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26; MENTIRAS

MENTIRAS

Jungkook estaba realmente nervioso al estar frente aquella puerta y pensar cómo podría llegar a recibirlo, cómo actuaría y podrían llegar a acabar las cosas entre ellos. Pero necesitaba buscar la manera de arreglar todo, aunque la culpa lo estuviese matando por dentro, todo porque había reaccionado muy tarde. De todos modos, iba arriesgarse porque no sabía cómo ocultarlo, y pensar en el momento exacto en el que vería su rostro, estaba seguro que acabaría derrumbándose.

Al tocar esperó impaciente unos segundos mientras se aferraba a los bordes de su chaqueta, tomando una bocanada de aire, para así tratar de tranquilizarse lo más que pudiera. Hasta que la puerta se abrió permitiendo ver una cabellera castaña, pero al ver su rostro que era muy fácil darse cuenta que no tenía más de dieciocho años, se relajó.

La adolescente abrió los ojos a la par porque no se había esperado para nada ver al mismísimo Jeon Jungkook frente a ella, lo que le recordaba que las primeras veces que veía a Jimin reaccionaba así y peor. Pues, chillaba mientras lo abrazaba, provocando que este riera por la ternura. Pero ahora, sabía que el pelinegro que tenía en frente había provocado el dolor de su prima, por lo que carraspeó la garganta tratando de mostrarse seria, lo que hizo que este volviera a sentir nervios.

—Soy Jeon...

—Sé quien eres. Jimin es mi amigo —aclara con el semblante serio.

—Oh, está bien —presiona los labios por un momento, mientras desvía la mirada—. ¿Tú quién eres?

—Soy Jung Mihyang, prima de Goeun.

—Ella me habló mucho de ti. Es un placer al fin conocerte —sonríe—. ¿P-Puedo hablar con Goeun?

—No lo sé —murmura mirando hacia las escaleras.

—Por favor...

—Si vienes a lastimarla más...

—Juro que no —aclara rápidamente—. Es lo menos que quiero.

—Eso espero, Jeon Jungkook —lo mira amenazante por un momento, pero luego se hace a un lado, permitiéndole pasar—. Ella está bañándose, pero puedes esperarla en su habitación.

—¿Dónde es?

—Ven, te acompaño —suspira al cerrar la puerta.

Este volvió a presionar los labios jugando con las mangas de su chaqueta por lo nervios, pues a pesar que comprendía perfectamente que intentara proteger a su prima, llegaba incomodarle demasiado la manera en que le miraba y hablaba, como si le disgustara su presencia, cuando no lo conocía para nada. Eso le hacía preguntarse si Goeun sólo le había contado cómo la había tratado la última vez, ahorrándose el detalle de su error, porque estaba seguro que ambos se equivocaron esa vez. Más que nada ella. 

Quizás lo hacía para sentir menos culpa por su error, pero se intentaba convencer que jamás hubiera actuado de esa manera, si ella no hubiese cometido aquel error de ocultarle algo tan importante, porque había invadido su privacidad también, por lo cual creía que lo de ella era mucho peor.

Al estar en frente de la habitación,  Mihyang abrió la puerta y antes que él pudiese entrar, se puso en frente impidiéndoselo.

—Es en serio, no vengas aquí a decirle cosas hirientes para hacerle más daño —advierte—. Ella en verdad está enamorada de ti.

—Prometo que no lo haré. 

—Eso espero. 

En cuanto se hizo a un lado, este entró observando con curiosidad su habitación, mientras se adentraba más caminando hacia un mueble donde tenía alguna que otra fotografía. Al ver una donde salía una niña junto a una mujer castaña, no pudo evitar sonreír por la ternura que le causaba Goeun de pequeña, con dos coletas y sin un diente del medio.

Siguió observando las demás preguntándose porqué en ninguna salía con su padre, por lo que la curiosidad comenzó a crecer. Pues, ella nunca le había hablado sobre él y tampoco nunca le había preguntado, pero aquellas dudas desaparecieron cuando tomó una fotografía donde salía junto a Jimin, sentados en el césped, siendo abrazada, mientras este sonreía y ella parecía estar riendo.

La rabia se apoderaba de él, aunque no lo quisiera, porque siempre se veían tan felices juntos, disfrutando de la compañía del otro y ella parecía tan enamorada que lo enloquecía. Siguió observando la habitación dándose cuenta que en otro mueble tenía otra más, por lo que cerró los ojos con fuerzas tratando de mantener la calma, hasta que escuchó unos pasos.

— ¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? 

—Goeun...—deja la fotografía en su lugar y voltea a verla, observando como lleva un pantalón negro, una camiseta blanca lisa grande, y su cabello húmedo—, ayer te llamé y no me contestaste.

—¿Por qué debía hacerlo? —pregunta confundida cerrando la puerta a sus espaldas—. Tú no querías saber nada más de mí, ¿lo olvidas?

—Oh, vamos, no lo decía en serio —suspira observando como ella se dirige a su cama para sentarse—. Sólo estaba demasiado enojado y no salieron más que tonterías de mi boca.

—Pues, a mí me pareció que hablabas muy en serio, y cuando te llamé al día siguiente, tampoco querías hablar.

—Seguía enojado, pero ahora estoy aquí —se acerca para sentarse a su lado.

—¿Por qué estás aquí?

—P-Porque pensé mejor las cosas y quiero que hablemos...con tranquilidad, por favor.

—Yo no quería hacer algo así, lo juro —voltea a verlo angustiada.

El volver a tenerlo en frente, ver sus orbes oscuros que lucían apagados con grandes ojeras abajo, provocaba que sintiera culpa y que su estómago se revolviera, porque a pesar que parecía demacrado para ella seguía siendo igual de atractivo, lo cual la debilitaba de gran manera. Le hacía desear poder aferrarse a él y besarlo de una buena vez, olvidándose por completo su manera de actuar la última vez.
 

—¿Y por qué lo hiciste?

—Tenía miedo —admite en casi un murmuro—. Yo...pensaba que si sabías que ella estaba buscándote otra vez, no dudarías en dejarme, en acabar con lo que sea que teníamos. No sé qué hiciste conmigo, pero me siento perdidamente enamorada y no quiero perderte por nada, pero sé que hice mal. Perdóname, por favor —toma su mano, mientras este la mira sorprendido por sus palabras.

—¿E-En serio estás enamorada de mí? 

—Sí. No sé en qué momento sucedió, pero cuando me di cuenta ya era muy tarde y...ahora no sé cómo desaparecer aquellos sentimientos tan intensos —responde frustrada, pero al sentir como el aprieta el agarre se relaja para seguir hablando—. Por esa razón no soportaría saber que a ella si la buscaste luego de todo el daño, mientras que a mí me gritaste tanta porquería y me ignoraste.

—Goeun...

—Jungkook, dime que estás aquí porque te sientes igual que yo —lo observa fijamente, sintiéndose atemorizada por su respuesta—. Dime que no pasó nada con ella, ni siquiera una llamada.

En ese momento la castaña sentía una presión en su pecho y como se le dificultaba respirar, por la manera en la que este tardaba en contestar.

No quería dejarlo ir por lo enamorada que estaba, pero si tan sólo este le dijera que estuvo con ella o que la buscó, ella seguiría con la decisión del día anterior sobre dejarlo ir. Pues, estaría segura que sus sentimientos no son iguales de intensos y que Heekyung seguía teniendo un gran poder sobre él.

Jungkook estaba temblando, mientras su corazón se encogía al ver sus ojos cafés desesperado porque le dijera que nada pasó con su exnovia, pero los recuerdos se instalaban en su cabeza por lo que sin soportarlo más se aferró a su pequeño cuerpo, cerrando los ojos con fuerza. En ese momento estaba seguro que si soltaba la verdad, por primera vez, no lo perdonaría. La perdería por ese error.
 

—¿J-Jungkook...? 

—Quiero estar contigo. Sólo contigo, Goeun —dice con un hilo de voz.

—Entonces, dime que no pasó nada con ella.

—Lo siento tanto —murmura con voz algo aguda.

—¡Jungkook!

—Lo siento —quiebra en llanto apoyando la cabeza en sus piernas, mientras se cubría el rostro con las manos.

—¿La buscaste? ¿Se vieron?—pregunta dolida y al no recibir respuesta alguna más que sollozos, sintió su corazón hacerse trizas—. ¿Por qué no contestas?

—¡No pasó nada con ella, lo juro! Absolutamente nada.

—Jungkook...

—Sólo quiero estar contigo. No me eches de tu vida, por favor —solloza.

Jungkook sentía como las lágrimas brotaban sin parar, luego de haber reprimido todo el día anterior, porque no era capaz de asimilar lo que se había atrevido a hacer. No era capaz de aceptar lo que permitió que sucediera luego del último recuerdo que tenía con Heekyung, de todo el daño que le causó.

Jungkook escuchaba los gritos de su novia que lo seguía furiosa y este entraba rogando que se callara para que no despertara a Namjoon y a Taehyung, que se encontraban seguramente durmiendo, ya que era de madrugada y eran los únicos que no se habían ido aún.

La pareja había decidido ir a una fiesta de sus amigos. El pelinegro aceptó, teniendo la ilusión de que por primera vez no discutieran y pudieran disfrutar como cualquier pareja normal, pero como de costumbre, no sucedió, porque la vio coqueteando con alguien más, lo cual lo hizo enloquecer por lo que quiso hacer lo mismo, despertando su rabia también.

—¡Eres un maldito imbécil! —este deja de caminar antes de subir las escaleras, teniendo la intención de voltear a verla para hacer que se calme, pero siente como ella golpea su espalda con las manos—. ¡Te odio, Jungkook! ¡Juro que te odio!

Cerró sus ojos con fuerzas por un momento al no soportar la situación y querer derrumbarse, pero cuando su espalda comenzó a doler, volteó enfrentado su mirada, observando el odio en sus orbes, mientras que los suyos parecían cansados de aquella situación y cristalinos.

—Por favor, cálmate. Van a escucharnos

—¡Me importa una mierda!

—Pero a mí no, porque quiero que les agrades de una vez.

—¡Tú eres el idiota que no deja de hablarles mal de mí como si fueras una pobre víctima, y en realidad, no eres más que un imbécil!

—¡No he hecho más que decirles algunas cosas que han pasado, y ni siquiera les he contado todo, porque sé que si lo hago van a pensar que estoy loco por seguir contigo! —alza la voz sorprendiéndole—. ¡Y tienes razón, soy un idiota porque sigo contigo, cuando sé que sólo me haces mal y que cada día esta relación empeora por ti!

En ese momento el rostro de Jungkook giró y sintió como su mejilla comenzaba a arder, enrojeciendo por la bofetada que le había dado. Su respiración era pesada y estaba empezando a temblar de impotencia, mientras las lágrimas se acumulaban.

Quería sorprenderse por eso, pero no podía porque ya había pasado anteriormente, hasta que volvió a hacerlo  provocando que su rostro esta vez girara hacia el lado contrario.

De un momento a otro parecía haber enloquecido porque empezó a golpearlo en el pecho, con fuerza con sus manos empuñadas y luego abiertas, mientras gritaba llena de rabia, insultándolo sin parar. Sentía como cada insulto, cada golpe provocaba más dolor no sólo físico, sino emocional, hasta que la tomó de los brazos.

—¡Te odio tanto!

—Tienes que parar, por favor —dice con un hilo de voz, pero ella se debilita cayendo de rodillas, por lo que este hace lo mismo, envolviéndola en sus brazos—. Tranquila, preciosa. Tranquila. Sólo tenemos que calmarnos.

—Siempre me haces enloquecer —dice con voz más aguda de lo normal apoyando la cabeza en su pecho.

—Trato de cambiar una y otra vez, pero nada es suficiente para ti.

—Eso es pura mierda —se separa para observarlo su rostro. Este mira sus ojos enrojecidos, llenos de odio que provocan que su corazón dé un vuelco, aunque trata de convencerse que se debe por el alcohol que ha ingerido—. No te amo, Jungkook.

—No digas eso, amor —toma su rostro entre sus manos—. Haré lo que quieras, pero no digas eso, por favor.

—¡No te amo! Tienes toda la razón, nada me es suficiente porque dejé de amarte hace mucho tiempo.

—Heekyung...—rompe en llanto.

—Por eso me viste coqueteando con otro, porque él si tiene lo que quiero, mientras que tú eres tan aburrido —se levanta riendo cínica—. Ahora déjame en paz.

—¡No me dejes! —solloza.

—No vuelvas a buscarme.

—¡Heekyung, vuelve! —grita antes que salga por la puerta—. ¡Heekyung!

Al escuchar el portazo se cubrió el rostro con las manos sollozando desconsoladamente, deseando que volviera, lo envolviera en sus brazos y le dijera cuánto lo amaba, pero eso no pasó.

Al volver a la realidad cerraba los ojos con fuerzas rogando ya no seguir viéndola, pero los recuerdos lo atormentaban de gran manera. Principalmente, la última vez que la vio y se dejó llevar por la tentación, sin importarle en absoluto estar en casa de uno de sus amigos. Aún sentía estremecerse al recordarla encima de él, su forma de mirarlo, sus caricias que al igual que sus besos eran su perdición. 

Pero a pesar de haber disfrutado eso, en cuanto ambos se desplomaron en la cama, él reaccionó a lo que había hecho. No había cumplido con su palabra sobre dejarla ir, por lo que se vistió y decidió marcharse escuchando sus gritos, porque sabía perfectamente que ella no era más que una enfermedad que llevaba atada a los sentimientos. 

Ya no quería seguir jodido por ella, ya no quería que lo siguiera atormentando, por lo que prefería aferrarse al amor de la castaña que le daba la tranquilidad y la seguridad que tanto anhelaba, aunque tuviera que decir mentiras para mantenerla a su lado.
















(...)















—¿A dónde me llevas? —pregunta curiosa observando por la ventanilla del auto.

—A un lugar donde podamos estar solos —responde tomando su mano para dejar un pequeño beso en el dorso.

No era necesario que volteara a verla para saber que eso había provocado que ella sonriera, por lo que él también lo hizo, sintiendo como la tensión seguía desapareciendo. Pues, luego de que este dejara de llorar y se tranquilizara, se quedaron en completo silencio mientras la fémina seguía acariciando su cabello, sabiendo que eso le ayudaba.

Los minutos siguieron pasando hasta que él se atrevió a volver a hablar para pedirle que lo acompañara a un lugar, y ella no fue capaz de negarse, ya que no entendía qué era lo que iba a pasar entre ambos, por lo que aceptó.

Durante el camino observó por le ventanilla como se alejaban de la ciudad, lo cual no le importó para nada, porque a pesar que había tensión y no comprendía para nada al pelinegro, quería seguir a su lado.

Jungkook estacionó y se bajó, por lo que ella hizo lo mismo notando como este observaba las luces de la ciudad, disfrutando de la brisa fresca que despeinaba su corto cabello oscuro.
No pudo evitar sonreír al verlo de esa manera, más tranquilo con una media sonrisa en su rostro.

Se acercó a paso inseguro colocándose a su lado, llamando su atención, haciendo que este volteara por un momento a verla y por los nervios ella bajara la cabeza, jugando con los anillos de sus dedos.

—La verdad es que dejé de ser bueno para hablar de lo que siento —admite en casi un murmuro, volviendo la vista hacia el frente.

—¿Aún la amas? —pregunta tratando de sonar tranquila, aunque sintiera una presión en su pecho por el miedo a que le diga que sí.

—Creo que estoy enamorándome de ti.

Al escuchar eso sintió como aquella presión desaparecía y su corazón brincaba de emoción, pero aún así trataba de reprimir la sonrisa, mientras se colocaba frente a él.

—¿L-Lo dices en serio? No juegues conmigo, Jungkook —lo observa rogante—. Por favor.

Este bajó la mirada por un momento suspirando, y la tomó de la cintura acercándola más a él, para luego llevar una de las manos a su mejilla, observando sus ojos cafés que tenían un brillo de ilusión, lo que provocó que sonriera.

Comenzó a acercarse lentamente rozando sus narices por un momento, hasta que decidió juntar sus labios sintiéndose estremecer ante aquel contacto, porque se daba cuenta que había extrañado demasiado sus besos, a los cuales se había acostumbrado en muy poco tiempo.

Goeun pasó los brazos alrededor de sus anchos hombros, apegando más sus cuerpos y llevó la mano a su nuca profundizando aquel beso, sintiendo como se debilitaba cuando la lengua de él se deslizó sobre la suya.

Este dejó un pequeño beso sobre sus labios separándose unos pocos centímetros, mientras la miraba con una sonrisa notando como ella trataba de reprimir la suya, mirándolo maravillada.

La fémina se preguntaba cómo había estado dispuesta a dejarlo ir, a sacarlo de su corazón como si fuera tan fácil, porque ahora que admiraba sus orbes tan oscuros y brillantes, caía nuevamente en él, pero más profundo que nunca. Caía en aquel "amor" que podía llegar a no ser más que su agonizante perdición.

—¿El beso contestó tu pregunta?

—Supongo que sí —responde nerviosa.

—Sólo quiero estar contigo, Goeun.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Podríamos dar el siguiente paso.

—¿Y cuál sería, Jungkook?

—Ser novios.

—¿Hablas en serio? —pregunta ilusionada sin poder evitar sonreír.

—Sí, pero antes...—toma una bocanada nervioso, apoyándose en el coche, provocando que ella saque los brazos de sus hombros y lo mire confundida— antes necesito que me contestes algo.

—Dime —vuelve acercarse, acariciando su mejilla al notar como este parecía inseguro—. ¿Qué sucede?

—Si estás tan enamorada como dices, ¿serías capaz de alejarte de Jimin? —conecta sus miradas notando como ella se sorprende, mientras baja la mano.

—¿Q-Qué?

—No me siento seguro cuando él está cerca de ti.

—Jungkook...

—Respóndeme —la toma de la cintura volviendo a acercarla—. Si me dices que sí, entonces, vamos a estar juntos, Goeun.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Creen que Goeun acepte?

Espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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