que estaba esforzándose por cambiar, llevaban más de un mes sin discutir como antes. Eso la tenía demasiado contenta, porque sentía que estaba en la relación que siempre quiso, que Jungkook era el hombre que siempre había soñado, así que debía atreverse a preguntarle qué era lo que estaba sucediendo.

Una vez que terminó de pintarse los labios, se levantó y tomó su colonia favorita para colocársela, así ya terminaba. Comenzó a acercarse a su novio que seguía perdido en sus pensamientos, logrando así llamar su atención finalmente.
Notó que la miró de pies a cabeza, abriendo los ojos a la par por la sorpresa por un momento.

—¿Cómo me veo? ¿Luzco bien? —pregunta con una sonrisa.

—Sí...te ves bien, Goeun —asiente con los labios presionados.

—¿Qué sucede, amor? —inquiere acercándose más.

Observó como este bajó la cabeza, como si estuviese debatiéndose acerca de hablar sobre eso, y ella rogaba en su interior que lo hiciera. Pues, tenía mucha curiosidad, y además, quería encontrar una manera de ayudarlo, mientras que Jungkook cargaba con un dolor en su pecho.
Sentía que seguía cayendo profundo sin Jimin en su vida, porque este era como su hermano, por lo cual prefería perder a cualquier persona en su vida, mientras que no fuese a cualquiera de los miembros que estuvieron años a sus lado, cuidándolo, viendo por él, ayudándolo a ir por el buen camino, a no rendirse. No podía perder a ninguno de ellos, porque sentía que perdía una parte de sí mismo, y más con Jimin que era el más apegado.

Necesitaba algo que le hiciera saber que su respuesta iba a ser positiva, porque se sentía desesperar más con cada minuto.

—¿Jungkook?

—Actué mal —responde por lo bajo, conectando sus miradas.

—¿A qué te refieres? —pregunta desconcertada, arrugando levemente el ceño.

—Con Jimin actuaron mal, y me crearon demasiadas inseguridades que me hicieron desconfiar de ustedes —explica desviando la mirada por un momento, mientras alza una ceja—. Pero no debí pedirte que te alejaras de él. A fin de cuentas, se quedó sin nosotros como mejores amigos, y me imagino que debe pensar que somos egoístas.

Goeun al escucharlo sintió como su corazón daba un vuelco, porque jamás pensó en eso. Jamás pensó en cómo debía sentirse Jimin al no sólo haberla perdido a ella, sino también a Jungkook, y ahora se daba cuenta que el tatuado tenía razón.
No podía evitar detestarse, y de cierta detestar al pelinegro por haberle pedido algo así, porque ella jamás hubiera tomado una decisión así, aunque su mejor amigo la haya lastimado demasiado.

—Tienes razón. Te creé inseguridades, porque en un principio estaba demasiado enamorada de él, pero cuando empezamos a tener algo, todo cambió, Jungkook.

—Júralo.

—¿Qué?

—Júrame que ya no sientes absolutamente nada por Jimin.

—Jungkook, lo juro —toma sus manos, observándolo fijamente, demostrándole la seguridad en sus palabras.

Si bien cuando apenas había comenzado algo con Jungkook, sí seguía sintiendo algo por Jimin, pero es que se había enamorado perdidamente de su mejor amigo, por lo cual no iba a poder sacarlo de un día para el otro de su corazón. Pero ahora hacía tanto que no lo veía, que no sabía de él, más de lo que se sabía por las redes sociales o lo que  sabía por medio de Jungkook, el cual estaba robado su corazón de una manera que jamás esperó. Estaba segura que ya no sentía ningún tipo de enamoramiento hacia Jimin.
Sólo echaba de menos a su mejor amigo, a los abrazos que la reconfortaban, a sus ojos mieles que desaparecían con sus sonrisas resplandecientes.












(...)












Luego de aquella conversación, Goeun se sentía aún más confundida, porque no entendía a qué quiso llegar el pelinegro.
Cuando este revisó su celular, le dijo se irse, y mientras este conducía, lo sentía aún pensativo. Por momentos lo veía ejercer algo de fuerza en el volante, y presionar los labios, como si siguiera pensativo.

—Ya, ¿sucede algo más?

—Hablé con él.

—¿Y qué te dijo?

—Ese es el problema, que no me dio una respuesta porque nos interrumpieron —responde entre dientes, apretando el volante y suspira, para luego estacionar el coche a un costado donde están los de los demás—. Ahora nos veremos aquí, y me siento desesperado, porque sé que no es un lugar para pedirle que me diga si podemos volver a ser mejores amigos. Sé que lo arruiné, pero Diablos, ustedes también provocaban mis inseguridades...

—Hey, tranquilo —intenta acariciar su brazo, pero este lo aparta bruscamente, sorprendiéndola.

—¡No me toques, Goeun!

Su grito la hizo sobresaltar, y este suspiró cubriéndose el rostro, sintiéndose realmente frustrado porque nuevamente estaba actuando de manera explosiva, sin importar las consecuencias. Pero es que sentía que sus emociones estaban consumiéndolo, que estaba cayendo profundamente y necesitaba ser rescatado.
Bajó las manos lentamente, para luego abrir los ojos lentamente, inhalando y exhalando, repitiéndose que debía mantener la calma, porque Goeun no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo.

Al voltear vio como miraba sus piernas, haciéndose pequeña en el asiento, por lo que apoyo la mano sobre la suya que estaba en su pierna, llamando así su atención.

—No debí actuar así.

—Está bien.

—Mírame.

Goeun no lo hizo, por lo que la tomó de la barbilla haciendo que lo mire, y la acercó lentamente.

—Dije que no volveré a hacerlo, y estoy intentando —arruga levemente el ceño—. Tú has notado el cambio, ¿cierto? —ella asiente—. Prometo seguir intentando cambiar, Goeun.

Acarició su mejilla con suavidad, provocando que se estremeciera, lo que le hizo sonreír al notarlo, y juntó sus labios.
Goeun pasó los brazos alrededor de sus anchos hombros, enredando sus finos dedos en sus cabello negro que estaba dejando crecer, detestando el poder que tenía en ella, porque tan sólo con un beso podía hacerla olvidar completamente de todo.

Podía hacerla olvidar de cuánto estaba destrozándola.












(...)








Jungkook y Goeun al entrar subieron directamente a la zona VIP,  y al encontrarse con los demás que ya estaban allí, ambos no pudieron evitar tensarse al ver a Jimin.
La fémina sentía como el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento, se sentía paralizada, pero quería huir. Mientras que Jungkook relajaba sus facciones, sentía como su corazón daba un vuelco al verlo reír con Yoongi, junto a Eunbi, y no podía evitar extrañarlo aún más.

Escuchó un quejido escapar de los labios de su novia, y al voltear, sintió como apartaba su mano, por lo que se dio cuenta, que sin quererlo había ejercido fuerza de más.

—¿Estás bien? No quise...

—¿Tú lo estás?

—Lo extraño demasiado. Nunca creí que algo así podría pasar...

—Hey, tranquilo —se acerca a él y coloca las manos en sus hombros, regalándole una sonrisa tranquilizadora—. Todo va a estar bien. Él va a perdonarte, amor.

—¿En verdad lo crees? —pregunta mirándola con un brillo de ilusión, tratando de confiar en sus palabras.

—Claro que sí. Él también sigue queriéndote, Jungkook.

Este suspiró apoyando la frente en la suya, tratando de sentir esa paz que siempre le transmitía, tratando de sentir la seguridad en sus palabras, porque no soportaba que su cabeza siguiera torturándole, recordándole que le había fallado a Jimin.

—¡Hasta que llegan!

Al escuchar la voz de Namjoon se sobresaltaron separándose y voltearon a verlo, pero Goeun se encontró con la mirada de Jimin, que provocó que se estremeciera, y que sintiera como un escalofrío recorría su espina dorsal.
Este tenía sus facciones endurecidas y parecía haberla visto junto a Jungkook, lo que hizo que tragara con dificultad y que se sintiese aún peor. Lo vio tomar el vaso que se encontraba en la mesa a su costado, y acercarse a Hoseok que estaba junto a Jin conversando, pasando de ella por completo, provocando que sintiese su corazón dar un vuelco.

—Vengan, les presentaré a Narae.

Namjoon les presentó a Narae, una joven de veintiséis años, alta, delgada, cabello miel, ojos cafés, nariz pequeña, labios esponjosos y rosados. Era demasiado tímida, dulce y agradable.
Namjoon no dejaba de mostrarse embobado con ella, lo que hacía que Jungkook no pudiera evitar sonreír al verlo así.

Cuando los minutos comenzaron a pasar, Jungkook le pidió a Goeun que llevara a Narae junto a las demás para que se conocieran más. Por lo que se acercó a Jung y a Eunbi que estaba sentada junto a Yoongi, el cual al verlas dejó un beso en la coronilla de la cabeza de su novia, y se levantó, para luego irse junto a sus amigos.

—¿Y...cuántos meses llevas con Namjoon? —pregunta curiosa Jung, causando la risa de las demás.

—En realidad, empezamos a hablar hace unos meses, porque nos encontramos en un museo donde me pidió el número —sonríe tímida—. Creo que llevamos dos meses sólo dejándolo... fluir.

—¿Te gusta? —esta vez pregunta Goeun sonriendo con picardía.

—Mucho —contesta sonrojada, encogiéndose en el sofá pequeño.

—¿Cómo es contigo? —inquiere Eunbi.

—Es el hombre más dulce que he conocido en mi vida, en verdad —asegura, asintiendo repetidas veces, y voltea a verlo con una sonrisa embobada—. Me comprende mejor que nadie, y estuvo de acuerdo en que vayamos a mi tiempo. Siempre trata de demostrarme que no es como el idiota de mi exnovio, me da seguridad, y me hace realmente bien. Namjoon es lo que siempre quise, pero aún así, quiero ir a mi tiempo.

Goeun giró a su cabeza hacia su costado volteando a ver a Namjoon, que estaba observando con una sonrisa a Narae, lo cual se le hizo realmente tierno.
Estaba segura que ambos se querían con la misma intensidad y que iba a terminar funcionando lo que tenían.

Comenzó a escuchar como Jung hablaba acerca de Taehyung, halagándolo, como también diciendo algún que otro "defecto" que a ella de igual manera le gustaba. Pues, llevaban demasiado tiempo juntos y estaba acostumbrada a él.
Escucharlas hablar de ellos, de sus relaciones, hacía que no pudiese evitar comparar la que tenía con Jungkook.

—¡Es demasiado intenso! ¡Siempre me recuerda que quiere tener cinco hijos! —exclama histérica, causando la risa de todas—. Aún así, sé que no encontraré jamás alguien que me ame tanto como él. Alguien que se esfuerce tanto para que funcione, a pesar que nuestras vidas son completamente diferentes.

Goeun presionó los labios al escucharla y giró nuevamente la cabeza, para ver a su novio que estaba junto a Namjoon, Yoongi y Taehyung.
Este sacaba el celular del bolsillo trasero de su pantalón, observándolo con el ceño levemente fruncido.
Observó a los demás y como Yoongi centraba su atención en su novia, sonriéndole tímidamente, mientras Jungkook parecía no notar su mirada para nada, a pesar que llevaba varios minutos mirándolo por ratos.

¿Por qué a veces sentía que cuando habían más personas alrededor, este no era capaz de notarla? ¿Por qué nunca era capaz de hacerle un halago? ¿Por qué siempre terminaba sintiéndose insuficiente para él?

—A pesar que llevamos años, a Yoongi aún se le dificulta hablar, pero sé que sigue esforzándose para que eso no siga siendo un problema entre nosotros —asegura Eunbi—. Ya sabemos cómo manejar las cosas, con el paso de los años todo se volvió más fácil para nosotros. Ahora todo es pacífico, y es realmente agradable, porque lo necesitábamos. Yoongi es el hombre de mi vida —sonríe—. Mi familia lo ama más que nada, más que a mí —bromea haciéndolas reír—. Estamos planeando un viaje y eso lo tiene emocionado. Me gusta verlo contento.

Goeun al seguir escuchándolas, no podía evitar sentir una presión en su pecho, como también una pizca de envidia, porque todas hablaban de lo grandiosos que eran ellos, mientras que con Jungkook sentía que tenían una relación explosiva.

—¿Y cómo es Jungkook? —pregunta curiosa, Eunbi.

—Sí, cuéntanos, Goeun —pide emocionada, Narae.

—Él...él...

Giró su cabeza a verlo como nuevamente estaba con el celular en la mano, y una pequeña sonrisa se formaba en sus labios, mientras llevaba el vaso a estos.
No sabía qué decir, porque sentía que si decía la verdad lo arruinaría por completo, ya que ellas habían dicho cosas maravillosas.

Tomó una bocanada de aire volviendo si mirada hacia el frente, observando a Jimin que hablaba con Hoseok y Jin. Lo veía reír y como se inclinaba un poco hacia atrás, lo que provocaba que sintiera su corazón algo cálido, y lo echara de menos.
En ese momento daría lo que fuese por poder recibir un abrazo de él, y que le dijera que todo iba a estar bien, porque iba a estar a su lado siempre.

—Él es maravilloso.

—¿Sólo eso? —arruga el ceño, Jung.

—No. Es súper atento, siempre está para mí con sus abrazos que me reconfortan, y cuando algo bueno me pasa, se emociona más que yo —suelta una risilla, observando como Jimin empuja levemente a Hoseok que sigue hablando mientras ríe. Las féminas siguen mirando atentas y sonrientes a Goeun, notando el brillo en sus orbes cafés—. En mis peores momentos no importa qué tan ocupado esté, porque siempre se hace un momento para mí, para darme un beso y una sonrisa sanadora, de esas donde sus ojos desaparecen. Y yo soy una estúpida, porque...

—Hey, Goeun, ¿qué sucede? —pregunta preocupada, Jung.

Al darse cuenta que estuvo a punto de decir que estaba hablando acerca Jimin y no de Jungkook, sintió como su corazón daba un vuelco.
Un nudo se formó en su garganta, sentía que se le dificultaba respirar, por lo que giró a ver a Jungkook que estaba conversando con sus amigos aún, por lo que tragó con dificultad para levantarse.

—Y-Ya vuelvo. Lo siento.

Pensaba que quizás hablar con él le ayudaría a tranquilizarse, a borrar todos los recuerdos junto a Jimin, por lo que se acercó, observando como nuevamente tomaba su celular. Sentía como se acercaban a ella y un brazo pasaba por sus hombros haciéndola sobresaltar, hasta que giró a ver a Jin.

—¿Cómo está Yeji? —inquiere alzando una ceja.

—Mucho mejor. Hablé ayer con ella.

—Lo sé.

—¿Cómo lo sabes? —pregunta desconcertada, arrugando el ceño.

—Porque yo hablé hoy con ella —le guiña el ojo, para luego acercarse a Taehyung.

Eso la dejó aún más desconcertada, pero al conectar la mirada con Jimin, sintió como los nervios se volvían parte de ella, hasta que este la desvió rápidamente. Tragó saliva y volteó a ver a Jungkook que guardaba el celular nuevamente en el pantalón, tomando el vaso de la barra para darle un sorbo, concentrándose en la conversación con Hoseok, hasta que se acercó a él, desconcertándolo.

—¿Qué haces aquí? ¿No estabas con las novias de los demás? —pregunta arrugando el ceño, tomándola del brazo.

—¿Podemos salir un rato?

—¿Cómo vamos a hacer eso, Goeun? Están todos aquí —dice incómodo y mira por un momento a sus amigos, regalándoles una falsa sonrisa tranquilizadora, ya que nota la mirada de desconcierto de Namjoon y Taehyung.

—No me siento muy bien —admite bajando la mirada.

—Olvida eso. Luego lo hablamos. Ve con las demás que deben estar esperándote.

—Jungkook...

—Goeun, no seas una molestia. Ya se te pasará. No arruines el momento.

La fémina se soltó de su agarre y comenzó a dirigirse hacia el baño, ya que sabía que no podía volver con las demás fingiendo que no había pasado nada, porque sentía que iba a romper en llanto en cualquier momento.
Al ver el cartel de damas, entró rápidamente, mirándose en el espejo, y abrió el grifo humedeciendo su nuca, sintiendo como las lágrimas comenzaban a caer, por más que había intentado luchar para evitar que eso sucediera, pero no era tan fuerte. Mucho menos lo era al tratarse de Jungkook.

Detestaba su manera de tratarla como si realmente llegase a ser una molestia para él. Algunas veces como estas, desearía poder ser fuerte y enfrentarlo, pero tenía demasiado miedo de que eso sólo llegase a lograr que el tatuado tomara la decisión de dejarla.
No quería que eso pasara porque no sabía cómo enfrentaría esa situación, sentía que no era capaz de estar sin él. Se había vuelto dependiente, y sabía más que eso estaba mal, pero ¿qué podía hacer?

Se observó en el espejo como su rostro estaba enrojecido, las lágrimas no dejaban de brotar y estaba temblando. Su maquillaje estaba algo corrido, por lo que intento arreglarlo lo más que pudiese, mientras tomaba bocanadas de aire para poder dejar de llorar, repitiéndose que eso pasaría y volverían a estar bien, que ya no vería más a Jimin, que ya no lo extrañaría, sintiendo como su pecho ardía.

Al sentirse más tranquila acomodó su vestido y su cabello, para luego dirigirse a la puerta y así salir, pero se encontró con Jimin, que salía del baño de al frente. El verlo con el cabello más largo y oscuro, todavía se le seguía haciendo extraño, pero aún así seguía viéndose encantador ante sus ojos.

Este quiso seguir su camino para volver con los demás, pero luego de la situación que había pasado la fémina, no fue capaz de controlar sus impulsos, por lo que lo tomó del brazo, impidiéndoselo.

—Jimin, espera.

—¿Qué quieres, Goeun? —voltea a verla, alzando una ceja.

—Quiero que hablemos.

—¿De qué quieres hablar?

—Jungkook me dijo que habló contigo, así que supongo que lo perdonarás —dice nerviosa, desviando la mirada al no poder soportar la suya—. Y-Yo quiero decirte que también estoy arrepentida...

—Pues, supones mal. ¿Por quién me toman que soy? —ríe amargo—. ¿Acaso creen que pueden hacerme a un lado cuando quieran, y luego volver como si nada, arrepentidos? Eran mis mejores amigos, las personas más especiales para mí, y me lastimaron, Goeun —espeta molesto—. Aún no puedo perdonarlos. 

Este se soltó de su agarre presionando los labios por un momento, tratando de ser fuerte al ver el dolor en sus orbes cafés, y continuó su camino. Sentía una presión en su corazón, porque algo le decía que ella no estaba bien y que eso tenía que ver con Jungkook, pero sabía perfectamente que no era sano seguir entrometiéndose, que eso sólo le traería más problemas con el pelinegro, lo que debía evitar.

La fémina soltó un suspiro tembloroso, viéndolo alejarse y comenzó a caminar, empuñando las manos, tratando de mantener la calma, a pesar de sentir que se derrumbaría en cualquier momento. Tomó una bocanada de aire, diciéndose que quizás luego al hablar con su novio todo estaría bien, mientras se dirigía a la mesa donde estaban las demás, pero sintió como una mano se cerraba con fuerza en su muñeca, haciéndola sobresaltar. Al girar la cabeza, se encontró con la mirada oscura y amenazante de su novio que la hizo estremecer.

—¿Qué carajos hacías con Jimin, Goeun? —pregunta entre dientes, con la respiración pesada, sintiéndose temblar de impotencia.

—J-Jungkook, cálmate...

—Te acabo de hacer una maldita pregunta.

—Hey, ¿está todo bien? —al escuchar esa voz femenina, ambos se sobresaltaron, volteando a ver a Narae, y como Namjoon se acerca rápidamente.

Jungkook suspiró frustrado, desviando la mirada, mientras pasaba la lengua por el interior de su mejilla, pensando alguna excusa. La fémina bajaba la mirada, tratando de retener las lágrimas, porque tener todas las miradas encima, sólo lograba que quisiera derrumbarse allí mismo.

—Sí. Es sólo que Goeun no se siente demasiado bien, así que creemos que es mejor que nos vayamos, ¿no es así, amor? —ejerce presión en el agarre para que conteste, y ella asiente con una falsa sonrisa.

—Sí. Lo siento.

—¿Qué sientes? —inquiere preocupada, Narae.

—Es sólo que me duele demasiado la cabeza, y estoy demasiado agotada por las filmaciones. En verdad, lo siento porque debamos irnos tan temprano, pero Jungkook puede volver...

—No, ¿cómo crees? —habla con el ceño fruncido, Namjoon—. Él debe quedarse a tu lado, cuidándote. Y ya, no se preocupen. Gracias por haber venido. Vayan con cuidado, y avisa cuando lleguen —se acerca a Jungkook, dándole una palmada en el hombro y este asiente.

—Cuídate y descansa, ¿sí? —Narae le sonríe y Goeun asiente tímida, para luego darle un pequeño abrazo.

Había sido realmente incómodo, al menos para Goeun tener que despedirse, y ni siquiera lo había hecho de todos, pues Jungkook había estado a su lado en todo momento tironeando de ella para que pudieran marcharse de una vez de aquel bar, donde ninguno había disfrutado de ir.
El tatuado al contrario de la castaña siempre supo que no lo disfrutaría, ya que en lo único que podía pensar es que Jimin no le había dado una respuesta, y lo vería allí, como si nada, como todos los malditos días. Mientras él se la pasaba pensando en el error que cometió que hizo que su amistad se arruinara. Pero la castaña estaba ilusionada de que su novio la incluyera en sus planes, estaba ilusionada de que pudiera pasar tiempo con otras chicas, de que quizás pudiera hacer amistad con ellas. Y todo terminó saliendo realmente mal, porque acabó lastimada por las palabras de Jimin, aunque sabía que lo merecía más que nada, y ahora tendría otra discusión con su novio, donde sabía perfectamente que su corazón se trizaría más.












(...)










Jungkook caminó hacia el coche, llevando casi a rastras a Goeun, hasta que tuvieron en frente, donde la soltó provocando que casi cayera por lo brusco que fue, y ella soltó un chillido, acariciando su muñeca que estaba roja y sentía que ardía en llamas, por lo que la acariciaba cuidadosamente. Observó como su novio subía a su coche, por lo que al no querer hacerlo molestar más, hizo lo mismo, sintiendo aún un nudo en la garganta.
Al cerrar la puerta y sólo escuchar la respiración pesada de su novio, se sentía temblar porque no sabía de lo que era capaz, y detestaba eso más que nada. Sentía miedo.

—¡No puedo creer que me hagas ésto de nuevo, Goeun!

—N-No hice nada...

—¡Estuviste a solas con él!

—Sólo hablamos. Lo juro, Jungkook —gira su cabeza para observarlo y este la toma de las muñecas, provocando que jadee por la sorpresa y miedo.

—Dime cómo puedo creerte esa mierda.

—Antes de venir te juré que no siento nada por él y tú dijiste que me creías, ¿lo olvidas? —inquiere con los ojos cristalinos, sintiéndose temblar.

—Mentí.

—Jungkook, en verdad no siento nada por él. Sólo le hablé porque quería saber si iba a perdonarte. Tienes que creerme —solloza, bajando la cabeza, apoyándola en su pecho, sintiéndose agotada por la situación—. Por favor.

—Si logro recuperarlo, quiero que sigas manteniéndote alejada, pero no te atrevas a decir una maldita palabra sobre ésto, ¿está bien?

Al sentir como asentía, sonrió satisfecho, envolviéndola en sus brazos, sintiendo como se aferraba a él, lo que le hacía saber que ya estaban nuevamente más que bien.

—Ven aquí.

Este la tomó la cintura haciéndola acomodar a horcajadas, observando como sonreía e intentaba esconder su sonrojo, pero aún así, la tomó de la barbilla. Vio como su maquillaje estaba corrido, su rostro enrojecido y húmedo por haber llorado, lo que le hacía sentir algo culpable, pero aún así, juntó sus labios, siendo rápidamente correspondido. Sentía como la lengua de su novio se entrelazaba con la suya, mientras las caricias de este subía por sus muslos, subiendo también su vestido negro, estremeciéndola.
Sus besos comenzaron a bajar por su barbilla, hasta su cuello, lamiendo, succionando y dejando pequeñas mordidas que la hacían jadear.

—¿Qué haces, Jungkook? —pregunta entrecortada.

—¿No quieres que te ayude a desestresarte? —inquiere con voz grave cerca de su oído, pasando los dedos por sus bragas, sintiéndola húmeda, lo que la hace soltar una risilla. Muerde el lóbulo de su oreja haciéndola jadear y vuelve a hablar—. ¿Ni siquiera hemos empezado y ya te tengo así, cariño? Creo que si quieres que te ayude.

Goeun asintió jadeando al sentir como este volvió a pasar los dedos, por lo que volvió a juntar sus labios de manera descuidada, siendo rápidamente correspondida. Quería que Jungkook la hiciera olvidar de aquel mal momento, que les arruinó por completo la noche en el bar, pero el celular del tatuado empezó a sonar, lo que hizo que la castaña gruñera.
Aún así, mientras ella seguía con sus brazos enrollados en los hombros de este, él se inclinó a colgar la llamada para que siguieran con lo suyo, volviendo a unir sus labios, a pesar que ella notaba que ahora estaba algo tenso, pero prefería concentrarse en que le quitara el estrés que sentía.

Cuando hizo a un lado sus bragas haciendo movimientos circulares sobre su hipersensible clítoris, no pudo evitar gemir, moviendo también sus caderas, pero volvió a escuchar el celular del pelinegro, una y otra vez, lo que hacía que no pudiera concentrarse.
Volvió a gruñir y sin poder evitarlo más, volteó para tomarlo, leyendo unos mensajes que provocó que sintiera como la sangre abandonaba su cuerpo.

Heekyung

¿Aún sigues ocupado?

Heekyung

Acabo de llegar a mi departamento, quizás podrías venir.

¡Hola!

¿Qué creen que pase ahora que Goeun vio los mensajes? ¿Se esperaban eso?

El capítulo terminó pasando las 5k palabras, prometo que el siguiente será más corto porque no quiero abrumarles jajsjs

Espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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