24; CONFUNDIDO
❝CONFUNDIDO❞
Goeun entró a su casa sintiendo un gran nudo en su garganta, porque lo que más quería era llegar de una vez, creyendo que así se sentiría mejor al estar lejos de todos, principalmente de Jungkook. Pero ahora que lo estaba, sentía un gran vacío y ganas de quebrar en llanto otra vez más. Se había equivocado por completo y ahora se daba cuenta que lo que realmente quería, como también necesitaba, era estar otra vez en los brazos del pelinegro. Saber que era completamente correspondida y que sentía la misma calma que ella al estar juntos, pero ahora temía que eso jamás volviera a pasar, porque este parecía odiarla y querer estar con Heekyung, ahora que había vuelto a buscarlo.
Comenzaba a pensar que quizás ya lo estarían si no fuese porque ella eliminó aquella llamada, pero este seguía actuando aún afectado por todo el daño que su exnovia le había causado, ¿era realmente capaz de volver? ¿Lo haría sin importar nada? ¿Sólo había intentado empezar algo con ella para intentar olvidar a Heekyung? ¿Nunca había correspondido a sus sentimientos como decía? Eran muchas preguntas sin respuestas que provocaban que su corazón se encogiera.
Pero con todo el dolor que sentía, aún así sabía que debía aceptarlo, que debía aceptar que Jungkook, a pesar de todo aún probablemente seguía amándola intensamente y que nada le haría más feliz que volver a estar a su lado. Así que en cuanto lo supiera intentaría alegrarse y esperaría que esta vez Heekyung le hiciera bien, así como ella lo quiso, pero no pudo ser porque no tuvo el tiempo suficiente para enamorarlo.
—¡Goeun!
Esta al escuchar aquella voz femenina y sintió unos brazos rodearla logrando aspirar aquel aroma dulce a su colonia, intentó sonreír. Sus ojos comenzaron a picar por las lágrimas retenidas, porque cuando se sentía así y su madre la abrazaba, no podía evitar derrumbarse, pero esta vez no quería que pasara, ya que ni siquiera era capaz de decirle la razón, lo que ella hizo sabiendo que era incorrecto.
—¿Cómo te fue? ¿Por qué volviste antes? ¿Está todo bien? —la mujer al separarse la mira preocupada, pues conoce perfectamente a su hija como para saber que algo le sucedió.
—¿Cómo se encuentra señora, Jiyu? ¿Me echó de menos? —al escuchar aquella voz masculina y unos pasos acercarse, soltó un chillido de emoción, para luego envolver en sus brazos a Park Jimin.
Goeun volteó con una media sonrisa al notar la emoción de su madre, dándose cuenta que su mejor amigo sólo estaba intentando ayudarla, porque sabía que no quería hablar acerca de lo sucedido. Este le regaló una sonrisa tranquilizadora, mientras correspondía al abrazo, pero la fémina suspiró desviando la mirada, hasta que escuchó unos pasos, y al levantar la cabeza observó como la adolescente corría a abrazarla, por lo que soltó un quejido por la fuerza ejercida.
—¡Te extrañé tanto!
—Y yo a ti —murmura correspondiendo, mientras escucha a su madre hablar con Jimin, que trata de evitar la pregunta de porqué volvieron unos días antes.
—¡Jimin! —chilla emocionada separándose de Goeun, para correr a abrazarlo provocando su risa.
—Creo que mi madre y mi prima te han extrañado más a ti, Jimin —dice cruzándose de brazos.
—No digas eso, hija. Los extrañamos por igual —ríe pasando el brazo por los hombros de ella.
—No. Tienes que decir que a mí mucho más, mamá —finge estar molesta, pero luego sonríe.
—Ya, díganme porqué han vuelto antes.
—¿Qué importa, tía? —habla Mihyang, aún abrazando a Jimin—. Lo importante es que al fin hemos vuelto a ver a Jimin.
—¿Y yo qué? —pregunta indignada.
—Y a ti por supuesto, prima —dice provocando la risa del rubio.
—No importa. Yo necesito saber porqué están aquí si no volvían hasta dentro de dos días.
—Sólo son dos días, mamá.
—Pero quiero saber si les ha pasado algo.
—Mamá...
—La verdad es que...—la interrumpe, Jimin— las echaba de menos y quería pasar por aquí. Sé que luego no podré por estar ocupado así que le pregunté a Goeun si le parecía que volviéramos antes para pasar tiempo con ustedes, ya que luego usted me lo reprocha, señora Jiyu.
—No te lo reprocho, pero te olvidas de esta familia.
—Nunca lo haría. Siempre le digo a Goeun que las echo de menos y más que nada a la pizza que usted prepara —guiña el ojo.
—Hm...comienzo a pensar que echas más de menos a la pizza que a nosotras —se cruza de brazos fingiendo estar molesta.
—Entonces, ¿te quedarás aquí? —pregunta ilusionada, Mihyang.
—¿Qué dices, Goeun? —la observa con una sonrisa.
—Sabes que no puedo negarme.
—Entonces, hoy es noche de películas.
Goeun sonrió al ver a su madre como a su prima emocionadas y felices con la presencia de Jimin, por lo que desearía encontrarse así, como también seguir perdidamente enamorada de él, olvidándose por completo de lo rota que se encontraba por lo sucedido con Jungkook, pero no podía porque este se instaló por completo en sus pensamientos.
¿Cómo era posible que en tan poco tiempo se sintiera de esa manera por él? ¿Cómo hizo para lograr que sintiera que sólo quería estar con él? ¿Había hecho tan fácilmente a un lado por completo a Jimin? Se detestaba por sentir demasiado, en ese momento quería ser como la mayoría de personas que sentían poco, aunque a veces creía que era maravilloso sentir tanto, pero ahora que tenía el corazón roto era terrible, desolador y triste.
Quería arrancarse el corazón de una vez porque estaba segura que Jungkook no se encontraba así por ella. Se lo imaginaba con una sonrisa en su rostro, quizás hasta hablando con Heekyung, sintiéndose realmente feliz sin ella a su lado porque no había hecho otra cosa más que ser una molestia para él. Siempre lograba hacerlo enojar aunque no lo quisiera y había evitado que volviera antes con quien amaba en realidad. ¿Cómo podía este extrañarla?
Pensar en eso la entristecía de gran manera y hacía que también se odiara.
(...)
Goeun trataba de concentrarse en la película, pero se le hacía imposible porque al ver la pareja feliz no podía evitar recordar los pequeños momentos donde todo estaba bien con Jungkook, lo que le hacía desear volver a vivirlos, volver a sentir su corazón brincar y que sus mejillas dolieran de tanto sonreír.
Volteó a ver a Jimin que tenía su concentración en la película, mientras Mihyang estaba recostada en el sillón con su cabeza apoyada en las piernas de él. Desde que lo conoció se había encariñado demasiado rápido con él, así como le había pasado a ella, porque este era realmente dulce y gracioso, lo que hizo inevitable que no se encariñaran cuando apenas lo conocieron.
A veces solía verlos como si fueran hermanos porque solían discutir por sus caprichos, pero Jimin terminaba cediendo porque Goeun le recordaba que Mihyang era menor que él, y actuaba como un niño, aunque algunas veces su prima lo hacía porque este terminaba convenciéndola.
Se le hacía realmente tierna la manera en la que se llevaban y no podía evitar disfrutar algunas veces de esas peleas, como también reír. Las disfrutaba hasta que acababan con su paciencia.
Un suspiro escapó de los labios de la fémina logrando llamar la atención de Jimin, pero ni siquiera lo notó. Simplemente, se levantó dispuesta a irse porque ya no quería seguir allí. Desde que había salido de la ducha sólo quería recostarse de una vez, pero tuvo que bajar junto a ellos por la insistencia de su prima y de Jimin, que quería tratar que se distrajera, lo cual no pasó.
—¿A dónde vas? —pregunta en casi un murmuro, tratando de no llamar la atención de Mihyang, que parece demasiado concentrada en la película.
—Sólo...al baño.
—¿Segura?
—Sí. Ya vuelvo.
Le regaló una sonrisa tranquilizadora y apresuró su paso para subir las escaleras, así dirigirse a su habitación de una vez. Todavía se le hacía realmente extraño haber vuelto, y es que tampoco pasaba demasiado tiempo allí, porque tenía su carrera como actriz.
Hizo a un lado las mantas para recostarse y luego cubrirse, pero la puerta se abrió provocando que ella se frustrara, inclinando la cabeza hacia atrás, porque lo único que quería era estar sola. Quiso decir algo al respecto, hasta que vio que se trataba de su madre, la cual había estado viendo la película con ellos hasta que optó por hacer más palomitas de maíz.
—Jimin dijo que irías al baño, ¿ya no te acuerdas dónde queda? —intenta bromear.
—No es eso. Estoy cansada por el viaje.
—Cuando Jimin viene no importa que tan cansada estés, no te despegas de él —se sienta a su lado.
—Lo sé, pero hoy sí. Además, no dormí suficiente en el vuelo y con el cambio de horario, ya sabes...
—¿Acaso pasó algo con él? ¿Se atrevió a romperte el corazón? —pregunta tratando de mantener la calma.
Goeun negó con la cabeza, sintiendo sus ojos picar por las lágrimas retenidas y su labio inferior temblar, hasta que su madre la abrazó, provocando que ya no pudiera soportarlo más y largara el llanto que tanto había reprimido aquel día.
Se aferró a su madre sollozando desconsoladamente, deseando poder atrasar el tiempo y no haber cometido ese error, aunque temía que de todas maneras este la dejara, pero quizás no lo hubiera hecho de esa manera que rompió su corazón, porque el recordar sus gritos, su mirada que expresaba cuánto la odiaba, la hacía estremecer.
—No se trata de Jimin, se trata de alguien más, mamá.
—¿Qué? ¿De quién? ¿Qué te hizo ese imbécil?
—No fue él, fui yo —responde entre sollozos—. ¡Soy una idiota y ahora me odia!
—Oh, cariño, cuéntame —se separa para limpiar sus lágrimas con los pulgares.
—No puedo. Me equivoqué —sorbe su nariz.
—No tienes que sentir vergüenza, menos conmigo. Es normal equivocarse, más en las primeras veces que uno se enamora...
—No lo entiendes.
Unos toques en la puerta interrumpió a Jiyu, la cual se levantó para abrir la puerta, encontrándose con Jimin, que al verla sintió sus mejillas arder por la vergüenza. Pues, no esperaba para nada encontrarla allí, y temía lo que pudiera pensar de él al verlo en la madrugada queriendo pasar a la habitación de Goeun.
—Oh, Jimin...—voltea a ver a su hija, la cual limpia sus lágrimas rápidamente y asiente indicándole que lo deje pasar.
—Sólo...sólo quería saber si Goeun está bien.
—Puedes pasar —abre un poco la puerta, pero en cuanto este se acerca ella lo toma del brazo—. Creí que habías sido tú, pero te has salvado —murmura entre dientes y al ver su miedo, sonríe—. Estoy segura que le vendrá bien la compañía de su mejor amigo.
Antes de marcharse se acercó para darle un último abrazo a su hija, como también dejar un beso en su frente que la hizo sonreír. En cuanto la puerta se cerró, Jimin volteó a verla aún asustado por lo que le había dicho, llevándose una mirada de confusión por parte de la fémina.
—¿Sucede algo?
—Tu madre por primera vez me dio miedo.
—¿Por qué?
—Eso no importa —se sienta observándola detenidamente, notando como sus ojos se encuentran enrojecidos al igual que la punta de su nariz, lo que le permite saber que ha estado llorando
—. ¿Quieres un abrazo?
La castaña al verlo con sus brazos extendidos y su tierna sonrisa, asintió haciéndose a un lado, por lo que este comprendió ubicándose a su lado, para abrazarla y así apoyar la espalda en el respaldo, mientras ella apoyaba la cabeza en su pecho, escuchando los latidos tranquilos de su corazón.
—¿Por qué me duele tanto, Jimin?
Al escucharla cerró los ojos por un momento, tratando de ignorar el dolor que comenzaba a instalarse en su pecho, pero se le dificultaba porque, aunque no lo quisiera, sentía que cada día se le hacía más difícil ocultar lo que sentía por ella. Eso hacía que se detestara, porque ya había perdido su oportunidad, y ahora parecía estar perdidamente enamorada de su mejor amigo.
—Porque quizás realmente te has enamorado.
—¿Eso es posible? —levanta su cabeza para observarlo—. ¿Es posible enamorarse en tan poco tiempo?
—¿Por qué me haces esa pregunta? —murmura frustrado pasando los dedos por su cabello—. No soy un experto en ésto. No sé nada sobre el amor, pero supongo que sí. No lo sé, Goeun —suspira—. Lo poco que sé es por mis amigos o por dramas.
—¿Qué puedo hacer? —pregunta con los ojos cristalinos.
—Quizás él también te extraña.
—Pero...ni siquiera me ha llamado, Jimin. No le importo —su voz se quiebra, por lo que vuelve a abrazarla cerrando los ojos con fuerza, ignorando la punzada en su pecho. Necesita poder seguir ayudándola, aunque una pequeña parte de él desea ser egoísta, pero no puede. Mucho menos al tratarse de ella.
—Intenta llamarlo.
—Va a ignorarme.
—No lo sabrás si no lo intentas.
—¿Tú crees que puede contestarme? —lo mira ilusionada sorbiendo su nariz y este intenta sonreír, mientras limpia sus lágrimas con el pulgar.
—Ya deja de hacerme preguntas a mí e intenta llamarlo.
Goeun tomó una bocanada de aire tratando de calmar su llanto y Jimin le alcanzó le celular que estaba en la mesa de noche. Una vez que estuvo más calmada, con su mano temblorosa buscó su número, al encontrarlo sintió como se estremecía al recordar lo sucedido.
—Hazlo, Goeun.
(...)
Jungkook se encontraba en el bar en el que sólo habían dos personas, lo cual se le hizo cómodo porque quería estar solo.
Estaba sentado en un taburete, girando la botella de cerveza con sus finos y largos dedos, mientras recordaba lo que había sucedido en la madrugada.
—¿Qué haces aquí tan temprano? —al escuchar voz masculina volteó a ver a Hoseok, que tomó asiento a su lado, por lo que rodó los ojos
—¿Importa?
—No muchas personas beben a las tres de la tarde, así que sí. Me importa demasiado, Jungkook —hace una mueca—. ¿Es porque Goeun se ha ido?
Jungkook no pudo evitar soltar una risa amarga y llevó la botella a sus labios para darle un sorbo.
—Es lo mejor que ha podido hacer.
—Eso no te lo crees ni tú.
—¡Se atrevió a pedirle a Heekyung que no volviera a llamarme! —grita enfurecido, provocando que su amigo se sobresalte—. Dime cómo se supone que debo sentirme.
—Heekyung te lastimó...
—¡Eso no importa! Goeun sabe perfectamente lo que ella significa para mí, y aún así se atrevió.
—Pero tú estabas intentando algo con Goeun, ¿acaso si sabías que Heekyung estaba buscándote, la hubieras dejado así nada más? —Jungkook al escucharlo abre su boca para contestar, pero al no saber qué decir, baja la cabeza, escuchando una risilla cínica por parte de su amigo—. Tienes que aclarar la cabeza, amigo.
—Cuando estaba con Goeun no pensaba en ella de esa forma. Sólo recordaba algunos malos momentos, pero saber que quiere regresar conmigo...—suspira tirando de su cabello—. Diablos, no lo sé. No sé qué sentir. Yo...no puedo dejar de pensar en Goeun, en lo que pasamos, pero recuerdo lo que hizo y...no lo sé.
—Estás confundido con ambas.
—¿Qué? No digas estupideces.
—Oh, entonces, ¿no sientes nada por Heekyung?
—¡Claro que siento algo por ella!
—Entonces, no sientes nada por Goeun y no te molestaría que ella decida estar con otro. Bueno, con Jimin...
—¡No vuelvas a decir algo así! —alza la voz furioso tomándolo de la chaqueta.
—¿Lo ves? Estás terriblemente confundido.
—Déjame tranquilo —murmura entre dientes.
—No hagas ninguna tontería como yo lo hice, Jungkook. No sólo las lastimarás a ellas, sino también a ti mismo.
—No soy un idiota como tú.
—Espero que sea cierto —ríe cínico.
El pelinegro empezaba a detestar darse cuenta que quizás su amigo tenía razón. Cuando estaba con Goeun creía estar superando a Heekyung, porque no pensaba para nada que ella podría volver a buscarlo. Ni siquiera le importaba si lo hacía, ya que sentía que estaba enamorándose de la castaña, y aunque el temor quería instalarse por completo, cuando estaba a su lado dejaba de sentirlo y la calma lo envolvía. Pero ahora, saber que su exnovia quería volver a su lado, movía algo en él, aunque no se atrevía para nada hablar con ella.
Temía lo que pudiera sentir y pasar si se permitía escuchar su voz, por lo que cuando tenía el impulso de llamarla, se recordaba una y otra vez cada momento que pasó a su lado. Se recordaba la manera en la que sufrió y eso hacía que ese impulso desapareciera.
Luego estaba la castaña que no podía dejar de pensarla y no lograba entender lo que sentía, porque si bien quería llamarla, escucharla, pedirle que le perdonara por la forma en que le gritó y por lo que le dijo. Pero pensar en cómo se había atrevido a pedirle a Heekyung, que se alejara lo enloquecía otra vez.
Estaba completamente confundido, por lo que prefería no hablar con ninguna y aclarar su cabeza.
Su celular comenzó a sonar y al ver que se trataba de Goeun, sintió como el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento. No era capaz de moverse, porque los recuerdos volvían a envadirlo, al igual que él enojo.
—¿Vas a contestar?
—No.
—¿Quieres que lo haga?
—Sólo dile que no quiero hablar con ella.
—¿Estás seguro?
Jungkook cerró los ojos con fuerza, pensando en si era realmente lo que quería o lo mejor, pero Hoseok atendió la llamada.
—Hey, Goeun, soy Hoseok —el pelinegro lo mira sorprendido, mientras que este presiona los labios—. Lo siento, él no quiere hablar contigo. En verdad...¿Jimin?
—¿Jimin está con ella? —pregunta rápidamente y cuando este asiente, le arrebata el celular de la mano—. ¿Qué rayos haces con Goeun?
—Oh, ¿ahora te importa? —pregunta cínico—. Si es así, deberías haberte atrevido a hablar...
—Tú no sabes una mierda, Jimin.
—Claro que lo sé.
—Allí es de madrugada, ¿qué carajos haces con ella? —pregunta entre dientes levantándose del taburete—. ¿Acaso quieres aprovechar que no estamos juntos para que sea tuya? ¿Eso quieres, Jimin?
—No digas estupideces, por favor.
—¡Aléjate de ella!
—¡Jungkook, basta!
Decidió ignorar la voz de su amigo y decirle algo más a Jimin, pero al escuchar que había colgado la llamada, sintió su sangre hervir, por lo que mordió su lengua para no gritar todas las maldiciones que pasaban por su cabeza.
—Jungkook, ¿qué sucedió? —se acerca curioso.
—¡Me largo de aquí! No pienso esperar hasta mañana.
—¡JK! —grita al verlo caminar hacia la salida—. ¡¿Al menos has pagado?!
El pelinegro siguió ignorándolo mientras se dirigía a su habitación, pues no podía pensar en algo más que no fuera el hecho de que Jimin podría aprovecharse de la situación para volver a ganarse a Goeun.
Aquella idea lograba enloquecerlo y quería evitarlo de la manera que fuese, porque no soportaría que eso sucediera. No cuando ella parecía quererlo de verdad, como una vez quiso que Heekyung lo hiciera.
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