28; ACEPTAR
❝ACEPTAR❞
Goeun se encontraba recostada en su cama sintiendo los fuertes brazos de Jungkook rodearla, y al escucharlo tararear no pudo evitar sonreír.
Ya habían pasado unas semanas, ese tiempo sin verlo lo había extrañado demasiado —más de lo que le gustaría admitir—, pues se había acostumbrado a verlo todos los días luego de ese mes juntos. Pero ahora debía aceptar que ambos iban a estar ocupados con sus proyectos, aún asi, este la llamaba cada vez que podía, no importaba si eran sólo por unos pocos minutos necesitaba escuchar su voz, su risa.
Ese día jamás se esperó que luego de escuchar el timbre y abrir la puerta, se encontraría con él, pero verlo hizo su corazón brincar de emoción. Chilló emocionada y se tiró sobre él, enrollando las piernas en sus caderas, escuchando como este reía, pero aún así la envolvía con sus brazos.
Sin duda había sido una de las mejores sorpresas porque no verlo por más que ambos estuvieran ocupados, estaba logrando desanimarla, a pesar que fingía que no era así.
—Te extrañé, Goeun —murmura apegándola más a su cuerpo, a pesar que ella estaba dándole la espalda.
—Y yo a ti —sonríe llevando las manos a las suyas—. Aunque has estado más ocupado que yo, así que dudo que hayas tenido tiempo para extrañarme.
—No digas tonterías —muerde el lóbulo de su oreja, provocando que ella chille y luego ambos larguen una carcajada—. Siempre te pienso. No importa qué tan ocupado esté.
—¿Lo dices en serio? —gira un poco su cabeza tratando de verlo. Sus ojos brillan de ilusión, lo que hace que este sonría con dulzura.
—Claro que sí, mi amor —responde en casi un murmuro llevando la mano a su mejilla, para luego inclinarse y juntar sus labios.
Jungkook aumentó la intensidad del beso envolviendo sus lenguas, mientras bajaba la mano acariciando su cintura desnuda, hasta llegar a su cadera donde dio un pequeño apretón, provocando que ella hiciera un sonido involuntario y se separara sonrojada. Al notar que no era capaz de verlo, rió escondiendo su rostro en el hueco de su cuello, sin saber que eso hacía que ella sintiera un cosquilleo en su vientre.
—¿Estás bien? —pregunta cerca de su oído, dejando un camino de besos hasta llegar a su cuello y la escuchó suspirar.
—Jungkook, mi madre debe estar por llegar —dice con algo de dificultad—. Debemos bajar
—Entonces, ¿quieres que pare?
Al no recibir respuesta alguna más que ella inclinara un poco la cabeza de lado, sonrió dándole un apretón en la cadera apegándola más a él. La manera en la que respiraba sobre su piel húmeda, mientras bajaba la mano de manera lenta por su vientre, hizo que los vellos de su piel se erizaran.
Volvió a subir la mano lo que la hizo soltar un quejido porque sentía que estaba torturándola, pero la metió la dentro de la camiseta subiendo hasta llegar a uno de sus pechos, apretándolo.
Un gemido escapó de sus labios y Jungkook volvió a besar su cuello, succionando, pasando la lengua y mordiendo levemente.
Con sus toques podía lograr hacerla enloquecer, la excitaba cada vez más, al punto que sentía como el calor iba acumulándose en su zona sensible, y quería desesperadamente que la tocara de una vez, pero este parecía disfrutar de como la torturaba.
Cuando decidió dejar de hacerlo y bajar la mano, la metió dentro de su chándal y bragas, sintiendo lo húmeda que ya se encontraba. Comenzó a acariciar de manera lenta, respirando cerca de su oído, provocando que jadeara y se tensara.
—¿Te gusta? —pregunta con voz profunda.
—Deja de torturarme, Jungkook —pide frustrada.
El pelinegro soltó una risilla divertida, hasta que empezó a hacer movimientos circulares sobre su clítoris.
Sin poder evitarlo su cuerpo reaccionaba a esos movimientos, sus caderas se movían siguiendo su ritmo, hasta que su trasero chocó contra el bulto del pantalón de Jungkook, que soltó un pequeño gruñido. Verla y escucharla de esa manera había provocado que se pusiera duro.
A pesar que estaba de espaldas, ella giró un poco su cabeza para verlo, observando aquellos orbes oscuros que desbordaban de lujuria. Para su sorpresa este introdujo un dedo en su interior y ella gimió cerrando los ojos por un momento, disfrutando de la sensación, mientras este mordía su labio inferior, volviendo a apegarse a ella para que lo sintiera.
Al darse cuenta que con facilidad podía introducir un segundo dedo, lo hizo.
Goeun gimió sintiendo como se movían dentro de ella, disfrutando de lo resbaladizo y explorando. Los sacaba y metía aumentando de a poco el ritmo, por lo que ella cerró los ojos suspirando, tratando de controlarse.
—Te encanta como te toco, ¿cierto? —pregunta en su oído y cuando ella restriega el trasero sobre su miembro, gruñe.
—Sigue...
Jungkook la interrumpió juntando sus labios en un beso hambriento, mientras arqueaba sus dedos, provocando unos espasmos en su cuerpo. Restregaba su miembro en el trasero de ella, deseando estar dentro de una vez, pero unos toques en la puerta los hizo sobresaltar.
—¡Goeun, mi tía acaba de llamarme! ¡Está por llegar! —la castaña al escucharla tragó con dificultad, pues Jungkook seguía con los movimientos como si nada pasara, mirándola atento—. ¡¿Goeun?!
—¿No vas a contestar, mi amor? —pregunta divertido con la respiración pesada.
Sus movimientos se habían vuelto lentos y con el pulgar presionaba su clítoris, mientras ella cerraba los ojos disfrutando de la sensación. Aún así, quitó su mano sentándose, tomando una bocanada de aire para volver en sí.
—¡A-Ahora bajamos!
Al escuchar sus pasos alejarse volvió a tranquilizarse, mientras escuchaba la risa de Jungkook que volvía a acercarse a ella envolviéndola con los brazos.
—¿Te dolió tener que arruinar nuestro momento?
—Cállate —volteó a verlo enojada, aunque la sonrisa que este tiene en su rostro que hace que sus orbes se vuelvan pequeños con arruguitas a sus costados, derrite su corazón.
Jungkook miraba su rostro sonrojado y llevó la mano a su barbilla para juntar sus labios, esta vez en un beso lento, disfrutando de cada sensación que le provocaba.
Me encantas, Goeun —murmura sobre sus labios acariciando con el pulgar su mejilla.
—Tenemos que bajar.
—Primero déjame pasar al baño, ¿no? —la fémina rió al saber a lo que se refiere.
—Prometo que más tarde te ayudaré en eso.
—Estoy seguro que sí —le guiña el ojo mientras sonríe, para luego dejar un pequeño beso sobre sus labios.
(...)
Los minutos fueron pasando y ambos decidieron bajar a esperar la madre de Goeun. La castaña estaba emocionada porque ella al fin conociera a quien robó su corazón, aunque también sentía algo de nervios y esperaba que haya olvidado el hecho de que la vio llorar por él.
—¿Estás nervioso? —pregunta entrelazando sus dedos, mientras bajan las escaleras.
—No —frunce por un momento el ceño y desvía la mirada jugando con el piercing del labio inferior.
—Hm...estoy empezando a conocerte más y me doy cuenta que estás mintiendo —murmura con una pequeña sonrisa.
—Sólo un poco. Es que ni siquiera le agrado a Mihyang, así que...
—Oh, vamos, ¿qué dices? —arruga el rostro—. Claro que le agradas.
—Me doy cuenta que no le agrado, Goeun. Es demasiado evidente, así que no trates de mentirme —suspira frustrado.
—Ya, al principio es así, pero luego te amará. Lo juro —le regala una sonrisa tranquilizadora. Este asiente poco convencido, pero no quiere decir nada más, porque sabe que sólo logrará desanimarla y le gusta verla emocionada.
Al terminar de bajar las escaleras Goeun y Jungkook voltearon a ver a la adolescente, que miró por un momento con el semblante serio a Jungkook, hasta que se puso con el celular, por lo que este volteó a ver a su novia suspirando, porque estaba seguro que sólo era así con él.
La fémina quiso llevar a Jungkook al otro sofá para sentarse y tratar de sacarle conversación a su prima, así lograría que se llevaran bien, pero la puerta se abrió permitiendo ver a su madre, por lo que el pelinegro apretó su agarre sintiendo como los nervios ahora comenzaban a aumentar.
—Buenas noches —saluda la mujer acercándose con una sonrisa.
—Mamá, te presento a Jeon Jungkook, mi novio —sonríe mirándolo embobada, mientras este hace una reverencia tratando de esconder los nervios.
—Es un gusto conocerla, señora.
La mujer lo estudiaba con la mirada, por lo que este presionó los labios, tragando con algo de dificultad sin saber si decir algo más, porque la tensión iba creciendo. El hecho de que lo mirara de esa manera no le gustaba, porque sentía que podía leer todo lo que pensaba, que podía ver todo lo que escondía, por lo que quería huir de allí de una vez, ya que se había arrepentido de haber decidido darle una sorpresa. Goeun al notarlo se acercó llevando las manos a su brazo, para así tratar de calmarlo de alguna manera.
—Bien, iré a preparar la cena. ¿Te gusta la pizza, Jungkook?
—C-Claro.
—Jimin las ama, espero que tú igual —sonríe.
—Sí, siempre las pide cuando viene —comenta riendo, Mihyang.
—Oh, no lo sabía. De todas maneras, estoy seguro que también van a gustarme —trata de sonreír, aunque sus comentarios le disgustaron de gran manera.
Eso le hacía creer que ellas sabían cómo molestarle, logrando que los nervios fuesen reemplazados por la rabia que intentaba esconder.
La mujer empezó a caminar hacia la cocina, mientras que Mihyang tomaba su celular nuevamente ignorándolos por completo. Goeun algo nerviosa volteó a ver a Jungkook, que tenía el semblante serio tratando de ignorar lo que habían dicho, porque sabía que no era correcto sentir celos cuando ya había arreglado las cosas con Jimin, y si estaba allí era porque ahora la fémina estaba con él.
—Iré a darme una ducha, ¿sí?
—¿Qué? ¿Vas a dejarme aquí? —voltea a verla asustado.
—Sólo serán unos minutos. Prometo no tardarme —asegura para caminar, pero este la sigue tomándola del brazo.
—Goeun, no me dejes aquí solo...
—Estarás con Mihyang.
—¡Ella me odia! —murmura extendiendo los brazos.
—Deja de decir eso. No es cierto.
—No me dejes solo. No le agrado a nadie.
—No es cierto. Además, puedes aprovechar para que te conozcan más y vean lo increíble que eres —toma su rostro entre sus manos—. Te van a aceptar. Tranquilo.
—Goeun...
—Ellas van a amarte —asegura con una sonrisa, para luego juntar sus labios en un pequeño beso—. Ya vuelvo. No me extrañes.
En otra situación se hubiera reído o hubiera dicho algo, pero ahora sólo suspiró frustrado, volteando a ver a la adolescente para acercarse y sentarse en el sofá de al frente.
Apoyó las manos en las piernas que tenía separadas y se inclinó hacia adelante, pensando en qué podría decir que lograra que pudieran conversar.
—¿Vas al instituto?
Aquella pregunta llamó la atención de la adolescente, que levantó la cabeza a la vez que alzaba una ceja. Estaba algo sorprendida porque se dignara en hablarle, pero aún así contestó.
—Sí.
—¿Y te gusta?
—Iré a ayudar a mi tía.
Este abrió los ojos a la par observando como se dirigía a la cocina, por lo que se tiró hacia atrás cerrando los ojos, mientras trataba de mantener la calma.
Una presión se había instalado en su pecho y los recuerdos golpeaban porque querían torturarlo, pero este no estaba dispuesto a permitirlo.
Necesitaba más que nada hacer las cosas bien ahora que estaban juntos, por lo que recordó sus palabras sobre que debía aprovechar ese tiempo en el que no estaba presente, y tratar de hablar con ellas, para que así lo conocieran. Estaba seguro que si lo hacían, podía hacer que lo aceptaran y ya no sentiría que nombraban a Jimin con mala intención, ni tendría celos.
Se levantó preparándose mentalmente, pensando a la vez sobre qué podría decir y comenzó a dirigirse de manera insegura a la cocina. Escuchaba cada vez de manera más clara sus voces y cuando estaba a punto de abrir, la conversación llamó por completo su atención, por lo que acercó un poco su oído a la puerta que estaba entreabierta.
—Deberías haberte quedado con el tal Jungkook.
—No es mi culpa que Goeun haya decidido bañarse.
—Pero no está bien que esté en el living solo.
—No me agrada. No me obligues a quedarme con él, tía —suena rogante.
—Ya, está bien. Quizás si le damos una oportunidad nos agrade.
—Lo dudo mucho.
—¿Por qué?
—Porque tiene hasta cara de idiota.
—¡Mihyang!
—¿Vas a negarlo? Sé que tú también lo sientes —suspira—. Goeun debería estar con alguien mejor que él.
—¿Con Jimin? —ríe—. ¿No vas a ponerte celosa?
—Sólo fue un pequeño enamoramiento que tuve a los catorce. Era mi bias, así que no me lo recuerdes —explica riendo—. Y creo que si, que debería estar con él.
—Lo estaría si no fuera porque no le corresponde, así que ahora sólo nos queda conocer a ese muchacho...
Jungkook sentía que su mandíbula iba a quebrarse si seguía apretándola, su respiración estaba pesada y las manos empuñadas. La ira se estaba apoderando de él al punto de querer cegarlo, por lo que salió rápidamente de allí, sin siquiera esperar a su novia.
No podía quedarse un segundo más en esa casa o explotaría.
¡Hola!
¿Yo actualizando seguido en esta historia? Se me hace muy extraño porque es con la que más me tardo, pero la inspiración me llegó y pude escribir unos capítulos, así que como parece que realmente les está gustando, quise actualizar seguido como forma de agradecimiento jajsjs
¿Creen que les traiga problemas problemas la relación el hecho de que Jungkook no sea aceptado por la familia de Goeun?
Sé que fue algo corto en comparación a los demás capítulos, pero les prometo que el próximo será extenso y más interesante
Espero que les haya gustado el capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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