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29; MISERABLE

MISERABLE

Jungkook entró mientras la conversación que había escuchado se repetía en su cabeza y la rabia iba extendiéndose por todo su cuerpo.
Escuchó voces y risas en la cocina por lo que decidió acercarse, para así quizás olvidar todo lo sucedido porque sus amigos podían hacerlo distraer fácilmente.

Al entrar se ganó rápidamente la atención de Yoongi, Hoseok y Taehyung que estaban comiendo, mientras bebían por lo que se sentó al lado de Hoseok, llevándose una mirada de confusión.

—¿Qué haces aquí tan temprano? —pregunta Taehyung, antes de llevar un poco de arroz a su boca.

—Cierto, me enviaste un mensaje sobre que conocerías a tu suegra, ¿qué sucedió? —Hoseok pregunta divertido tomando un trozo de carne asada para llevarla a la boca de Jungkook, el cual aceptó.

—No quiero hablar de eso —habla sirviéndose Soju sin importarle si el vaso era de alguno de ellos.

—¿Salió algo mal? —vuelve a preguntar curioso, mientras apoya la barbilla en la mano.

—No. Simplemente, decidí volver.

El pelinegro no quería contar lo que había sucedido, aquella situación que provocó su gran enojo porque lo sentía de cierta manera humillante, ya que aquella familia adoraba a Jimin, y querían que ocupara su lugar, por lo que sabía que si llegaba decirlo ellos no dudarían en contárselo, mientras él se sentiría como un idiota.

Se quedó en completo silencio, agradeciendo que ya no intentaran saber qué sucedió, pensando si había sido demasiado obvio con su enojo, pero prefirió dejar de darle importancia a eso, pues ya lo conocían desde pequeño. Los minutos fueron pasando mientras este comía y seguía bebiendo, notando por momentos las miradas que no le importaban, porque había comenzado a profundizar en sus pensamientos y sentimientos.

Había buscado el amor, la seguridad, la confianza y la comodidad en Goeun, creyendo que por primera vez sabría lo que es sentirse así, lo que es sentirse bien en una relación. Pero ahora se daba cuenta que estaba volviendo a consumirlo la inseguridad, porque su familia no lo aceptaban para nada y querían que su mejor amigo estuviera en su lugar, cuando era el principal motivo por el cual no se sentía tan seguro con ella. Era el motivo por el que habían discutido la mayoría de veces.

Se decía que ya había pasado por una mierda parecida y su mayor miedo era que volviera a pasarlo, una de las razones por las que en las vacaciones prefirió no ser novios. Pero sus celos y su miedo hicieron que diera ese gran paso, apresurado quizás y ahora estaba arrepintiéndose.
Sentía que cada vez que intentaba algo todo se iba al carajo y le frustraba demasiado no poder sentirse bien. Ya ni siquiera recordaba cómo era estarlo, no podía porque Heekyung lo había jodido y no lograba recordar lo que fue antes de ella.

Esa antigua versión de él que desearía más que nada volver a ser, volver a ser aquel hombre risueño, bromista, divertido y tierno. Pero no podía, porque era como si hubiera muerto y ahora fuera otra versión completamente diferente que le disgustaba a las personas. Más que nada a él.

Se sentía una completa basura. Miserable.

—Ya no bebas tanto —habla Hoseok, llamando su atención intentando quitarle la botella de Soju ya que sabía que había bebido demasiado.

—D-Déjame en paz —arrastra las palabras mientras sin quererlo el Soju cae a la mesa.

—No estamos bebiendo para embriagarnos, Jungkook —aclara Yoongi.

—Tampoco es que yo lo esté.

—Escucha como hablas.

—¿Pueden dejarme en paz? —pregunta molesto alzando una ceja—. Sé lo que hago. No soy un maldito niño.

—Ya, como quieras. Mejor iré a descansar.

—¿Y si mejor vemos una película? —Hoseok sonríe al pensar que tuvo una buena idea, mientras que Yoongi hace una mueca—. Vamos, di que sí, favor.

El de mirada felina al verlo de esa manera con su gran sonrisa haciéndole ojitos suspiró frustrado asintiendo, mientras que Namjoon rió al ver como Hoseok se emocionaba caminando a su lado, pasando el brazo por sus hombros.

—¿A mí tampoco me dirás qué sucedió?—inquiere alzando una ceja.

—No sucedió nada. ¿Acaso no puedo cenar aquí con ustedes?

—¿Y esa molestia también es por nada?

—¡No estoy molesto! Estoy más que bien.

El más alto se levantó del taburete para acercarse a él y apoyar la mano en el hombro del más joven, que trataba de mantener su rostro neutral para que no insistiera y terminara largando todo.
Sabía que por más que se preocupaban por él y trataran de apoyarlo en lo que necesitara, no iban a entenderlo porque ni siquiera él era capaz de entenderse.

—Estamos aquí para ti. Siempre.

—Lo sé y se los agradezco.

—¿Estás seguro que está todo bien? —entrecierra un poco sus ojos como si estuviese analizándolo, lo cual lo hizo tensar porque sabe que no es para nada bueno cuando de ocultar sus sentimientos se trata.

—Lo estoy. No tienes de qué preocuparte, ¿sí?

—Bien. Deja de beber y descansa bien.

—Tú también descansa.

Cuando Jungkook vio su silueta desaparecer por la puerta llevó el vaso a sus labios acabando con la bebida de un gran sorbo, para luego volver a servirse.
Un nudo se formó en su garganta y se cubrió el rostro con las manos tratando de mantener la calma y no derrumbarse porque se repetía que era su cabeza que quería traicionarlo, que quería que volviera a equivocarse cuando Goeun no era el problema, sino él. Solamente él.













(...)












Jimin se encontraba mirando un drama mientras estaba recostado en su cama. Estaba realmente concentrado, hasta que una risilla escapó de sus labios por una escena, pero al voltear para hablarle a su mejor amigo y ver que estaba durmiendo, suspiró.
No sé había dado cuenta para nada que Taehyung llevaba dormido un buen rato, por lo que empezó a cuestionarse sobre si él también debería dormir ya que era algo tarde.

Se sentó en la cama pensando en que quizás lo mejor era quitar el drama, ya que luego su amigo le reprocharía el hecho de que vio sin él. Decidió bajar a buscar una botella de agua, ya que sentía su garganta seca.

Al entrar a la cocina se sobresaltó al ver a alguien allí, hasta que por su vestimenta oscura se dio cuenta que se trataba de Jungkook, el cual estaba dándole un sorbo a su vaso. Al ver las botellas abrió sus ojos a la par, pues no entendía qué hacía allí cuando Taehyung le había dicho que este estaba en lo de Goeun, y mucho menos entendía porqué estaba bebiendo.

—Hey, ¿qué haces aquí? —pregunta curioso.

—Nada que te importe, Jimin.

Ante su respuesta no pudo evitar sorprenderse, pero aún así se acercó a su amigo observando sus orbes oscuros que parecía no poder mantenerlos abiertos como debería, pero aún así notaba la molestia en ellos.

—¿Sucedió algo?

—¿Por qué no te largas y me dejas solo?

—¿Qué rayos te sucede conmigo? ¿Hice algo que te molestara?

Jimin por más que se esforzaba no lograba comprender a Jungkook, pues hasta hacía unas horas estaban más que bien como en las últimas semanas. Su relación había vuelto a ser la de antes, compartían momentos juntos, risas, bromas, como miradas cómplices.
Estaba realmente disfrutando de eso dándose cuenta que lo había extrañado más de lo que creyó.

Estaba más que agradecido de que hayan podido aclarar las cosas y que ya no fuera un motivo de inseguridad para el pelinegro, pero ahora ver que nuevamente le molestaba su presencia provocaba que su corazón se encogiera.
Creyó que había vuelto a ser el de antes porque hasta veía comentarios al respecto donde decían que les gustaba ver al Jungkook de antes, igual de risueño, bromista e inquieto, hasta ellos lo notaban y se alegraban muchísimo, pero ahora verlo nuevamente así le inquietaba.

No podía seguir viendo como bebía, como parecía estar a nada de romper en llanto o de explotar por la rabia contenida. Le dolía demasiado, por lo que quería ayudarlo de alguna manera rogando que aceptara y no siguiera llevándose malos tratos.

—¿Sabes qué? Tienes que dejar de beber porque eso sólo empeorará lo que sea que te pase —sin más se acercó tomando una de las botellas que tiene más de la mitad de Soju, la cual estaba bebiendo Jungkook, pero para su sorpresa este lo tomó bruscamente de la muñeca.

—¿Por qué últimamente te empeñas en ser una molestia para mí? —pregunta entre dientes, apretando más el agarre ya que Jimin intenta soltarse.

—¡¿Qué rayos pasa contigo, Jungkook?! —alza la voz logrando zafarse del agarre. Al observar su muñeca enrojecida pasó la mano haciendo una mueca de dolor, ya que sentía como le quemaba—. Estás mal.

—¡Vete y déjame tranquilo!

Jimin lo dudó por un momento porque Jungkook siempre había estado para él, aunque se equivocara, pero al recordar todo lo que había sucedido en el último tiempo entre ambos, la manera en la que el pelinegro explotaba en su contra, decidió irse para no empeorar la situación.

La única vez que habían sido más que gritos fue en el hotel cuando Jungkook se había atrevido a empujarlo, por lo que ahora al ver su muñeca enrojecida comenzaba a preocuparse por su comportamiento. Ellos no eran para nada así, como en cualquier grupo que conviven habían discusiones, pero no pasaba más que alzar la voz hasta que se daban cuenta de su error y se disculpaban, por lo que no era algo normal la forma de reaccionar del más joven.

Suspiró saliendo dando un portazo, mientras trataba de mantener la calma y no hablarles alterado a los demás sobre el comportamiento de Jungkook, hasta que el sonido de su celular captura por completo su atención, por lo que lo saca del bolsillo de su chándal.

Al ver la foto de Goeun que indicaba una llamada, frunció el ceño por un momento, completamente desconcertado.

















(...)














La fémina había bajado las escaleras con una sonrisa, esperando encontrarse a Jungkook hablando animadamente con su madre y prima, riendo, permitiendo que lo conocieran y que se encariñaran con él, pero al no verlo en el living, se acercó a la cocina sorprendiéndose de tampoco verlo allí.
Desesperada comenzó a marcarle una y otra vez escuchando el buzón de voz, lo cual la alteraba de gran manera, mientras escuchaba a su madre y prima que estaban sorprendidas y confundidas por lo sucedido.

—¿En qué momento se fue? —pregunta frunciendo el ceño, Jiyu.

—¡¿Por qué lo dejaron solo?!

—Oh, vamos, no es un maldito niño al que no se puede dejar solo un segundo —rueda los ojos la adolescente y al ver las miradas de sorpresa y molestia, rascó su nuca mientras bajaba la mirada arrepentida—. Digo, fue sólo un momento. No tenía que irse así como así, ¿no, tía?

—En serio no puedo creer que no te agrade Jungkook y hagas algo como eso, Mihyang —habla decepcionada la castaña.

—Lo siento, pero no me agrada y sabes que no soy buena fingiendo...

—Ya, mejor guarda silencio —murmura Jiyu, acercándose a Goeun que tiene los brazos cruzados y la vista nublada por las lágrimas—. Cariño, nuestra intención nunca fue incomodarlo. No sé qué sucedio...

—Olvídenlo.

Goeun sorbió la nariz y comenzó a subir las escaleras pasando de los llamados de su madre y prima, porque estaba demasiado decepcionada. No sabía si por la manera de actuar de su familia o porque Jungkook se fue sin más y apagó el celular.

Al entrar a su habitación dio un portazo y se sentó en su cama, recordando el momento en que este la abrazaba y tarareaba, la paz que sentía, como quería que la sostuviera así siempre.
Las lágrimas comenzaron a brotar y las limpió rápidamente, presionando los labios para que los sollozos no escaparan, porque no quería llorar por eso por más que le doliera que se haya ido sin más y las cosas no resultaran como tanto quiso.

No comprendía qué pudo haber pasado y sabía que por más que intentara llamarlo, aún iba a darle el buzón y ya se había cansado de escuchar esa voz.
Lo menos que había querido era que las cosas volvieran a estar mal entre ambos, porque aunque le aterraba cada día iba enamorándose más.
Quería volver a esa noche donde bajo la luz de la luna se dieron la oportunidad de crear algo lindo, algo sano, como también se dieron la oportunidad de quererse, pero allí estaba otra vez llorando sin entenderle un poco.
Nuevamente su corazón encogiéndose, mientras las lágrimas brotaban sin parar.

El tiempo pasaba y ella seguía perdiéndose en los recuerdos, sorbiendo su nariz, hasta que decidió llamar a Jimin, con la esperanza que Jungkook estuviera con él.

¿Goeun?

— ¿Jungkook...Jungkook está contigo? —pregunta tratando de su voz suene normal.

¿Estás bien? Suenas...extraña. ¿Estás llorando?

¿Qué? No, para nada —limpia rápidamente las lágrimas como si este pudiera verla—. Responde mi pregunta.

—Sí, está aquí.

—¿Les molestaría si voy a verlo?

Goeun, es muy tarde...

Por favor, necesito verlo.

¿Pasó algo entre ustedes?

N-No lo sé. Por favor, Jimin...

Es cerca de medianoche, no deberías conducir a estas horas.

No va a pasarme nada. No te preocupes.

Ya, está bien —suspira—. Conduce con cuidado.

Lo haré. Gracias.

Buscó una chaqueta y luego de colocársela decidió salir volviendo a escuchar los  llamados de su prima, pero pasó de ellos saliendo de su casa para dirigirse a su coche.
No le importaba lo que le dijeran porque sentía la necesidad de poder ver a Jungkook, de poder hablar sobre lo que sea que le haya sucedido.

Mientras conducía sentía como los nervios iban aumentando porque no sabía cómo podría llegar a actuar cuando la viera. Siempre lograba sorprenderla y dejarla aún más confundida, pensando en que si algún día lograría descifrarlo.














(...)












Jimin se encontraba en el living con su cabeza tirada hacia atrás y el celular en sus manos. A pesar que se encontraba agotado y quería dormir de una vez, para así olvidarse de todo lo sucedido, el saber que Goeun iría no se lo permitía.
Necesitaba estar despierto para recibirla y asegurarse que Jungkook no actuara con ella así como actuó con él.

Al escuchar unos toques se levantó rápidamente dejando el celular en el sillón, para dirigirse hacia la puerta, sintiendo como los latidos de su corazón se aceleraban. Tomó una bocanada de aire y abrió la puerta, observando como se encontraba con una chaqueta negra que parecía el doble de su tamaño, un jean y zapatillas blancas.
Su cabello lo llevaba suelto y ondulado, estaba sin maquillaje lo que permitía que notara su nariz enrojecida, al igual que sus ojos que también estaban hinchados.

Este suspiró al verla de esa manera, la tomó del brazo para hacer que entrara y cerrara la puerta, mientras la envolvía en sus brazos, sorprendiéndola por un momento, sin ser correspondido.

—¿Estás bien?

—¿Dónde está Jungkook? —pregunta separándose y Jimin desvía la mirada, tratando de ignorar la punzada en su pecho por la decepción.

—En la cocina.

—¿Puedo pasar? —este asiente y ella da unos pasos hacia el frente, pero la toma del brazo—. ¿Qué sucede?

—La verdad es que está ebrio —rasca su nuca con nerviosismo, pensando en que quizás debió decírselo por llamada porque cada segundo que pasa se arrepiente más de haber aceptado—. ¿Discutieron o algo? Porque parece molesto.

—No, él simplemente se fue.

—Mira, no sé qué fue lo que pasó, pero creo que no hice bien en aceptar que vinieras porque está actuando como un idiota y no quiero...

—No importa. Hablaré con él.

—Goeun...

—No te preocupes. Ve a descansar que es demasiado notable que tienes sueño —le regala una sonrisa tranquilizadora y este intenta sonreír, pero le sale más una mueca.

—Está bien —suspira—. Avísame cualquier cosa.

—Ve a descansar.

Goeun se dirigió hacia la cocina a paso lento e inseguro, sintiendo algo de temor por lo que había hablado con Jimin. Se reprochaba el sentirse así, pero si recordaba las vacaciones cada discusión, la manera de actuar del pelinegro no podía evitarlo.

Al entrar se sorprendió de ver las botellas de Soju en la mesa y a Jungkook con las manos en la cabeza, por lo que apresuró el paso para acercarse a este, ya que sentía sus brazos arder por las ganas de abrazarlo.

—¿Jungkook? —pasa la mano por su espalda y este levanta rápidamente la cabeza, tratando de mantener los ojos abiertos, frunciendo el ceño al verla.

—¿Qué rayos haces aquí? —pregunta arrastrando las palabras.

—¿Por qué te fuiste?

—No me toques —se aleja rápidamente casi cayéndose del taburete—. No quiero que me toques, Goeun.

—Pero, ¿qué sucede? ¿Hice algo? —pregunta preocupada—. Porque si es así...

—¿Para qué rayos quería que me quedara allí? ¿Para escuchar como hablan del idiota de Jimin? —pregunta entre dientes.

—¿De qué hablas? —arruga el rostro confundida.

—Sólo lo hiciste para que escuchara como creen que él es mucho mejor que yo, que soy como una segunda opción para ti, ¿no? —ríe cínico y niega con la cabeza—. Como no puedes tenerlo a él, decidiste quedarte con el idiota de su mejor amigo —suelta una risa amarga y toma una bocanada de aire tembloroso a causa del llanto retenido—. No estoy para esas mierdas, Goeun.

La fémina comenzaba a entender todo, por lo que sintió su corazón encogerse y al ver a Jungkook tan afectado deseaba más que nada abrazarlo. Decirle que todo lo que dijo su familia a ella no le importaba para nada, porque su corazón le pertenecía a él y no quería estar con otra persona.

—Lo siento...

—Los padres de Heekyung me adoraban, ¿y se supone que ahora que estoy contigo debo escuchar como tu madre y tu prima hablan mierda de mí? —pregunta cínico, alzando una ceja—. ¡No tengo porqué soportar eso!

—¿Por qué la nombras? —pregunta con un nudo en la garganta sintiéndose dolida.

—¡¿Estás escuchándome?!

—Sólo...sólo quiero saber porqué la metes en ésto.

—¡Estoy diciéndote que no tengo que soportar eso de tu familia! —se levanta molesto y ella da un paso hacia atrás—. Creo que hice mal en pedirte que fueras mi novia.

Goeun al escucharlo se acercó rápidamente tomando su rostro entre sus manos por más que este quiso separarse, pero es que el miedo como las inseguridades empezaban a atacarla y no quería perderlo.

—No digas eso, por favor.

—E-Estoy arrepintiéndome porque...

—No hables. Estás ebrio y no sabes lo que dices —suspira juntando sus frentes.

—No es cierto.

—Mañana cuando ya no lo estés, hablaremos con tranquilidad —asegura y deja un beso en su frente—. Vamos a descansar.

—No...

—Vamos.

Cuando empezaron a dirigirse hacia su habitación, Jungkook tuvo que pasar su brazo por los hombros de ella al subir las escaleras, lo cual hacía que caminaran con algo de dificultad. Por momentos se apoyaba mucho en ella que era pequeña a comparación de él, por lo que reía en los momentos en donde casi caían, mientras la castaña chillaba por el miedo de que este fuese a golpearse.

Al llegar a la habitación este le pidió que le quitara la ropa para poder recostarse, ya que le gustaba dormir sólo en bóxer, mientras que ella buscó una camiseta de él en el armario para colocarse.
Cuando lo vio recostado no pudo evitar sonreír y se recostó a su lado, apagando la luz del velador, sintiendo como Jungkook la buscaba en la oscuridad.
Apoyó la cabeza en su pecho, envolviendo su cintura con los brazos, haciendo un sonido involuntario con la garganta, lo que le permitía saber a Goeun que estaba cómodo.

—Descansa, amor —murmura acariciando su corto cabello sin borrar la sonrisa de su rostro.

—Te amo, Heekyung —dice con voz profunda y algo de dificultad, segundos antes de dormirse por completo.

Goeun al escucharlo abrió los ojos a la par, sintiendo como el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento. Rápidamente llevó la mano a la boca ahogando los sollozos, mientras que las lágrimas brotaban sin parar y su corazón daba un vuelco.

¡Hola!

¿Creen que Goeun se atreva a enfrentar a Jungkook?

Espero que les haya gustado el capítulo y si es así, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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