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1O; ATRACTIVA

ATRACTIVA

―Eso no importa. Por más que intenté no caer, fue imposible no hacerlo, porque cada vez que estoy contigo me haces feliz, me das tanta paz, me haces reír, sonreír como tonta. Cuando no estamos juntos sólo deseo volver a verte, hacerte sentir lo mismo y a veces siento que logro provocarlo en ti ―murmura con una tímida sonrisa―. ¿Es así, Jimin?

Jimin sentía como su corazón dejaba de latir por un momento y el oxígeno abandonaba sus pulmones. De pronto las palabras de Taehyung tanto como las de Jungkook cobraban sentido, por lo que comenzaba a recordar cada momento con ella, como se sonrojaba cuando le hacía algún cumplido, como sus ojos chocolates se alumbraban al verlo, como siempre estaba atenta a él y como buscaba alegrar sus días. Todo cobraba sentido y se sentía un idiota por nunca haberse dado cuenta o en realidad, nunca quiso asimilarlo porque siempre fue todo tan obvio.

—¡¿Por qué me haces ésto?! —pregunta dolido—. ¡Somos mejores amigos!

—Lo siento. Jimin, yo...

—No —suelta su mano llevando las suyas a su cabeza sintiéndose enloquecer, arrugando su rostro—. Ya no digas más, por favor.

—Nosotros...

—Ya no podemos ser amigos.

—No digas eso...

—¡Es mi decisión, Goeun!

La fémina volteó a ver a Taehyung, que se acercaba a pasos inseguros mirándola apenado, por lo que pasó por su lado corriendo mientras rompía en llanto. Jimin provocó un hoyo en su corazón al rechazarla y cuando soltó su mano, como si todas sus palabras le hubiesen desagradado de gran manera.

El rubio volteó a verla ignorando a su mejor amigo que estaba a su lado. El haberla visto actuar de esa manera por su reacción le dolía demasiado, tanto así que un nudo se formó en su garganta, mientras sentía sus ojos arder por las lágrimas acumuladas. Sabía que luego de eso ya nada podía volver a ser igual, porque si no lo fue luego de lo sucedido en Francia, mucho menos ahora que sabía de sus sentimientos y la había rechazado de esa manera sin pensar en cuanto podría lastimarla, por lo que se odiaba por no haber pensado con claridad antes de reaccionar.

—Jimin, ¿qué has hecho?

—Está enamorada de mí —murmura atónito, sin dejar de ver por donde salió corriendo.

—Creí que ya lo habías aceptado.

—No lo entiendo.

—¿En serio luego de todo lo que sucedió no lo entiendes? —pregunta cínico—. Haz algo al respecto, no dejes las cosas así. Sabes que no es correcto, pero aún así te dejas llevar por tu miedo.

Jimin lo observaba con el ceño fruncido tratando de controlar su respiración pesada, pero sus pensamientos eran un caos que empezaban a torturarlo. No sabía si quedarse allí sin hacer nada, sólo esperar que el tiempo pasara y se solucionara, seguirla y disculparse por su forma de reaccionar o analizar sus sentimientos que comenzaban a confundirlo. Pero eso le aterraba porque eran mejores amigos, entonces, no se sentía capaz a pensar si sentía algo más por ella.

—¿A dónde vas, Jimin? —inquiere siguiéndolo.

El rubio decidió ignorarlo, mientras caminaba hacia el hotel siendo dominado por su impulso. Algunas personas al verlo caminar tan apresurado no podían evitar voltear a verlo, pero no les prestaba atención. Está completamente concentrado en su objetivo y una vez que estaba frente de Shirley, la cual subió la mirada sorprendida, le regaló una sonrisa seductora.

—¿Estás bien?

—¿A qué hora termina tu turno, muñeca?

—Oh...—mira el reloj de su muñeca—, en quince minutos, ¿por qué?

—Pensé que podríamos vernos.

—¿En serio? -sonríe ilusionada.

—Claro —pasa los dedos por el escritorio y ella lo mira atentamente—. Sólo si tú quieres.

—Pues, podríamos ir a mi departamento, beber vino y ver alguna película, ¿qué dices?

—Lo menos que haremos es ver la película —acaricia su barbilla por un momento, observando como ella se pierde en su mirada, y sus mejillas se enrojecen al darse cuenta de lo que se refiere—. Te espero en el estacionamiento.

Jimin le guiñó el ojo regalándole una sonrisa coqueta, notando como bajaba la mirada nerviosa y una sonrisa apareció en su rostro. Empezó a caminar hacia el estacionamiento sin quitar la sonrisa de su rostro al saber que pasaría una grandiosa noche o al menos eso esperaba.

Al llegar vio como Jin se bajaba del Audi negro, junto a Yeji, la cual no dejaba de reír por sus chistes tan malos.

—Necesito las llaves —Jimin estira su mano.

—Oh, ¿a dónde vas? —pregunta curioso.

—Eso no importa. ¿Puedes dármelas?

—Está bien —murmura no muy convencido, dejando las llaves en la palma de su mano—. Pero, ¿está todo bien?

—Claro.

—Lo dudo...

—No te pongas pesado, hyung.

—¿Vas a enseñarme la película de la que me hablabas? —interviene al notar la tensión, Yeji.

—Oh, claro. Vamos.

Notó como rápidamente Seokjin olvidaba su preocupación, para comenzar a caminar junto a Yeji, volviendo a hablar animadamente.
Soltó un suspiro de alivio y se subió al auto a esperar que pasaran los minutos restantes para ver a Shirley, detestando estar solo porque sus pensamientos eran invadidos por Goeun.
La frustración lo persiguía cuando pensaba en ella, porque se sentía tan incorrecto, tan malo e impuro al sentir deseo por ella, por lo que la culpa lo llenaba al verla de otra manera que no era como mejor amiga.

Unos toques en la ventanilla lo volvieron de vuelta a la realidad, por lo que se sobresaltó, pero rápidamente le abrió la puerta a Shirley, que al subirse bajó la cabeza tratando de esconder su tímida sonrisa.
Al notarlo se acercó a ella tomándola por la barbilla haciendo que lo mire y sorpresivamente juntó sus labios en un beso voraz.








(...)










Goeun caminaba por la playa sintiendo como las lágrimas seguían brotando, por más que se pasó varios minutos llorando sentada al lado de una palmera. No podía creerse que se haya animado a confesar sus sentimientos por haber confiado en las palabras de Jungkook, cuando no hizo otra cosa más que mostrar cuanto le divertía molestarla.
Quería tenerlo en frente y golpearlo por haberla ilusionado de esa manera, pues era muy fácil de ilusionar y demasiado sensible, por lo que se detestaba.

—¡Cariño! —escucha el grito de Yeji, por lo que limpia rápidamente sus lágrimas.

Al voltear se encontró con ella, Jin y Hoseok, los tres caminaban tranquilamente por la playa, mientras conversaban conociéndose más, por lo que trataba de mostrarse normal, ya que no podía decirles lo sucedido porque se sentiría demasiado humillada.

—¿Estás bien, Goeun? —Jin interviene acercándose al igual que Hoseok.

—Sí, perfecta —sonríe falsamente, asintiendo—. ¿Ustedes?

—Estamos planeando ver una película, ¿quieres venir? -pregunta Hoseok.

—En realidad, el plan era hacerlo Yeji y yo, pero como él se unió...ya no importa ―explica―. Recién invitamos a Jungkook, pero se negó, ¿tú quieres unirte?

—Ya, déjenla —Yeji pasa su brazo por los hombros de Goeun, para comenzar a caminar alejándose de ellos.

—Hoy están todos extraños —escucha murmurar a Jin.

—¿Todos?

—Sí, hasta tú.

—¿Qué les sucede? —pregunta curiosa, Goeun.

—No me interesa. Me preocupas tú.

—Estoy bien —trata de sonreír, pero le sale más una mueca.

—Lo dudo mucho. ¿Pasó algo con Jimin?
—indaga frunciendo el ceño—. Lo vi en el estacionamiento hace unos minutos. Parecía algo alterado.

—¿En verdad? —voltea a verla tensándose.

—Sucedió algo con él —confirma dejando de caminar.

—¡Yeji, vamos! —alza la voz Hoseok, y ambas voltean a verlo—. ¿Vienes, florecita?

Su amiga suspiró y observó como negaba con la cabeza.

—No me dejes sola con esos dos hormonales —hace puchero, mirándola rogante notando como reprimía la risa.

—Oh, vamos —empuja levemente su hombro—. ¿Sabes cuántas desearían estar en tu lugar, al lado de esos dos hombres irresistibles?

La más alta sonrió mirándolos de pies a cabeza como ambos se molestaban, llevándose algunos leves golpes de parte del otro, mientras observaban el mar.

—Bien. Hobi no está nada mal —muerde su labio inferior.

—¿Lo ves? —suelta una risilla y la mira  con picardía—. Ve.

—Pero tú...

—Ya no te preocupes por mí, y disfruta la película con ellos.

—Bien. Pero luego no te salvarás de contarme.

—¡¿Por qué tardan tanto?! —reprocha frustrado, Jin.

—Vamos, intenso —suspira Yeji.

―¡¿Cómo acabas de llamarme?! ―alza la voz indignado.

Goeun volteó a ver como Yeji se acercaba a ellos y Jin empujaba bromeando a Hoseok, para luego ponerse al lado de ella, por lo que no pudo evitar sonreír al verlos de esa manera.
Quería decirle a su amiga lo sucedido, pero sólo habían pasado minutos y sentía que si lo contaba iba a romper a llorar por lo humillada que se sentía, razón por la que no quería volver a ver a Taehyung que los vio y escuchó. No sabía cómo haríapara volver a ver a ambos durante la cena. Sólo quería irse de allí y volver a su casa para recostarse en su cama a llorar.

Siguió caminando soltando un gran suspiro, hasta que logró visualizar una silueta de un hombre sentado con sus manos apoyadas en la arena, mientras observaba el cielo.
Se acercó desconcertada y al notar que se trataba de nada más y nada menos que de Jungkook, sintió su sangre hervir.

—Te has vengado de una manera maravillosa. Debes sentirte muy orgulloso de que tu plan salió a la perfección —se acerca llevando las manos a la cintura.

Jungkook al escuchar su voz no pudo evitar sorprenderse, levantó la cabeza y al verla frunció el ceño, como si lo que le dijo lo confundiera.

—Cuéntame lo que hice, porque no tengo la más remota idea.

—No logro entender porqué me odias tanto y buscas molestarme —se sienta a su lado.

—No te odio. Sólo no me agradas por las cosas que haces.

—¿Qué hago, Jungkook? No entiendo porqué discutimos.

—Cuando nos vimos por primera vez en persona me empujaste y te tiraste sobre mi maleta, luego me empapas de agua helada, y por último, atacas a la mujer que amo, sin conocer nada sobre nosotros, y sin que esté para defenderse —voltea a verla, alzando una ceja—. Tú y nadie más que tú provoca las discusiones y que me desagrades cada vez más.

—Bien, puede que tengas razón —murmura apoyando los brazos en las rodillas y su barbilla en estos—. Lo siento. Prometo ya no hacerlo.

—¿Lo dices en serio? —pregunta sorprendido.

—Sí. De todas maneras, ya estamos a mano.

—Sigo sin entender eso ―frunce el ceño―. ¿Qué se supone que hice?

—Inventaste que Jimin está enamorado de mí, que soy correspondida, y yo como idiota, te creí —se pasa las manos por el rostro, sintiéndose frustrada al recordar la situación—. Le confesé mis sentimientos y enloqueció rechazándome. Soy una idiota, una imbécil...

—Oh...

—¿Por qué me mentiste? —voltea a verlo, pasándose la mano por la frente masajeándola.

—En realidad, no lo hice —admite en un murmuro—. Creí que realmente estaba enamorado de ti, pero a la mañana al verlo coqueteando con la recepcionista, comencé a pensar que quizás...no es tan así —hace una mueca.

El pelinegro en un principio y más al verlo besarla se sentía seguro de que estaban enamorados el uno del otro, pero al verlo con la recepcionista coqueteando descaradamente, penso que quizás Jimin sólo disfrutaba ser su amigo con derecho, y que no sentía exactamente lo mismo por ella. En ese momento, comenzó a sentir lástima por Goeun, tanto así que tuvo la intención de decírselo, pero al escuchar como atacó a la mujer que amaba lo olvidó completamente. Dejó de importarle el daño que pudiera ocasionarle su mejor amigo al ilusionarla de esa manera, pues ella volvió a desagradarle por completo.

—¿Qué? —pregunta dolida.

—Oh, ¿no lo sabías? ―la mira sorprendido.

—¿Con la recepcionista? ¿Cuál?

—Una que es realmente atractiva. Creo que su nombre es Shirley.

—Atractiva —repite por lo bajo.

—Creo que queda mejor la definición de ardiente —asiente con una sonrisa, pero al ver sus ojos cristalinos hizo una mueca—. Sólo estoy siendo sincero.

—Ya, está bien. Olvídalo —sorbe su nariz, desviando la mirada.

—Mira, para mí no eres para nada atractiva —admite tranquilamente, acercándose—. Pero estoy seguro que Jimin ve algo en ti, sino no te hubiera besado jamás —da unos toques en su brazo, por lo que ella aparta su mano, para luego limpiarse las lágrimas.

—Ya, Jungkook.

—Pero en verdad sé que algo siente por ti —asiente mirándola con seguridad—. Quizás podrías darle celos.

—¿Celos? ¿Con quién?

—Alguien debe verte...bien —trata de sonreír—, y estoy seguro que va a querer ayudarte a darle celos.

—Mi autoestima está en el suelo porque Jimin me rechazó y ahora por tus comentarios, Jungkook —solloza cubriéndose su rostro.

—Oh...pero no digo que seas horrorosa, Goeun —hace una mueca y acaricia su espalda—. Sólo digo que ante mis ojos no eres atractiva, bizcochito.

—¡Es lo mismo! Y con ese apodo lo empeoras.

—¿Feita te gusta más?

Goeun bajó sus manos mirándolo indignada, por lo que Jungkook soltó una risa nerviosa, pero ella golpeó su brazo provocando que gimiera de dolor.
Acariciaba su brazo adolorido haciendo una mueca, lo que causó la risa de Goeun. Al escucharla la miró por un momento sorprendido, pero no pudo evitar reír junto a ella, sintiendo como el ambiente se volvía cómodo para ambos y la tristeza disminuía.

—¿Amigos? —la castaña estira su mano.

Él la observaba por un momento y luego su rostro, como sus ojos chocolates estaban enrojecidos por haber llorado, al igual que su nariz y sus labios rosados húmedos por haber pasado su lengua. Al darse cuenta que logró ponerla nerviosa sonrió mientras nengaba con la cabeza, por lo que ella frunció el ceño.

—No.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Amigos es una palabra muy fuerte y aún no me agradas lo suficiente —admite sorprendiéndola—. Sólo ya no tratemos de molestarnos y podemos intentar llevarnos bien.

Tomó su mano para estrecharla y al darse cuenta lo suave y pequeña que se sentía entre la suya, una disminuta sonrisa se dibujó en sus labios, mientras ella ríe aceptando.

—Espero que cumplas tu palabra, Jungkook —apunta mientras se levanta para volver al hotel.

—Claro que sí, bizcochito —murmura divertido, mientras observa como se aleja.

No sabía porqué, pero hablar con ella lo hizo olvidarse por completo de su drama con Heekyung, de como se sentía desesperado por hablarle y volver. Ahora sólo trataba de reprimir su sonrisa por el momento compartido, mientras sentía ganas de hablarle más, de pasar más tiempo y volver a escucharla reír, lo que provocaba que se estremeciera al darse cuenta.

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