17; ADVERTENCIA
❝ADVERTENCIA❞
Jungkook no dejaba de mirar sobre su hombro hacia la barra donde se encontraban Jimin y Goeun.
Sentía que le molestaba de gran manera que estuvieran hablando, por lo que se convencía de que era porque la presencia del rubio hacía que sintiera su sangre hervir, por sus crueles palabras, así que pidió jugar al pool para así olvidarse de ellos.
Le costaba demasiado concentrarse a pesar de ser competitivo, porque quería que la castaña volviera de una vez a su lugar, por más que sólo lograra que la tensión hiciera nuevamente su aparición, pero no podía estar tranquilo sin saber de lo que estaban hablando.
Al voltear observó a Jimin tomándola de la cintura, por lo que empuñó las manos apretando su mandíbula, volteando rápidamente hacia el frente notando como reían los demás.
―¿Estás bien, JK? ―pregunta Hoseok, acercándose ya que perdió junto a Sohyun.
―Claro ―trata de sonar tranquilo.
―Está celoso porque su novia está con Jimin ―ríe Jin, ganándose otro golpe en su brazo por parte de Jungkook, que no duda en devolverle.
―Cállate. No digas estupideces.
Al voltear y ver que ya no estaban no pudo evitar levantarse, escuchando los llamados de Hoseok, que no lograban que se detuviera. Su curiosidad era demasiada al igual que su molestia, por lo que comenzaba a caminar escuchando a la lejanía la risa de Jimin, como también los reproches de Goeun, por lo que trataba de seguir de donde provenían.
Los veía tan juntos que empuñaba las manos sintiendo como la rabia recorría su cuerpo, pensando en lo mentirosa que se le hacía Goeun. Le había dicho que ya no quería algo más con su mejor amigo, pero allí estaba sin alejarse por más que sólo fueran escasos centímetros los que separaban su rostro.
Un gruñido escapó de sus labios y salió rápidamente llevándose una gran sorpresa al como Jimin la besaba, lo que aumentaba esa rabia. Sentía como una gran rabia contra todos se apoderaba de él, pero, principalmente, contra ellos y sí mismo, sin saber el porqué.
―¡Jimin! ―grita enfurecido lo que provoca que su voz suene grave.
Sentía su pecho subir y bajar por su respiración pesada, sus facciones estaban endurecidas. Estaba dispuesto a acercarse a gritarles, porque se sentía un imbécil a pesar que sabía que no estaban juntos de verdad, y el plan de ella de un principio había salido a la perfección, pero en eso un sonido llamó su atención.
Hoseok estaba a su lado mirando confundido la situación, como Jimin estaba tomando de la cintura a Goeun, apegados. Quería decir algo al respecto porque se daba cuenta que el pelinegro estaba furioso, pero sin esperarlo el más bajo cayó al suelo.
―¡Jimin! ―Goeun sin dudar se pone en cuclillas para tratar de ayudarlo, pero lo escucha balbucear palabras sin sentido y quejarse.
Hoseok miraba por un momento a Jungkook, que se mantenía en su lugar sin alguna intención de acercarse, por lo que corrió a socorrer a Jimin.
―Lo llevaré a su habitación. Está bien ―asegura pasando el brazo del rubio sobre sus hombros, levantándose con algo se dificultad.
Intentaba dar unos pasos, pero al notar que su amigo cargaba todo su peso sobre él dando pasos demasiados torpes, y que no podía mantener sus ojos abiertos, suspiró sabiendo que no podía hacerlo solo.
―Jungkook, ven aquí. Ayúdame ―ordena.
―Jimin y yo dejamos de ser amigos hace días ―responde sorprendiendo a ambos, a pesar de que los habían notado distanciados, pero creyeron que eran sólo ideas suyas.
―No digas estupideces y ven ahora, así como yo te ayudé esa vez, ayúdame tú ahora.
Jungkook apretó la mandíbula empuñando las manos, pero al sentir la intensa mirada de su amigo, suspiró, para luego comenzar a caminar hacia ellos pasando el brazo del rubio sobre sus hombros, para caminar con más facilidad.
―¡Jungkook, espera! ―habla la castaña haciendo que se detenga al segundo―. Necesito hablar contigo.
―¿Hablar conmigo? ―pregunta cínico, girando un poco su cabeza mirándola de reojo.
―¿Puede ser luego? ―interviene Hoseok―. Debemos llevar a Jimin.
―Sólo serán unos segundos. Lo prometo.
Hoseok resopló asintiendo sentando a Jimin en uno de los bancos de madera, que se encontraban a unos costados, mientras que Jungkook se acercó a ella, tomándola bruscamente del brazo para alejarse unos pocos metros.
No quería hablar con ella, sentía demasiada rabia aún, a pesar que notó que giró su rostro, pero el saber que le había mentido porque seguía teniendo la intención de estar con el rubio lo provocaba. Le recordaba las mentiras de Heekyung, como siempre fue un idiota que le creía. Y no era sólo eso, también estaba el hecho que su amigo notó que algo sucedía entre Jimin y ella, lo que le hacía sentirse humillado.
―¿Qué quieres?
―Jimin dijo que le gusto ―habla ilusionada con una sonrisa tomando sus manos, pero este las aparta rápidamente.
―¿Y tú le crees?
―Claro que sí.
―¡Está borracho, Goeun!
―Los borrachos y los niños dicen la verdad, ¿cierto?
―Ahora entiendo porqué te ha ilusionado tan fácilmente, si crees en esas mierdas ―ríe cínico―. Jimin no te quiere, ¿acaso olvidas cuánto le desagradó cuando le dijiste tus sentimientos?
―¿Qué te sucede? ―pregunta dolida.
―Déjame en paz, Goeun. Estoy cansado de tus mierdas, estoy cansado de ti, de Jimin ―escupe furioso―. ¡Estoy cansado de todo!
Jungkook se dirigió rápidamente hacia donde estaban Hoseok y Jimin. El primer mencionado parecía algo sorprendido, pero no le interesaba saber si había escuchado. Tenía la intención de acercarse a ayudarlo con el más bajo que parecía dormido, pero el pelinegro lo tomó entre sus brazos con facilidad, comenzando a caminar nuevamente hacia adentro del hotel, con la compañía de su otro amigo que iba rápidamente hacia las puertas del elevador para apretar el botón.
Mientras tanto Goeun miraba las puertas, sintiendo un nudo en su garganta, sus ojos arder por las lágrimas retenidas, un profundo dolor en su pecho, como también sintiéndose insuficiente para que Jimin pudiera realmente gustar de ella.
(...)
Al despertar Goeun decidió pedir el desayuno y llevarlo a la habitación de su mejor amiga, porque necesitaba hablar de todo lo sucedido con ella urgentemente, ya que no lograba procesarlo. Su amiga no podía creérselo, pues si había notado cuánto le afectaba el distanciamiento a Jimin, pero jamás esperó que fuese porque le gustaba Goeun, la razón era porque sabía lo mujeriego que era. Notaba los ojos de la castaña brillar de ilusión, lo cual le hizo reír y chillar de emoción a su lado, pero poco a poco, vio como esa sonrisa desapareció y ese brillo se fue apagando.
No dudó en preguntarle qué le sucedía, porqué no seguía emocionándose y cuando le contó lo que habló con Jungkook, sintió su sangre hervir. Sin dudas adoraba al pelinegro, demasiado, pero detestaba esa versión idiota de él, aunque no lo fuera con ella, y al contrario, podían hablar con tranquilidad, bromear, reír, pero que lastimara a su mejor amiga la hacía molestar de gran manera. Trató de sacar aquellas palabras de la cabeza de Goeun, pero al notar que no lo lograba, se prometió enfrentar a Jungkook.
Durante el almuerzo todo fue normal para la mayoría, a excepción de Jungkook y Goeun, quienes no quisieron cruzar ni mirada, por lo que se llevaron algunas preguntas de sus amigos. Ella contestó tranquilamente, fingiendo una sonrisa en su rostro, al igual que él sin siquiera ser capaz de mirarla, pero notando la intensa mirada café de ella, que podía sentir cómo deseaba golpearlo.
Goeun y Yeji se encontraban en las reposeras con la mirada hacia la piscina, tomando sol, mientras disfrutaban de la tranquilidad por las pocas personas que se encontraban allí.
―Jimin siquiera debe acordarse de que me lo dijo ―resopla―. ¿Para qué voy a hablar?
―¡Porque es necesario! ―alza la voz indignada―. Vas a poder estar con el amor de tu vida, Goeun.
El pensar en esas palabras la hacía estremecer, pues antes sentía la necesidad de luchar por ese amor, aunque sólo era unilateral, sentía bien hacerlo, pero a su mente llegó el recuerdo de la noche que pasó con Jungkook, por lo que dejaba de sentirlo bien. No podía evitar preguntarse cómo se atrevió a hacer algo así estando perdidamente enamorada de Jimin.
Se detestaba porque sabía que no estuvo bien, ya que sólo debían fingir estar juntos sin que nada pasara, pero no pudo evitar caer en la tentación, porque aunque quisiera negarlo veía al pelinegro jodidamente ardiente, a pesar de cómo es con ella.
―¿Qué has hecho, Goeun? ―la mira con el semblante serio.
―N-Nada...
―¡Te conozco, idiota! Dime.
Yeji sabía acerca del plan que armaron con Jungkook, estaba enterada absolutamente de todo porque era su mejor amiga y no podía ocultarle nada, además de que la conocía perfectamente, por lo cual se le dificultaría más hacerlo.
Al principio se le hizo el plan más estúpido, pero luego lo empezó a ver bien, porque ver al pelinegro con su mejor amiga y sus interacciones, se le hacían demasiado divertidas.
―Pasó algo con Jungkook, ¿bien?
―¡Lo sabía! Yo te dije que ustedes sólo lo hacen porque se tienen ganas ―ríe―. Ya olvida al estúpido de Jimin que no sabe qué quiere.
―Eso quiero hacer, pero no con Jungkook. Fue un error.
―De todas maneras, ¿qué pasó entre ustedes?
―Ya sabes...―murmura jugando con sus dedos sintiendo sus mejillas arder.
―¡No! ¡Eres una perra, Goeun! ―grita emocionada―. Te follaste a los mejores amigos...
―¡Cállate! ―grita esta vez sintiendo todo su rostro arder―. No digas eso. Me siento terrible.
―Tienes que contarme todo ―la mira con picardía―. ¿Cómo es Jungkook? ¿Lo hace mejor que Jimin? ¿La tiene...?
―¡Basta, Yeji! Fue el momento más incómodo de mi maldita vida ―suspira pasando las manos por su rostro―. Quiero sacarlo de mi mente de una vez.
―No me digas que es malo. Tiene un rostro y un cuerpo que te hace creer que te destroza en la cama...
―¡Yeji, por favor, basta!
―¡Lo siento! Pero dime, ¿tan malo es?
―No es malo, sólo fue...extraño.
―Cuéntame. Espera, no me digas que tiene fetiches extraños...
―Olvídalo. Iré a mi habitación ―suspira levantándose.
No quería contarle con detalles a su mejor amiga, porque sabía que en cuánto le dijera que no hubo besos o caricias, y que él se mantuvo todo el tiempo con los ojos cerrados ―muy probablemente imaginando a su exnovia―, Yeji no dudaría en reprocharle por aceptar y luego burlarse diciendo que tenían fetiches extraños.
Además de sólo pensar que aceptó algo así la hacía sentir que había perdido la dignidad, la hacía sentirse fea, tan poco deseada, todo por las palabras que siempre salían de la boca del pelinegro. Pero aún así, sabía que no debía importarle para nada si él la deseaba o no, si la veía atractiva o no.
Comenzó a caminar hacia el hotel y al cruzarse con Namjoon, no dudó en tomar su brazo.
―Hey, ¿qué sucede? ―le sonríe enseñando sus hoyuelos que provocan la sonrisa de ella.
―¿Has visto a Jungkook?
―A tu novio ―bromea por lo que ella traga en seco desviando la mirada―. Lo vi en la playa, ¿está todo bien entre ustedes?
―Claro. Sólo quiero hablar con él, ya saber, cosas de pareja ―ríe falsamente.
―Tiernos ―sonríe―. Iré a darme una ducha, porque salí a correr con Jin y estoy exhausto. Nos vemos luego.
Goeun suspiró aliviada al verlo irse ya que sentía que cada día le costaba más mentir, pero aún así llegaba a sorprenderse cómo había aprendido a mentir con tanta facilidad.
Necesitaba ver a Jungkook para saber cómo se había atrevido a decirle tantas barbaridades, cuando habían quedado muchísimas veces en que intentarían llevarse bien luego de sus disculpas, por lo que quería hacerle saber que esta vez no iba a perdonarlo, para que luego volviera a lastimarla con sus crueles palabras. Caminaba por la playa pensando en todo lo que iba a decirle, porque se sentía demasiado molesta con él, nunca nadie había logrado sacarla tanto de sus casillas.
Jungkook sin dudas la hacía tener emociones intensas y eso la frustraba demasiado, provocaba que este también le desagradara porque la hacía sentirse en una montaña rusa de emociones.
Lo buscaba con la mirada tratando de divisarlo entre las personas que estaban allí, pero se encontró con Jimin, frente a ella. En ese momento tragó con dificultad sintiéndose paralizada, mientras que él parecía tímido, pues pasaba la mano por su nuca bajando la mirada, como si no fuese capaz de mirarla.
―Hola, Goeun ―saluda en casi un murmuro.
―¿Cómo has despertado?
―Con una terrible resaca ―hace una mueca―. ¿Hice algo?
―¿Algo cómo qué, Jimin?
―Algo que no debía...
―Olvídalo. Tú sigue actuando normal ―le resta importancia para comenzar a caminar, pero Jimin la toma del brazo.
―Entonces, ¿si hice algo?
―No importa. Últimamente desde que bebes no dejas de hacer cosas así.
―Me disculpé contigo, entonces, necesito saber si hice algo mal nuevamente ―la mira desesperado.
Desde que despertó Jimin había intentado recordar cómo es que llegó a su habitación. Intentaba recordar qué era lo que hizo, porque su último recuerdo era haberle pedido bailar a Goeun y como en su mente aparecían aquellos deseos que sabía que estaban mal, más luego de haberse disculpado por portarse como un idiota, así que seguir aquellos impulsos sería volver a eso. El pensar que si había hecho algo mal le hacía sentir temor porque, entonces, de nada sirvió disculparse, ya que lograba notar en su mirada que estaba cansada de esas situaciones, lo que le hacía pensar que seguía perdiéndola aunque no lo quisiera.
―Dijiste que gustas de mí e intentaste besarme ―responde tímida, desviando la mirada, y este abrió los ojos a la par.
―¿Qué? Es broma, ¿verdad?
―No lo es.
―Yo no pude haber dicho.
―Tampoco es que gustar de mí esté tan mal, no me considero una persona tan fea ―se cruza de brazos, sintiéndose indignada por la manera de actuar de su mejor amigo.
Goeun nunca se había considerado una mujer hermosa, sino más bien linda, pero desde que fue rechazada incontables veces por Jimin y desde que Jungkook llegó a su vida, sentía como aquel autoestima había disminuido al punto que ya no pasaba tanto tiempo mirándose al espejo, porque no podía evitar empezar a buscar sus defectos.
―N-No es eso. Sólo que eres mi mejor amiga...
―Lo soy, pero aún así cada vez que te embriagas pareces olvidarlo ―espeta alzando una ceja―. Hasta cuando sabías de mis sentimientos, así que disfrutas hiriéndome o en la madrugada has dicho algo que es cierto.
―Goeun...
―Dime, ¿cuál es la verdad, Jimin?
―Jamás buscaría herirte, así que...quizás es cierto y...m-me gustas ―balbucea desviando la mirada.
En ese momento Goeun abrió los ojos a la par por la sorpresa, sintiendo su corazón golpear contra su pecho. No podía creerse que realmente tuviera esos sentimientos por ella, porque había comenzado a verlo tan imposible que se había dado por vencida.
Estaba decidida a dejarlo, lo cual fue una de las razones por la que se dejó llevar estando con Jungkook, y por la que ya no le importaba saber qué era lo que sentía, pero ahora, teniéndolo frente a ella confesando sus sentimientos, no podía evitar emocionarse y querer besarlo, confesándole también los suyos.
―J-Jimin, ¿es verdad? ―se acerca tratando de reprimir una sonrisa.
―N-No lo sé. No entiendo mi cabeza, pero por todas las decisiones estúpidas que tomo, creo que es así. Cuando estoy ebrio no puedo sacarte de mi cabeza y...yo deseo estar contigo ―suspira y Goeun toma su mano, por lo que la mira sorprendido.
―Entonces, ¿por qué no nos damos una oportunidad?
―¡¿Qué?! ―se aleja sorprendido―. ¡Goeun, estás con Jungkook!
―No, no lo entiendes...
―Sería incapaz de lastimar de esa manera a Jungkook. Es demasiado importante. Es mi mejor amigo ―habla indignado.
―Sé que suena mal, pero déjame explicarte. Es gracioso...
―¡No! Aunque él no estuviera en el medio, yo no podría estar contigo ―asegura y al ver a Jungkook acercándose, traga con dificultad temiendo haber sido escuchado―. Lo siento ―murmura antes de comenzar a caminar.
―Auch, me ha dolido hasta a mí ―escucha la voz de Jungkook, que la hace sobresaltar―. ¿Cuántas veces ya ha roto tu corazón? ¿Esta es la vez número ciento diez? No, espera. Debe ser la ciento treinta, o quizás, ciento cincuenta, ¿cierto?
Jungkook desde que los había visto a lo lejos se dio cuenta que algo sucedía, y su curiosidad hizo que tomara la decisión de acercarse. Cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo escuchar el rechazo de Jimin, lo que no entendía porqué le hizo sentir un gran alivio, así que decidió bromear al respecto, molestarla lo que siempre le gustaba hacer porque adoraba verla enojada.
La castaña volteó tratando de mantener la calma, lo que le hizo seguir mirándola burlonamente, pero al ver sus ojos cristalinos y como rompía en llanto, comenzó a sentirse culpable.
―Goeun, lo siento...
La castaña seguía sollozando, sin importarle en lo absoluto la presencia del pelinegro, y que pudiera seguir humillándola haciéndola sentir peor, pero al contrario este se acercó tomando su brazo, lo que provocó que lo mirara confundida.
―Ven aquí ―suspira, siguiendo su impulso de envolverla en sus brazos.
No pudo evitar sorprenderse, pero aún así recordaba cómo la había tratado y como recién bromeaba respecto a cómo fue rechazada, por lo que puso la mano en su pecho buscando alejarse. Jungkook siseó impidiéndoselo, hasta que se dio por vencida, aferrándose a su cuerpo, sintiendo su calor corporal, y como el aroma a su colonia que se le hacía embriagador, invadía sus fosas nasales.
―¿Por qué haces ésto? ―pregunta entre sollozos y sorbe su nariz.
―No llenes mi camiseta de mocos, por favor.
Ella se separó limpiando sus lágrimas y levantó la mirada encontrándose con la de él, notando que ya no había burla en ellos, por lo que bajó la mirada a sus delgados labios notando como una sonrisa comenzaba a aparecer, lo que le hacía sentir como una tormenta crecía en su interior con fuerza.
Quizás esa fuese una advertencia sobre lo que se vendría, que Jungkook iba a desestabilizar su mundo, pero esa idea ni siquiera cruzó por su cabeza.
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