27; FINGIR
❝FINGIR❞
—Te gusta, ¿no es así?
—Claro que sí, pero no puedo hacer nada, Taehyung.
—Si puedes. Jungkook le terminó, así que intenta hablar con él de tus sentimientos y si lo entiende, entonces, arriésgate —sonríe—. Estoy seguro que él va a entenderlo, más que nada porque se trata de ti, Jimin.
—Lo dudo mucho.
—¿Por qué?
—Pregunté por él y Yoongi me dijo que fue a hablar con Goeun.
Jimin no podía dormir, mucho menos luego de saber que Jungkook había tomado la decisión de buscar a Goeun, por más que se trataba de convencer que quizás era para darle un buen cierre a lo que tuvieron, pero el hecho de que ya sea medianoche y no volviera, le preocupaba.
Había bajado a tomar un té para así intentar calmarse y volver a dormir, pero Taehyung lo había sorprendido al también entrar a la cocina.
Hablaron animadamente por unos pocos minutos, hasta que Jimin no lo soportó más y le habló de lo que estaba pasando por su cabeza. Por más que Taehyung intentaba sacar esas ideas, el más bajo creía que no iba a darle ningún cierre y volvieron, lo cual provocaba que sintiese su corazón encogerse.
—Es lo mejor que pudo haber hecho porque no podía dejar las cosas como estaban. No era correcto.
—Lo sé, pero quizás volvieron.
—Lo dudo muchísimo. Parecía demasiado molesto, así que quizás sólo fue a terminar definitivamente.
—No lo sé —suspira.
—Y si es así, entonces, ¿al fin vas a arriesgarte?
—No es correcto.
—¡¿Por qué?!
—¡Porque Jungkook es mi mejor amigo! ¡Es como mi hermano! —alza la voz frustrado—. Pensar en que puedo causarle dolor estando con ella me hace dar un paso hacia atrás.
—Jimin...
—Entiéndeme.
—¿Y si te digo que estuvo con Heekyung? —pregunta en un murmuro casi inaudible mirando la mesada.
Durante la mañana Taehyung se había acercado a la cocina para desayunar, pero al escuchar a Hoseok hablando con Jungkook, se detuvo a escuchar. Pues, era demasiado curioso y la conversación había llamado su atención al escuchar el nombre "Heekyung".
—¿De qué carajos hablas? ¿Estuvo con ella? —pregunta sorprendido.
—Según lo que escuché hablaron, así que supongo que fue a terminar todo con Goeun, para poder regresar con Heekyung.
—Si hace eso sería un idiota.
—También pienso lo mismo. Se veía muy bien con Goeun, hasta me daban ternura...lo siento.
—Ya, olvídalo.
Al escuchar la puerta de la entrada ambos se sobresaltaron, y volvieron a mirarse, sabiendo que debía tratarse de Jungkook.
—Bien, iré a descansar. Luego cuéntame todo —sonríe.
—Está bien. Descansa, Taehyung.
—Tú igual.
Taehyung se marchó de la cocina, pero lo escuchó hablar por un momento con Jungkook, el escuchar la voz de este lo hizo tensar y sentir sus latidos acelerarse. Aunque no lo quisiera le provocaba nervios volver a hablar con él luego de la discusión que tuvieron por llamada que decidió colgar, haciendo que su enfado creciera aún más.
Al escuchar la puerta abrirse presionó los labios y levantó lentamente la mirada, encontrándose con la oscura de Jungkook, que alzó una ceja mientras se acercaba a la nevera.
—¿Qué haces despierto a esta hora? Deberías estar descansando como los demás para acomodar tu horario —habla tranquilamente al agarrar una botella de agua.
—Sólo bajé a tomar un té —responde en un murmuro casi inaudible.
—Está bien. Iré a dormir porque estoy muy cansado —le resta importancia dirigiéndose hacia la puerta nuevamente y le da un sorbo al agua.
—Ven aquí, Jungkook.
Este al escucharlo hablar así volteó confundido, tratando de mantener la calma, mientras que Jimin trataba de sostenerle la mirada y mostrarse fuerte. Le dolía demasiado la distancia que estaban teniendo, y notar que a él no parecía afectarle para nada.
—¿Qué quieres?
—Hablar contigo, ¿no es obvio?
—Ya lo hemos hecho.
—Lo hicimos y volvimos a lo mismo.
—Porque tú...
—Cállate, vas a escucharme —habla serio señalándolo, provocando que Jungkook endurezca sus facciones—. Si me quedé con ella es porque estaba destrozada por la manera en la que actuaste. Somos mejores amigos hace años y su madre me adora, así que me invitaron. No podía quedar mal y rechazar, mucho menos cuando Goeun estaba así —suspira—. No pasó nada entre ella y yo, sólo actué como lo hubiera hecho cualquier amigo. ¿Por qué piensas que sería capaz de traicionarte de esa manera, Jungkook? —pregunta desesperado—. Me conoces hace muchísimos años, somos como hermanos, ¿lo olvidas?
El pelinegro bajó la cabeza pasando la lengua por el interior de su mejilla, mientras pensaba en cada palabra salida de los labios gruesos de Jimin, que lo miraba dolido, deseando que reaccionara de una vez.
La culpa empezaba a expandirse por su pecho al recordar cada momento compartido con el rubio, lo unidos que eran antes, la manera en que lo apoyaba y siempre lo animaba, por lo que sin soportarlo se acercó a él para aferrarse, provocando que este soltara un jadeo de sorpresa.
Sin dudar le correspondió y una sonrisa se dibujó en su rostro, porque lo había extrañado demasiado. Nada, ni nadie, iba a poder reemplazar la amistad que tenía con el pelinegro. No quería perderlo jamás y menos por un motivo como ese.
—Lo siento tanto, Jimin.
—Yo igual.
—¿Tú por qué? No has hecho nada malo. Yo soy un idiota que se deja llevar por los celos sin reaccionar que se trata de ti —habla separándose.
—Quizás porque no me doy cuenta que hago cosas que pueden provocar esas inseguridades en ti —hace una mueca.
—Pero eso ya no pasará.
—Tienes razón. Hablaste con Heekyung, ¿no es así?
—¿Cómo sabes eso? —inquiere alzando una ceja, tensándose.
—Oh, p-porque sin querer escuché un poco cuando hablabas con Hoseok.
—¿Y qué escuchaste?
—Sólo que hablaste con ella ayer.
—Ya, está bien —suspira volviendo a ponerse frente a él, apoyando los brazos en la mesada para jugar con la botella.
—¿Y me dirás que hablaste? ¿Volvieron?
Una pequeña parte de Jimin quería que dijera que sí, mientras que la otra que no, aunque eso podría llegar a significar que volvió con Goeun, pero es que sabía cuánto su mejor amigo sufrió en aquella relación tóxica, y que si volvían lo seguiría haciendo. Hasta quizás mucho más.
—Sólo le dije que...que me dejara en paz, porque no había forma de que estemos juntos otra vez.
—¿En serio? —abre sus ojos a la par por la sorpresa—. Vaya, estoy muy orgulloso de ti. Fue lo mejor, Jungkook.
—Lo sé. Más que nada porque hace un rato le pedí a Goeun que sea mi novia, ¿y qué crees? —sonríe—. Me dijo que sí, Jimin.
La sonrisa del rubio se borró por completo al escucharlo y en su mirada podía reflejarse el dolor, mientras que su corazón daba un vuelco. La decepción se había vuelto parte de él porque luego de hablar con Taehyung, creyó que Jungkook si le había dado un fin a lo que tenía con Goeun, pero ahora enterarse que eran novios le dolía demasiado, aunque sabía que eso estaba mal y debía sentirse feliz por sus dos mejores amigos.
—¿No vas a decir nada? —pregunta aún con una sonrisa.
—Oh, ¿estás feliz?
—Claro. Me di cuenta que somos el uno para el otro.
—Entonces, felicidades —se acerca a él para abrazarlo—. No sé qué se dice en estas situaciones. Lo siento.
—Está bien. Gracias, Jimin —ríe palmeando su espalda antes de separarse—. Ahora sí, me iré a descansar. Tú deberías hacer lo mismo.
—Lo haré. No te preocupes.
Jungkook asintió con una sonrisa y salió de la cocina dejándolo solo, perdido en sus pensamientos y en sus sentimientos tan intensos. Por más que quiso, no pudo fingir una sonrisa en ese momento y se reprochaba por eso, porque no quería que su mejor amigo notara aquellos sentimientos que podía volver a crearle inseguridades y que se distanciaran.
¿Qué podía hacer? Se preguntaba una y otra vez, sintiendo como el dolor iba extendiéndose por su pecho.
Odiaba sentirse así y le daba miedo que eso aumentara, que por primera vez sintiera ese dolor de un corazón roto, lo cual le aterrorizaba de gran manera.
Jimin empezaba a creer que debía hacer esos pensamientos a un lado, seguir manteniéndose fuerte y ser feliz por sus amigos, como si eso no le afectara para nada.
(...)
Por la noche a Jimin le había costado demasiado dormir porque los recuerdos se instalaban en su cabeza. Los días que estuvo en Francia junto a Goeun, los primeros días en Las Bahamas y la manera en la que se había negado a aceptar sus sentimientos, por más que hasta sus propios amigos se habían dado cuenta de ellos.
Se preguntaba si hubiera sido capaz de aceptarlos y dar el paso que tanto le asustaba, ¿Goeun se hubiera fijado en Jungkook y él en ella? ¿Hubieran sido capaz de traicionarlo así? De sólo imaginárselo se sentía estremecer y agradecía no haberlo hecho, porque realmente hubiera terminado con el corazón destrozado.
Una parte de él deseaba ser capaz de poder odiar a Jungkook, porque había días que se sentía traicionado, pero se le hacía tan imposible por el cariño que le tenía, mientras que con Goeun no sentía más que culpa, porque él de cierta manera había provocado eso, lastimándola una y otra vez por no ser capaz de aceptar sus sentimientos.
Se encontraba sentado en su cama pasando las manos por su rostro, sintiéndose frustrado, ya que por más que se estaba obligando a dejar de pensar en eso no podía, hasta que unos toques en la puerta llamaron su atención. Al estar entreabierta levantó la cabeza y vio a Jungkook asomándose, con una pequeña sonrisa que le hizo desconcertar por un momento, hasta que recordó lo que habían hablado y que ya estaban más que bien.
—¿Qué sucede?
—¿Quieres salir a correr conmigo, Jimin-ssi?
Aquella pregunta antes lo hubiera emocionado, porque nada extrañaba más que pasar el tiempo a su lado. No importaba que fuese lo que hicieran, siempre terminaban divirtiéndose, pero ahora pensar en pasar tiempo con él hacía que su corazón se encogiera.
—Lo siento. Estoy cansado —al notar como lo mira desconcertado y abre más la puerta para pasar, trata de sonreír—. Pero quizás mañana.
—¿Qué sucede?
—¿No le has preguntado a Namjoon?
—Salió más temprano con Hoseok.
—¿Y a Jin?
—Ya, dime qué sucede. No intentes evadir mi pregunta.
—Sólo estoy cansado, Jungkook. No tienes que preocuparte.
El pelinegro suspiró sentándose a su lado sin quitarle la mirada de encima, mientras que este tenía la cabeza gacha y jugaba con sus manos, tratando de controlar los nervios, porque temía más que nada que se diese cuenta que se encontraba afectado por el hecho de que ya era novio de Goeun.
No quería volver a discutir con él, no estaba como para soportar eso porque por más que estaba lastimado, lo echaba de menos y sabía perfectamente que no estaba bien pelearse con él por una mujer. La amistad tenía que ser mucho más importante.
—No te creo —apoya la mano en su hombro y este gira la cabeza a verlo, tragando con dificultad—. ¿Qué pasa por esa cabeza tuya? Sabes que puedes hablar conmigo, Jimin.
—Estoy bien, en serio —se esfuerza por sonreír—. Sólo no estoy pudiendo dormir bien y ya.
—Está bien. Haré como que te creo porque no quiero que te molestes conmigo, pero deberías sacar eso que te trae así —despeina su cabello mientras se levanta, provocando que el más bajo suelte una risilla—. Saldré a correr solo. Trata de hacer algo para distraerte, ¿sí?
Jimin al ver su mirada de preocupación no pudo evitar sentir como su corazón daba un vuelco, mientras la culpa se extendía por su pecho.
—Tú cuídate.
—Lo haré. Te veo luego, Jimin-ssi.
Jungkook volteó por última vez mirándolo con una pequeña sonrisa y salió de la habitación, cerrando la puerta a sus espaldas. El rubio se sentía mal por haber rechazado su invitación, ya que había visto un brillo de ilusión en sus orbes, pero ver como se preocupaba y como le sonreía sólo lograba que se sintiera peor, cuando había extrañado eso, por lo que creía que si seguía así iba a terminar enloqueciendo.
—¡Jungkook!
Se levantó de la cama rápidamente arrepentido de haberse negado, porque quizás si salía junto a él, además de distraerse, mejoraría aún más la amistad, pero su celular comenzó a sonar llamando su atención, por lo que volteó para tomarlo ya que lo había dejado en la cama. Al ver que era una videollamada de Goeun, sintió como se estremecía y sus latidos se aceleraban.
Volvió a dejar el celular en la cama dispuesto a volver a buscar a Jungkook, pero el sonido y saber que se trataba de ella, lo estaban enloqueciendo. Cerró los ojos con fuerza empuñando las manos tratando de ser fuerte, de ser capaz de ignorarla, porque sabía que no estaba como para escuchar lo mismo de parte de ella. Pues, si con Jungkook le había costado demasiado fingir, no quería imaginarse con Goeun, pero sus sentimientos estaban traicionándolo.
Volteó rápidamente antes de que fuera tarde y aceptó la videollamada, sintiendo como su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho.
—Hey, ¿cómo estás, Goeun? —al verla con su cabello suelto, sus ojos cafés que parecían tan brillantes y su tierna sonrisa, no pudo evitar sonreír él también. Sigue admirándola, porque hacía tiempo no la veía así de resplandeciente como tanto le encantaba—. Aunque no creo que sea necesario preguntar, te ves bien.
—¿En serio? ¿P-Por qué lo dices? ¿Se nota demasiado? —pregunta sin poder dejar de sonreír aunque lo intenta, mientras acomoda su cabello.
—Se nota en tus ojos y en tu sonrisa —responde señalándola.
—¡Ah! Está bien. No puedo ocultarlo —ríe—. ¡Estoy muy feliz, Jimin! ¡Demasiado!
Jimin rió por un momento, hasta que recordó la conversación de la medianoche con Jungkook, por lo que hasta su sonrisa se fue borrando lentamente, mientras bajaba la mirada.
—¿Eso tiene que ver con Jungkook?
— ¡¿Lo sabes?!
—Es mi mejor amigo, ¿no?
—Sí, es sólo que...
—Anoche hablamos y ya estamos bien otra vez —sonríe a medias—. Entonces, te pidió que seas su novia, ¿no?
—¡Sí! —chilla emocionada y al darse cuenta se sonroja cubriéndose un poco el rostro con la mano—. Lo siento por actuar así, es que...Jimin, siento que voy a explotar de felicidad. No sé qué ha hecho conmigo, pero estoy tan feliz. No puedo creerlo aún.
Jimin intentó sonreír, pues hacía tanto que sólo la veía apagada y no la sentía como la Goeun de antes, que ahora verla así le encantaba. Pero saber que era por Jungkook, le estaba doliendo demasiado, aunque intentaba ponerse feliz por ella, porque lo menos que quería era ser egoísta cuando ya la había lastimado demasiado.
—E-Estoy muy feliz por ti, Goeun. En serio.
—Sí, pero hay algo...—suspira bajando la mirada llamando la atención del rubio— hay algo que...que me quita la felicidad.
—¿Qué es? —pregunta preocupado y ella lo mira por un momento presionando los labios, como si no supiese cómo decirlo.
— No importa. Intentaré hablar con él luego, por ahora no debo preocuparme demasiado porque le pedí que me dejara pensarlo.
—Pero, Goeun, dime...
—Olvídalo. ¡Estoy muy feliz! —ríe—. Me gustaría que estuvieras aquí conmigo para poder contarte todo...
—No.
—¿Qué?
—E-Es que ambos son mis mejores amigos, no quiero saber de sus besos y...y esas cosas —trata de reír, sintiendo un nudo en su garganta—. Es raro.
—¿Está todo bien, Jimin?
—Claro. ¿Por qué lo preguntas?
—Jimin, ni siquiera miras hacia el frente y así como tú puedo verlo...
—Quedé en salir a correr con Jungkook. Debo colgar —decide interrumpirla al ya no poder fingir otro segundo más—. Hablamos luego. Cuídate.
—Jimin..
—¡Adiós!
Sin más colgó la videollamada tirando el celular a la cama, para luego pasar las manos por su rostro tratando de mantener la calma, pero en ese momento se dio cuenta de que estaba temblando. El nudo en la garganta parecía comenzar a asfixiarlo, sus ojos ardían por las lágrimas retenidas y su pecho dolía cada segundo un poco más.
Se sentó en la cama al sentir como empezaba a debilitarse y aunque quiso poder ser capaz de retenerlo, un sollozo ahogado escapó de sus labios, seguido de otro, hasta que se derrumbó por completo, cubriéndose la boca con la mano, mientras las lágrimas empezaban a brotar.
Por primera vez estaba experimentando el dolor de un corazón roto y estaba odiándose por no haber podido evitarlo, aunque sea un poco más, pero más que nada lo hacía por haberse fijado en Goeun, porque ahora era novia de su mejor amigo y no había nada que pudiera hacer.
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