CAPÍTULO 19
RYDER
—¿Por qué no vamos al supermercado a hablar con Lisa? —dice de repente.
—Nena, ya te dije que yo hablaré con ella. No quiero que te relacione más conmigo.
—Pues hazlo. Vete ahora.
—¿Ahora? —digo señalando la comida.
—Bueno, ya me entiendes. Cuando acabemos de comer.
—Voy a llamarla primero. Si no me coge, voy.
—Vale.
Después de lavar los platos y recoger todo, volvemos al salón y me pasa mi teléfono. Sé que lo estoy posponiendo. No quiero enfrentarla porque temo lo que pueda descubrir. Y además, no quiero hacerlo delante de Alexis. Pero no tiene pinta de que vaya a moverse de aquí.
—No hables —le digo mientras busco su número. Ella solo asiente— ¿Lisa? —pregunto cuando alguien responde.
—No puede ponerse. ¿Quién eres?
—Un amigo. ¿Quién eres tú?
—Su novio.
—Necesito hablar con ella, es urgente. ¿Dónde está?
—Te he dicho que no puede ponerse. ¿Cómo te llamas?
—Ryder.
—Ryder —parece contener la respiración.
—Sí. ¿Tu?
—No vuelvas a llamarla —dice justo antes de colgar.
¿Qué coño? ¿Quién mierdas era ese? Se parecía a la voz del estúpido amigo de Alexis.
—¿Y bien?
—Me ha colgado.
—¿Quién era?
—Ha dicho que era su novio.
—¿Su novio? No me digas que era Luke, por favor.
—Lo cierto es que la voz... —me callo porque escucho la vibración de un teléfono sobre la mesilla. Lo cojo y miro la pantalla. Es el suyo— Hablando de Luke...
ALEXIS
—Luke. ¿Qué pasa?
—¿Estás con él?
—Sí.
—Pues entonces ya sabes lo que pasa. ¿De qué coño conoce a Lisa?
—¿¡Estáis saliendo!?
—Todavía no. Pero me gusta. Mucho, Lexi. Y no quiero que ese tío se acerque a ella.
—¡No la conoces de nada!
—¡La conozco más que tú! ¿¡Por qué coño me estas gritando!?
—¡Porque no te enteras de nada! ¡Te está utilizando!
—¿¡Que dices!? ¡Estás loca, joder!
—¡No me llames loca!
—Oye, Alex, voy para allá. No pienso discutir contigo por teléfono.
—Sí, ven. Porque necesitas saber un par de cositas.
—Ahora voy.
—Adiós —digo colgando enfadada.
Ryder no dice nada. Solo observa como camino de un lado para otro, supongo que para darme tiempo de que me relaje.
—Tranquilízate, nena.
—¡No! Dios, voy a matarla.
—No. No vas a hacer eso. Ahora, cuando venga Luke, vamos a explicarle todo y el mismo se dará cuenta.
—Más le vale. Porque si no, le mato a él también.
—Eres una gatita con muy mal carácter, ¿lo sabías? —dice tirando de mí.
—Cállate. No me hace gracia —intento evitar una pequeña sonrisa que se me escapa.
—Pues has sonreído —dice señalando mi cara.
—Porque eres un idiota —me pongo de puntillas y le doy un beso.
A los pocos minutos suena el timbre. ¿Cómo sabe dónde vive Ryder? Supongo que yo era la única que no lo sabía. Parece ser famoso en la ciudad y yo la única pringada que no le conocía.
RYDER
—Hola —le dice Alexis de forma seca.
—Alex, no hagas esto. Por favor —dice él entrando en casa—. ¿Tiene que estar el aquí? —pregunta cuando me ve en el salón.
—Sí —respondo yo.
—Acabemos con esto. ¿De que conoces a Lisa?
—Es la hermana de Aiden. ¿Conoces... conocías a Aiden? —digo sintiendo una punzada de dolor.
—Sí. ¿Es tu amigo al que han matado por tu culpa, no?
—¡Luke! —exclama ella dándole un golpe en el hombro. Yo solo aprieto los puños y la mandíbula.
—¿Qué pasa? ¿En mentira?
—Ryder no tuvo la culpa de lo que pasó. Fue Ronnie. ¿Y sabes quién es Ronnie? Pues es el que se está tirando a tu querida Lisa.
—Joder, Alex. Te creía más lista. Podrías haberte inventado algo más creíble —se ríe él.
—¿Crees que es mentira? Pregúntale a ver dónde estaba anoche a la una de la madrugada.
—Estaba en casa —responde con seguridad.
—Los cojones —me meto en la conversación—. Estaba en la gasolinera, con él.
—Mientes —el pequeño comienza a enfadarse.
—Pregúntaselo. Lisa no sabe mentir, siempre se le ha dado de pena. Verás cómo le cambia la cara.
—Luke, por favor, haznos caso.
—Imaginemos, por un momento, que lo que decís es verdad. ¿Por qué haría ella algo así?
—¡Porque te está utilizando! —grita Alexis perdiendo la paciencia.
—Que no me grites —dice él controlando los nervios.
—Nena, tranquila. Vamos a hablar como adultos —sujeto su mano—. Siéntate —le pido a Luke—. Por favor—insisto cuando veo que duda.
—Luke...
—Déjame a mí —la interrumpo—. Sé que no te caigo bien. Tu a mí tampoco. Pero Alexis te quiere y yo la... el caso es que no sé cómo, ni por qué, pero te estás metiendo en algo que te viene grande, Luke.
—Oye, mira, sé que tu mundo es... bueno, digamos que no es muy seguro —agradezco que intente tener tacto aunque sea tarde—. Pero no soy tonto. Conocí a Lisa por casualidad la semana pasada. Me dijo que se había mudado por trabajo y me pareció una chica simpática. No creo que me esté mintiendo.
—¿Vas a creer a una tía que conoces desde hace una semana, antes que a mí? —pregunta Alexis ofendida.
—No es eso, Alex. Simplemente no le encuentro el sentido a todo esto.
—¿¡Y te crees que yo sí!?
—Que no me grites.
—Lo siento —ella respira para calmarse—. Es que no soporto ver cómo te toman el pelo, joder.
—Y yo no soporto ver cómo te pones en peligro.
—No está en peligro —digo mirándole con seriedad—. Tendrían que matarme a mi primero para que alguien le pusiera una mano encima.
—Eso no es muy difícil —su voz es dura y sincera.
—Luke...
—No, Alex. Si vamos a ser sinceros, vamos a serlo de verdad. Puedo ver que te preocupas por ella —dice ahora mirándome a mí—. Creo que de verdad te importa y me atrevería a decir que la quieres. Pero si eso es verdad, sabes que lo mejor para ella es que te alejes.
—No, Luke, tú no tienes ni idea de...
—Vale —interrumpe él—. Puede que no sepa algunas cosas. Pero sé que su mejor amigo ha muerto. Y lo siento. Pero no pudiste hacer nada para protegerle. ¿Cómo sabes que si podrás protegerla a ella?
—Déjalo ya, Luke... —dice Alexis. Yo no soy capaz de decir nada. No soy capaz porque tiene razón.
—Es jodido, pero es la verdad. Y lo sabes —me mira mientras se levanta—. Piénsalo, me voy —se agacha y le da un beso a Alexis en la frente.
—Habla con Lisa, por favor —le dice ella acompañándole a la puerta—. No es la chica que piensas.
—No te preocupes. Te quiero, cuídate.
—Te quiero
Cierra la puerta, se gira y camina hacia mí. Yo no sé qué hacer. Luke tiene razón, joder. Debería alejarme de ella, es la única forma de que esté realmente segura.
—Para —dice acercándose.
—Alexis...
—Para.
Se arrodilla entre mis piernas y me levanta la cara para que la mire. Me da un beso suave en los labios y me sonríe.
—Sé lo que estás pensando.
—¿Por qué lo sabes? —pregunto acariciando su mejilla.
—Porque te conozco.
—Luke tiene razón.
—No —responde deprisa.
—Sí.
—Oye, mira, puede que tenga razón, pero hay momentos en la vida, y personas, por las que merece la pena arriesgar —dice con seriedad.
—La vida no. Tu vida no, Alexis —digo mirándola a los ojos.
ALEXIS
—Es mi decisión.
—¿Y si te digo que no quiero estar contigo?
—Sabría que mientes —dice con seguridad.
—Pero estarías a salvo.
—A salvo e infeliz.
—Viva —se levanta y pasa las manos por su pelo revolviéndolo por completo.
—Deja ya toda esta mierda —digo levantándome también—. Nada ha cambiado.
—Todo ha cambiado. Luke tiene razón, es peligroso que estés conmigo. Yo no podría soportar que te hicieran algo por mi culpa.
—¿Y te crees que estar separados solucionaría algo? Ronnie ya sabe que tú estás... Bueno, que te importo.
—Puedo fingir que me das igual —dice mirándome.
—¿Cómo?
—Volviendo a ser como era antes. Follándome a una tía cada noche, preocupándome solo por mi negocio. Pasando de todo.
—¿Eso es lo que quieres? —pregunto empezando a enfadarme.
—Puede —baja la cabeza, no puede mirarme a los ojos.
—Mírame y dime que eso es lo que quieres.
—Necesito pensar —sale del salón y camina hacia la puerta.
—¿Dónde vas?
—Vuelvo en un rato —dice cerrando de un portazo.
Maldito Luke. No podía cerrar la puta boca.
RYDER
¡Joder! Le pego una patada a un árbol y entro en el primer bar que encuentro. Pido una cerveza y saco mi móvil.
Jeff— Sois unos cabrones, jajaja.
Trevor— Calla, bobo. Si todos sabemos que te mola, jajaja.
Jeff— Nah, solo un poco, jajaja.
Yo— ¿De qué habláis?
Max— ¿Qué pasa, colega? Que Jeff se ha enamorado de la madre de Trevor, jajaja.
Jeff— Calla, idiota. Ni puto caso, Ry.
Yo— ¿De quién te has enamorado, pringado? Seguro que de alguna madurita, jajaja.
Trevor— Eh. Ni una puta palabra más.
Roland— Jajaja.
Yo— Jajaja.
Carter— Que cabrón, jajaja.
Jeff— No os paséis, que no me apetece que me vuelva a romper la cara.
Yo— Jajaja, oye, que es normal. Trevor, colega, tu madreestá demasiado buena como para ignorarla.
Trevor— ¡Ry, mueve tu culo hasta aquí, que te voy a meter unpalo por él!
Yo— Jajaja.
Trevor— Cabrones.
Yo— ¿Dónde estáis?
Jeff— Nosotros en casa de nuestros abuelos. ¿A qué horavamos a tu casa?
Trevor— Yo con mi madre haciendo la compra.
Yo— Jajaja, dale recuerdos de parte de Jeff.
Jeff— J
Trevor— Que os jodan.
Carter— Yo estoy en el Red.He venido a ayudar a Em con unas cosas.
Yo— ¿Qué cosas?
Max— ¿Es que estás celoso? Jajaja. Yo estoy llegando a micasa. He ido a lavar le coche.
Yo— No, imbécil. Pero anoche se alegró bastante alverme... Si te la estás follando, asegúrate de que no se haya follado a otromedia hora antes.
Carter— No me la estoy follando, joder. No seáis pesados,eh.
Yo— Max, voy a tu casa.
Max— Vale, acabo de aparcar.
Me termino la cerveza y después de pagar, vuelvo a casa pero no entro, solo cojo el coche y voy hacia la de Max.
—¿Qué pasa, hermano? —choca mi mano cuando bajo del coche.
—Lisa está liada con Luke —digo apoyándome en el capó.
—¿El amigo de Alexis?
—Sí.
—¿Pero no estaba anoche con Ronnie?
—También.
—¿Está con los dos?
—Eso parece. No sé qué piensa hacer. Creo que Luke le gusta y que simplemente ha sido casualidad. O eso quiero creer, al menos.
—¿Y Ronnie?
—No lo sé. Lo único que se me ocurre es que esté intentando ganarse su confianza.
—A esa conclusión llegamos nosotros anoche, cuando te fuiste.
—Te pasa algo más —dice mirándome a los ojos—. Vamos, suéltalo.
—No lo sé, tío. Es por Alexis.
—Eso ya lo he deducido yo solo. ¿Qué pasa con ella?
—La estoy poniendo en peligro.
Suspira y entra a su casa. Vuelve a salir a los pocos segundos con dos cervezas, me pasa una y se sienta a mi lado, en el capó de mi coche.
—¿Quieres que sea sincero?
—Sí —digo dándole un trago.
—Creo que Alexis no es tonta. Y es lo suficientemente madura como para saber lo que le conviene y lo que no.
—Pero no has dicho que no la ponga en peligro.
—Mentiría si te dijera eso...
—Joder —le doy otro trago a la cerveza. Y otro después—. Debería dejarla.
—No cambiaría nada.
—¿Por qué?
—Ronnie sabe que la quieres.
—Yo no... —me callo cuando me mira y levanta una ceja sonriendo— Vale.
—Dilo.
—No.
—Dilo, cobarde —ríe separándose del capó y dándome un golpe en el hombro.
—La quiero —digo deprisa y murmurando.
—¿Qué? Creo que me estoy quedando sordo con la música tan alta.
—¡La quiero, joder!
—Ahora si te he oído —sonríe.
—Cabrón.
—Él sabe que la quieres. No cambiará nada el simple hecho de que no os beséis o estéis juntos.
—Pero de algo servirá. Puedo volver a follarme a Emily. O a otra del Apache's. Para que vea que ya no me importa tanto.
—¿De verdad podrías?
—Sí. Si es por mantenerla a salvo, podría hacer cualquier cosa.
—Estás loco por ella, eh.
—Cállate.
—Tu veras lo que haces, hermano. Pero creo que dejarla no arreglará nada.
—Pues algo tengo que hacer. No puedo permitir que le pase nada.
—Los mellizos te dieron la solución anoche...
—No. Yo mismo le mataré, ese cabrón no se me va a escapar.
—¿Y qué harás después? Cuando la poli se te eche encima.
—La poli no se va a meter en esto. ¿Acaso han hecho algo por Aiden? No. En cuanto ven heridas de arma, se quedan al margen.
—Eso es verdad. No valen ni para tomar por el culo. Aunque eso nos compensa a veces.
—Sí, bueno —digo levantándome—. Me marcho. Os espero en mi casa a las siete.
—¿Qué vas a hacer con Alexis?
—No lo sé. Encima quiere volver al trabajo. Dice que empieza esta noche.
—Uff —niega con la cabeza—. Ahí no podemos protegerla, Ry...
—Lo sé. Ya se lo he dicho, pero no hay manera de hacerla entrar en razón, joder.
—Bueno, después hablamos —dice chocando mi mano.
—Hasta luego.
ALEXIS
Ni siquiera le miro cuando abre la puerta. ¿De qué va, largándose y dejándome así? Cuando entra en el salón y se sienta a mi lado, dejo el mando sobre el sofá y me levanto para irme a la habitación.
—Nena —dice sujetando mi brazo.
—Suéltame —tiro para soltarme y camino hacia las escaleras.
—Alexis, no te enfades, por favor.
—¿Qué no me enfade? Me dices que tal vez lo que quieres es follarte a otras tías y coges y te largas, dejándome con la palabra en la boca y sin decirme dónde vas. ¿¡Y dices que no me enfade!?
—Lo siento.
—¿Qué es lo que sientes exactamente? —se cruza de brazos— ¿Querer acostarte con otras o marcharte así?
—No quiero acostarme con otras. Lo sabes de sobra.
—Yo no sé nada, Ryder. Solo lo que tú me dices. Me pides que confíe en ti, que tenga paciencia. Me pides que no te tenga miedo y dices que me protegerás de todo. Y un día después, cuando decido arriesgarme, me sueltas toda esta mierda.
—Lo siento. De verdad, solo quiero que estés a salvo.
—¿Quieres que me vaya? —pregunto muy cerca de él. No responde— Bien. No te preocupes, me iré ahora mismo —digo subiendo corriendo las escaleras.
RYDER
Joder. Joder. ¡Joder! ¿De verdad voy a dejar que se vaya? Quizá sea lo mejor. Quizá debo arreglar primero toda la mierda que hay en mi vida.
Camino de un lado para otro en el salón. Intentando tomar una decisión, pero se me acaba el tiempo. Sé que va a bajar en cualquier momento y se va a marchar. Efectivamente, a los pocos minutos escucho como baja las escaleras. Me mira después de abrir la puerta de la calle y puedo ver que tiene los ojos brillantes. Por favor que no llore. Por favor.
—Eres un gilipollas —dice saliendo y cerrando de un portazo.
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